lunes, 18 de abril de 2011

Fwd: Crítica de Marx a las sectas socialistas



CRITICA DE MARX A LAS SECTAS SOCIALISTAS
Y EL PARTIDO DEL PROLETARIADO PERUANO
(17 de abril de 2011)
Por Miguel Aragón
El año 1847, Carlos Marx y Federico Engels, acompañados de un numeroso grupo de socialistas, mayormente alemanes, constituyeron la Liga Comunista.
I
Ese mismo año, Marx publicó La Miseria de la Filosofía, la primera obra en la cual expone públicamente la concepción materialista de la historia, que ellos habían descubierto de manera conjunta pocos años antes. Por su parte, Engels, en colaboración con Marx, redactó Principios del Comunismo, un folleto en el cual se exponen, de manera breve y sencilla, los fundamentos de la misma concepción.
Por acuerdo de la Liga Comunista, Marx y Engels, comenzando el año siguiente, 1848, prepararon el Manifiesto Comunista,  para lo cual utilizaron y cambiaron de forma de presentación el folleto  "Principios del Comunismo". El Manifiesto fue el primer programa teórico y político del proletariado europeo y mundial, y no obstante los años transcurridos hasta el presente, continúa siendo la guía fundamental para todo trabajador que lucha por el socialismo.
La Liga Comunista constituida el año 1847 solamente existió cinco años, hasta noviembre de 1852, oportunidad en la cual a propuesta de Marx y Engels fue auto disuelta de manera consciente y voluntaria. Para fines del año 1852 Marx y Engels llegaron a la conclusión que ese partido, esa organización política del proletariado,  ya no era necesario, dejando una gran lección de desprendimiento, de capacidad de renuncia, que muy pocos socialistas en el mundo han llegado a conocer, valorar y apreciar.
Muchos años después, cuando Mariátegui recién se iniciaba en su orientación socialista llegó a la conclusión que los partidos no son eternos, gran lección de dialéctica materialista, expuesta en la revista Nuestra Época, en el año 1918.      
Esa experiencia nos debe llamar a la reflexión, y preguntarnos seriamente: ¿Cuáles fueron las razones por las cuales se auto disolvió la Liga Comunista? ¿Era necesario, o tal vez fue un error de Marx y Engels?
Y proyectándonos a nuestra realidad peruana  presente, debemos preguntarnos seriamente: Se justifica que en el Perú existan tantas organizaciones político partidarias que se reclaman revolucionarias, socialistas, comunistas, etc, o tal vez lo  necesario y más conveniente sería asumir enérgicamente la ejemplar decisión de Marx y Engels, y proceder a auto disolver las numerosas y minúsculas organizaciones políticas partidarias que existen en nuestro medio, y que son la principal causa de las divisiones en las organizaciones del pueblo.
II
El año 1863, once años después de la autodisolución de la Liga Comunista, y partiendo del análisis de la nueva situación que se había creado en las luchas del movimiento obrero europeo, Marx y Engels se volvieron a plantear el problema de la necesidad de la organización de los trabajadores. En el año 1863 el proletariado europeo, vivía una situación similar a la que se vive en el Perú actual,  estaba agrupado   en numerosos grupos político partidarios, a los cuales Marx y Engels consideraban y denominaban "sectas socialistas y semisocialistas".
Para superar esa situación de dispersión de los socialistas europeos, Marx y Engles no propusieron la constitución  de un nuevo partido, ni tampoco la reconstitución de la antigua Liga o Partido Comunista. Demostrando un  gran dominio de la dialéctica materialista Marx y Engels propusieron la constitución de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), la cual existió durante doce años a partir del año 1863.Tiempo después, por errónea influencia de la Internacional Comunista,  en los textos se le comenzó a denominar a la AIT como "Primera Internacional Comunista", a sabiendas que la AIT no fue una organización comunista, sino una organización de frente único o asociación de trabajadores, que incluía a algunos  comunistas en minoría,  y a no comunistas en su mayoría.
En la carta que reproducimos más abajo, Marx  señaló lo siguiente: "...La Internacional fue fundada para remplazar las sectas socialistas o semi socialistas por una organización real de la clase obrera con vistas a la lucha" y reiteró "La historia de la Internacional también ha sido una lucha continua del Consejo General contra las sectas y los experimentos de diletantes que tendían a echar raíces en la Internacional contra el verdadero movimiento de la clase obrera".
El arma de combate, la  táctica que utilizaron para desplegar esa lucha fue "la acción conjunta y la discusión", método con el cual lograron superar la influencia de las sectas, y la dispersión del proletariado europeo.
Tuvieron que pasar varios años más, para que en 1869, otra generación de socialistas alemanes constituyeran el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, partido en el cual Marx y Engels, que ya había superado los cincuenta años de edad, nunca disputaron ni ocuparon ningún cargo de dirección, pero fueron los más leales y consecuentes colaboradores.     
III
Todo socialista peruano que haya militado alguna vez, por poco o mucho tiempo, en alguna de las sectas socialistas o semisocialistas que existen en nuestro país, desde la implosión del PCP y del APRA Rebelde, en la ya lejana década de 1960, sentirá en carne propia, la critica que  Marx hace en esta carta a los remedos de partidos revolucionarios  que existen en nuestro país en la actualidad.
En los últimos años, varios compañeros, veteranos unos, jóvenes otros, se han ofendido y molestado conmigo, cuando me refiero a "las minúsculas organizaciones político partidarias" que existen en nuestro medio. Hasta han divulgado cartas y artículos criticando mis excesos. Pero la realidad, por muy dura que sea, es la realidad; nos guste o no nos guste, tenemos que aceptarla.
Considero que ninguna de las organizaciones existentes en nuestro  medio está en capacidad de crecer y dirigir la lucha revolucionaria en nuestro país. Para confirmar esta hipótesis es my simple, simplemente hay que evaluar que papel han desempeñado cada una de estas minúsculas organizaciones,  en las luchas reivindicativas y en la lucha político  electoral de los últimos dos años.
IV
Que cada quien elabore su propia conclusión sobre la triste realidad de las organizaciones revolucionarias, socialistas y comunistas, que todavía subsisten en nuestro medio. Que cada quien se ponga a pensar en serio que hacer con ellas.
O las mantienen hasta que extingan empantanadas en múltiples rencillas internas, o las autodisuelven de manera consciente y voluntaria, como hicieron Marx y Engels con la recordada Liga Comunista en 1852, y se deciden a aplicar con decisión la acción conjunta y la discusión dentro del frente unido del pueblo, hasta un futuro no lejano, en el cual se presenten las condiciones necesarias para plantearnos seriamente  la reivindicación del partido de masas y de ideas del proletariado peruano, tarea que sigue siendo tarea a mediano plazo. La tarea principal en el presente lustro (2011-2015) sigue siendo fortalecer el frente unido.
       
CARLOS MARX CONTRA LAS SECTAS SOCIALISTAS
CARTA DE K.MARX  A  FRIEDRICH BOLTE (EN NUEVA YORK )
 [Londres], 23 de noviembre de 1871
...La Internacional fue fundada para remplazar las sectas socialistas o semisocialistas por una organización real de la clase obrera con vistas a la lucha. Los Estatutos iniciales y el Manifiesto Inaugural [*]************** lo muestran a simple vista. Por otra parte, la Internacional no hubiera podido afirmarse si el espíritu de secta no hubiese sido ya aplastado por la marcha de la historia. El desarrollo del sectarismo socialista y el desarrollo del movimiento obrero real se encuentran siempre en proporción inversa. Las sectas están justificadas (históricamente) mientras la clase obrera aún no ha madurado para un movimiento histórico independiente. Pero en cuanto ha alcanzado esa madurez, todas las sectas se hacen esencialmente reaccionarias. Por cierto, en la historia de la Internacional se ha repetido lo que la historia general nos muestra en todas partes. Lo caduco tiende a restablecerse y a mantener sus posiciones dentro de las formas recién alcanzadas.
La historia de la Internacional también ha sido una lucha continua del Consejo General contra las sectas y los experimentos de diletantes que tendían a echar raíces en la Internacional contra el verdadero movimiento de la clase obrera. Esta lucha [447] se ha librado en los congresos y, mucho más aún, en las reuniones especiales del Consejo General con las distintas secciones.
Como en París los proudhonistas (los mutualistas [1]) figuraban entre los fundadores de la Asociación, tuvieron, naturalmente, las riendas en sus manos durante los primeros años. Posteriormente surgieron allí, como era lógico, grupos colectivistas, positivistas y otros que se opusieron a ellos.
En Alemania tuvimos la camarilla de Lassalle. Durante dos años yo mismo mantuve correspondencia con el famoso Schweitzer y le demostré irrefutablemente que la organización lassalleana era, simplemente, una organización sectaria y, como tal, hostil a la organización de un movimiento obrero efectivo, hacia el que tiende la Internacional. Pero él tenía sus «razones» para no comprenderlo.
A fines de 1868 ingresó en la Internacional el ruso Bakunin con el fin de crear en el seno de ella y bajo su propia dirección una segunda Internacional titulada «Alianza de la Democracia Socialista». Bakunin, hombre sin ningún conocimiento teórico, exigió que esta organización particular dirigiese la propaganda científica de la Internacional, propaganda que quería hacer especialidad de esta segunda Internacional en el seno de la Internacional.
Su programa estaba compuesto de retazos superficialmente hilvanados de ideas pequeñoburguesas arrebañadas de acá y de allá: i g u a l d a d d e l a s c l a s e s (!), abolición del derecho de herencia como punto de partida del movimiento social (tontería saintsimonista), el ateísmo como dogma obligatorio para los miembros de la Internacional, etc., y en calidad de dogma principal la abstención (proudhonista) del movimiento político.
Esta fábula infantil fue acogida con simpatía (y hasta cierto punto es apoyada aún hoy) en Italia y en España, donde las condiciones reales del movimiento obrero están aún poco desarrolladas, y también entre algunos fatuos, ambiciosos y hueros doctrinarios en la Suiza Latina y en Bélgica.
Para el señor Bakunin su doctrina (bazofia de trozos tomados de Proudhon, Saint-Simon, y otros) era y es un asunto secundario, un simple medio para su encumbramiento personal. Como teórico es un cero a la izquierda, pero las intrigas son su elemento.
El Consejo General ha tenido que luchar durante años contra este complot (apoyado hasta cierto punto por los proudhonistas franceses, sobre todo en el Mediodía de Francia). Finalmente, valiéndose de las resoluciones 1, 2 y 3, IX, XVI y XVII de la Conferencia [2], descargó el golpe que tanto tiempo llevaba preparando.
[448]
Como es lógico, el Consejo General no va a apoyar en América lo que combate en Europa. Las resoluciones 1, 2, 3 y IX dan ahora al Comité de Nueva York armas legales para terminar con todo sectarismo y con todos los grupos diletantes, expulsándolos si llega el caso...
...El movimiento político de la clase obrera tiene como último objetivo, claro está, la conquista del poder político para la clase obrera y a este fin es necesario, naturalmente, que la organización previa de la clase obrera, nacida en su propia lucha económica, haya alcanzado cierto grado de desarrollo.
Pero, por otra parte, todo movimiento en el que la clase obrera actúa como clase contra las clases dominantes y trata de forzarlas «presionando desde fuera», es un movimiento político. Por ejemplo, la tentativa de obligar mediante huelgas a capitalistas aislados a reducir la jornada de trabajo en determinada fábrica o rama de la industria es un movimiento puramente económico; por el contrario, el movimiento con vistas a obligar a que se decrete la ley de la jornada de ocho horas, etc., es un movimiento político. Así pues, de los movimientos económicos separados de los obreros nace en todas partes un movimiento político, es decir, un movimiento de la clase, cuyo objeto es que se dé satisfacción a sus intereses en forma general, es decir, en forma que sea compulsoria para toda la sociedad. Si bien es cierto que estos movimientos presuponen cierta organización previa, no es menos cierto que representan un medio para desarrollar esta organización.
Allí donde la clase obrera no ha desarrollado su organización lo bastante para emprender una ofensiva resuelta contra el poder colectivo, es decir, contra el poder político de las clases dominantes, se debe, por lo menos, prepararla para ello mediante una agitación constante contra la política de las clases dominantes y adoptando una actitud hostil hacia ese poder. En caso contrario, la clase obrera será un juguete en sus manos, como lo ha demostrado la revolución de septiembre en Francia [3] y como lo está, hasta cierto punto, demostrando el juego que aún hoy llevan con éxito en Inglaterra Gladstone y Cía.
Publicado por vez primera en
 Se publica de acuerdo con el
forma abreviada en el libro: manuscrito.
"Briefe und Auszüge aus Briefen
von Joh. Phil. Becker, Jos. Traducido del alemán.
Dietzgen, Friedrich Engels,
Karl Marx und A. an F. A. Sorge
und Andere", Stuttgart, 1906; en
forma completa, en ruso, en las
"Obras" de C. Marx y F. Engels,
1ª ed., t. XXVI, 1935.

***** Véase el presente tomo, págs. 5-13. (N. de la Edit.)
[1] 293. En los años 60 del siglo XIX, los proudhonistas se llamaban a sí mismos «mutualistas» y planteaban el plan reformista pequeñoburgués de liberación de los trabajadores mediante la organización de cooperativas, sociedades de ayuda mutua, etc.- 447.
[2] 294. Trátase de las resoluciones adoptadas por la Conferencia de Londres de 1871 «Sobre las denominaciones de los consejos nacionales, etc.» (resolución II, puntos 1, 2 y 3), «Sobre la acción política de la clase obrera» (resolución IX), «Sobre la Alianza de la Democracia Socialista» (resolución XVI) y «Sobre la escisión en la Suiza Francesa» (resolución XVII).- 447.
[3] 295. El 4 de septiembre de 1870, al tenerse noticia de la derrota de las fuerzas francesas en Sedán, se produjo una sublevación revolucionaria de las masas populares que desembocó en la caída del Segundo Imperio y la proclamación de la república. No obstante, en el Gobierno Provisional entraron monárquicos, además de republicanos moderados. Este Gobierno, presidido por Trochu, gobernador militar de París, y su auténtico inspirador Thiers, reflejando los ánimos capituladores de los medios terratenientes y burgueses de Francia y su miedo ante las masas populares, tomó el camino de la traición nacional y la componenda con el enemigo exterior.- 448.
 



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Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
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cel 993754274

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