jueves, 6 de octubre de 2011

Crítica a las sectas socialistas



CRITICA DE CARLOS MARX A LAS SECTAS SOCIALISTAS
(06 de octubre de 2011)
Por Miguel Aragón
Segunda Presentación de la Carta de Carlos Marx a Friedrich Bolte del 23 de noviembre de 1871.-
El día 17 de abril divulgamos la Crítica de Carlos Marx a las Sectas socialistas. Aunque teníamos el documento desde meses antes, esperamos que culminara la larga jornada electoral, para recién ponerla en estudio y debate. Aproximadamente entre abril de 2010 y abril de 2011 la atención principal estaba centrada en la lucha político electoral, ese y no otro  era el "tema de actualidad" en ese largo lapso. Personas que no fueron  capaces de percibir esa situación particular nos  acusan que para nosotros "la cuestión partidaria no es tema de actualidad". Acusación poco seria y sin ningún  sustento, propia de una persona poca seria y manipuladora.
Concluido el proceso electoral municipal (03 de octubre de 2010) y el proceso electoral parlamentario (10 de abril de 2011), otras cuestiones  asumían  la ubicación de "temas de actualidad", entre ellas la cuestión partidaria del socialismo peruano. Por ese motivo recién  el 17 de abril,  una semana después de concluidas las elecciones, divulgamos la mencionada carta de Marx con la finalidad de promover el intercambio de ideas, precisamente  sobre el tema partidario. Ahora,  después de cerca de seis meses,  volvemos a reenviar la misma carta, agregándole este segundo comentario previo.        
I
Como hemos venido observando en varias oportunidades  en el transcurso de los últimos meses, en algunos  círculos limeños se ha vuelto un lugar común repetir las siguientes palabras de Mariátegui "La existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal; es, por el contrario, la señal de un período avanzado del proceso revolucionario" (01 de mayo de 1924).
A partir  de esa cita tomada y manejada fuera de contexto, y sin el más mínimo análisis y comentario, algunos miembros de los pequeños grupos político-partidarios,  pretenden utilizarla para  justificar y avalar la existencia de sus   numerosas como minúsculas sectas que se reclaman socialistas,  sectas que todavía subsisten penosamente en Lima capital. (En el resto de provincias del país, sobre todo en las que han sostenido luchas de masas significativas en los últimos años,  la mayoría de estos residuos y caricaturas de organización ya desaparecieron, para bien de la unidad del pueblo trabajador)
Los que pretenden utilizar la cita de Mariátegui para su propio beneficio, ni siquiera se han preguntado a que se refería  Mariátegui cuando escribió "periodo avanzado del proceso revolucionario", tampoco se han preguntado porque escribió "existencia de grupos" y "a que grupos se refería"
Si revisamos con un poco de atención el conjunto de los textos que Mariátegui preparó para participar en los conversatorios realizados en la Universidad Popular González Prada (del 25 de mayo de 1923 al 1º de mayo de 1924), podremos comprobar que en la cita trascrita Mariátegui no se refería a la realidad peruana de ese momento (es decir del año 1923 y comienzos de 1924).
Analizando el desarrollo de la lucha social en los años 1923 y 1924, ahora podemos concluir  que en esos momentos todavía no se vivía en "un período avanzado del proceso revolucionario" en el Perú. Por otro lado, en otro lugar ya hemos comentado que  en el texto del primer conversatorio escrito en mayo de 1923 Mariátegui afirmó que en Lima, y en el Perú, "faltan grupos socialistas y sindicalistas".
Si en los años 1923 y 1924 en el Perú no se vivía  "un periodo avanzado del proceso revolucionario", y "faltaban grupos socialistas", entonces ¿a qué se refería y como entender las palabras de Mariátegui escritas el 1º de Mayo de 1924?
Nos parece que lo más probable es que  Mariátegui tomara como referencia lo ocurrido en los años decisivos de la revolución rusa, en "cuyo periodo avanzado del proceso revolucionario", es decir en 1917, si "existían tendencias y grupos definidos y precisos". Toda persona que tenga una información básica de los sucesos de la revolución rusa en el año 1917, --y Mariátegui era uno de ellos--, está muy enterada acerca del gran número de grupos político-partidarios cuya "presencia tenia arraigo entre las masas", y que existían en la Rusia en los meses previos a la instauración del nuevo poder proletario. En noviembre de 1917, al triunfar la revolución socialista en la parte más moderna de Rusia, el partido bolchevique dirigido por Lenin no era el único partido existente, en ese entonces simplemente era uno más entre una gran variedad de tendencias y de grupos definidos y precisos.
II
En segundo lugar, debemos de preguntarnos si la expresión  "la existencia de tendencias y grupos definidos y precisos" podemos considerarla que en todas  las circunstancias "no es un mal". Y volteando la pregunta ¿la existencia de esos grupos necesariamente y en todas las circunstancias "es síntoma de un periodo avanzado del proceso revolucionario"?
Nosotros creemos que No. Esa es nuestra conclusión y nuestra opinión, por eso nuevamente volvemos a reenviar la carta de Marx, en la cual critica a las sectas socialistas de su tiempo, y las critica  de manera objetiva y precisa, sin expresar la más mínima simpatía por ellas. Simpatía por las sectas que se ha vuelto una moda muy original de algunos pocos socialistas que siguen activando en los medios intelectuales y estudiantiles limeños, totalmente alejados de los problemas de los pobladores y trabajadores de Lima y del Perú..
En la carta que trascribimos más abajo,  para Marx la existencia de sectas socialistas era un síntoma del atraso del movimiento. Textualmente escribió lo siguiente: "El desarrollo del sectarismo socialista y el desarrollo del movimiento obrero real se encuentran siempre en proporción inversa. Las sectas están justificadas (históricamente) mientras la clase obrera aún no ha madurado para un movimiento histórico independiente. Pero en cuanto ha alcanzado esa madurez, todas las sectas se hacen esencialmente reaccionarias".
Marx escribió esa carta, comentando la situación existente a comienzos de la década de 1860 en algunos países europeos, en  una situación muy similar a la que actualmente existe en  la provincia de Lima-capital, una de cuyas características es precisamente la existencia de numerosas sectas socialistas.  
En nuestro país, cuando los pobladores y trabajadores se lanzan a la lucha de masas como ha ocurrido en la amazonia el año 2009, en la gran región sur el año 2010, y en Puno el año 2011, todas las minúsculas organizaciones político-partidarias previamente existentes son barridas y desaparecen "como por encanto". En Lima–capital  donde el movimiento intelectual-estudiantil que siendo la base de estas sectas se desarrolla  al margen de las luchas de los pobladores y trabajadores de Lima, todavía subsisten estas micro organizaciones, que en gran parte son simples rótulos sin existencia real, porque "su presencia no tiene arraigo entre las masas".  
III
Si partimos de uno de los aspectos de la realidad actual, y reconocemos la lamentable existencia de sectas socialistas en los  medios intelectuales y estudiantiles limeños, a cuál de las dos conclusiones  podemos llegar, a una conclusión similar a la de Marx, o a una  conclusión similar a la de Mariátegui. Si somos realistas y objetivos podemos comprobar que actualmente no nos encontramos "en un periodo avanzado del proceso revolucionario" como afirmaba Mariátegui,  por el contrario, reconocemos que  más nos aproximamos a una situación similar a la expresada por Marx tomando como referencia la situación del movimiento obrero europeo en la década  de 1860.
¿Qué hacer? ¿Abandonamos a Mariátegui para guarecernos a la sombra de Marx? ¿o no le hacemos caso a Marx, y terca y "nacionalistamente" nos aferramos a la conclusión de Mariátegui? ¿Disyuntiva complicada, no les parece?
Consideramos que no debemos de repetir literalmente  a Marx, ni tampoco a Mariátegui. Por el contrario, lo que debemos de hacer es  asimilar su ejemplo, su método de análisis, es decir el muy modesto "análisis concreto de nuestra realidad concreta". Y cuando nos referimos a la realidad concreta, no estamos divagando en abstracto de la ambiciosa como enorme, variada y compleja  "realidad nacional",  sino que estamos hablando, en primer lugar, del movimiento desarrollado en los últimos años en una parte de Lima-capital, y nada más; y en segundo lugar no estamos hablando de toda la historia, sino simplemente de los años 2010, 2011 y 2012. Es decir, nos estamos reclamando a nosotros mismos "asentar bien la idea y los pies en la materia". Seguros, claro está, que más adelante la situación necesariamente cambiará.
Por eso reiteramos que para nosotros la tarea central en la actualidad (años 2011-2012) sigue siendo promover la acción conjunta y la discusión, como parte de la continuación de la lucha por fortalecer el frente unido del pueblo peruano. Cuando más adelante, necesariamente cambien las condiciones objetivas y subjetivas, básicamente "cuando nuestra presencia  tenga arraigo  entre las masas", se podrá plantear de manera seria y efectiva la cuestión partidaria como la tarea central de ese   momento, del futuro próximo.
A continuación nuestra primera presentación y el Texto de la Carta de Carlos Marx
LA CRÍTICA DE MARX A LAS SECTAS SOCIALISTAS
Y EL PARTIDO DEL PROLETARIADO PERUANO
(17 de abril de 2011)
Por Miguel Aragón
En el transcurso del año 1847, Carlos Marx y Federico Engels, acompañados de un numeroso grupo de socialistas, mayormente alemanes, constituyeron la Liga Comunista.
I
Ese mismo año 1847, Marx ya  había  publicado La Miseria de la Filosofía, la primera obra en la cual expuso públicamente la concepción materialista de la historia, que ellos habían descubierto de manera conjunta pocos años antes. Por su parte, Engels, en colaboración con Marx, redactó Principios del Comunismo, un folleto en el cual  expuso, de manera breve y sencilla, en forma de "catecismo" con preguntas y respuestas, los fundamentos teóricos y políticos de la nueva  concepción materialista de la historia.
Comenzando el año siguiente, el año  1848, por acuerdo de la Liga Comunista, Marx y Engels  prepararon el Manifiesto Comunista,  para lo cual utilizaron, revisaron, corrigieron,  y le cambiaron la forma de presentación al anterior folleto  Principios del Comunismo de 1847. El Manifiesto de 1848 fue el primer programa teórico y político del proletariado alemán, del proletariado europeo y del proletariado mundial; programa que no obstante los años transcurridos hasta el presente, continúa siendo la guía fundamental para todo trabajador que lucha por el socialismo en el mundo entero.
La Liga Comunista constituida el año 1847 solamente existió durante cinco años, hasta noviembre de 1852, oportunidad en la cual a propuesta de Marx y Engels fue auto disuelta de manera consciente y voluntaria.
Para fines del año 1852 Marx y Engels llegaron a la conclusión que  esa organización política del proletariado,  ya no era necesaria, dejándonos una gran lección de desprendimiento, de capacidad de renuncia, que muy pocos socialistas en el mundo han llegado a conocer, valorar y apreciar.
[Marx y Engels  expusieron sus motivos en una carta escrita el 12 de noviembre, y el acuerdo conjunto de autodisolución fue asumido  el 19 de noviembre de 1852. Como es natural el acuerdo fue asumido en lucha, la mayoría con Marx y Engels aprobó la autodisolución, mientras que una minoría de testarudos que defendían la persistencia del partido se opusieron y formaron su propio grupo o facción . Un año después, "los defensores de la continuidad del Partido Comunista" terminaron escindidos   entre denuncias recíprocas e insultos, triste final muy practicado y conocido en nuestro medio desde los ya lejanos años de la década de 1960].
Muchos años después de la autodisolución del Partido Comunista por Marx y Engels que acabamos de mencionar, en el año 1918 cuando Mariátegui recién se iniciaba en su orientación socialista, analizó la situación y las perspectivas de los cuatro partidos políticos más importantes existentes en el Perú en ese entonces, y  llegó a la conclusión que los partidos no son eternos. Gran lección de dialéctica materialista, expuesta en el segundo número de la revista Nuestra Época, en julio del año 1918.    
[Si la tesis de que "los partidos no son eternos" es válida para los partidos burgueses, consideramos que con mayor razón también es válida para los partidos que se reclaman de los trabajadores, revolucionarios, comunistas y socialistas, organizaciones que se supone tienen una mayor dosis de desarrollo dialéctico que los partidos burgueses]    
Esta experiencia de Marx y Engels nos debe llamar a la reflexión, y preguntarnos seriamente: ¿Cuáles fueron las razones por las cuales se auto disolvió la Liga Comunista? ¿Era necesario auto disolverla? o ¿tal vez estamos pensando que "fue un grave error" de Marx y Engels? ¿En qué condiciones se justifica defender y mantener la subsistencia de una organización partidaria, y en qué condiciones se hace necesario auto disolverla? Pregunta muy sencilla, pero su respuesta no es nada fácil. Nos obliga a investigar, a pensar, a meditar y asumir decisiones de manera responsable.
Proyectándonos ahora a nuestra realidad peruana del presente, debemos preguntarnos seriamente: Se justifica que en el Perú actual existan tantas organizaciones político partidarias [más de 50 mini grupos] que se reclaman "revolucionarias", "socialistas", "comunistas", etc.; o tal vez, lo necesario, y lo más conveniente, sería asumir enérgicamente la ejemplar decisión de Marx y Engels, y proceder a auto disolver estas numerosas y minúsculas organizaciones político-partidarias que existen en nuestro medio, y que son una de las principales causas de las actuales divisiones en las organizaciones del pueblo.
II
El año 1863, once años después de la autodisolución de la Liga Comunista, y partiendo del análisis de la nueva situación que se había creado en las luchas del movimiento obrero europeo, Marx y Engels que habían continuado trabajando sin descanso por la causa socialista,  volvieron a plantear públicamente el problema de la necesidad de la organización real y efectiva de los trabajadores alemanes y europeos. En el año 1863 el proletariado europeo, vivía en una situación similar a la que se vive en el Perú actual,  estaba fraccionado y agrupado   en numerosos grupos político partidarios, a los cuales Marx y Engels consideraban y denominaban "sectas socialistas y semisocialistas". Marx y Engels desde fines de 1852 no habían promovido la formación,  ni participado directamente en ningún grupo partidario, lo cual no disminuyó en lo más mínimo su condición de militantes socialistas, y de hombres de partido identificados con el proletariado. [Utilizando la nueva terminología introducida últimamente por un académico y típico representante del caudillaje personalista podríamos decir que Marx y Engels en esos tiempos eran dos Ruedas Sueltas del socialismo alemán y europeo] 
Para superar esa situación de dispersión de los socialistas europeos, en el año 1863, Marx y Engles no propusieron la constitución  de un nuevo partido, ni tampoco la reconstitución de la antigua Liga o Partido Comunista. [Mucho menos pasó  por sus cabezas,  la peregrina idea de constituir una coalición de las sectas existentes  en ese entonces]
Demostrando un  gran dominio de la dialéctica materialista Marx y Engels para esas condiciones específicas propusieron la constitución de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), la cual activó durante nueve años a partir del año 1863.
Años después, por  tergiversación y errónea  influencia de algunos funcionarios de la Internacional Comunista,  en sus  textos oficiales, a la AIT se le comenzó a denominar como "Primera Internacional Comunista", a sabiendas que la Asociación  no fue una organización comunista, sino una organización de frente único o asociación de trabajadores, que incluía a algunos  socialistas en minoría,  y sobre todo a no socialistas en su mayoría. (Revisar Prólogo de Engels a la edición  de 1890  del Manifiesto Comunista)
En la carta que reproducimos más abajo, Marx  señaló lo siguiente: "...La Internacional fue fundada para remplazar las sectas socialistas o semi socialistas por una organización real de la clase obrera con vistas a la lucha" y reiteró "La historia de la Internacional también ha sido una lucha continua del Consejo General contra las sectas y los experimentos de diletantes que tendían a echar raíces en la Internacional contra el verdadero movimiento de la clase obrera".
El arma de combate, la  táctica que utilizaron para desplegar esa lucha fue "la acción conjunta y la discusión", método con el cual lograron superar la nefasta influencia de las sectas, y elevarse por encima de la dispersión del proletariado europeo.
Tuvieron que pasar varios años más, para que recién en 1869, los miembros de la segunda generación de socialistas alemanes constituyeran el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán (POSDA).
En el POSDA,  Marx y Engels, que ya había superado los cincuenta años de edad y que ya habían concluido su propia gestión generacional (1845-1870), nunca disputaron ni ocuparon ningún cargo de dirección, pero fueron sus  más leales y consecuentes colaboradores hasta el último día de sus vidas. [Esta es otra lección que las viejas "antiguallas" de nuestra  generación, también deberíamos aprender. Lección que Stalin, Mao Zedong, parcialmente Fidel Castro, y otros destacados dirigentes del socialismo mundial nunca aprendieron ni practicaron, y mucho menos los dirigentes de los partidos de la izquierda peruana, todos ellos mayores de 50, 60 y hasta 70 años de edad.
[En este sentido, la burguesía peruana nos acaba de dar una lección de renovación de cuadros. Después de su derrota en las elecciones municipales de octubre de 2010, asimilaron rápidamente la lección. En las elecciones presidenciales del 5 de junio, un candidato de la clase dominante tenía 47 años, la otra candidata (mujer) tenía 36 años, y el Ministro de Economía, que ocupa el puesto más importante en el nuevo gobierno, escasamente tiene 42 años. Mientras que los partidos de la "izquierda peruana" siguen siendo acaudillados por honorables ancianos que hace tiempo celebraron los 60 y 70 años de edad, y sueñan con cumplir sus ochenta años entornillados a los cargos de "dirigentes nacionales". Por eso, nos tienen sin cuidado las insinuaciones y acusaciones de algunos veteranos de nuestra generación que pretenden seguir manipulando el movimiento,  quienes afirman sin pruebas que  nosotros "estamos proponiendo el remplazo de la lucha de clases, por la lucha generacional", incluso se toman el trabajo de escribir despectivamente la palabra "biológico" más de cinco veces en sus  documentos saturados de lamentable crisis de  senilidad]       
III
Todo socialista peruano que haya militado alguna vez, por poco o mucho tiempo, en alguna de las sectas socialistas o semisocialistas que existen en nuestro país, desde la implosión del PCP y del APRA Rebelde, en la ya lejana década de 1960, sentirá en carne propia, la critica que  Marx hace en esta carta a los remedos de partidos "revolucionarios"  que existen en nuestro país en la actualidad.
En los últimos años, varios compañeros, veteranos unos, jóvenes otros, se han ofendido y molestado con nosotros, cuando nos referimos críticamente  a "las minúsculas organizaciones político partidarias" que existen en nuestro medio. Hasta han divulgado cartas y artículos criticando nuestros "excesos". Les pedimos disculpas si hemos caído en excesos, pero la realidad, por muy dura que sea, es la realidad; nos guste o no nos guste, tenemos que aceptarla, y partir de ella, para poder transformarla.
Consideramos que ninguna de las organizaciones existentes en nuestro  medio (más de 50 micro facciones) está en capacidad de crecer y dirigir la lucha revolucionaria en nuestro país. Para confirmar la validez o error de esta hipótesis es my simple, simplemente hay que evaluar que papel han desempeñado cada una de estas minúsculas organizaciones,  en las luchas reivindicativas y en la lucha político  electoral de los últimos tres años.
[Como ejercicio de evaluación preguntemos, cual fue el papel desempeñado por cada una de estas "vanguardias autenticas del proletariado" en las luchas de los pueblos amazónicos entre abril y junio de 2009, en la lucha de los pueblos de la gran región sur por el uso Gas entre junio y julio de 2010, y en la lucha político electoral municipal de octubre de 2010]
IV
Que cada quien elabore su propia conclusión sobre la triste realidad de las organizaciones revolucionarias, socialistas y comunistas, que todavía subsisten en nuestro medio. Que cada quien se ponga a pensar en serio  "qué  hacer con ellas".
O las mantienen hasta que extingan empantanadas en múltiples rencillas internas, o las autodisuelven de manera consciente y voluntaria, como hicieron Marx y Engels con la recordada Liga Comunista en 1852, y se deciden a aplicar con decisión la acción conjunta y la discusión dentro del frente unido del pueblo peruano, hasta un futuro no lejano, en el cual se presenten las condiciones necesarias, tanto objetivas como subjetivas,  para plantearnos seriamente  la reivindicación del partido de masas y de ideas del proletariado peruano, tarea que sigue siendo tarea a mediano plazo. La tarea principal en el presente lustro (2011-2015) sigue siendo fortalecer el frente unido del pueblo peruano. Y esta disyuntiva no se resuelve en la teoría, sino en la acción de las masas.
A continuación la mencionada Carta de Carlos Marx.       
CARLOS MARX CONTRA LAS SECTAS SOCIALISTAS
CARTA DE K.MARX  A  FRIEDRICH BOLTE (EN NUEVA YORK )
 [Londres], 23 de noviembre de 1871
...La Internacional fue fundada para remplazar las sectas socialistas o semisocialistas por una organización real de la clase obrera con vistas a la lucha. Los Estatutos iniciales y el Manifiesto Inaugural [*]************** lo muestran a simple vista. Por otra parte, la Internacional no hubiera podido afirmarse si el espíritu de secta no hubiese sido ya aplastado por la marcha de la historia. El desarrollo del sectarismo socialista y el desarrollo del movimiento obrero real se encuentran siempre en proporción inversa. Las sectas están justificadas (históricamente) mientras la clase obrera aún no ha madurado para un movimiento histórico independiente. Pero en cuanto ha alcanzado esa madurez, todas las sectas se hacen esencialmente reaccionarias. Por cierto, en la historia de la Internacional se ha repetido lo que la historia general nos muestra en todas partes. Lo caduco tiende a restablecerse y a mantener sus posiciones dentro de las formas recién alcanzadas.
La historia de la Internacional también ha sido una lucha continua del Consejo General contra las sectas y los experimentos de diletantes que tendían a echar raíces en la Internacional contra el verdadero movimiento de la clase obrera. Esta lucha [447] se ha librado en los congresos y, mucho más aún, en las reuniones especiales del Consejo General con las distintas secciones.
Como en París los proudhonistas (los mutualistas [1]) figuraban entre los fundadores de la Asociación, tuvieron, naturalmente, las riendas en sus manos durante los primeros años. Posteriormente surgieron allí, como era lógico, grupos colectivistas, positivistas y otros que se opusieron a ellos.
En Alemania tuvimos la camarilla de Lassalle. Durante dos años yo mismo mantuve correspondencia con el famoso Schweitzer y le demostré irrefutablemente que la organización lassalleana era, simplemente, una organización sectaria y, como tal, hostil a la organización de un movimiento obrero efectivo, hacia el que tiende la Internacional. Pero él tenía sus «razones» para no comprenderlo.
A fines de 1868 ingresó en la Internacional el ruso Bakunin con el fin de crear en el seno de ella y bajo su propia dirección una segunda Internacional titulada «Alianza de la Democracia Socialista». Bakunin, hombre sin ningún conocimiento teórico, exigió que esta organización particular dirigiese la propaganda científica de la Internacional, propaganda que quería hacer especialidad de esta segunda Internacional en el seno de la Internacional.
Su programa estaba compuesto de retazos superficialmente hilvanados de ideas pequeñoburguesas arrebañadas de acá y de allá: i g u a l d a d d e l a s c l a s e s (!), abolición del derecho de herencia como punto de partida del movimiento social (tontería saintsimonista), el ateísmo como dogma obligatorio para los miembros de la Internacional, etc., y en calidad de dogma principal la abstención (proudhonista) del movimiento político.
Esta fábula infantil fue acogida con simpatía (y hasta cierto punto es apoyada aún hoy) en Italia y en España, donde las condiciones reales del movimiento obrero están aún poco desarrolladas, y también entre algunos fatuos, ambiciosos y hueros doctrinarios en la Suiza Latina y en Bélgica.
Para el señor Bakunin su doctrina (bazofia de trozos tomados de Proudhon, Saint-Simon, y otros) era y es un asunto secundario, un simple medio para su encumbramiento personal. Como teórico es un cero a la izquierda, pero las intrigas son su elemento.
El Consejo General ha tenido que luchar durante años contra este complot (apoyado hasta cierto punto por los proudhonistas franceses, sobre todo en el Mediodía de Francia). Finalmente, valiéndose de las resoluciones 1, 2 y 3, IX, XVI y XVII de la Conferencia [2], descargó el golpe que tanto tiempo llevaba preparando.
[448]
Como es lógico, el Consejo General no va a apoyar en América lo que combate en Europa. Las resoluciones 1, 2, 3 y IX dan ahora al Comité de Nueva York armas legales para terminar con todo sectarismo y con todos los grupos diletantes, expulsándolos si llega el caso...
...El movimiento político de la clase obrera tiene como último objetivo, claro está, la conquista del poder político para la clase obrera y a este fin es necesario, naturalmente, que la organización previa de la clase obrera, nacida en su propia lucha económica, haya alcanzado cierto grado de desarrollo.
Pero, por otra parte, todo movimiento en el que la clase obrera actúa como clase contra las clases dominantes y trata de forzarlas «presionando desde fuera», es un movimiento político. Por ejemplo, la tentativa de obligar mediante huelgas a capitalistas aislados a reducir la jornada de trabajo en determinada fábrica o rama de la industria es un movimiento puramente económico; por el contrario, el movimiento con vistas a obligar a que se decrete la ley de la jornada de ocho horas, etc., es un movimiento político. Así pues, de los movimientos económicos separados de los obreros nace en todas partes un movimiento político, es decir, un movimiento de la clase, cuyo objeto es que se dé satisfacción a sus intereses en forma general, es decir, en forma que sea compulsoria para toda la sociedad. Si bien es cierto que estos movimientos presuponen cierta organización previa, no es menos cierto que representan un medio para desarrollar esta organización.
Allí donde la clase obrera no ha desarrollado su organización lo bastante para emprender una ofensiva resuelta contra el poder colectivo, es decir, contra el poder político de las clases dominantes, se debe, por lo menos, prepararla para ello mediante una agitación constante contra la política de las clases dominantes y adoptando una actitud hostil hacia ese poder. En caso contrario, la clase obrera será un juguete en sus manos, como lo ha demostrado la revolución de septiembre en Francia [3] y como lo está, hasta cierto punto, demostrando el juego que aún hoy llevan con éxito en Inglaterra Gladstone y Cía.
"Obras" de C. Marx y F. Engels,
1ª ed., t. XXVI, 1935.


***** Véase el presente tomo, págs. 5-13. (N. de la Edit.)
[1] 293. En los años 60 del siglo XIX, los proudhonistas se llamaban a sí mismos «mutualistas» y planteaban el plan reformista pequeñoburgués de liberación de los trabajadores mediante la organización de cooperativas, sociedades de ayuda mutua, etc.- 447.
[2] 294. Trátase de las resoluciones adoptadas por la Conferencia de Londres de 1871 «Sobre las denominaciones de los consejos nacionales, etc.» (resolución II, puntos 1, 2 y 3), «Sobre la acción política de la clase obrera» (resolución IX), «Sobre la Alianza de la Democracia Socialista» (resolución XVI) y «Sobre la escisión en la Suiza Francesa» (resolución XVII).- 447.
[3] 295. El 4 de septiembre de 1870, al tenerse noticia de la derrota de las fuerzas francesas en Sedán, se produjo una sublevación revolucionaria de las masas populares que desembocó en la caída del Segundo Imperio y la proclamación de la república. No obstante, en el Gobierno Provisional entraron monárquicos, además de republicanos moderados. Este Gobierno, presidido por Trochu, gobernador militar de París, y su auténtico inspirador Thiers, reflejando los ánimos capituladores de los medios terratenientes y burgueses de Francia y su miedo ante las masas populares, tomó el camino de la traición nacional y la componenda con el enemigo exterior.- 448.



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Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
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