jueves, 20 de octubre de 2011

JUAN CRISTOBAL : PROPUESTA A UN PROYECTO CULTURAL


PROPUESTA A UN PROYECTO CULTURAL

por juan cristóbal

Dadas las circunstancias actuales del país y del mundo en general, es indispensable que en todo análisis o visión política para el cambio de un país, se incorporen, aparte de los aspectos económicos, sociales y educativos, los aspectos culturales, como forma de Proyecto Cultural. Que es lo que estamos haciendo, dejándolo en consideración para su discusión, ampliación, modificación, críticas, etc.

En este Proyecto hemos tenido en cuenta, para su elaboración, dos cuestiones que nos parecen sustanciales: a) la tradición histórica de nuestras bases culturales, y b) la propuesta que realizamos para la actual situación. Pues ambas, aunque algunas ópticas lo nieguen, se encuentras íntimamente relacionadas-

Obviamente, para llegar a conseguir resultados favorables, es necesario tener en cuenta con qué ideología vamos a trabajar, qué  métodos y herramientas sociales debemos utilizar, sin dejar de puntualizar –lo que dependerá de cada momento específico- algunas consideraciones fundamentales en este tipo de percepción y perspectiva:

a)     propuesta y discusión del proyecto cultural con todas las organizaciones de base, su  aprobación y praxis cultural
b)    cuota de poder para las organizaciones culturales,  niveles de decisión
c)     tipo de cultura a desarrollar dentro de una perspectiva estratégica y coyuntural
d)    tipo de relación cultural con los países de la región y a nivel internacional

Todo lo cual debe ser entendido considerando la naturaleza y la historia del país, sus clases y estratos sociales, sus diversas organizaciones étnicas y sociales

Pasaremos a continuación a desarrollar la PROPUESTA DEL PROYECTO CULTURAL.

Queremos dejar en claro que, como escritores que somos, cuando nos referimos a nuestra matriz, la literatura, también debe entenderse que nos estamos refiriendo a la cultura en general.

MARCO REFERENCIAL DE NUESTRA CULTURA


A) A nivel històrico

Desde la Conquista, pasando por la Colonia, la Repùblica, hasta el dia de hoy, nos han expropiado la palabra. Pasò a convertirse en herramienta dominadora de los dominadores. Y como dice Manuel Scorza, la palabra es poder. Y la expropiación significò y significa que nos manipularon y deformaron el pasado, y lo siguen haciendo hasta el presente. Por lo tanto, hay que recuperar la palabra, la memoria y el pensamiento para no seguir siendo “esclavos felices”, puesto que la palabra, como lo reafirma Scorza, es la ùnica que puede corroer la estructura del poder capitalista, porque recuperìamos nuestro ser, que fue una exterminaciòn profunda incluso peor que el pillaje material, ya que por esa vìa todo lo borraban. Asimismo, la palabra nos ayuda a imaginar el futuro, porque para llegar a èl se necesita imaginarlo. Es cierto, que hubo resistencia y la hay, (Arguedas es el paradigma) pero necesitamos reconocer y memorizar el pasado para pasar a la ofensiva.

B).A nivel ideològico

Reconocer que el escritor trabaja en la superestructura ideològica, eso no significa que no pueda apoyar o militar en las causas populares, lo cual es una decisión totalmente personal y jamàs debe ser impuesta o reglamentada. La realidad es màs importante que cualquier arte realista. Y, como afirma Petras, estudiar su historia, realidad y cultura es importante. (¿Cuàntas horas dedicamos a esto? ¿Cuàntas a comprometerse con su realidad?).

Por otro lado, hay que desarrollar una literatura que cuestione el sistema y busque el desarrollo de lo popular y nacional, para construir nuestra identidad nacional. Tambièn sin ningún tipo de recetas, cada quien desde su punto de vista y desarrollo y sensibilidad personal.

El papel del escritor comprometido con su pueblo (sea cual fuese su ideología)  incide, en forma importante, en la formación y desarrollo de la conciencia, por lo tanto, en la subjetividad de las luchas populares. Y si tiene acceso a los grandes medios de comunicación, mejor, porque aparecen como modelos de comportamiento, lìderes de opinión, y con sus ideas pueden ayudar a socavar la hegemonìa depredadora burguesa y capitalista.

Esta formación de la conciencia es clave, porque puede ligar el descontento con las luchas sociales, es decir, contra la clase dominante. La ambigüedad de muchos intelectuales que se dicen progresistas o de izquierda se debe a esto.

C) A nivel estètico

El capitalismo convierte todo en mercancía, incluso el conocimiento, ya que todo lo ha parcelado. Para hacer frente a ello, Roberto Miro Quesada, dijo, “hay que aprehender la realidad en su totalidad”.

La obra de arte refleja un momento determinado de la historia, pero no refleja tanto a una clase, como la situación de esa clase en ese momento determinado (sus conflictos, contrariedades con otras clases, etc). De allì su pasividad y sus tensiones al mismo tiempo. Una precisiòn: no hay que considerar a las clases como homogèneas, sino son encuentros de clase que son cambiantes y movedizas, ya que cambian con el tiempo y pueden ser en algún momento fuertes y en otros dèbiles. Para Marx, por ejemplo, cuando un escritor trasciende su clase puede reflejar y revelar acertadamente la naturaleza de su sociedad y las relaciones sociales. (“He conocido màs de la burguesìa francesa y sus miserias leyendo a Balzac y no a sus historiadore”). Y Lenin, respecto a Tolstoi: “Con su mano derecha construyò una prèdica religiosa embrutecedora del pueblo y con la izquierda las pieza màs profundas respecto del zarismo y su perversidad”. Luckacs creìa que el escritor nunca trasciende su clase, sòlo la refleja.

Toda crìtica (marxista o no)  tambièn debe ser totalizadora, no debe moverse sòlo en una direcciòn. Por ejemplo, del texto a la ideología. Lo que debe tratar es unir todos los niveles: la conciencia del escritor, las ideas, las relaciones sociales, las productivas, etc. Igualmente el consumo, la distribución. El que la literatura sea una parte de la superestructura no la hace un simple reflejo de la base econòmica. El arte y la literatura tambièn comprometen los niveles de la conciencia del hombre y son (estos niveles) la materia prima de su producción literaria. Por esta misma vìa podemos derivar que el desarrollo material y el arte no es una situación lineal. Grandes desarrollos materiales no producen grandes obras de arte. EEUU, Europa en la actualidad no la hacen y si las Amèricas mestizas.

De donde derivamos que la literatura es un mundo tan sensible y misterioso que tiene sus propias leyes y no puede haber ningún tipo de aseveración mecànica para producirla o juzgarla. Puede ser influenciada, pero no determinada. Hay ejemplos universales de autores de obras valiosos como Conrad, Elliot, Pound, Borges, Vargas Llosa aunque de ideologìa reaccionaria. No todo es blanco o negro en el campo de la literatura.


D) Sobre el problema de la cultura

A partir de la Segunda Guerra Mundial se han planteado diversas explicaciones para entender a la Amèrica Latina y sus cambios sociales, pero ninguna ha diagnosticado el desarrollo y los cambios en la cultura y sus diversas crisis respectivas, producto de las econòmicas.

La cultura ha estado tambièn sometida al saqueo de los centros imperiales, que, a partir del gran desarrollo tecnològico puede elaborar e incrustar nuevos datos perniciosos en las formas pragmàticas de la cultura.

Si el intercambio desigual empobrece a las economìas del Tercer Mundo, el mismo intercambio empobrece màs a la cultura, y es màs dañino, pues el deterioro econòmico puede ser recuperado, pero el deterioro cultural no, pues puede ser definitivo, favorable a la dependencia cultural, que es màs honda y sutil que la econòmica, pues crea cadenas de sometimiento de valores y patrones de conducta ideològicos que marcan a generaciones enteras.

No es tampoco un secreto que la austeridad fiscal corta los presupuestos de educación, salud y cultura, por lo que se producen graves erosiones en diversos campos de la cultura: actividades, subvenciones, tareas de investigación, etc. Y esta erosión permite la penetración de elementos culturales diseñados y originados en los centros de poder.

Todo esto permite, por otro lado, el aumento de la prostituciòn, la drogadicción, el alcoholismo, la violencia callejera, la delicuencia, en un medio cada vez mayor sin valores, descohesionado, sin dignidad y sin ningùn medio de subsistencia.

Ello significa, que mantener, recrear y desarrollar la cultura en nuestro paìs es una labor muy costosa. Y si a esto se le añade el acelerado deterioro del nivel de vida, seràn menos las posibilidades.

Por todo esto, hablar de cultura y no hablar de economía no es posible, es una farsa y una mentira. Tener una posición frente a la deuda externa, frente al intercambio desigual, es levantar las banderas de una postura cultural de avanzada, pues es pedir el cambio del sistema explotador.

E) A nivel polìtico-literario

En AL y en el paìs hay diversas clases sociales con sus respectivas subdivisiones. Hay tambièn muchas etnias culturales. Estas expresiones sociales se expresan en la literatura, es decir, en el campo ideològico, por lo tanto en la forma de expresar los mensajes y la palabra. En tèrminos generales, podemos decir que es la disputa de dos grandes cosmovisiones, producto de la lucha de clases: la del individualismo, la del fracaso, la del mantenimiento del sistema, y otra, la del cambio, la de la rebeldìa, la del combate, la de la solidaridad, la de los actos colectivos, la de la subversión del sistema. Si tuvièsemos que graficar estas cosmovisiones con nombres propios, dirìamos que Vargas Llosa pertenece a la primera y Cesar Vallejo, José Carlos Mariátegui y Josè Marìa Arguedas a la segunda.

Muchos intelectuales, antiguos y modernos, de izquierda, populares o no, legitimizan la cultura y literatura burguesa, es decir, su dominio hegemònico, su prestigio y legitimidad. Y eso lo hacen a travès de las acciones siguientes (como dice Petras):

Mediante su “congelamiento” frente al sistema, manteniendo perfil bajo, convirtièndose en apoyo del sistema. / No cuestionando el sistema, o hacerlo sòlo a travès de las palabras en el cafè o en el bar. O a travès de las ONG, a esta izquierda ligada a estos organismos se le conoce con la denominación de “izquierda caviar”./ Poner poco esfuerzo para la labor creativa a favor de las luchas populares./ Escribir sin ninguna perspectiva de cambio o denuncia social. / Avalar el arribismo mediante su propio comportamiento o el de los otros./ Entregarse a las distorsiones y desviaciones ideològicas. / Entregarse totalmente al enemigo.

Entregarse al enemigo, que se puede producir de diversas maneras:
-Alquilàndose (estar bien con dios y con el diablo).
-En soledad (preferencia por no salir de casa o sólo leer libros)
-En angustia permanente (no encontrar salidas, ignorar las luchas del pueblo).
-Los pesimistas (recordar siempre las derrotas històricas y acomodarse en el sistema).

Angel Rama, en su polèmica con Vargas Llosa, decìa: “Hay que cuidarse del lenguaje teològico y de los tèrminos adecuados para la realidad històrica. El lenguaje teològico reedifica la tesis idealista del orìgen irracional –sino divino, al menos demonìaco- de la obra literaria, y no como trabajo humano y social. Hay que cuestionar los parámetros estèticos europeos con que se interpreta nuestra realidad. Hay que saber teorizar sobre la obra y sus resonancias y no ser sòlo creadores. Es una manera de manifestar responsabilidad porque nos debemos a una comunidad. Cuestionar a los que creen que la literatura no puede ser abordada críticamente igual que otras producciones textuales (como una teoría filosòfica, una revista de tiras còmicas, un manual de zoología, un reportaje periodìstico, etc.)…Por lo tanto, hay que definir lo americano, lo peruano, en las diversas producciones culturales. El escritor es un productor de discursos que canaliza los valores de su cultura y no un disidente permanente. Su obra es una manifestación social y no una obra individualista, El mestizaje no es tanto el derivado biológicamente de varias etnias, sino el que es curtido en el contexto del nuevo continente y que produce un discurso y un lenguaje que expresa esa nueva manera de estar en el mundo, de actuar como un ser que crea nuevas relaciones en su entorno y nuevos productos culturales…Hay que admitir la racionalizaciòn de los temas y producciones culturales, incluyendo a la propia literatura. Este es el camino de la modernidad”.

Y respecto a la libertad de creación y a que el escritor es un disidente permanente, Mario Benedetti afirma: “El escritor no puede ser siempre un buitre (como dice Vargas Llosa). Lucha porque se establezca un règimen de justician social. Una vez logrado èste, ya no es cuestión de seguir siendo un buitre, porque la justicia social ya no serà carroña, sino campo feraz. Serà un crìtico permanente, pero dentro del campo de lo conseguido. Por otro lado, el escritor, por su sola condiciòn, no goza de ninguna inmunidad, de ningún derecho sacrosanto. En la lucha social su derecho debe ser ganado como el de cualquier combatiente, o sea, corriendo su riesgo, comprometiendo su destino”. Y màs adelante dice: “La libertad existe a partir de nuestra dependencia. ¿Podemos frente a esta malversación, caer en la trampa de la objetividad? ¿Objetividad para què y para quièn? ¿Podemos ser objetivos mientras el enemigo prohibe, encarcela, confisca, castiga, desaparece, porque se exige una información veraz y dar una opinión verdadera?”. A lo cual podemos agregar lo que Chomsky sostiene: “En un paìs de mentiras y mentirosos, decir la verdad es un acto revolucionario. Es falso que hay que hablarle con la verdad al poder, porque ya la conoce y la oculta, A quien hay que hablarle con la verdad es al pueblo, a quien el poder oprime”.

Y en cuanto al dilema creaciòn literaria y militancia revolucionaria, es màs teòrica que pràctica (al decir de Juan Gelman, poeta argentino), ya que hay infinidad de casos en que las dos conductas han coincido perfectamente. En el Perù: Melgar, Vallejo, Carlos Oquendo de Amat, Xavier Abril, Mario Floriàn, los Poetas del Pueblo en los 50, Romualdo, Rose, Gustavo Valcárcel, Sebastián Salazar Bondy, el Grupo Primero de Mayo, Javier Heraud, Edgardo Tello, Jovaldo, Edith Lagos, etc. Y a nivel internacional, sòlo citaremos un caso: el Che Guevara. Porque, finalmente, todo es un problema de prioridades. 



PROBLEMAS A RESOLVER

Habrán infinidad de problemas a resolver, pero eso sólo podrá realizarse en el trayecto del mismo proceso, con sus contradicciones, conflictos o dudas, pero la única solución será siempre la realidad misma y su práctica real.

Sin embargo, vamos a esbozar algunos problemas que se nos pueden presentar de manera inmediata:

¿Cómo entender la cultura: la culta y la popular?
¿Qué relación hay entre cultura nacional y popular?
¿hay posibilidad en el país de desarrollar o entender una cultura nacional? ¿una cultura popular como nacional, partiendo de su diversidad cultural?
¿Qué relación hay entre cultura y lucha ideológica, como conflicto entre las elaboraciones de las distintas clases sociales? ¿Cómo entiende cultura cada clase social?
¿Qué relación hay entre cultura e identidad?


ALGUNAS RESPUESTAS

En este punto  solamente tratamos de deslindar o visualizar algunos campos teóricos, que ya se encuentran en el campo de las polémicas, para su comprensión y posterior discusión y  aportes individuales y colectivos.

Lo nacional en literatura (o en la cultura culta y popular). Mariátegui planteaba dos formulaciones: a) que la literatura (o la cultura) peruana era no orgánicamente nacional, b) que la literatura (o cultura) peruana era un proceso: colonial, cosmopolita, nacional.

Antes de JCM la literatura se entendía como unitaria, pues si no hay unidad –se decía- no hay literatura nacional. (Riva Agüero: “lo que no es hispánico no es nacional”. Esto valía también para la Nación,  Lo indígena era “lo exótico”. Pero no sólo era marginar lo indio, sino también borrar lo popular, para quedarse sólo con lo español).Todo se redujo a saber si somos una cultura nacional o no, o sea una unidad cultural. Y eso era un planteamiento indebido, pues se sabía que en la realidad lo que existía era lo contrario: multiplicidad, diversidad, contradicciones.

Luego viene un segundo momento de Riva Agüero, la primera ola nacional, que habla del mestizaje,  que trata de invalidar la categoría de lo hispánico. Otros lo trabajan como un elemento de conciliación, y eso no es verdadero. Pero en el mestizaje hay que distinguir dos cosas: a) el mestizaje real y b) la ideología del mestizaje. La idea de mestizaje no es uniforme. Para el caso literario podemos mencionar hasta tres acepciones: José Gálvez afirmaba que la cultura peruana y nuestra literatura tenía que ser mestiza para ser genuina, y él consideraba que este mestizaje estaba constituido por una base hispánica y algunos ingredientes indígenas, es decir, un mestizaje desbalanceado y desarmónico. Federico More emplea el mismo concepto, pero lo opuesto, una base indígena y algunos componentes hispánicos, y la base tenía que ser la base quechua o aymara. More representa el indigenismo puneño y Gálvez el criollismo limeño. Hubo un tal Deustua que decía era absurdo pensar que el indio podía ser algo más que una máquina. Lo que hay que rescatar es que tanto More como Gálvez insisten en ver la nacionalidad, concretamente la literatura, como una unidad. Pero tal vez la expresión más extrema de esta tesis sea la de Luis Alberto Sánchez. En su polémica con JCM propugnaba el “peruanismo totalista”, que era una pura abstracción, según la cual la síntesis del mestizaje sería de un 50% hispánico y el otro 50% indígena. De esta forma reforzaba la idea de unidad. Una unidad irreal.

En cuanto a la ideología del mestizaje, se postula que bastaría la realización del mestizaje para que se resolvieran los problemas culturales del país. Sería una especie de conciliación de clases, como síntesis no conflictiva, como armonía entre grupos étnicos que también son dependientes y padecen opresión, es una forma de imaginar la conciliación por encima de los conflictos reales. Expresa también, esta tesis, una visión oligárquica (Ejm: Chocano, afirmando su doble ancestro imperial, incaico y español), pero más claramente expresa la ideología de una burguesía en ascenso, que representa a otras clases, a las que a su vez subordina para legitimar su poder ante la oligarquía hispanizante.

No se puede hablar, pues, de cultura o literatura nacional, ni de nación, si no se afirma una unidad que no existe.

Con JCM cambia radicalmente la reflexión sobre el problema de lo nacional, incluyendo la literatura nacional peruana. Es el primero que cuestiona la legitimidad de la categoría de unidad como supuesto indispensable para pensar los problemas de la nacionalidad. JCM no inventa una realidad, sino la observa y la explica. Cuando habla de literatura peruana “no orgánicamente nacional” (funda una forma nueva de entender nuestra literatura) es porque consideraba que había varias literaturas, otros sistemas literarios, y todas ellos tenían carácter nacional (la quechua, la aymara, la culta español) y todas son peruanas y nacionales. De esta forma acepta la desarticulación de nuestra cultura, y por ende nuestro múltiple rostro social. Al aceptar la pluralidad nos enriquecemos y además somos fieles a lo que somos.

Para hablar de nacional se requiere aceptar la unidad. Pero se puede hablar de fenómenos nacionales dentro de la pluralidad.
(El concepto de Nación Cultura Nacional y Unidad fue creado en España y en otros lugares de Europa, a partir de estados nacionales que tenían unidad y relaciones homogéneas. Nosotros no tenemos Nación en ese sentido, por ser plurales. Por lo tanto, el concepto de Nación, en el caso nuestro, debe replantearse, porque tenemos una peculiaridad histórica diferente).

El concepto clave de la comprensión de nuestra literatura (cultura) es el de pluralidad. Porque es reconocer el derecho de las culturas oprimidas a seguir siendo culturas diferenciadas. A seguir manteniendo su propia identidad, su derecho a defenderse de la dominación y la alienación con que se les quiere liquidar o asimilar siempre en inferioridad de condiciones, dentro de la cultura dominante. Es cierto, la pluralidad puede crear otros problemas (y de hecho los crea), pero no por eso la vamos a liquidar, pues es parte importante de nuestra riqueza, pues aunque las culturas o literaturas no tengan relaciones concretas entre sí, participan de un mismo curso histórico que es la historia social del Perú. Yo llamaría a esto “totalidad concreta”, “totalidad histórica”, “totalidad conflictiva”. Se sobreentiende que el concepto de totalidad no inhibe las contradicciones, al revés, la totalidad a la que aludimos está hecha de contradicciones, sin ellas no existiría. El problema es saber cómo estudiamos y comprendemos esta pluralidad o totalidad, cómo nos escapamos de la tradición occidental para pensar en nuestra nación como una multiplicidad

La pluralidad de literaturas nacionales fue llevada a su máxima expresión por Arguedas (“cualquier hombre no embrutecido por el egoísmo puede vivir en el Perú todas las patrias”, Zorro de arriba y zorro de abajo). Esto nos permite cambiar la visión de la literatura y cultura peruana. Y Arguedas continúa: “si en el Perú todos fuéramos iguales, si hubiese unidad, si no hubiera pluralidad, todo eso sería pura “huevadez humilde”.

Hasta ahora la literatura peruana era escrita en español, dejando de lado la literatura oral. Al recuperar la pluralidad se la tiene que pensar como un sistema múltiple, en el cual hay subsistemas, que guardan relativa independencia entre sí. Nuestra literatura es, pues, la combinación inestable de varios sistemas cuya combinación tampoco es estable.

Literatura nacional es un proceso en el cual una literatura que no es nacional llega a ser literatura nacional. Literatura nacional es una categoría histórica: como desarrollo de un proceso: negación de lo nacional, pasando por la superación del cosmopolitismo, que es un paso de lo colonial a lo nacional, que es la superación de ambas.

JCM encuentra lo nacional en dos puntos: a)en aquello que reproduce y reivindique lo indígena; b) en aquello que reproduzca y reivindique el contenido popular. JCM asociará siempre lo nacional con lo popular, porque en última instancia es en lo popular donde se encuentra el verdadero rostro de lo nacional. Lo nacional es lo popular. En el país lo popular es preferentemente lo indígena. Lo indígena representa lo popular. Pero lo nacional no es todo lo peruano. Ahora bien, hay una cultura y una literatura que aunque se producen en el Perú son profundamente antinacionales porque representan y ponen en circulación intereses no sólo ajenos sino opuestos a los verdaderos intereses nacionales. Dentro de lo peruano hay, entonces, elementos antinacionales (la oligarquía, cierta burguesía). Hay literatura peruana nacional y antinacional. Y lo nacional se realizaría más plenamente en el socialismo. Lo más nacional será siempre lo más revolucionario.



TAREAS

                                                       
Cada región o espacio social, cada coyuntura, cada tiempo histórico tendrán sus propias y singulares motivaciones para la expresión artística. Lo importante es que se tenga conciencia de lo que se está realizando es para el bien colectivo, ya sea revelando las angustias o desesperanzas del pasado, ya abriendo cauces a nuevos anhelos y esperanzas. 

Las sugerencias que presentamos, para todo artista comprometido con el horizonte de su pueblo, pueden parecer un orden esquemàtico. Y lo son. Que cada quien lo acomode como crea necesario y conveniente.. Pues cada óptica cultural, que funcione en bien de las mayorías, tiene las vertientes que le ofrece su propia realidad y hay que construirla, respecto a ella, como creación heroica, y no de manera dogmàtica o totalitariia..

Tambièn pueden leerse como sugerencias para abrir un cambio de opinión, una polèmica, altruista, importante y respetuosa con los diversos escritores, y no como la que se desarrollò en el Perù, hace algún tiempos, cuando se hablaba con el mayor de los simplismos de “andinos” y “criollos”, sin ir al fondo del problema. Por lo que quedó como una simpleza de bajo vuelo cultural.

1) Todo escritor comprometido con su pueblo debe tener en cuenta su realidad, el desarrollo de su historia, sus conflictos sociales y culturales. Y también su coyuntura. En el caso peruano su formación social es de una “totalidad conflictiva” debido a su desarticulaciòn, como decìa Antonio Cornejo Polar, pues es plural, plurilingüe y multiètnica, lo que cuestiona seriamente la aparente legitimidad de “unidad”. Por eso, Josè Carlos Mariàtegui hablaba de una literatura peruana “no orgánicamente nacional”, ya que consideraba la existencia de varias culturas y de otros sistemas literarios (quechua, aymara, español)

2) El concepto clave de nuestra cultura, y por ende de nuestra literatura, es el de pluralidad, ya que se debe reconocer que  si bien hay una cultura oficial dentro del sistema capitalista,  las diversas culturas oprimidas tienen tambièn  el derecho a ser consideradas como culturas diferenciadas  El concepto de “totalidad conflictiva” no anula las contradicciones entre ellas, entre la oficial y las oprimidas y entre las propias oprimidas,  sino al contrario, las reaviva y se retroalimentan, ya que participan del mismo curso històrico. Este concepto de pluralidad està llevada fielmente en la expresion de Arguedas: “todas las sangres”.

3) No se debe dejar de reconocer ni menospreciar la literatura oral de nuestros pueblos. La pluralidad es el reconocimientos de los sistemas mùltiples en nuestra literatura que guardan relativa independencia entre ellos, aun cuando sean inestables y no tengan un peso decisivo o importante.

4) Recordar el énfasis marxista: la realidad forma la conciencia y no la conciencia la realidad.

5) Por lo tanto, el escritor socialista saber cuàl es la materia prima de su labor intelectual, lo que le permitirà tener una opciòn firme en su trabajo literario. Es decir, hablamos de una conciencia acumulada anterior a su labor creativa, producto de su experiencia social y personal, educación, contorno y condiciòn social, influencias diversas, etc.

6) Reconocer que la lucha de clases no es sòlo social y polìtica. Tambièn es ètnica, de gènero, literaria y cultural.

7) Que nuestra cultura y literatura encierra básicamente dos vertientes: la nacional y popular, y la antinacional, que representa intereses ajenos a los nacionales y populares. Entre estas debemos mencionar la llamada “literatura light”, que no sòlo trata historias escabrosas y superficiales, sino que su papel principales es desideologizar y desconcientizar a la población, sin la profundizaciòn necesaria de sus temas, recordando que todo tema es posible de ser tratado. La literatura nacional y popular se realizaràn màs plenamente en el socialismo. Pero hay que tener en cuenta que tambièn en estas literaturas pueden existir elementos antipopulares y antinacionales, debido a la larga opresión en que los escritores y el paìs se ha desarrollado.

8) Que la producción de un libro es importante, pero la acciòn tambièn, y a vece superior. Que es màs trascendente vivir y luchar como escritor, que ser solamente escritor.

9)Que la confrontación literaria con los de la otra orilla no sòlo se reduce a la discusión retòrica de los mecanismos, tècnicas y propuestas literarias, sino al contenido ideològico de la propuesta, a los mensajes, a qué sectores sociales se representan a las tècnicas y mètodos utilizados, sin dejar de reconocer la importancia de la calidad literaria de la misma. Esta confrontación debe ser prioritaria y permanente, utilizando todos los medios posibles de expresión.

10)Que el escritor no sòlo debe realizar y tener una responsabilidad de alto nivel estètico frente a su obra, sino tambièn una posición ètica frente a la realidad en que se desenvuelve y fluye.

11) Por lo tanto no debe hacer distinción entre ciudadano y escritor, entre polìtica y literatura. Su postura de ciudadano y opinador polìtico o polìtico no lo desconecta de su posición de escritor, al contrario, lo responsabiliza.

12) Que frente al desarrollo agresivo y agresor y al empuje cultural e ideològico del imperialismo norteamericano y las transnacionales, en esta etapa de globalización salvaje, el escritor debe estudiar y rescatar permanentemente su cultura ancestral y desarrollar su identidad nacional, y no solamente en tèrminos ètnicos, sino tambièn de clase. Esta construcciòn de la identidad y su aceptación dependerà de la correlación de fuerzas en la lucha de clases y en la confrontación ideològica literaria.

13) Lo nacional no es incompatible con las experiencias culturales y literarias internacionales. Al contrario, se interconectan y enriquecen. Lo que sì hay que reparar es que lo nacional se construye en condiciones de subordinación a la cultura oficial, es decir, que trata de ser liquidada y marginada ya por el desarrollo de la cultura burguesa, ya por la globalización de lo nativo y popular. Por lo que es indispensable su enriquecimiento permanente.

14) Que el sistema globalizado manipula y margina a sus escritores opositores en todos los medios posibles. A pesar de ello, hay que conquistar y desarrollar todos los espacios que puedan ser ganados.

15) Que la cultura y literatura socialista sòlo puede ser llevada a cabo en la forja de las luchas populares, cuando se socialice el poder polìtico, cuando exista una verdadera democracia directa de los trabajadores de la cultura y del paìs y cuando la solidaridad y respeto por el ser humano y su libertad creativa y personal pasen del discurso ideològico a la pràctica de la vida cotidiana.

16) Finalmente, debe tomar en cuenta el papel y la confabulación de las grandes editoriales y de las instituciones pùblicas o privadas que priorizan el mercadeo de los escritores. Lo que no significa que sòlo se debe luchar por la publicaciòn a los escritores de entraña popular, sino tambièn a los escritores que, apoyando intereses burgueses, hacen buena literatura. . 

(Lima, 27 / 7 / 2011)



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