martes, 7 de febrero de 2017

Hilda Tisoc Lindley ( A un mes de su sensible fallecimiento)

HILDA TÍSOC LINDLEY
Una vida productiva al servicio de la humanidad
 (1947 – 2017)
                         
“La vida es lucha, es combate.
Agoniza quien vive luchando
contra la vida y contra la misma muerte”
Miguel de Unamuno


La lucha ha sido el motor en todo proceso del desarrollo histórico de la sociedad humana.  En los diversos sistemas sociales que se han sucedido hasta la actualidad, todo cambio social ha sido consecuencia de un largo proceso de luchas antagónicas entre las clases sociales (dominantes y dominadas). Vale decir, por una parte la clase minoritaria que detenta el poder y que funciona como una pentarquía orgánica de control constituido por el Ejercito permanente, policía, burocracia, clero y magistratura, que tienen como norte mantener el viejo orden social al servicio de la clase dominante; y, por otra parte, las clases populares que luchan perseverantemente por sus más sentidas reivindicaciones, promoviendo el cambio social, con programa reivindicativo y prospectivo orientado al progreso y a la prosperidad del pueblo. He ahí la polarización de las clases sociales en lucha constante hasta nuestros días. Hilda Tísoc Lindley, mujer de lucha consecuente y honesta, se orientó resueltamente por el Camino de Mariátegui, estudiando, investigando, organizando y luchando con el pueblo, con fe y esperanza por un nuevo orden social, por un mundo nuevo.

En el proceso de preparación política y gestión generacional, Hilda se mantuvo firme y muy segura, asimilando, defendiendo y desarrollando sus nobles ideales. De allí que vivió intensamente, sin transgredir los principios de la moralidad socialista hasta el final de su vida. Es un ejemplo de alta moral de productores que las nuevas generaciones de luchadores por el socialismo proletario, sabrán valorarlo y enarbolarlo, en toda acción social conducente a la conquista de un Perú nuevo en el mundo nuevo.

En las filas del magisterio nacional, bajo la orientación del Frente Clasista Magisterial (FCM), constituido afines de la década del 60 de acuerdo a los fundamentos de la Internacional de Trabajadores de la Enseñanza (ITE-Sección peruana), se fueron difundiendo los principios del Sindicalismo Clasista y la necesidad de la unificación del magisterio en su conjunto. Es en el VI Congreso Nacional del Sindicato Nacional de Profesores de Educación Primaria (SINPEP), realizado en enero de 1970, que se toma la histórica decisión de iniciar con el proceso de reconstitución en la vida sindical del magisterio nacional. Para el efecto se constituye el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza del Perú (SINTEP) que “comprende a los maestros de todos los niveles de la enseñanza, teniendo en cuenta que el patrón es uno, la doctrina una, y la organización como materialización de esa doctrina, también una”. Al maestro Germán Caro Ríos se le elige Secretario General del Comité Nacional de Reconstitución del SINTEP, organización que posteriormente dará paso al SUTEP. 

En setiembre de 1971, se desarrolló una Huelga nacional del Magisterio Peruano, aun dividido por niveles.  Lamentablemente, la traición de algunos dirigentes de la FENEP, hizo fracasar la Huelga y los dirigentes que no se doblegaron, fueron deportados a España.  El 19 de octubre del mismo año, fallece el maestro Germán Caro Ríos a consecuencia de un derrame biliar y el análisis de la referida huelga, por parte del maestro, se quedó en el epígrafe.  Sus colegas que lo visitaron en el hospital, han afirmado que don Germán Caro se mantuvo lúcido hasta el final. En una de sus conversaciones llegó a precisar: “que ironía del destino. Toda mi vida me he pasado luchando y voy a morir de amarillo”. Testimonio que quedo grabado en la mente de sus continuadores.

Los antecedentes sistematizados de las luchas del magisterio peruano, fueron un gran estímulo para el desarrollo del talento clasista de la c. Hilda Tísoc Lindley y la de su generación. En las reuniones programadas y realizadas en diferentes locales escolares de Lima Metropolitana, a través del debate alturado se fueron desarrollando las ideas del sindicalismo clasista, comprendiendo a cabalidad los Principios, Lema y Emblema, aportes históricos de los dirigentes del FCM y que fueron el sustento teórico y práctico en la constitución del SUTEP. Toda información teórica se complementaba con la acción práctica. Lo asimilado se tenía que difundir en cada SUTE Base de los diferentes sectores sindicales de Lima, donde se tenía influencia. Las ideas clasistas contribuyeron al fortalecimiento del espíritu de lucha de los maestros, lo que fue demostrado con posterioridad en las heroicas luchas frontales del magisterio organizado contra la patronal.

En el trabajo de organización y consolidación de los SUTE Base, cómo no recordar a la c. Hilda Tísoc en el esplendor de su vida, muy alegre, proactiva, optimista, solidaria, juvenil y fecunda, llegando puntual con el Volkswagen guerrero para cumplir una larga jornada de vida sindical, visitando las diferentes escuelas del segundo sector de Lima que comprendía desde la Av. Grau, Jr. Washington, Río Rímac y Ancieta Alta, detrás del Cementerio El Ángel. Específicamente el Cercado de Lima, Barrios Altos, la Huerta Perdida y Santoyo, constituía nuestra zona de trabajo sindical. De acuerdo a la planificación, se visitaban los colegios propiciándose reuniones de maestros para charlas informativas y para la difusión de la prensa sindical. La capacidad convincente de la c. Hilda, movilizándose con rapidez, facilitó el ingreso a colegios impenetrables regentadas por religiosas y Directores pro patronales.

Esta labor metódica de educación sindical clasista, dio sus frutos. Los maestros comprendieron los principios del sindicalismo clasista, fortaleciéndose espiritualmente y organizándose en sindicato. En el proceso, el SUTE 2do. Sector Lima, se consolidó y cumplió un rol protagónico en las heroicas jornadas de luchas del magisterio peruano.

Complementariamente a la labor sindical, Hilda Tísoc dedicó tiempo a estimular a las nuevas generaciones de combatientes. Específicamente al grupo juvenil de teatro Rikchariy que en el primer quinquenio del 70 presentaba la obra “el sueño de un Campesino”, escenificándose en diversos centros educativos del SUTE 2do. Sector de Lima. 

En la segunda mitad de la década del 70, la c. Hilda Tísoc y familia viajaron a México pensando retornar pronto. Llevaba un permiso oficial, sin goce de haber que la exentaba de sus tareas docentes, con la finalidad de cursar una maestría en Estudios Latinoamericanos en la UNAM. La dictadura de Morales Bermúdez, siete meses más tarde, atendiendo una recomendación del FMI de dar baja a quince mil trabajadores al servicio del estado, la despidió, al igual que a su compañero de vida, recortando sus posibilidades de retorno. Participó, desde México, muy activamente en la campaña de solidaridad con la huelga del SUTEP y contra la dictadura militar, recorriendo las escuelas normales, visitando las bases del Frente Magisterial Independiente, las universidades públicas y los locales de las comunidades del exilio. Participó, estando embarazada de su primer hijo, en la masiva movilización del magisterio mexicano frente a la Embajada del Perú. Los intentos de retorno se frustraron por falta de trabajo en tiempos de crisis.

Radicada en México, trabajó como correctora de galeras en la imprenta editorial jurídica Cárdenas, luego como docente en el Colegio Francés Hidalgo, y temporalmente en el Archivo de la Palabra. Allí se familiarizó con el registro de historias de vida y de testimonios del exilio republicano español. Por su cuenta, y en compañía de Napoleón Conde Gaxiola, entrevistó a veteranos y figuras prominentes de la izquierda mexicana, todavía inéditas. Dejó también, las cintas magnetofónicas que registran el testimonio de Leo Zuckermann Mauss, destacadísimo dirigente cominternista alemán, quien luchó contra el nazismo dentro y fuera de Alemania y artífice de la construcción de los Frentes Populares en Europa y primer vicepresidente de la República Democrática Alemana. Al lado de su esposo y compañero, entrevistó al escritor Juan de la Cabada, sobre la estancia de Julio Antonio Mella en México, la cual fue publicada. Fue en la tierra de Emiliano Zapata donde nacieron sus dos hijos, Emiliano y Dahil, quienes dieron sentido creador a su existencia productiva.

Entre sus obras selectas está su libro “LA AGONÍA SOCIAL DE FLORA TRISTAN Y EL MOVIMIENTO FEMINISTA”, publicado en 1971 y digitalizado en el 2009.  Para que Hilda publique esta obra, está clara la influencia de Flora Tristán, una mujer de lucha, de pensamiento y actitud revolucionaria y precursora del movimiento feminista que pasó a la historia difundiendo su tesis “Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescindibles del ser mujer”. Algo más, en el folleto La Unión Obrera, Flora Tristán enarbola su programa a favor del proletariado. He ahí signos puntuales y motivadores para sistematizar ideas de acuerdo a nuestra realidad. He ahí el valor histórico de la obra de Hilda, como sustento fundamental del feminismo y socialismo en la lucha por el cambio social.

Otra reliquia de la pluma de Hilda Tísoc es sus dos MICRO-ENTREVISTAS a personaje polémicos que radicaban en México. El primero a Carlos Quijano (27 febrero de 1978) y el segundo a Eudocio Ravines (01 de marzo de 1978). Recién, como ella aclara en la presentación, lo publica en 2013, después de 35 años. Como preámbulo a las entrevistas, la autora precisa: “Doy constancia que ambos fueron corteses, pero más parcos de lo que anhelaba. Quijano me respondió con escaso entusiasmo mientras que Ravines lo hizo con explicita desconfianza. Al intelectual uruguayo lo entrevisté en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y al político peruano en sus oficinas del periódico El Heraldo”. Cuando ambos intelectuales fallecen en el destierro, la actitud del pueblo se deja sentir. En junio 1984 murió Carlos Quijano y el pueblo sintetizó su mensaje en expresiones como esta: “Enseñó a pensar con claridad”. En enero 1979, Eudocio Rabines falleció atropellado y en el diario El Comercio se publicó una breve nota sin mayor trascendencia. El pueblo lo ignoró, porque desde la muerte de José Carlos Mariátegui defeccionó, organizando su propio partido y terminando su vida al servicio de la reacción. Bien la micro entrevista, motivadora para conocer el rol del factor humano.

En la Biografía y testimonio de Jorge Turner, sobre Juan Pablo Chang Navarro, Hilda Tísoc sistematiza la formación política, militancia y acción heroica de un revolucionario que formó parte del núcleo combatiente del Che Guevara. Fiel a sus principios murió en su ley, luchando como internacionalista por sus nobles ideales. Conjuntamente con el Che y el combatiente boliviano Simón Cuba, fue capturado en la quebrada del Yuro (Bolivia) y “pasado por las armas a mansalva el 8 de octubre de 1967”. Con estos documentos, la autora reivindica la memoria de un digno luchador por el cambio social en la Región de América Latina. Es también autora de varias microbiografías de mujeres peruanas vinculadas a la intelectualidad de izquierda y a los movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Varias de ellas han sido publicadas en el blog https://socialismoperuanoamauta.blogspot.mx. Y de seguro habrá otras obras de valor, aún inéditas, debido a su pasión por la literatura.

Siempre hemos leído en diversas literaturas, manifiestos y también escuchado en actos de masas la consigna, “cuando un revolucionario muere, nunca muere”. En efecto, la muerte tiene distintos significados. Al respecto, el escritor chino Sima Chien decía: “Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que el monte Taishan o menos que una pluma. Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que el monte Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma”. Entonces, quienes han luchado toda su vida por la liberación de las fuerzas productivas en función de los intereses del pueblo, el morir es nacer a la eternidad. Sus ideales plasmados en sus obras, seguirán vigentes y serán desarrollados por las nuevas generaciones de combatientes. La c. Hilda Tísoc, llegó para partir de nuevo. Sus obras iluminarán el camino del pueblo, en las largas jornadas de lucha por un nuevo amanecer.

Hilda Tísoc Lindley, luchó dignamente más de un año contra la enfermedad que la aquejaba. Siempre serena, comprendiendo la crítica realidad y compartiendo inquietudes con el ser amado, se fue lúcida como los grandes, filosofando acerca de la muerte y encomendando que se cumpla su deseo al cerrar definitivamente sus ojos, esos dos luceros que le dieron tanto, distinguiendo el negro del blanco, avizorando en el cielo su fondo estrellado y, sobre todo, distinguiendo en las multitudes al hombre que amó toda su vida. Partió el 7 de enero del 2017, “escuchando su canción preferida: Gracias a la vida”. Nos queda su trabajo productivo como semilla que germinará y engrandecerá las luchas de las nuevas generaciones por un mundo mejor, por la que luchó y soñó siempre.

Lima-Perú, 24 enero 2017
José Félix D.

Fuentes:
      
  1. TÍSOC LINDLEY, Hilda. La agonía social de Flora Tristán y el movimiento feminista. Lima, 1971.

  1. TÍSOC LINDLEY, Hilda. “Una Biografía de nuestro tiempo, Juan Pablo Chang Navarro (1930-1967)” (1). México, 2016.

  1. TÍSOC LINDLEY, Hilda. “Juan Pablo Chang Navarro en el testimonio de Jorge Turner.” México, 2016

  1. TRISTÁN, Flora. Biografía.

  1. ZEDONG, Mao. Servir al pueblo, Obras Escogidas. Primera Edición, 1968. Páginas 177-78.

  1. MELGAR BAO, Ricardo. Testimonio de parte acerca la actividad de Hilda en México.

  1. FÉLIX DAMIÁN, José. German Caro Ríos, Vida y Obra. Lima, mayo 2016.











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