A Mario Spelucin
La hora increible
Raro instrumentos obsequian al viento
notas prohibidas e incomprensible....
!Es la medianoche! Dedos invisibles
han lanzado el disco del encantamiento.
Su cara de enferma, que el embrujamiento
de la luna ha dado gestos apacibles,
levanta mi ánima!.....! Y se oyen terribles
aullidos de perros que beben obsento!
!Palabras untadas de luz y armonía!...
!Gritos cabalíticos de honda poesía!...
!Caballos que piafan al soplo vernal!...
!Estatuas perdidas, jardinas lontanos,
y la eucaristía de unas finas manos
sobre la fogata que arde en mi frontal!
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