Los hombres están hechos para oírse (a Juan Apaza, ex dirigente minero) El día jamás es absoluto Poco tiene el amor de oscuro Ojos altivos escuchan proverbios Una existencia alumbrada para compartir, Juan A veces hay un anhelo-candela Hay esperanzas-mujeres para complacer Dos manos dos ramas dos girasoles dos colibríes Al final de la melancolía Hallo palabras para eliminar el odio Los revolucionarios se mueven dentro de raros espacios Mi corazón magenta soñará simplemente Si se despiertan otros Compañeros abiertos Más allá del pan del nombre del dolor Abajo el culto a la personalidad Alcen el porvenir contra la muerte Aquel subterráneo de verdugos banales Revolución sabré colorar tal palabra? En los errantes zapatos de la multitud Mezclados con los grandes y con los críos Hombres y mujeres Manos unidas Saben Qué confina la vida Los hombres están hechos para oírse ¿Di, Éluard? Domingo, 12 octubre 2008, Lima. Ros |
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