miércoles, 15 de octubre de 2014

GABO, VARGAS LLOSA Y OTROS: DIFERENCIAS / por juan Cristóbal (lima, 10 / 15 /2014)

Esta es la opinión de un humilde lector que deseaba saber por qué me gustaban tanto el Gabo y  Rulfo, y sentía cierta dificultad de conectarme con Vargas Llosa y otros, como Borges o el propio Cortázar, y Onetti ya era otra cosa mayor, sin hablar de Lezama Lima, a quienes sin embargo, a estos dos últimos, admiraba casi por intuición. Y no era solamente la facilidad de leerlos (al Gabo o Rulfo, aunque parezca mentira respecto a este ultimo, pero era lo que me sucedía), lo que me llevó tiempo fue descubrir esa atracción por el Gabo y Rulfo. Hasta que por fin, más que descubrir, lo puedo decir con esa satisfacción de saber una respuesta: era la familiaridad que sentía con ellos (que no era la misma que con Kafka, otro autor que me cautiva, por ejemplo, que era una familiaridad más alejada y misteriosa), la forma tan sencilla, tierna y popular de expresar lo que la realidad (desde el rincón secreto de sus sueños) les decía y ellos las transmitían con una sensible y poderosa imaginación, es decir, sin ningún tipo de orgullo, soberbia o altivez académica (tan cercanos a Vargas Llosa y Borges, especialmente), y también porque sentían que no estaban tan preocupados por la elaboración de diversas técnicas literarias (tan caro a Vargas Llosa, Borges o Cortázar, además de evidente) que si bien las manejaban no les importaba mucho expresarlas, pues estaban allí bien escondiditas, en cada rincón de sus líneas, pero haciendo su función. En síntesis, me sentía pariente del Gabo y Rulfo, y parientes lejanos con los otros. Esto en primer lugar.
En segundo lugar, otro de los porqué, es que ni el Gabo ni Rulfo se sienten trascendentes, son hombres que nos dan la impresión de ser uno más de la tribu, que nos hablan en forma horizontal y lleno de sentimientos, mientras Vargas Llosa y los otros, se sienten en el Olimpo, nos hablan muy racionalmente como si ya estuvieran en trascendencia infinita y sentimos que nos miran por encima del hombre.
Finalmente, otra de las virtudes del Gabo y Rulfo, sobre todo del primero, respecto a Borges y Vargas llosa, es que sus respuestas, cuando declaran o hay diálogo en sus obras, funcionan casi de manera intuitiva, y esa forma de intuición desbarata a cualquiera, lo deja mudo a uno pero lo asombra.
A MODO DE POSTDATA PERSONAL
A estas breves diferencias quisiera añadir algunas otras precisiones que para mí me parecen importantes y que significan, lo que en algún momento llamé “mi distanciamiento solidario” con Vargas Llosa. Distanciamiento que sólo es por un motivo o razón central, que tiene varias variantes: porque él está instalado, literaria y políticamente, en el corazón y en los sentimientos más íntimos de la globalización, o sea, de las multinacionales, y yo todavía estaré, hasta el final de mis días, luchando por y con los marginales, en este mundo frívolo, egoísta, injusto, explotador, corrupto y asesino, que llaman, cínicamente, mundo globalizado.
Porque siento Vargas Llosa es un escritor pasivo, que no me conmueve. Todo lo contrario me sucede cuando leo al Gabo, Rulfo, Arguedas, Vallejo o Ribeyro, con ellos siento la tierra, la conmoción y la emoción del universo. Cuando leo a Vargas Llosa veo y siento un cielo confuso y lleno de artimañas.
Porque cuando leo a Vargas Llosa, especialmente en sus últimos libros, no siento a un peruano. ¿Sienten la misma emoción de sentir al Perú igual que cuando leen a Ciro Alegría, José María Arguedas o César Vallejo? ¿Y cuando leen al Gabo y Rulfo acaso no sienten a Colombia y a Méjico, y a los sufrimientos de nuestra patria latinoamericana?
Porque creo que la mejor literatura es cuando de por medio hay un intenso sufrimiento, en el sentido unamuniano, pues sin angustia no hay ser. Pregunto: ¿sufrirá Vargas Llosa, como Arguedas o como Rulfo o el Gabo cuando escribe?
Porque muchas veces me pregunto si Vargas Llosa escribe ¿desde dentro o desde fuera de la literatura, favoreciendo a quién? Porque el mundo actual me parece muy vargasllosiano. Y así como se habló del "fin de las ideologías", ¿se podria decir, al leer a Vargas Llosa, que con él comienza y termina el fin de la literatura, de un tipo de literatura comprometida con los grandes intereses imperiales?
Porque sospecho que a Arguedas le hubiese gustado escribir, después de leer "La utopía arcaica", un cuento dedicado a Vargas llosa, titulado, "No me digas adiós".
Porque me pregunto ¿no se habrán acostumbrado a leer a Vargas Llosa por cierta indiferencia, monotonía diaria o por la influencia maligna de los medios de comunicación?
Porque Vargas Llosa habla muy bien de lo que escribe, pero no de los que no hablan y no pueden escucharlo. Porque la lectura de Vargas Llosa me hace recordar mucho a Greta Garbo y a Rita Hayword, bañándose en las playas de Miami.
Finalmente, porque mi enemistad con Vargas Llosa no es, ni de lejos, por rencor o envidia, sino por un distanciamiento solidario con los pobres y sus sueños de siempre, por la justicia e igualdad que no tienen y que mueren por ellas.





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