viernes, 31 de diciembre de 2010

FELIZ AÑO 2011 , ENTREVISTAS A ESCRITORES NACIONALES

FELIZ AÑO

DISCURSO DE MARIO VARGAS LLOSA AL RECIBIR EL PREMIO ROMULO GALLEGOS (1967)


Hace aproximadamente treinta años, un joven que había leído con fervor los primeros escritos de Breton, moría en las sierras de Castilla, en un hospital de caridad, enloquecido de furor. Dejaba en el mundo una camisa colorada y "Cinco metros de poemas" de una delicadeza visionaria singular. Tenía un nombre sonoro y cortesano, de virrey, pero su vida había sido tenazmente oscura, tercamente infeliz. En Lima fue un provinciano hambriento y soñador que vivía en el barrio del Mercado, en una cueva sin luz, y cuando viajaba a Europa, en Centroamérica, nadie sabe por qué, había sido desembarcado, encarcelado, torturado, convertido en una ruina febril. Luego de muerto, su infortunio pertinaz, en lugar de cesar, alcanzaría una apoteosis: los cañones de la guerra civil española borraron su tumba de la tierra, y, en todos estos años, el tiempo ha ido borrando su recuerdo en la memoria de las gentes que tuvieron la suerte de conocerlo y de leerlo. No me extrañaría que las alimañas hayan dado cuenta de los ejemplares de su único libro, encerrado en bibliotecas que nadie visita, y que sus poemas, que ya nadie lee, terminen muy pronto trasmutados en humo, en viento, en nada, como la insolente camisa colorada que compró para morir. Y, sin embargo, este compatriota mío había sido un hechicero consumado, un brujo de la palabra, un osado arquitecto de imágenes, un fulgurante explotador del sueño, un creador cabal y empecinado que tuvo la lucidez, la locura necesarias para asumir su vocación de escritor como hay que hacerlo: como una diaria y furiosa inmolación.



Convoco aquí, esta noche, su furtiva silueta nocturna, para aguar mi propia fiesta, esta fiesta que han hecho posible, conjugados, la generosidad venezolana y el nombre ilustre de Rómulo Gallegos, porque la atribución a una novela mía del magnifico premio creado por el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes como estímulo y desafío a los novelistas de lengua española y como homenaje a un gran creador americano, no sólo me llena de reconocimiento hacia Venezuela; también, y sobre todo, aumenta mi responsabilidad de escritor. Y el escritor, ya lo saben ustedes, es el eterno aguafiestas. El fantasma silencioso de Oquendo de Amat, instalado aquí, a mi lado, debe hacernos recordar a todos -pero en especial a este peruano que ustedes arrebataron a su refugio del Valle del Canguro, en Londres, y trajeron a Caracas, y abrumaron de amistad y de honores- el destino sombrío que ha sido, que es todavía en tantos casos, el de los creadores en América Latina. Es verdad que no todos nuestros escritores han sido probados al extremo de Oquendo de Amat; algunos consiguieron vencer la hostilidad, la indiferencia, el menosprecio de nuestros países por la literatura, y escribieron, publicaron y hasta fueron leídos. Es verdad que no todos pudieron ser matados de hambre, de olvido o de ridículo. Pero estos afortunados constituyen la excepción.



Como regla general, el escritor latinoamericano ha vivido y escrito en condiciones excepcionalmente difíciles, porque nuestras sociedades habían montado un frío, casi perfecto mecanismo para desalentar y matar en él la vocación. Esa vocación, además de hermosa, es absorbente y tiránica, y reclama de sus adeptos una entrega total. ¿Cómo hubieran podido hacer de la literatura un destino excluyente, una militancia, quienes vivían rodeados de gentes que, en su mayoría, no sabían leer o no podían comprar libros, y en su minoría, no les daba la gana de leer? Sin editores, sin lectores, sin un ambiente cultural que lo azuzara y exigiera, el escritor latinoamericano ha sido un hombre que libraba batallas sabiendo desde un principio que sería vencido. Su vocación no era admirada por la sociedad, apenas tolerada; no le daba de vivir, hacía de él un productor disminuido y ad-honorem. El escritor en nuestras tierras ha debido desdoblarse, separar su vocación de su acción diaria, multiplicarse en mil oficios que lo privaban del tiempo necesario para escribir y que a menudo repugnaban a su conciencia, y a sus convicciones. Porque, además de no dar sitio en su seno a la literatura, nuestras sociedades han alentado una desconfianza constante por este ser marginal, un tanto anónimo que se empeñaba, contra toda razón, en ejercer un oficio que en la circunstancia latinoamericana resultaba casi irreal. Por eso nuestros escritores se han frustrado por docenas, y han desertado su vocación, o la han traicionado, sirviéndola a medias y a escondidas, sin porfía y sin rigor.



Pero es cierto que en los últimos años las cosas empiezan a cambiar. Lentamente se insinúa en nuestros países un clima más hospitalario para la literatura. Los círculos de lectores comienzan a crecer, las burguesías descubren que los libros importan, que los escritores son algo más que locos benignos, que ellos tienen una función que cumplir entre los hombres. Pero entonces, a medida que comience a hacerse justicia el escritor latinoamericano, o más bien, a medida que comience a rectificarse la injusticia que ha pesado sobre él, una amenaza puede surgir, un peligro endiabladamente sutil. Las mismas sociedades que exilaron y rechazaron al escritor, pueden pensar ahora que conviene asimilarlo, integrarlo, conferirle una especie de estatuto oficial. Es preciso, por eso, recordar a nuestras sociedades lo que les espera. Advertirles que la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión, que la razón del ser del escritor es la protesta, la contradicción y la crítica. Explicarles que no hay término medio: que la sociedad suprime para siempre esa facultad humana que es la creación artística y elimina de una vez por todas a ese perturbador social que es el escritor o admite la literatura en su seno y en ese caso no tiene más remedio que aceptar un perpetuo torrente de agresiones, de ironías, de sátiras, que irán de lo adjetivo a lo esencial, de lo pasajero a lo permanente, del vértice a la base de la pirámide social. Las cosas son así y no hay escapatoria: el escritor ha sido, es y seguirá siendo un descontento. Nadie que esté satisfecho es capaz de escribir, nadie que esté de acuerdo, reconciliado con la realidad, cometería el ambicioso desatino de inventar realidades verbales. La vocación literaria nace del desacuerdo de un hombre con el mundo, de la intuición de deficiencias, vacíos y escorias a su alrededor. La literatura es una forma de insurrección permanente y ella no admite las camisas de fuerza. Todas las tentativas destinadas a doblegar su naturaleza airada, díscola, fracasarán. La literatura puede morir pero no será nunca conformista.



Sólo si cumple esta condición es útil la literatura a la sociedad. Ella contribuye al perfeccionamiento humano impidiendo el marasmo espiritual, la autosatisfacción, el inmovilismo, la parálisis humana, el reblandecimiento intelectual o moral. Su misión es agitar, inquietar, alarmar, mantener a los hombres en una constante insatisfacción de sí mismos: su función es estimular sin tregua la voluntad de cambio y de mejora, aun cuando para ello daba emplear las armas más hirientes y nocivas. Es preciso que todos lo comprendan de una vez: mientras más duros y terribles sean los escritos de un autor contra su país, más intensa será la pasión que lo una a él. Porque en el dominio de la literatura, la violencia es una prueba de amor.



La realidad americana, claro está, ofrece al escritor un verdadero festín de razones para ser un insumiso y vivir descontento. Sociedades donde la injusticia es ley, paraíso de ignorancia, de explotación, de desigualdades cegadoras de miseria, de condenación económica cultural y moral, nuestras tierras tumultuosas nos suministran materiales suntuosos, ejemplares, para mostrar en ficciones, de manera directa o indirecta, a través de hechos, sueños, testimonios, alegorías, pesadillas o visiones, que la realidad está mal hecha, que la vida debe cambiar. Pero dentro de diez, veinte o cincuenta años habrá llegado, a todos nuestros países como ahora a Cuba la hora de la justicia social y América Latina entera se habrá emancipado del imperio que la saquea, de las castas que la explotan, de las fuerzas que hoy la ofenden y reprimen. Yo quiero que esa hora llegue cuanto antes y que América Latina ingrese de una vez por todas en la dignidad y en la vida moderna, que el socialismo nos libere de nuestro anacronismo y nuestro horror. Pero cuando las injusticias sociales desaparezcan, de ningún modo habrá llegado para el escritor la hora del consentimiento, la subordinación o la complicidad oficial. Su misión seguirá, deberá seguir siendo la misma; cualquier transigencia en este dominio constituye, de parte del escritor, una traición.



Dentro de la nueva sociedad, y por el camino que nos precipiten nuestros fantasmas y demonios personales, tendremos que seguir, como ayer, como ahora, diciendo no, rebelándonos, exigiendo que se reconozca nuestro derecho a disentir, mostrando, de esa manera viviente y mágica como sólo la literatura puede hacerlo, que el dogma, la censura, la arbitrariedad son también enemigos mortales del progreso y de la dignidad humana, afirmando que la vida no es simple ni cabe en esquemas, que el camino de la verdad no siempre es liso y recto, sino a menudo tortuoso y abrupto, demostrando con nuestros libros una y otra vez la esencial complejidad y diversidad del mundo y la ambigüedad contradictoria de los hechos humanos. Como ayer, como ahora, si amamos nuestra vocación, tendremos que seguir librando las treinta y dos guerras del coronel Aureliano Buendía, aunque, como a él, nos derroten en todas.



Nuestra vocación ha hecho de nosotros, los escritores, los profesionales del descontento, los perturbadores conscientes o inconscientes de la sociedad, los rebeldes con causa, los insurrectos irredentos del mundo, los insoportables abogados del diablo. No sé si está bien o si está mal, sólo sé que es así. Esta es la condición del escritor y debemos reivindicarla tal como es. En estos años en que comienza a descubrir, aceptar y auspiciar la literatura, América Latina debe saber, también, la amenaza que se cierne sobre ella, el duro precio que tendrá que pagar por la cultura. Nuestras sociedades deben estar alertadas: rechazado o aceptado, perseguido o premiado, el escritor que merezca este nombre seguirá arrojándoles a los hombres el espectáculo no siempre grato de sus miserias y tormentos.



Otorgándome este premio que agradezco profundamente, y que he aceptado porque estimo que no exige de mí ni la más leve sombra de compromiso ideológico, político o estético, y que otros escritores latinoamericanos con más obra y más méritos que yo, hubieron debido recibir en mi lugar -pienso en el gran Onetti, por ejemplo, a quien América Latina no ha dado aún el reconocimiento que merece- demostrándome desde que pisé esta ciudad enlutada tanto afecto, tanta cordialidad. Venezuela ha hecho de mí un abrumado deudor. La única manera como puedo pagar esa deuda es siendo, en la medida de mis fuerzas, más fiel, más leal, a esta vocación de escritor que nunca sospeché me depararía una satisfacción tan grande como la de hoy.




















jueves, 30 de diciembre de 2010

"Los últimos años de Marx en su correspondencia" por Manuel Sacristán Luzón

G.Perez:H:
Una conferencia de 1983, en el primer centenario del fallecimiento de Karl
Los últimos años de Marx en su correspondencia
Manuel Sacristán Luzón
Nota edición: El siguiente esquema es el guión de una conferencia que Sacristán dictó
en Madrid el año del primer centenario del fallecimiento de Marx, probablemente en
la facultad de filosofía de la Universidad Complutense. Desconozco la fecha exacta.
Creo que existe una grabación de su intervención que no he sido capaz de localizar.
Se incorporan al texto que aquí se ofrece las fichas anotadas que Sacristán usó
en su intervención y a las que hace referencia en su esquema. La documentación
puede consultarse en Reserva de la Biblioteca Central de la Universidad de Barcelona,
fondo Sacristán.
Según testimonio de algunas personas que asistieron a la conferencia (Josep M.
Domingo, Toni Domènech, Albert Domingo Curto, entre ellas), estuvo a la altura de
sus mejores intervenciones.
*
1. Voy a entender por últimos años de Marx los últimos diez: 1873-83.
1.1. Principalmente porque en 1873 termina lo sustantivo de las luchas
de la AIT.
1.1.1. Aunque ésta existió formalmente hasta julio 1876.
2. Y voy a utilizar sus cartas.
2.1. A pesar de la advertencia de Marx.
"(...) dass die brutale Sprache von Briefen nicht "für den Druck"
berechnet ist (...) [de modo que el brutal lenguaje de las cartas no es
adecuado para la comprensión" (Carta a Engels, 10/9/1870)
2.2. Porque algunas de las principales novedades del pensamiento del
viejo Marx se encuentran en cartas, más que en la
Crítica del Programa de
Gotha
o en las Glosas a Wagner, textos que más bien ofrecen afinamientos del
modelo macrodinámico que procede de 1847 (
Misere y MC)
3. El que la AIT se extinguiera prácticamente en 1873 no quiere decir
que terminaran con ella las peleas políticas de Marx.
3.1. Las tuvo aún de herencia de la AIT.
3.1.1. Por ejemplo, en 1878, con Lothar Bucher y George Horwell.
3.1.2. Y a ellas hay que sumar las peleas en el marco del partido
alemán, que han producido dos textos importantes: la Carta circular con
Engels (redacción de éste) a Bebel, Liebknecht, Bracke, etc. de 1879 y la carta
de Marx a Sorge del mismo año y sobre el mismo asunto.
3.2. Esos textos documentan la persistencia del ánimo revolucionario,
articulado o no como certeza científica.
3.2.1. La Circular es una intervención contra los "3 de Zürich"
-Höchberg, Bernstein y Schramm- y su proyectada revista de partido.
3.2.2. Crítica del reformismo.
3.2.1. Crítica o sátira de la actitud reformista.
""El partido muestra precisamente ahora, bajo la presión de la ley contra
los socialistas, que
no está dispuesto a emprender el camino de la revolución
sangrienta violenta, sino que está resuelto...a discurrir por el camino de la
legalidad, esto es, de la reforma" [MSL: Del manifiesto de los 3 de Zürich,
Bernstein, Höchberg, Schramm]. De modo que los 500.000 o 600.000
electores socialdemócratas dispersos por todo el país sean lo suficientemente
razonables para no tirarse de cabeza contra la pared e intentar una
"revolución sangrienta" en la proporción de uno contra diez prueba que
renuncian
para siempre a aprovechar algún gran acontecimiento exterior,
alguna explosión revolucionaria repentina causada por él, o incluso una
victoria del pueblo conseguida en la colisión resultante. Si Berlín volviera a
ponerse otra vez tan mal educado que repitiera un 18 de marzo, los
socialdemócratas, en vez de intervenir en la lucha como "canallas ansiosos de
barricadas" (p. 88) deberían emprender el "camino de la legalidad", quitar
hierro a la situación, eliminar las barricadas y, en caso necesario, marchar con
el ejército de los señores contra esas masas sin visión, groseras e incultas"
(Marx/Engels, Circular a Bebel..., 17/18/9/1879.
"No tratan de
abandonar el programa [MSL: los tres de Zürich], sino sólo de
aplazarlo
... hasta una época indeterminada. El programa se acepta, pero no
realmente para uno mismo ni para el tiempo de su vida, sino póstumamente,
como legado para hijos y nietos. Y hasta entonces se aplica "toda la fuerza y la
energía a minucias y zurcidos de todas clases en el orden social capitalista,
para que parezca que se hace algo y al mismo tiempo para no espantar a la
burguesía" (Marx/Engels, Circular a Bebel etc., 17/18/9/1879).
3.2.2.2. Mantenimiento de la tesis y la política de lucha de clases:
"Para quitarle a la burguesía el último resto de miedo, hay que probarle
clara y redondamente que el fantasma rojo no es realmente más que un
fantasma, que no existe. Pero ¿cuál es el secreto del fantasma rojo, sino el
miedo de la burguesía a la inevitable lucha a vida o muerte entre ella y el
proletariado? ¿Sino el miedo a la inevitable decisión de la moderna lucha de
clases? Elimínese la lucha de clases y la burguesía y "todas las personas
independientes" dejarán de "temer ir de la mano del proletariado". Pero los
estafados serían entonces los proletarios." (Marx/Engels, Circular a Bebel, etc.,
17/18/9/1879)
3.2.2.3. Escarnio del parlamentarismo y de la democracia burguesa:
"(...) están tan infectados de idiotismo parlamentario (...)"[MSL: Los de
Zürich y los suyos] (Marx a Sorge, 19/9/1879).
"Fingir descaradamente ante los demás y engañarse al mismo tiempo a
sí mismo: eso es a
sabiduría parlamentaria in nuce" (Marx a Danielson,
19/2/1881).
"Se le reprocha también [a Kirsch] su "rechazo de la democracia
burguesa". ¿Y si tiene que hacer la democracia burguesa en el partido
socialdemócrata? Si el partido se compone de "hombres honrados", la
democracia burguesa no puede querer entrar en él (...)" (Marx/Engels, Circular
a Bebel, Bracke, etc... 17/18/9/1879).
3.2.3. Hasta llegar a conceptuaciones extremistas muy raras en Marx:
"Liebknecht, luego de su gran metedura de pata en la transacción con
los lassalleanos, ha abierto de par en par las puertas a todos esos
semihombres (los de Zurich y su medio) preparando así, malgré lui, una
desmoralización en el partido que sólo se pudo superar por la ley contra los
socialistas" (Marx a Sorge, 19/9/1879).
Sacristán (MSL): Es una versión grotesca de la tesis del tanto mejor.
3.2.3.1. Y realmente incompatibles con su estilo habitual, que se
mantiene hasta el final de su vida:
"En estos
últimos tiempos Paul ha escrito sus cosas mejores, con humor
y atrevimiento y solidez con alegría, mientras que
antes me aburría a veces
cierta fraseología ultrarrevolucionaria, pues ésta siempre me parece "el
vacío", y nuestras gentes deberían dejar esa especialidad a los llamados
anarquistas, que en realidad son columnas del orden presente y no ponen
desorden en nada, ni en sus propias y pobres cabezas pueriles, que ya de
nacimiento son el caos; ce n'est pas leur faute." (Marx a Laura Lafargue desde
Ventnor, 14112/1882).
3.3. Hay, pues, sin duda, en el período que estudio unas últimas peleas
políticas y doctrinales, como en las cartas recién consideradas o en la
Crítica
del Programa de Gotha
, textos, por lo demás, en los que se expresa una
soberbia acritud poco agradable
3.3.1. Que no es el estilo cáustico de siempre, el cual, por otra parte, se
mantiene hasta los años 1880, por ejemplo, en este paso de 1877:
"Sobre todo lo que ocurre en el Elysée se sabe diariamente todo en
París, porque los tapageurs bonapartistas que entran y salen de él no
mantienen la boca cerrada. Mac-Mahon enfadadísimo. Ese animal, cuya
primera frase histórica fue J´y suis y reste y segunda C´est assez, pronuncia
ahora su última palabra. Dice desde la mañana hasta la noche: Merde" (Marx
a Engels, 23//1877). Viejo estilo.
3.3.2. Sino una acentuación -con la "brutale Sprache" de las cartas -del
antipático orgullo teórico de la
Crítica del programa de Gotha .
3.3.2.1. Contra los ex-trabajadores escritores:
"(...) si el señor Most no ha notado que no sólo trabajadores corrientes e
incluso ex-trabajadores como él, que se imaginan que pueden saberlo todo en
poco tiempo y juzgar acerca de todo, sino también gente formada de verdad
científicamente pueden aprender mucho de lo desarrollos positivos de Engels,
lo siento por su capacidad de juicio" (Marx a Wilhelm Bracke, 11/4/1877).
3.3.2.1.1. Con la punta de irritación dogmática ortodoxa:
"Los trabajadores mismos, cuando, como el señor Most y sus
compañeros, dejan el trabajo y se convierten en literatos de profesión, causan
siempre desgracias "teóricas" y están siempre dispuestos a adherirse a
confusionarios de la casta supuestamente culta". Sobre todo, lo que desde
hace decenios habíamos barrido..." (Marx a Sorge, 19/10/1877). Los dos
temas.
3.3.2.2. Contra los intelectuales socialistas de origen académico:
"Todos esos encantadores escritores de middle-class -cuando no se trata
de especialistas- están ansiosos de hacer dinero, nombre o capital político con
toda nueva idea que un viento favorable les acerque."
Se refiere a Hyndman.
Analizar la complicada actitud de Marx en estas cosas: por una parte, es
muy aristocrático intelectualmente: desprecia a los intelectuales mezza
calzetta. Por otra, lo hace sobre la base de una noción de ciencia vacilante y
oscura.
"Sería, efectivamente, muy agradable que apareciera una revista social
realmente científica. Daría ocasión para críticas o anticríticas en las que
podríamos discutir cuestiones teóricas y poner de manifiesto la absoluta
ignorancia de profesores y ayudantes, aclarando así, al mismo tiempo, las
cabezas del
general public, igual trabajadores que burgueses. Pero la revista
de Wiede no
puede ser sino sham-scientific; los mismos burdos semi-ilustrados
y literati que saben las cosas a medias, los que hacen inseguros la
Neue Welt,
el
Vorwärts, ec, constituyen inevitablemente el grueso de sus colaboradores.
La falta de contemplaciones -que es la primera condición de la crítica- se hace
imposible en semejante sociedad; además, habrá que tener constantemente
cuidado, para ser fácilmente comprensibles, esto es: exposición para
ignorantes. Imagínate una revista de química cuyo constante presupuesto
básico fuera la ignorancia del lector en materia de química" (Marx a Engels,
18/7/877).
3.3.3. Esa acritud y violencia crítica expresa sin duda pasión por el rigor
científico, pero es un asunto complicado, porque le subyace la vacilante y
oscura noción de ciencia de Marx y la indistinción acrítica entre predicción y
programa:
"Es un fenómeno fundado en el curso del desarrollo, un fenómeno
inevitable, que también gentes procedentes de las clases hasta ahora
dominantes se adhieran al proletariado y le procuren elementos formativos. Lo
dijimos claramente ya en el
Manifiesto. Pero a este respecto hay que observar
dos cosas:
En primer lugar
, esas gentes, para ser útiles al movimiento proletario,
tienen que aportar elementos formativos reales. Y esto no ocurre en la gran
mayoría de los conversos burgueses alemanes. Ni la
Zukunft ni la Neue
Gesellschaft
han aportado nada que hiciera avanzar ni un paso al movimiento.
No hay nada de material formativo auténtico, factual o teórico. En lugar de
eso, lo que hay es intentos de poner en armonía las ideas socialistas,
superficialmente asimiladas, con los más diversos puntos de vista teóricos que
esos caballeros traen de la universidad o de donde sea y que son a cual más
confuso, a causa del proceso de descomposición en que se encuentran hoy los
restos de la filosofía alemana. En vez de empezar por estudiar
concienzudamente por si mismos la nueva ciencia, cada cual se la dispuso
según el punto de vista que ya traía, se fabricó rápidamente su propia ciencia
privada y se presentó con la pretensión de enseñarla. Por eso hay entre esos
caballeros aproximadamente tantos puntos de vista cuantas cabezas; en vez
de aportar claridad a algo, no han hecho más que crear una lamentable
confusión, aunque, afortunadamente, casi sólo entre ellos mismos. El partido
puede prescindir perfectamente de semejantes elementos cuyo primer
principio es enseñar lo que no han aprendido."(Marx/Engels, Circular a Bebel
etc., 17/18/9/1879).
Es muy buen lugar de la confusión: pathos científico para doctrina
revolución.
"El sueño de la ruina inminente del mundo animó a los cristianos
primitivos en su lucha contra el imperio universal romano y les dio la certeza
de la victoria. La comprensión científica de la descomposición inevitable, que
constantemente procede ante nuestros ojos, del orden social dominante y las
masas cada vez más azotadas en sufrimiento por los viejos fantasmas
gubernamentales, así como el desarrollo positivo de los medios de producción,
en gigantesco progreso [MSL: ni siquiera las fuerzas productivas, sino los
medios], todo eso basta como garantía de que con el momento del estallido de
una revolución realmente proletaria quedará dadas también las condiciones
de su modus operandi inmediato y directo, que seguro no será idílico." (Marx a
Nieuwenhuis, 22/2/1881)
La curiosa involuntario confesión de la analogía funcional de la religión y
su "ciencia".
Y la confusión final: esto está escrito poquísimo antes que la carta a
Vera Sasulich, y lleva el objetivismo hegeliano al máximo. No se puede hablar
de cambio.
4. Pero por más que su idea de ciencia siga pecando de la fundamental
confusión hegeliana y joven-hegeliana, está fuera de duda que Marx ha vivido
el cambio de su situación en este comienzo de los años setenta como una
deseada liberación de su tiempo para el trabajo científico.
4.1. En realidad, ha deseado y preparado el cambio desde 1871:
"Ya le dije en Londres que me he preguntado a menudo si no ha llegado
el momento de retirarme del Consejo General. Cuanto más se desarrolla la
Asociación, tanto más tiempo se pierde, y, en última instancia, tengo que
terminar alguna vez
El Capital" (Marx, Carta a César de Paepe, del
24/11/1871).
"Espero con impaciencia el próximo congreso (La Haya). Ese será el final
de mi esclavitud. Luego volveré a ser un hombre libre; no aceptaré más
funciones administrativas, ni en el Consejo General ni en el Consejo Federal
Británico" (Marx, Carta a César de Paepe,28/5/1872).
4.2. Por otra parte, el empeoramiento de su salud le va obsesionando
con la necesidad de trabajar:
"(...) eres injusto conmigo si atribuyes mi desidia en el escribir a una
causa que no sea el vacilante estado de mi salud, que interrumpe
constantemente mis trabajos, y luego aguijonea para recuperar el tiempo
perdido descuidando todas las demás obligaciones (incluidas las cartas) y
acaba por volverlo a uno malhumorado y perezoso" (Marx a Ludwig
Kugelmann, 18/5/1874)
"(..) ir a Karlsbad. Me aseguran que a mi regreso volveré a estar
completamente capaz de trabajar, y ser
incapaz es realmente la sentencia de
muerte para todo ser humano que no sea una bestia" (Marx a Sorge,
4/8/1874).
4.3. Y hasta los razonamientos para justificar la congelación de la AIT
tienen cierto aire de racionalización de su deseo de limitarse al trabajo
científico:
"Según mi visión de la situación europea, es por completo útil dejar por
el momento que la organización formal de la Internacional pase a segundo
término, y solo mantener, si es posible, el punto central en Nueva York para
que ningún idiota como Perret o aventurero como Cluseret se apoderen de la
dirección y comprometan la causa. Los acontecimientos y el desarrollo y la
complicación inevitable de las cosas se ocuparán por sí mismos de la
resurrección de la Internacional en forma perfeccionada" (Marx a Friedrich
Adolph Sorge, 27/9/1873).
4.4. En cierto sentido, ésta es la época más teórica de Marx:
4.4.1. Intentos de formalización matemática de aspectos de su teoría:
"He comunicado aquí a Moore [MSL: Samuel, el matemático] un asunto
con el que ya llevo mucho tiempo debatiéndome en privado. Pero él cree que
el problema es irresoluble, o, por lo menos, irresoluble pro tempore a causa de
los muchos factores, en gran parte aún por descubrir, que intervienen en él.
Se trata de lo siguiente: conoces las tablas en las cuales se representan los
precios, las tasas de descuento, etc, etc, en su movimiento durante el año,
etc., en zigzags ascendentes y descendentes. He intentado muchas veces
-para el análisis de las crisis- calcular como curvas irregulares esos ups y
downs, y he creído (todavía creo que es posible, con el examen de material
suficiente) determinar a base de eso matemáticamente las principales leyes
de las crisis. Como digo, Moore considera que por el momento eso es
irrealizable, y he decidido abandonarlo por the time being (Marx a Engels,
31/5/1873).
4.4.2. E incluso de investigación matemática pura
4.4.3. Tropezando en ambos casos con el rechazo de su autoridad,
Samuel Moore.
5. Pero los muchos sufrimientos físicos y psíquicos de diez años han ido
royendo el alegre ímpetu de esas ganas de dedicarse a la ciencia.
5.1. Coincidiendo con la muerte de su nieto Charles Longuet, hijo de
Jenny, a los 11 meses, en agosto de 1874, fuerte acceso de forunculosis, no
puede trabajar. Aunque en los primeros meses de ese año había trabajado en
El Capital
francés.
5.2. En agosto y septiembre de ese año pasa su primera cura en
Karlsbad, con Eleanor. Volverá en 1875 y 1876. Los tres años con cura en
Karlsbad, más el de 1877, en el que acude, por ahorrar, a Neuenahr, son
seguramente los mejores de este período desde el punto de vista de la salud,
el humor y la capacidad de trabajo.
5.2.1. En 1875 escribe la
Crítica del Programa de Gotha y termina la
edición francesa del libro I de
K.
5.2.1.1. En la
Crítica hay una reafirmación categórica y
aproblemática del modelo clásico de Marx:
" "En la medida en que el trabajo se desarrolla socialmente,
convirtiéndose en fuente de riqueza y cultura, se desarrollan la pobreza y el
abandono por el lado del trabajador y la riqueza y la cultura por el del no
trabajador". Esa es la ley de toda la historia sida hasta ahora. Por lo tanto, en
vez de decir generalidades sobre "el trabajo" y "la sociedad", había que
mostrar resueltamente cómo finalmente, en la actual sociedad capitalista, se
han creado las condiciones materiales, etc. que permiten y fuerzan a los
trabajadores a romper esa maldición histórica" (Kritk des Gothas Programms
[Crítica del Programa de Gotha], 1875. MEW 19, 17).
La dicción es todavía sin problema, dos años antes de la carta a
Otechestvénnie Sapiskie [Anales de la Patria].
5.2.1.2. La edición francesa de
K I ha sido la mejor ocasión que ha
tenido de reelaborar su obra, cosa siempre deseada por él, y con varias
motivaciones:
5.2.1.2.1. Popularizar:
El sentido que tiene para Marx su reelaboración del cap. I de KI es
escribirlo "in einer volkstümlichere Art" [de manera accesible] (Carta a Paul y
Laura Lafargue, del 24 y 25/11/1871).
5.2.1.2.2. Considerar novedades:
"Por lo que hace a la continuación de mi obra, la información de our
friend (Lopátin) se basa en un equívoco. He considerado necesaria una
reelaboración completa del manuscrito. Además, hasta el momento me
faltaban documentos necesarios que me van a llegar finalmente de los United
States" (Marx, carta a Danielson, del 13/6/1871).
"La segunda parte del Capital no puede aparecer en Alemania en las
presentes circunstancias, lo cual es para mí muy agradable en la medida en
que, precisamente, en este momento, ciertos fenómenos económicos han
entrado en un nuevo estadio del desarrollo, de modo que requieren nueva
elaboración" (Marx a Ferdinand Domela Nieuwenhuis, 27/6/1880).
5.2.1.2.2.1. Como se ve, la preocupación dura toda una época.
5.2.1.2.3. El estudio intenso de datos rusos y norteamericanos que
irritaba a Engels.
5.2.1.2.3.1. USA:
"¿Puedo recibir de New York (
a mi casa, naturalmente) los catálogos de
libros norteamericanos desde 1873 hasta ahora? Se trata para mí (para el
volumen segundo de
El Capital) de ver qué cosa útil ha aparecido acerca de
agricultura norteamericana y situación de la propiedad de la tierra, así como
sobre crédito (pánico, dinero, etc. y lo relacionado con ello)?" (Marx a Sorge,
4/4/1876).
"El campo más interesante para los economistas se encuentra ahora
indudablemente en los Estados Unidos, y ante todo en el período de 1873
(desde la crisis de septiembre) hasta 1878, el período de la crisis crónica.
Transformaciones cuya consumación requirió en Inglaterra siglos se realizaron
aquí en pocos años. Pero el observador tiene que mirar no a los estados más
viejos del Atlántico, sino a los posteriores (Ohio es un ejemplo característico) y
a los más recientes (
California, p.e.)." (Marx a Danieson, 15/10/1878).
"En la velocidad del progreso económico los Estados Unidos han
superado ampliamente a Inglaterra, aunque todavía está detrás de ella por lo
que hace a la santidad de riqueza apropiada; pero, al mismo tiempo, las
masas son más activas y tienen en sus manos mayores medios políticos para
rechazar
la forma de un progreso que se realiza a costa de ellas." (Marx a
Danielson, 10/4/1879).
Ya está desengañado de la clase obrera inglesa.
5.2.1.2.3.1.1. Con frecuentes resultados clarividentes:
"Le premier pays oú les affaires vont suivre la ligne
ascendante, ce sont
Les
Etats-Unis de l'Amérique du Nord. Sólo que el florecimiento empezará allí
en condiciones completamente cambiadas, y para peor. El pueblo Intentará en
vano liberarse del poder de los monopolios y de la Influencia (nefasta por lo
que hace al
bienestar inmediato de las masas) de las grandes compañías que
se han hecho con la industria, el comercio, la propiedad de la tierra, los
ferrocariles y las finanzas. [MSL: Cuanto vale el modelo, vale sin más], cada
vez más aceleradamente desde el estallido de la guerra civil. Los mejores
escritores yanquis proclaman en voz alta el hecho tenaz de que la guerra
contra la esclavitud, aunque sin duda ha roto las cadenas de los negros, ha
esclavizado, en cambio, a los productores blancos." (Marx a DanieIson,
15/11/1878).
5.2.1.2.3.2. Rusia
5.2.1.2.3.2.1. Aparentemente, sólo por el estudio de la propiedad y renta
de la tierra
"Se comprende este interés de Marx por Rusia si se toma en cuenta el
papel que atribuía al estudio del desarrollo económico ruso en la elaboración
definitiva de los últimos tomos de
El Capital. Los datos y ejemplos rusos
debían ser utilizados como ilustración del desarrollo de los países agrarios, del
mismo modo que los datos ingleses lo fueron en el tomo primero de
El Capital
para los países de capitalismo industrial" (p. 9).
Es paráfrasis de Engels, y muestra por qué no pudieron dar importancia
teórica a la cuestión rusa.
"En el libro II del Capital, en la sección sobre la propiedad de la tierra,
me ocuparé muy detalladamente de la forma rusa" (Marx, carta a Danielon,
del 12/12/1872).
5.2.1.2.3.2.2. Pero un año antes Marx había expresado su interés por
Rusia sin relación con ese tema:
"No sé si le he dicho que desde comienzos de 1870 tuve que estudiar
ruso, lengua que ahora leo con bastante facilidad. Ello empezó porque me
mandaron de San Petersburgo la importantísima obra de Plerovski sobre "La
situación de la clase trabajadora (en especial los campesinos) en Rusia" y
también quería conocer las (espléndidas) obras de economía de Chernichevski
(en agradecimiento por las cuales está condenado desde hace 7 años a
trabajos forzados en las minas de Siberia). El botín merece la fatiga que le
cuesta a un hombre de mi edad dominar una lengua tan lejana de los troncos
lingüísticos clásico, germánico y románico. El movimiento intelectual que
ahora ocurre en Rusia muestra que hay una fermentación profunda. Las
cabezas están siempre enlazadas por hilos invisibles al body del pueblo "
(Marx, carta a Sigfrid Meeyer, 21/1/1871).
5.2.1.2.3.2.3. Y tempranamente había pensado en la obschchina:
"¿Cómo puede ser que en esa institución (la obschchina) se haya
introducido como medida puramente fiscal, como fenómeno concomitante de
la servidumbre mientras que en todas las demás partes nació de modo natural
y constituyó una fase necesaria del desarrollo de los pueblos libres" (Marx a
Nicolái Franzevich Danielson, 22/3/1873).
Se refiere al Gemeineigentum y discute a Chicherín.
5.2.1.2.3.2.4. Y en todo lo ruso:
"Le agradecería mucho algunas informaciones .de las que usted sin
duda dispone como banquero. acerca de la situación actual de las finanzas
rusas" (Marx a Danielson, 15/11/1878).
5.2.1.2.3.2.5. Esa dedicación hace posible su completo cambio de
opinión sobre el movimiento revolucionario ruso entre 1868 y 1881.
"Hace unos días un editor de San Petersburgo me sorprendió
comunicándome que la traducción rusa de
El Capital estaba ya en la imprenta;
me pedía una fotografía para la viñeta del título. No puedo negarles ese
pequeño favor a mis "buenos amigos " los rusos. Es una ironía del destino que
los rusos, a los que he combatido ininterrumpidamente desde hace 25 años,
no sólo en alemán, sino también en francés y en inglés, hayan sido siempre
mis "protectores". Durante los años 1843-1844, en París, los aristócratas rusos
me mimaban. Donde mayor difusión ha tenido mi escrito contra Proudhon
(1847), como lo publicado por Duncker (1858), ha sido en Rusia, y la primera
nación extranjera que publica
El Capital es Rusia. Sin embargo, no hay que
hacer demasiado caso de este hecho [MSL: contrario a su esquema de filosofía
de la historia]; la aristocracia rusa pasa su juventud estudiando en las
universidades alemanas o en París; busca con verdadera pasión todo lo que
Occidente le ofrece de extremista, pero es sólo pura gula; del mismo modo
actuaba una parte de la aristocracia francesa del sigo XVIII. "Esto no está
hecho ni para sastres ni para zapateros", decía entonces Voltaire hablando de
sus propios pensamientos. Si embargo, esto no impide que los rusos, al entrar
al servicio del estado, se conviertan en unos canallas" (Marx, carta a Ludwig
Kugelmann, del 12 de octubre de 1868).
"¿Has seguido el juicio de San Petersburgo contra los autores del
atentado [MSL: contra Alejandro II]? Son gente muy capaz, sin actitudes
melodramáticas, simples, objetivos y heroicos. Gritar y hacer son contrarios
inconciliables. El comité ejecutivo de San Petersburgo, que opera tan
enérgicamente, publica manifiestos de refinada "moderación"." (Marx, carta a
Jenny Longuet, del 11 de abril de 1881).
5.2.1.2.3.2.6 Y una gran esperanza sobre Rusia
"Que las derrotas de los rusos en la Turquía europea llevan
directamente a la revolución en Rusia, queda ya probado, incluso para Lavrov
y Lopatin, por las explosiones de la prensa Rusia con motivo de las failures en
Armenia, sin que ninguna censura pueda reprimirlas" (Marx a Engels,
18/7(1877).
"Todos los sectores de la sociedad rusa están en completa
desintegración económica, moral e intelectual. Esta vez la revolución
empezará en Oriente, que ha sido hasta ahora fortaleza inexpugnable y
ejército de reserva de la contrarrevolución." (Marx, carta a Sorge, de 27 de
septiembre de 1877)
5.2.1.2.3.2.7. Con gran satisfacción por su influencia en ella:
"Some recent Russian publications" (Marx a Laura Lafargue, desde
Ventnor, 14/12/1882)
6. El gran interés por las cosas rusas cuaja en 1877, último de sus
benéficas curas en el continente, en la redacción (a pesar de los frecuentes
insomnios y el sufrimiento que Marx describía como presión en la cabeza) de
su colaboración al
Anti-Dühring y su importante carta a Otechestvennie
Sapiski
(Anales de la Patria).
6.1. Ocasión: Mijailosvki sobre Shukovski en el nº 10, de octubre de
1877:
"Marx escribió la carta a la redacción de la revista
Otechestvennie
Sapiski
poco después de la aparición del artículo del ideólogo de los populistas
N. K. Mijailovski "Karl Marx ante el tribunal del señor J. Shukovski" (publicado
en el nº 10 de O. S. [Anales de la Patria]. de octubre de 1877). Marx no envió
la carta. Engels la encontró, a la muerte de Marx, entre los papeles de éste,
hizo copias y mandó una de ellas, con una carta de 6 de marzo de 1884, a
Vera Ivanovna Sasúlich, que pertenecía al grupo Liberación del Trabajo.
Traducida al ruso, la carta se publicó en el nº 5 del
Vestnik Naordnoi Voli
y en octubre de 1888 en el
Yuridicheski Vestnik. Una traducción alemana
apareció en el
Sozialdemokrat del 3 de junio de 1887 en Zurich.
Extractos de la carta publicó Engels en traducción alemana en su epílogo
a "Soziales aus Russland (...)".
Nota MEW a la carta de
Otechestvennie Sapiski. MEW 19, 558.
6.2. La carta de Marx,
aunque no enviada, se conoció no mucho después
de su muerte -1887, 1888 -, pero no se registró su importancia:
[Texto anterior 6.1.]
6.3. La carta:
Estructura de la carta a
Otechestvennie Sapiski de noviembre de 1877:
1. Entradilla sobre la polémica de Mijailovski y Shukovski (luego cajero del
Banco de Rusia). 2. Tesis. 3. Limitación de su modelo a historia. 4. Recusación
de la filosofía de la historia.
6.4. Particular importancia de la recusación de la filosofía de la historia,
que da mucha transcendencia a la discusión sobre la obschchina.
"Acontecimientos de llamativa analogía, pero que se desarrolla en un
milieu histórico diferente, condujeron, pues, a resultados completamente
diferentes. Si se estudia
cada uno de esos desarrollos por sí mismo y se
compara luego unos con otros, se hallará fácilmente la clave de este
fenómeno, pero nunca se llegará a ellos con la clave universal de una
teoría de filosofía de la historia cuya mayor excelencia consiste en ser
suprahistórica" (Carta a
Otechestvennie Sapiski, 1877, MEW 19, 112).
Como lo sería la dialéctica.
6.4.1. Recordar a Bobbio y la dialéctica fuerte de la negación, que es
filosofía de la historia.
6.4.2. La novedad era grande:
"En resolución, como no me gustaría dejar "nada por adivinar", voy a
hablar sin reservas. Para poder estimar con pleno conocimiento de causa el
desarrollo económico de Rusia he aprendido ruso y luego he estudiado a lo
largo de muchos años los impresos oficiales y no oficiales referentes al mismo.
El resultado al que he llegado es este: si Rusia sigue avanzando por el camino
que emprendió en 1861, desperdiciará la posibilidad más hermosa que la
historia haya ofrecido jamás a un pueblo, y a cambio de ello atravesará todas
las fatales vicisitudes del sistema capitalista" (p. 108).
Es la tesis de la carta. El condicional da muy bien la naturaleza teórica
del modelo aplicado. No pura empiria. El que Rusia tuviera esa posibilidad
excluye la negación de la negación, la evolución por
dialéctica interna. Se
podría sostener que el
resultado del proceso indicado por Marx, aún sin haber
pasado por la negación del punto de partida (la obschina), es, sin embargo,
negación de la negación de ésta. Pero de modo descriptivo sólo, no dinámico.
6.4.2.1. La carta abandona la tesis del desarrollo de las contradicciones:
"La industria moderna no considera ni trata nunca la forma existente de
un proceso de producción como definitiva. Por eso su base técnica es
revolucionaria, mientras que la de todos los modos de producción anteriores
fue esencialmente conservadora (...) Con eso revoluciona no menos
constantemente la división del trabajo en el interior de la sociedad, y lanza
incesantemente masas de capital y masas de trabajadores de una rama de la
producción a otra. La naturaleza de la gran industria condiciona, por ello, el
cambio de trabajo, el flujo de la función, la omnilateral movilidad del
trabajador [MSL: contra Gorz]. Por otra parte, en su forma capitalista
reproduce la vieja división del trabajo, con sus anquilosadas particularidades
(...) esa contradicción absoluta termina con toda la tranquilidad, la solidez, la
seguridad de la situación vital del trabajador, amenaza constantemente con
arrancarle de la mano, al mismo tiempo que el medio de trabajo, el medio de
vida (...) Este es el lado negativo. Pero si bien el cambio de trabajo se impone
hoy día sólo como ley natural aplastante y con el efecto ciegamente destructor
de una ley de la naturaleza que por todas partes tropieza con obstáculos, la
gran industria, por sus mismas catástrofes, convierte en una cuestión de vida
o muerte el reconocer el cambio de los trabajos y, por lo tanto, la mayor
multilateralidad posible de los trabajadores como ley social general de la
producción, y el adecuar la situación a su realización normal. Ella convierte en
una cuestión de vida o muerte el sustituir la monstruosidad de una población
obrera mísera, disponible, mantenida en reserva para las alternantes
necesidades de explotación del capital, por la disponibilidad absoluta del ser
humano para cambiantes exigencias del trabajo, y el individuo parcial, mero
portador de una función social de detalle, por el individuo totalmente
desarrollado [MSL: continuidad con Grundrisse], para el cual diferentes
funciones sociales, son modos de actuación que se suceden unos a otros [MSL:
Viene el tema de la conversión del individuo, en más positivo] la inevitable
conquista del poder político por la clase trabajadora conquistará también para
la instrucción tecnológica, teórica y prácticamente, el lugar que le corresponde
en las escuelas obreras, Tampoco cabe ninguna duda de que la forma
capitalista de la producción y la situación económica de los trabajadores que
le corresponde está en la más diametral contradicción con esos fermentos
transformadores y su objetivo, la abolición de la vieja división del trabajo. Pero
el desarrollo de las contradicciones de una forma histórica de producción es el
único camino histórico de su disolución y nueva configuración." (K I, OME 41,
pp.123-125)
6.4.2.2. Y para llegar a su tesis Marx tenía que superar tambien
obstáculos psicológicos muy importantes para él:
[Ficha 88] Carta a Johann Philipp Becker, 2/8/1870. Nota de MEW
6.5. La novedad de la tesis de la carta a 0.S. resalta mucho sí se la
compara con las opiniones profundas de Engels, a pesar del esfuerzo de éste
por coincidir en este punto con Marx:
6.5.1. Con las opiniones de Engels coetáneas de la carta a 0.S.
6.5.1.1. Mantenimiento estricto del modelo y del eurocentrismo:
"La revolución a que aspira el socialismo moderno consiste, brevemente
hablando, en la victoria del proletariado sobre la burguesía [MSL: con eso se
coloca en un plano diferente del de Marx] y en una nueva organización de la
sociedad mediante la liquidación de las diferencias de clase. Para eso se
precisa, además de la existencia del proletariado, que ha de llevar a cabo esta
revolución, la existencia de la burguesía, en cuyas manos las fuerzas
productivas de la sociedad alcanzan ese desarrollo que hace posible la
liquidación definitiva de las diferencias de clase" (p. 71).
a) Mantenimiento estricto del modelo.
b) Verdad literal historicista por "moderno"
c) En cambio, si se amplia "socialismo", sofisma: supone que un efecto
sólo puede tener una gestación.
6.5.1.2. Imprescindibilidad de la revolución europea para la
obschchina
"Está claro que la propiedad comunal en Rusia se halla ya muy lejos de
la época de su prosperidad y, por cuanto vemos, marcha hacia la
descomposición. Sin embargo, no se puede negar la posibilidad de elevar esta
forma social a otra superior, si se conserva hasta que las condiciones maduren
para ello y si es capaz de desarrollarse de modo que los campesinos no labren
la tierra por separado, sino colectivamente. Entonces, este paso a una forma
superior se realizaría sin que los campesinos rusos pasasen por la fase
intermedia de la propiedad burguesa sobre sus parcelas. Pero ello únicamente
podría ocurrir si en la Europa Occidental estallase, antes de que esa propiedad
comunal se descompusiera por entero, una revolución proletaria victoriosa
que ofreciese al campesino ruso las condiciones necesarias para este paso y,
concretamente, los medios materiales que necesitaría para realizar en todo su
sistema de agricultura la revolución necesariamente a ella vinculada" (Engels,
"Soziales aus Russland", 1875. MEW 18, p. 80).
Versión más eurocéntrica de la tesis conjunta con Marx de 1882.
6.5.1.2.1. Tesis "oficial" ortodoxa de los dos: el prólogo a la 2ª ed. rusa
de MC, que hace "autoridad" marxista porque es de enero de 1882.
6.5.1.2.1.1. Estructura:
MSL: Esquema del prólogo de Marx/Engels a la 2ª edición rusa del MC.
21 de enero de 1882:
1. Cambio de sentido del MC entre la primera y la segunda ediciones
rusas: de pura curiosidad a publicación importante.
2. Cambio de situación desde diciembre de 1847 del movimiento
obrero.
3. Cambio de papel de los USA
4. Cambio del papel de Rusia.
5. La cuestión de la obschchina.
6.5.1.2.1.2. La tesis:
"El
Manifiesto Comunista tenía como misión la de proclamar la próxima
e inevitable disolución de la propiedad burguesa moderna. Pero en Rusia
encontramos, frente a la especulación capitalista en rápido florecimiento y una
propiedad burguesa de la tierra que empieza a desarrollarse, que la mayor
parte del suelo es propiedad colectiva de los campesinos. La cuestión es: la
obschchina rusa, que es una forma, aunque desvirtuada [1] de la propiedad
colectiva arcaica de la tierra,¿puede pasar directamente a la forma superior de
la propiedad colectiva comunista? ¿O tiene, por el contrario, que recorrer
primero el mismo proceso de disolución que constituye el desarrollo histórica
del Occidente?
La única respuesta posible hoy posible es la siguiente: si la revolución
rusa se convierte en la señal para una revolución proletaria en Occidente, de
tal modo que ambas se complementan, entonces la actual propiedad colectiva
rusa de la tierra puede servir de punto de partida de un desarrollo comunista"
(Marx/Engels, Prólogo a la 2ª edición rusa del MC, 21 de enero de 1882, MEW
19, p.296).
(1) Concepto no marxiano, a tenor de la teoría histórica de los
borradores a V.S.
Esta versión es la última de la tesis. Luego hace autoridad. En ella es
manifiesta la relación con el resultado del modelo europeo -aunque en la
forma de acción recíproca, no en la engelsiana de acción de Europa occidental
sobre Rusia-, pero también la admisión de un desarrollo propio, no por
negación y negación de la negación, sino positivo, "natural".
Como en otras ocasiones, el sentido común de Engels y su realismo
llevan razón políticamente, concretamente. Pero ese llevar razón le impide ver
la problemática de fondo, y salirse del esquema, cosa que puede hacer Marx.
6.5.1.2.1.3. La confianza en la revolución rusa:
"Hoy (...) Rusia constituye la vanguardia de la acción revolucionaria en
Europa" (Marx/Engels, Prólogo a la 2ª edición rusa del MC, 21 de enero de
1882, MEW 19, p.296).
Muestra de lo que inspiraba a Marx la revolución rusa, tan poco afín a su
modelo eurocéntrico.
Por lo demás, es una constatación política, fuera de deducciones a partir
del modelo teórico. Engels renegó completamente de esta tesis, llamándola
absurda, en 1893-1894.
6.5.1.2.2. Pero lo que nos interesa no es esa autoridad
conjunta, que es compromiso, sino la profunda diferencia.
6.5.1.2.2.1. Sin pretender separarlos.
6.5.2. Opiniones de Engels tras la muerte de Marx (1893, 94)
6.5.2.1. Aparente adhesión al Marx de la carta a O.S.:
"No hay duda de que la comuna, y en cierta medida el artel, contenían
gérmenes que en ciertas condiciones podrían haberse desarrollado ahorrando
a Rusia la necesidad de pasar por los tormentos del régimen capitalista.
Suscribo sin reservas la carta de nuestro autor [Marx] sobre Zhukovski. Pero
para él tanto como para mí, la primera condición que se necesitaba paa
realizar esto era el impulso desde el exterior, el cambio del sistema económico
en Europa occidental, la destrucción del sistema capitalista en sus países de
origen" (Engels, carta a Nikolai Fransevich Danielson, 24/2/1893).
6.5.2.2. Oposición a Marx respecto del artel y las cooperativas
europeas:
"(...) el artel es una forma primitiva y por ello poco desarrollada, de
asociación cooperativa, sin nada exclusivamente ruso o eslavo. Estas
asociaciones se forman en todas partes donde son necesarias: en Suiza, en la
industria lechera; en Inglaterra, entre los pescadores y aquí reviste las formas
más diversas. Los peones de pala de Silesia (los alemanes, no los polacos
[eslavos]), que tantos ferrocarriles alemanes construyeron en la década de los
cuarenta, estaban organizados en auténticos arteles. El predominio que esta
forma tiene en Rusia prueba, naturalmente, que en el pueblo ruso alienta una
acusada tendencia a la asociación, pero no demuestra, ni mucho menos, que
este pueblo pueda saltar, ayudado por esta tendencia, del artel a la sociedad
socialista. Para este salto se precisaría ante todo que el propio artel fuera
capaz de desarrollarse, que se desprendiese de su forma primitiva -en la cual
(...) es más beneficioso para el capital que para los obreros- y que se elevase,
por lo menos
, al nivel de las asociaciones cooperativas de Europa Occidental"
(pp. 76-77).
Oposición a Marx: a) en la estimación del artel; b) en la valoración de
instituciones de la economía capitalista, como las cooperativas; c) el
razonamiento no por posibilidad. Este texto de 1875 se debe confrontar con
Marx 1877. Y el poscriptum de 1894 con Marx 1881.
6.5.2.3. La tesis "ortodoxa", incluso con acentuación del eurocentrismo:
"Si es que se puede, en general, plantear la cuestión de saber si a la
comunidad rusa le espera un destino mejor
*, la causa de ello no radica en ella
misma
, sino únicamente en que en un país europeo ha conservado cierta
fuerza vital hasta una época en la que en la Europa Occidental la producción
mercantil y su forma última y superior -la producción capitalista- ha entrado
en contradicción con las fuerzas productivas creadas por ella misma, una
época en que resulta incapaz ya de dirigirlas y perece a consecuencia de
dichas contradicciones internas y los conflictos de clase condicionados por
estas últimas. Ya sólo eso prueba que la iniciativa de semejante
transformación de la comunidad rusa únicamente puede partir del proletariado
industrial de Occidente, y no de la comunidad misma" (pp. 87-88) [cursiva
MSL]
(*) Cuestión que Marx no sólo planteó, sino que resolvió también
afirmativamente. Esa es la versión ortodoxa hecha coherente; muy lejos de
Marx.
6.5.2.4. Negación de la viabilidad de la obschcina:
"(...) a Rusia no le quedaba más que dos caminos: o desarrollar la
comunidad agrícola para convertirla en una forma de producción de la que
estaba separada por varias etapas históricas y para cuyo establecimiento ni
siquiera en Occidente habían madurado entones las condiciones -
una tarea
evidentemente imposible
-, o elegir el camino del desarrollo capitalista. ¿Qué
otra cosa podía hacer más que seguir este último camino?" (Engels, carta a
Danielson del 17/10/1893).
6.5.2.5. Reafirmación de la filosofía de la historia:
"(...)es históricamente imposible que una sociedad que se halla en un
grado de desarrollo económico inferior tenga que resolver problemas y
conflictos que surgen y pueden surgir sólo en una sociedad que se halla en un
grado de desarrollo mucho más alto" (p. 89).
Recuperación contra el Marx viejo del Marx clásico y el fatalismo del
modelo filosófico-histórico o dialéctico.
"Mucho me temo que esta institución (la obschchina) esté condenada a
desaparecer. Mas, por otra parte, el capitalismo ofrece nuevas perspectivas y
nuevas esperanzas. Véase lo que ha hecho y lo que está haciendo en
Occidente (...) Ninguna gran calamidad histórica deja de tener por
compensación un progreso histórico. Lo único que varía es el
modus operandi.
Que les destinées s'accomplissent." (Engels, carta a Danielson del
17/10/1893).
Ya es hegelismo de derecha.
7. Pero esos últimos textos de Engels, de 1893 y 1894, se comparan más
adecuadamente no con el Marx de 0. S. (noviembre de 1877), sino con el de la
carta a V.S. y sus borradores, de febrero-marzo de 1881.
7.1. La carta de Vera Zasúlich:
"Una de dos: o bien esta comuna rural, libre de las exigencia
desmesuradas del fisco, de los pagos a los señores de la administración
arbitraria, es capaz de desarrollarse en la vía socialista, o sea, de organizar
poco a poco su producción y su distribución de los productos sobre bases
colectivistas, en cuyo caso el socialismo revolucionario debe dedicar todas sus
fuerzas a la manumisión de la comuna y a su desarrollo. O si, por el contrario,
la comuna está destinada a perecer no queda al socialista, como tal, sino
ponerse a hacer cálculos, más o menos mal fundados, para averiguar dentro
de cuántos decenios pasará la tierra del campesino ruso de las manos de éste
a las de la burguesía, y dentro de cuántos siglos, quizá, tendrá el capitalismo
en Rusia un desarrollo semejante al de Europa occidental. Entonces deberá
hacer su propaganda tan sólo entre los trabajadores de las ciudades, quienes
continuamente se verán anegados en la masa de los campesinos que, a
consecuencia de la disolución de la comuna, se encontrarán en la calle, en las
grandes ciudades, buscando un salario" (Vera Ivanóvna Zasúlich, carta a Marx,
del 16/2/1881. En Aricó 29).
V.S. ha suministrado a Marx el planteamiento y el punto de partida de la
idea de condiciones normales y desarrollo natural. Además, el tono norevolucionario
para la hipótesis ortodoxa engelsiana.
"En los últimos tiempos hemos solido oír que la comuna rural es una
forma arcaica que la historia, el socialismo científico, en una palabra, todo
cuando hay de indiscutible, condenan a perecer. Las gentes que predican esto
se llaman discípulos por excelencia de usted: "marxistas". El más poderoso de
sus argumentos suelen ser: "Lo dice Marx".
"Pero, ¿cómo lo deducen ustedes de su
Capital? No trata en él la
cuestión agraria, ni habla de Rusia", se les objeta.
"Lo habría dicho si hablara de nuestro país", replican sus discípulos,
quizá con demasiada temeridad. Comprenderá entonces, ciudadano, hasta
qué punto nos interesa su opinión al respecto y el gran servicio que nos
prestaría exponiendo sus ideas acerca del posible destino de nuestra comuna
rural y
de la teoría de la necesidad histórica para todos los países del mundo
de pasar por todas las fases de la producción capitalista.
Me tomo la libertad de rogarle, ciudadano, en nombre de mis amigos,
tenga a bien prestarnos este servicio.
Si el tiempo no le permite exponer sus ideas sobre estas cuestiones de
modo más o menos amplio, tenga al menos la bondad de hacerlo en forma de
una carta que me permita traducir o publicar en Rusia.
Reciba usted, ciudadano, mis respetuosos saludos. Vera Zasúlich."
Final de la carta a Marx, del 16/2/1881. [cursiva MSL]
La idea de la teoría ortodoxa.
7.1.1. Plantea la cuestión de la filosofía de la historia.
7.1.2. Y la del desarrollo "natural'
7.2. La penosa elaboración de la respuesta de Marx: los cuatro
borradores largos y su notable dimensión teórica.
7.2.1. Historia de su hallazgo:
Riazánov encuentra los borradores de la carta a V.S. en 1911, entre los
papeles de Lafargue. Escribe a Plejánov y a V.S., tal vez incluso a Axelrod,
pero ninguno recuerda la correspondiente carta de Marx.
El mismo Riazánov recuerda viejos rumores -que le parecen increíblessobre
un choque entre Plejánov y Marx sobre la obschchina, con Plejánov en el
papel de marxista y Marx en el de populista.
En el verano de 1923, Riazánov se entera por Nicolaievski que en al
archivo de Axelrod se ha encontrado una carta de Marx a V.S. Compara con los
borradores y establece los hechos: el cuarto borrador es ya casi la carta.
Sólo entonces publica Riazánov, después de 1924, el conjunto: carta de
V.S., borradores de Marx, carta de Marx. No dice por qué prefirió esperar a la
publicación de la carta.
7.2.2. El primer borrador, el más completo: estructura y resumen:
+ Esquema del primer borrador a V. S. Febrero-marzo de 1881. Esquema
de Riazánov desarrollado por mi:
1. Planteamiento de la cuestión. 1.1. Planteamiento básico sobre el
modelo del
Capital. Irresolución.
2. Análisis de la tesis de la disolución irremediable de la obschchina. 2.1.
El argumento por analogía histórica con Europa. 2.2. La réplica de Marx
(anticipa el punto 3). 2.21. Inciso teórico. Repeticiones.
3. El medio histórico específico (Consideración teórica). 3.1. En Rusia
misma. 3.2. En el mundo. Repeticiones. 3.3. El medio político interior ruso. 3.4.
El medio exterior: la crisis del capitalismo. 3.5. Repeticiones.
4. La crisis de la obschina( Consideración práctica)
5. Necesidad de la revolución. 5.1. Facit no teórico. 5.2. Repeticiones.
5.3. Perspectiva revolucionaria.
7.2.3. El segundo borrador:
+ Esquema del segundo borrador de V.S. Febrero-marzo de 1881.
Inspirado en el de Riazánov para el primero:
1. Planteamiento de la cuestión según el modelo del
Capital.
2. Sobre marxismo.
3. Análisis de la tesis de la disolución inevitable de la obschchina. 3.1. El
argumento histórico. 3.1.1. Una dilucidación no exactamente coincidente con
el primer borrador. 3.2. La réplica de Marx, por el medio interno y externo de
la comuna.
4. Tratamiento teórico de la cuestión.
5. Tratamiento empírico: crisis de la obschchina.
+ Otra esquematización posible:
1. Limitación del modelo del
Capital a Europa y razón de ello. 1.1.
Condicionalidad del modelo y empiria.
2. Rechazo de los marxistas.
3. Perspectivas de la comunidad aldeana. 3.1. Diferencia con Europa.
Mantenimiento del modelo. Formulación drástica del eurocentrismo. 3.2.
Formulación de la tesis sobre la perspectiva.
4. Teoría de la comuna arcaica. Tratamiento teórico del caso ruso.
5. Planteamiento político-económico. 5.1.Coda final de mucho interés
teórico.
7.2.3.1. Más eurocéntrico o engelsiano:
"Si Rusia estuviera aislada en el mundo, si tuviera que desarrollar por su
propia cuenta los logros económicos que la Europa Occidental no consiguió
sino atravesando una carga serie de evoluciones, desde la existencia de sus
comunidades arcaicas hasta su estado actual, entonces
no habría duda
alguna, al menos en mi opinión
, de que sus comunas estarán inevitablemente
condenadas a sucumbir con el desarrollo de la sociedad rusa. Pero la situación
de la comuna es por completo diferente de la situación de las comunidades
arcaicas en Occidente. Rusia es el único país de Europa en el que la propiedad
colectiva se ha sostenido en escala grande, nacional; pero, al mismo tiempo,
Rusia existe en un milieu histórico moderno, es contemporánea de una cultura
superior,
está unida al mercado mundial en el que predomina la producción
capitalista" (Segundo borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19, p.398)
[cursivas de MSL]
La tesis es la misma, pero el acento se ha hecho más preservador del
modelo y más eurocéntrico. Todo es más dialéctico en sentido fuerte. Queda,
sin embargo, que el desarrollo sería directo, no por negación.
7.2.4. El tercer borrador, en la línea del primero:
+ Esquema del tercer borrador a V.S. febrero-marzo de 1881. Sobre el
de Riazánov para el primero.
1. Planteamiento de la cuestión según el modelo del
Capital.
Irresolución.
2. Análisis de la tesis de la disolución inevitable de la obschchina. 2.1. El
argumento histórico analógico. 2.2. El inciso teórico. 2.3. La réplica de Marx.
2.3.1. Tesis general. 2.32. Análisis más o menos teórico. 2.321. Con un punto
nuevo. Interrupción.
7.2.5. El cuarto borrador.
7.3. Notable es que no manda esas muchas páginas desarrolladas, sino
la breve página que es la carta: estructura y resumen
+ Estructura de la carta a Vera Ivanovna Sasulich de 8 de marzo de
1881.
1. Planteamiento de la cuestión según el modelo de El Capital. 1.1.
Limitación del modelo y su razón. 1.2. El modelo del
Capital no resuelve la
cuestión de la obschchina.
2. Tesis y su condición.
7.4. Con rasgos bastante sorprendentes para la primera ortodoxia
marxista:
7.4.1. Rebajamiento displicente de la teoría: "(...) mi supuesta teoría"
(Carta a V.S., 8/3/1881. MEW 19, 242).
7.4.2. El argumento no tiene dialecticidad fuerte:
"La "inevitabilidad histórica" de ese movimiento está, pues,
explícitamente
limitada a los países de la Europa Occidental. El fundamento de
esta limitación se aduce en el siguiente paso del cap. XXXII [MSL: francesa]:
"La propiedad privada fundada en trabajo personal... es desplazada por
la
propiedad privada capitalista, que se funda en la explotación del trabajo
ajeno, en el trabajo asalariado" (Carta a V.S., 8/3/1881. MEW 19, pp.242-243).
Sigue: "En el caso de este movimiento en el oeste se trata de
la
transformación de una forma de la propiedad privada en otra forma de la
propiedad privada
. En el caso de los campesinos rusos, por el contrario, se
transformaría
su propiedad colectiva en propiedad privada".
La razón tomada del modelo es poco convincente: el modelo, en su
anterior versión ingenua (de filosofía de la historia) diría que de la propiedad
colectiva se pasa a la privada o personal, y de ésta a la capitalista. Y así se
mantiene en esta misma época en otros pasos de los borradores.
Pero es claro que lo que Marx quiere negar aquí es la necesidad del
primer paso, del paso de la "formación primaria" a la "secundaria", como dice
hegelianamente en los borradores.
No puede funcionar la escapatoria de mantener la dialéctica para el paso
al socialismo y no para otros pasos. Eso no sería dialéctica en sentido fuerte.
7.4.3. El modelo del
Capital no decide el caso.
"El análisis dado en
El Capital no contiene, pues, ninguna prueba, ni a
favor ni en contra, de la vitalidad de la comuna aldeana" (Carta a V.S., 8 de
marzo de 1881, MEW 19, 243).
En
El Capital quizás no, pero si en Misère y en el MC.
7.4.4. Por el laconismo mayor radicalidad que en los borradores: "(...)
pero el estudio especial que he llevado a cabo sobre ello, y para el cual me ha
procurado material de fuentes orioginales, me ha convencido de que esa
comuna es el punto de apoyo del renacimiento social de Rusia (...)" (Carta a
V.S., 8 de marzo de 1881. MEW 19, 243)
Formulación más radical que en los borraadores.
7.4.5. La idea "proudhoniana" del desarrollo natural: "(...) pero para que
[MSL: la comuna aldeana] pueda actuar en este sentido, habría que eliminar
antes las influencias destructivas que la acosan por todas partes, y luego
asegurarle las condiciones normales de
un desarrollo natural" (p. 243).
No menciona la variable externa de la revolución occidental, como
tampoco en la carta de 1877 (nov?).
Y lo decisivo es la idea de evolución
natural fuera del modelo europeo,
es decir, no por dinámica interna negativa.
En conjunto, la conclusión o tesis de esta carta es la más radicalmente
opuesta a la vulgata marxista.
7.4.5.1. Tal como estaba en los borradores: es de los pocas
elementos analíticos recogidos en la breve carta:
"Contesto: porque en Rusia, gracias a una coincidencia única de
circunstancias, la comuna aldeana, que aún existe a escala nacional, puede
liberarse paulatinamente de sus rasgos primitivos y desarrollarse
directamente como elemento de la producción colectiva a escala nacional.
Precisamente sobre la base de su coetaneidad con la producción capitalista
puede apropiarse de los logros positivos de ésta sin atravesar sus terribles
vicisitudes" (Primer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19, 385).
Desarrollo directo es desarrollo positivo, no por el zigzag de la negación
de la negación: "(...) si todos esos gastos hubieran servido para el
ulterior
desarrollo
* de la comunidad aldeana, nadie rumiaría hoy lo de la
"inevitabilidad histórica" de la aniquilación de la comuna: todos reconocerían
en ella el elemento del renacer de la sociedad rusa y un elemento de
superioridad respecto de los países todavía esclavizados por el régimen
capitalista" (Primer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19, p.385)
[cursiva MSL]
(*) Evidentemente, no por negación, sino positivo.
Además de la posibilidad de desarrollo sin negación de la negación, la
hipótesis valora formas sociales por su calidad, no por su posición en el
modelo dialéctico.
Valoración contrapuesta a la de Engels: "(...) la familiaridad del
campesino con las relaciones del
artel le facilita la transición del trabajo
parcelario al cooperativo (...)" (Primer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881.
MEW 19, p. 389).
La comuna rusa "Puede, pues, ser el punto de partida inmediato del
sistema económico al que se inclina la sociedad moderna y empezar una
nueva vida sin suicidarse. Habría que empezar, por el contrario, por ponerla en
una situación normal" (Primer borrador a V. S., febrero-marzo de 1881, MEW
19, 391).
Esta aquí todo el abandono de la dialéctica: el desarrollo directo o
positivo, "sin suicidio" (sin negación); y la situación normal, que es una idea
por así decirlo proudhoniana (mantener el lado bueno), contraria a la tesis
dialéctica del lado malo.
7.4.5.2. Y tal como estaba esbozado en la carta a O.S.:
"Este [MSL: Chernichevski, punto de partida] ha tratado en notable
artículos la cuestión de si Rusia tiene que empezar por la destrucción de la
comuna campesina, como lo postulan los economistas liberales, y luego pasar
al régimen capitalista, o si, por el contrario, sin atravesar los tormentos de ese
sistema puede apropiarse de todos los frutos del mismo, desarrollando sus
propios presupuestos históricamente dados" (pp.107-108).
Ya aquí, en 1877, está la inconsecuencia bajo la aparente sencillez de la
cuestión: una cosa es aprovechar lo que un inevitable capitalismo ya ha hecho
en otro sitio, para acelerar la negación de la negación, y otra desarrollar en
continuidad positiva presupuestos no capitalistas. Lo segundo no es dialéctico,
ni desarrollo por el lado peor.
La idea del aprovechamiento por la comuna rusa de los frutos el
capitalismo podría dejarlo todo en una trivialidad, si no fuera por la otra idea
de que la aldea desarrolla sus propios presupuestos positivamente. Esto es lo
que se aparta del esquema dialéctico.
7.4.5.3. Y esa concepción no dialéctica fuerte se presenta como
"teoría":
Llama "puramente teórico" a un punto de vista analítico nada dialéctico
y del que se desprenderá la vitalidad de la comuna: "Para estimar desde un
punto de vista puramente teórico, esto es, siempre en el supuesto de
condiciones de vida normales, los posibles destinos de la comuna aldeana
(...)"(Primer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881, MEW 19, 387)
7.4.6. La negación de la necesidad histórica del modelo es la
formulación más explícita del abandono de la dialéctica fuerte
7.4.6.1. De un modo que incluso mina la tesis sobre Europa:
"Lo que amenaza la vida de la comuna rusa no es ni una necesidad
histórica ni una teoría: es la opresión por parte del estado y la explotación por
intrusos capitalistas que se han hecho poderosos gracias al mismo estado y a
costa y cargo de los campesinos" (Segundo borrador a V.S., febrero-marzo de
1881. MEW 19, 400. última frase del borrador).
Exactamente igual que en Europa...
7.4.6.2. Explicación empírica y hasta exógena de la ruina de la comuna
arcaica: "Toda la teoría histórica de la comuna primitiva tiene la finalidad de
probar su "matürliche Lebensfähigkeit [viabilidad natural]" (p.387).
Lo más importante es que incluso la explicación de la ruina de la
comuna en Europa o fuera de Rusia, o en general, se da sin dialéctica, por
empiria histórica, y por causas hasta completamente exógenas, aunque luego
hable del "dualismo" interno de la forma más tardía (la agrícola):"(...) Pero en
todo caso la investigación ha avanzado lo suficiente para confirmar. 1º, que la
capacidad de supervivencia de las comunidades primitivas fue
incomparablemente mayor que la de las sociedades semíticas, griegas,
romanas, etc y a fortiori que la de las modernas sociedades capitalistas; 2º,
que las causas de su decadencia procede de la circunstancias económicas que
les impidieron rebasar un determinado estadio de desarrollo, que proceden de
milieus históricos que de ningún modo coinciden con el milieu histórico de la
comuna aldeana rusa de hoy día" (p. 386)
Hay que entender que aquellas comunidades no dispusieron de alguien
que les diera las técnicas necesarias para aumentar su productividad sin
cambiar la estructura social. La cosa no está claramente pensada, pero si más
o menos oscuramente, como lo refuerza, si no lo confirma incluso, la manera
crítica como se refiere, en el párrafo siguiente, a las leyes de la economía,
haciendo que la política decida sobre ellas: "Sin Henry Maine, por ejemplo, que
un activo colaborador del gobierno inglés en su obra de destrucción
violenta
de las comunas indias, nos asegura hipócritamente que todos los nobles
esfuerzos del gobierno por conservar aquellas comunas fracasaron ante la
fuerza espontánea de las leyes económicas" (p. 386).
Y el mismo sentido tiene la idea de que la comuna se extinguió por
muerte violenta: "De un modo u otro esta comuna [MSL: la germánica arcaica]
sucumbió en las guerras exteriores e internas; probablemente murió de
muerte violenta" (Primer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19,
p.387).
7.4.6.3. Negación rotunda de la necesidad con aceptación de
posibilidades alternativas:
El punto crucial de la ausencia de dialéctica necesidad hegeliana:
"¿Pero "significa eso que en cualesquiera circunstancias el desarrollo de
la "comuna agrícola" haya que tomar ese camino [de la disolución]? De
ninguna manera. Su forma básica admite esta alterativa: bien el elemento de
propiedad privada contenido en ella vencerá sobre el elemento colectivo, o
bien éste sobre aquél. Todo depende del milieu histórico en que se
encuentre... esas dos soluciones son a priori posibles, pero evidentemente
cada una de ellas tiene por presupuesto un milieu histórico completamente
diferente" (Primer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19, 388-389).
Es que el juego hegeliano es inaplicable. La negación de la comuna (la
comuna = tierra colectiva . [y] casa propia) sería: tierra privada o casa
colectiva...
"Pero, ¿quiere eso decir que el recorrido histórico de la comuna agrícola
tiene que conducir a ese resultado? De ninguna manera. Su dualismo interno
permite una alternativa: o bien su elemento de propiedad triunfará de su
elemento colectivo, o bien éste sobre áquel.
Todo depende del medio histórico
en el que se encuentre" (Tercer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW
19, p.404) [cursiva MSL].
Esta concepto del medio, que es precisamente lo que enlaza su
respuesta heterodoxa sobre la comuna rusa con la ortodoxia del modelo, es
precisamente la destrucción de la dialecticidad fuerte del modelo, porque
quita el protagonismo a la estructura y la dinámica interna por negación de las
formaciones.
Si alguien arguye que hay que tomar todo el cosmos como campo, se
responderá: entonces hay que añadir una visión más bien darwiniana, no
hegeliana. Selección, valor de supervivencia. Adaptación.
7.4.7. El abandono efectivo de la dialéctica fuerte se revela también en
la ausencia de léxico hegeliano en contextos en los que sería de uso obvio:
7.4.7.1. Apoyo en la ciencia positiva: "Otra circunstancia favorable para
la conservación de la comuna rusa (en su desarrollo) es que no sólo es
contemporánea de la producción capitalista e incluso ha sobrevivido al período
en el que ese sistema social se mostraba todavía intacto, sino que ese sistema
social se encuentra hoy en Europa occidental igual que en los Estados Unidos
en lucha contra la ciencia, contra las masas populares y contra las fuerzas
productivas que engendra. En una palabra, encuentra al capitalismo en una
crisis que no terminará sino con su abolición, con la vuelta de las sociedades
modernas al tipo "arcaico" de propiedad colectiva o, como lo dice un autor
norteamericano que no es nasa sospechoso de tendencias revolucionarias y
que tiene en sus investigaciones el apoyo del gobierno de Washington, el
nuevo sistema al que tiende la sociedad moderna "será un renacimiento del
tipo social arcaico en una forma superior""(Primer borrador a V. S., febreromarzo
de 1881. MEW 19, p. 386). Un esquema totalmente hegeliano está dado
sin Hegel, y con una autoridad positiva.
7.4.7.2. "Dualismo" en vez de "contradicción":
Interesante y sorprendente desaparición del léxico hegeliano en un
contexto muy adecuado para el mismo: la comuna agrícola no es
"contradictoria", sino que presenta un "dualismo" fecundo y peligroso. Esta
dicha la idea de la posible ruptura de la homeostasis, pero eso no es Hegel:
Hegel sería la necesidad de eso por razones "lógicas": "Es fácil entender que
el dualismo interno de la "comuna agrícola" puede llenarla de gran vitalidad
(...). Pero no es menos evidente que ese mismo dualismo puede convertirse
con el tiempo en una fuente de descomposición" (Primer borrador a V.S.,
febrero-marzo de 1881, MEW 19, p.338).
"(...) el mismo dualismo [MSL: que el da vitalidad] puede convertirse
con el tiempo en un germen de descomposición. Prescindiendo de todas las
influencias dañinas que le llegan de fuera, la comuna lleva en su propio
interior los elementos que la destruyen" (Tercer borrador a V.S. febrero-marzo
de 1881, MEW 19, p.404).
No se abandona la visión de la inestabilidad, pero si a) el léxico
hegeliano para su descripción; b) la necesidad del cambio y su dirección. La
verdad es que siempre le obligó a eso el sentido común político-histórico: lo
mismo dice lo de la ruina de las clases en lucha del
M.C.
7.4.7.3. "Incompatibilidad"
"Por una parte [la producción capitalista] ha desarrollado notablemente
fuerzas productivas sociales, pero, por otra parte, ha mostrado su propia
incompatibilidad (Unvereinbarkeit) con las fuerzas engendradas por ella
misma. Su historia no es sino una historia de antagonismos, crisis, conflictos y
catástrofes (Antagnismen, Krisis, Konflikten und Katastrophen)" (Segundo
borrador a VS., febrero-marzo de 1881. MEW 19, p.397).
Léxico no hegeliano para asuntos muy hegelianizables. También
"dualismo" (p. 399).
7.4.8. El poco o ningún uso de la dialéctica fuerte en la tesis sobre la
obschchina va acompañado de un estilo inductivo:
"Desde el punto de vista histórico [MSL: ¿y por que no dialéctico?], el
único argumento serio que se podría aducir en favor de l
a disolución inevitable
de la comuna
de los campesinos rusos es el siguiente: si se mira a un pasado
muy remoto, se encuentra por todas partes en la Europa occidental la
propiedad colectiva de un tipo más o menos arcaico; esa propiedad ha
desaparecido en todas partes con el progreso social. ¿Por qué habría de
sustraerse a ese destino sólo en Rusia? (Primer borrador a V.S., febrero-marzo
de 1881. MEW 19, pp.384-385).
7.4.9. Y, sobre todo, por una tendencia a ver la teoría como un modelo
hipotético:
"Así, pues, en el caso de este movimiento en el oeste se trata de la
conversión de una forma de propiedad privada en otra forma de propiedad
privada
. En cambio, en el caso de los campesinos rusos habría que
transformar su propiedad colectiva en propiedad privada
. Se afirme o se
niegue la inevitabilidad de esa transformación, las razones en favor o en
contra no tienen nada que ver con mi análisis de la génesis del orden
capitalista
. Lo más que se podría inferir de él es que, a la vista de la situación
presente de la gran mayoría de los campesinos rusos, el acto de su
transformación en pequeños propietarios no sería más que el prólogo de su
rápida expropiación" (Tercer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19,
p.401).Este tercer borrador vuelve a posiciones del primero, incluso más
radicalmente: el modelo es condicional sólo aplicable al paso de propiedad
privada personal a propiedad privada capitalista: no dice nada sobre paso de
propiedad colectiva a propiedad privada, sobre lo que Marx no tenía "ninguna
duda" en el borrador segundo.
7.4.10. En el mismo sentido no incluido en el modelo dialéctico se
mueven ciertas argumentaciones técnicas:
"Incluso desde el punto de vista puramente económico, Rusia no puede
salir del callejón sin salida en que se encuentra su agricultura más que
mediante el desarrollo de su comuna aldeana; sería un vano esfuerzo la de
intentar salir de él mediante la relación capitalista inglesa de arrendamiento:
todas las condiciones agrícolas del país se oponen a eso" (Primer borrador a
V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19, p. 391). Razonamiento por economía en
sentido técnico, sin dialéctica histórica.
7.5. Pero ese eclipse de la dialéctica fuerte -que, como veremos, es
problemático- no es la única dificultad que plantea el análisis por Marx del
caso ruso y sus tesis al respecto.
7.5.1. Como ya he sugerido, su explicación del caso ruso mina su
explicación del occidental:
"Tras la sedicente emancipación de los campesinos el estado puso a la
comuna rusa en condiciones económicas anormales, y desde ese momento no
ha dejado de oprimirla con ayuda de las fuerzas sociales concentradas en sus
manos" (Primer borrador a V.S., febrero-marzo de 1881. MEW 19, p. 393).
Es muy significativo que llame "anormales" a las condiciones
obviamente dadas en un desarrollo capitalista incipiente.
"(...) los portavoces de las "nuevas columnas de la sociedad" describen
las heridas que ellos mismos han infligido a la comuna como síntomas
naturales de su decrepitud" (Primer borrador a V.S, febrero-marzo de 1881,
MEW 19, p. 394).
Lo mismo habría sido posible decir de la Europa occidental, destruyendo
el modelo suyo. Pues es claro que lo ascendente en Rusia eran "las nuevas
columnas de la sociedad". Diferencia entre pasado y presente.
Observación sobre Sir Henry Maine y la aldea india.
7.5.2. La justificación de su tesis rusa le obliga a presentar a posteriori
su modelo europeo unas veces como idiográfico. Otras como nomotético
hipotético.
7.5.2.1. Pero con el muy interesante producto de una
explicación
causal
de lo singular histórico, ya desde la carta a O. S:
"El capítulo sobre la acumulación originaria se propone sólo describir el
camino para el cual en la Europa Occodental el orden económico capitalista
nació del seno del orden económico feudal" (Carta a O.S., nov 1877, MEW 19,
p. 108).
"¿Qué aplicación a Rusia podría hacer mi crítico de ese esbozo histórico
[MSL: Del capítulo sobre a acumulación originaria]? Simple y exclusivamente
ésta:
si Rusia aspira a convertirse en una nación capitalista según modelo
europeo [1] -y en los últimos años ha estado dispuesta a cargar con mucho
esfuerzo en este sentido-, no conseguirá sin transformar antes una buena
parte de sus campesinos en proletarios; y entonces,
una vez arrastrada al
torbellino de la economía capitalista, tendrá que soportar las leyes
implacables [2] de ese sistema, exactamente igual que los demás pueblos
profanos [3]. Eso es todo. Pero demasiado poco para mi crítico. El está
absolutamente obligado a transformar mi
esbozo histórico del origen del
capitalismo en Europa occidental
[4] en una teoría filosófico-histórica del
proceso evolutivo general, prescrito por el
destino a todos los pueblos,
cualesquiera que sean las circunstancias históricas en que se encuentren,
para llegar finalmente a la formación económica que, con el florecimiento
máximo de las fuerzas productivas del trabajo social, asegura el desarrollo
más omnilateral del ser humano. Pero que me perdone (Esto es hacerme al
mismo tiempo demasiado honor y demasiado agravio). Tomemos un ejemplo"
(Carta a O.S., nov 1877, MEW 19, p. 111).
1) El condicional muestra que eso no es inevitable y, por lo tanto, que
tampoco lo son las etapas del camino, ni el camino mismo, sino que aquí sólo
hay un modelo hipotético, teórico.
2) El "implacable" no debe ocultar su naturaleza de evitables.
3) Resto de polémica antiesclavista.
4) Reducido a eso, su modelo no tiene necesidad de Hegel.
Sigue el caso romano, como en
El Capital, pero con comentario El
ejemplo de Roma hace realmente al modelo un modelo histórico, no repetible,
explicación (no "comprensión"), de algo singular. Eso si que es destrucción de
la dialéctica, porque los términos o categorías que usa, principalmente
"milieu", no estaban dados en el modelo dialéctico.
El ejemplo romano lleva una coda metodológica.
Tesis teórico-metodológica más profunda, que sigue al ejemplo de
Roma:
"Acontecimientos de llamativa analogía, pero que se desarrollan en un
milieu histórico diferente, condujeron, pues, a resultados completamente
diferentes. Si se estudia
cada uno de esos desarrollos por sí mismo y se
comparan luego unos con otros, se hallará fácilmente la clave de este
fenómeno, pero nunca se llegará a ello con la clave universal de una teoría de
filosofía de la historia cuya mayor excelencia consiste en ser suprahistórica"
(Carta a O.S., nov 1877, MEW 19,p.112).
Como lo sería la dialéctica.
8. La reacción de la ortodoxia en formación fue la minimización
8.1. Empezando por Engels:
"Dada la multiplicidad de formas tanto de

Marx.



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