Nuestro blog enarbola la bandera de duelo por la sensible perdida de la esposa y compañera del maestro del socialismo Peruano e Internacional Ricardo Melgar Bao, la compañera Hilda Tisoc, egresada de la universidad de San Marcos, radico mucho tiempo en México, Su esposo, hijos: Dahil, y Emiliano y demás familiares lloran su sensible perdida. Últimamente colaboró en las Minibiografias del Movimiento Obrero latinoamericano. Anteriormente en La agonía social de Flora Tristan y el movimiento feminista. Los orígenes del Apra en Cuba.
Adjuntamos el articulo Hilda Tisoc Lindley del escritor José Luis Ayala
HILDA TISOC LINDLEY
Estoy herido. Me duele la vida. Basta de tanta muerte de personas tan cercanas a mi vida, amistad, vocación literaria y conducta política. Es verdad que cada quien nace de la mano con la muerte. Sé lo que significa la cuerda biológica y la muerte es inevitable. Pero no así, tantas muertes, todo de golpe, como si un escritor fuera capaz de soportar tantos golpes en poco tiempo.
Con Ricardo Melgar Bao me conocí en Jauja cuando teníamos más o menos veinte años de edad. Fue en un congreso de escritores jóvenes convocado por Juan José Vega, entonces rector de la Universidad La Cantuta. Pero fue Manuel Velásquez Rojas quien dirigió el evento. Allí conocí a casi todos los escritores y poetas de mi generación, algunos de los cuales han muerto y los otros pasamos los setenta años.
Fue en un viaje a México en el que intervine en un certamen literario programado por la Universidad Autónoma y luego Ricardo Melgar Bao, me invitó a su casa en Cuernavaca. Allí conocí a Hilda Tisoc Lindley, desde entonces con Ricardo e Hilda desarrollamos una gran amistad.
He leído parte de los libros, artículos y textos históricos sistemáticamente editados por Hilda. Ahora le toca a Ricardo y los amigos de Hilda, esposa de Ricardo, que acaba de alzar el vuelo hacia la eternidad, alentar la necesidad de reunir sus trabajos. Luego hacer una edición de sus logros en materia de investigación desde las ciencias sociales.
Es indispensable que los lectores latinoamericanos lean por ejemplo “Discurso de la identidad en la narrativa andina y Mesoamérica”, sus trabajos sobre Flora Tristán, Restituto José Cabrera Flores, Negro o médico; Lucio Edilberto Galván, Eustaquio; así como sus trabajos en referencia a los guerrilleros peruanos que murieron junto al Che Guevara. Sin olvidar la entrevista para conocer mejor a Eudocio Ravines, etc., etc.
En fin, la fecunda y maravillosa vida de Hilda Tisoc Lindley, mujer inteligente, culta y generosa ha llegado al final del camino. Ahora empieza la otra existencia a través de su palabra impresa. Será una empresa difícil editar su obra completa pero no imposible. Cuando los nuevos lectores conozcan su talento y cultura humanista, se convencerán que Hilda Tisoc nació para enseñarnos a amar y defender entrañablemente al Perú esencial como América escindida.
Un abrazo de solidaridad para Ricardo y su familia, a los compañeros de Pacarina del Sur, que tanto nos duele la partida de Hilda Tisoc.
Con Ricardo Melgar Bao me conocí en Jauja cuando teníamos más o menos veinte años de edad. Fue en un congreso de escritores jóvenes convocado por Juan José Vega, entonces rector de la Universidad La Cantuta. Pero fue Manuel Velásquez Rojas quien dirigió el evento. Allí conocí a casi todos los escritores y poetas de mi generación, algunos de los cuales han muerto y los otros pasamos los setenta años.
Fue en un viaje a México en el que intervine en un certamen literario programado por la Universidad Autónoma y luego Ricardo Melgar Bao, me invitó a su casa en Cuernavaca. Allí conocí a Hilda Tisoc Lindley, desde entonces con Ricardo e Hilda desarrollamos una gran amistad.
He leído parte de los libros, artículos y textos históricos sistemáticamente editados por Hilda. Ahora le toca a Ricardo y los amigos de Hilda, esposa de Ricardo, que acaba de alzar el vuelo hacia la eternidad, alentar la necesidad de reunir sus trabajos. Luego hacer una edición de sus logros en materia de investigación desde las ciencias sociales.
Es indispensable que los lectores latinoamericanos lean por ejemplo “Discurso de la identidad en la narrativa andina y Mesoamérica”, sus trabajos sobre Flora Tristán, Restituto José Cabrera Flores, Negro o médico; Lucio Edilberto Galván, Eustaquio; así como sus trabajos en referencia a los guerrilleros peruanos que murieron junto al Che Guevara. Sin olvidar la entrevista para conocer mejor a Eudocio Ravines, etc., etc.
En fin, la fecunda y maravillosa vida de Hilda Tisoc Lindley, mujer inteligente, culta y generosa ha llegado al final del camino. Ahora empieza la otra existencia a través de su palabra impresa. Será una empresa difícil editar su obra completa pero no imposible. Cuando los nuevos lectores conozcan su talento y cultura humanista, se convencerán que Hilda Tisoc nació para enseñarnos a amar y defender entrañablemente al Perú esencial como América escindida.
Un abrazo de solidaridad para Ricardo y su familia, a los compañeros de Pacarina del Sur, que tanto nos duele la partida de Hilda Tisoc.
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