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 SEGUNDA  CARTA ABIERTA AL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, SEÑOR PEDRO PABLO KUCZYNSKI.
Señor  presidente:
    Permítame  decirle con que está usted absolutamente equivocado cuando se refiere a un  posible indulto, llámale como lo llame, a favor del encarcelado ex presidente y  súbdito japonés Alberto Fujimori Fujimori. Usted dijo: "Estamos  hablando de la salud, no estamos hablando de perdonar a nadie". Significa que podría  usar ese discutible razonamiento para otorgar un ilegal indulto. Como si no le  interesa la salud de tantos presos ancianos para que no mueran en las cárceles  ha dicho: "Seguimos con mucho cuidado la salud de la gente interna de edad, que  sean el señor Alberto Fujimori u otros. O sea, que tenemos que tener cuidado.  No quiero un nuevo Leguía".
    Las circunstancias históricas y  personales entre Leguía y Fujimori son diametralmente distintas y no es posible  compararlas. No solo es un error grave cotejar   acontecimientos  de distintos escenarios políticos, sino que además resulta una aberración  histórica como jurídica. Cuando se trata de historia en referencia a un hecho y  se quiere relacionar con otro diferente, es preciso tener cuidado, pero además es  necesario tener conocimiento fehaciente. No se pueden ver ni apreciar  antojadizamente los hechos sin el debido análisis dialéctico, menos tratar de  desconocer el concepto de la larga duración de la historia.
    Sus asesores de imagen, que  parece le aconsejaran muy mal o no los tiene, deberían decirle que cuide su  lenguaje, que no suelte así no más expresiones tan variadas, desacertadas, inoportunas  y a veces cachacientas. Su híbrida sonrisa no puede reemplazar a ideas de un  mandatario, a un estadista con falta de argumentos intelectuales sólidos, para  transmitir lo que por momentos trata de comunicar. 
   Quienes hemos trabajado en la  administración pública en comunicación e imagen, sabemos que al titular del pliego,  además de entregarle una diaria información inteligente, se le alcanza un  pliego de sugerencias ante posibles temas y preguntas de periodistas. Pero  sobre todo, las posibles respuestas que se podrían dar debidamente documentadas.  ¿Por qué nadie de su entorno, no le aconseja que piense antes de hablar y no cometa  tantos errores de conceptos jurídicos?  Deberían  informarle adecuadamente qué es un indulto humanitario para que usted no se  equivoque tanto. O es que no escucha y cree que muchas personas ignoramos lo  que realmente sucedió y en qué circunstancias murió Leguía.   
    En 1929 se produjo una grave  crisis en la economía peruana, los empleados públicos, maestros y trabajadores  fueron los más afectados por lo que encabezaron las primeras protestas. El  ejército expresó su descontento, la corrupción generalizada en el Estado  alcanzó grandes niveles de escándalos. Pero los hechos colmaron la paciencia  popular cuando se firmaron los vergonzosos tratados con Chile y Colombia. Hasta  que el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro, el 2 de agosto de 1930 propició un  golpe de estado y el 25 la guarnición de Lima pidió la renuncia de Leguía.  Sánchez Cerro inauguró un período neofascista que dura hasta ahora. Leguía fue  embarcado en el BAP Almirante Grau con  destino a Panamá. Sin embargo, los líderes exigieron su prisión y ordenaron  regresar al buque. Leguía fue llevado a isla de El Frontón y luego trasladado  al Panóptico. Anciano, enfermo e incomunicado fue atendido por su hijo Juan  Leguía Wayne. Al agravarse la bronconeumonía y enfermedad de la próstata, fue  evacuado al Hospital Naval del Callao donde efectivamente falleció el 6 de  febrero de 1932.
    Cuando usted dice: "Seguimos  con mucho cuidado la salud de la gente interna de edad, que sean el señor  Alberto Fujimori u otros. O sea, que tenemos que tener cuidado. No quiero un  nuevo Leguía". Trata usted de afirmar que Leguía murió en la cárcel y eso no es  verdad. Leguía no compadeció ante los Tribunales de justicia del Perú, debido a  las circunstancias históricas. Además, es preciso tener en cuenta que debió  haber sido juzgado. En cambio el súbdito Alberto Fujimori, ha tenido el debido  proceso, una adecuada defensa y recibido con razón una condena de veinticinco  años por delitos de lesa humanidad. Si se juzgaba a Leguía hubiera sido  igualmente condenado por actos de corrupción, crímenes y delitos políticos.
    Señor presidente Pedro Pablo Kuczynski: Fujimori  no es preso cualquiera. Debe cumplir la condena que le impuso un Tribunal de  justicia absolutamente imparcial, incuestionable. A usted lo están atarantando  los Bererriles, los cancerberos de Fujimori y Aguinaga miente. Kenky Fujimori  lo visita para ablandarlo, la prensa corrupta neofascista y empresarios  beneficiados por el fujimorismo, aprovechan sus graves errores. Fujimori no  tiene una enfermedad terminal, el tumor de la lengua no es nada, hay presos con  cáncer que han pedido un indulto humanitario  y no se les ha concedido. 
    ¿No sabe acaso por qué razones  está preso? Le recuerdo que fue condenado por las muertes en  Barrios Altos, La Cantuta y secuestros. Fue procesado por la justicia peruana y  recluido en la Diroes, después que la Corte Suprema de Chile aprobó su  extradicción a pedido del Poder Judicial. El 11 de diciembre del 2007 se dictó  la primera sentencia de 6 años de prisión por usurpación de funciones, acción  destinada a desaparecer los vladivideos. La segunda sentencia se dictó el 7  abril del 2009. Ese juicio sirvió para imponerle 25 años de prisión por asesinato  de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional de Educación  Enrique Guzmán y Valle y 15 personas en Barrios Altos, entre ellas un niño de  ocho años. Ese juicio incluyó los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y Manuel  Dyer en 1992. En el mismo año fue sentenciado a 7 años y 6 meses de cárcel por  el delito de peculado al haber reconocido que extrajo de 15 millones de dólares  del erario nacional para entregarlos a Vladimiro Montesinos.  
    La cuarta condena fue  en el 2015 por corrupción y espionaje telefónico, el pago a medios de  comunicación y compra de congresistas, se le impuso seis años de prisión y una  reparación civil a cada víctima. La Cuarta Sala Penal Liquidadora lo sentenció el  8 de enero de 2015 a ocho años de prisión por desviar fondos de las Fuerzas  Armadas y del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), para  financiar a los 'diarios chicha' que auparon su segunda candidatura  presidencial en 1995. 
   Pero falta resolver un  caso de homicidio calificado y uno de peculado. Deber ser  enjuiciado por el presunto homicidio en  calidad de autor mediato por el crimen de seis personas, a cargo del Grupo  Colina en Barranca en 1992. No solo eso, sino   el presunto peculado en calidad de cómplice primario, por la autorización  de entrega de cerca de un millón de dólares a un amigo a fin de que adquiera  terrenos en 1996, en el proyecto Chavimochic (La Libertad).
    Cuando dijo usted: "hay  que voltear la página", la reacción del pueblo peruano en contra de un posible indulto  a Fujimori fue inmediata. Además soltó otra desconcertante expresión: "es un  caso médico y humanitario". ¿En qué país vive? ¿Acaso no ha visto la gran  movilización que causó sus desacertadas expresiones? ¿Por qué no contesta  cuando las madres de los asesinados estudiantes de la Cantuta preguntan dónde  están sus restos humanos? ¿Acaso no sabe que por lo menos hasta ahora no han  nacido 30,000 mil niñas y niños a causa de las esterilizaciones forzadas?
    Andrés de Santa Cruz tuvo la valentía de no perdonarle  la vida a Felipe Santiago Salaverry, que 1835 derrocó al presidente  constitucional Luis José de Orbegoso. Le declaró la guerra a la Confederación  Perú-boliviana y ordenó el fusilamiento del correcto comandante Valle Riestra.  Salaverry murió fusilado al haber  sido  condenado después de un debido proceso sumario. Pero Santa Cruz se equivocó al  no haber fusilado a todos los peruanos que se aliaron a las tropas del Ejército  Restaurador Perú-Chile chilenas y firmó el Tratado de Paucarpata, el 17 de  noviembre de 1837. Las  tropas del general Blanco Encalada, invadieron al Perú por acuerdo del Congreso  de Chile pero  fueron derrotadas y aniquiladas. Desgraciadamente Santa Cruz permitió su retirada  con la promesa de no regresar más al Perú. Todo error en una guerra y en la paz  se paga muy caro, siempre.
    Usted señor Pedro Pablo Kuczynski, es evidente  que no se ha puesto a pensar en las graves consecuencias históricas que traería  un posible indulto al súbdito Alberto Kenya Fujimori Fujimori. No imagina el  grave daño que nos haría a millones de peruanos de ahora y a quienes nacerán en  los próximos siglos. Usted como Fujimori se irán del país, ambos tiene raíces  ancestrales distintas a nosotros, corriente sanguínea y ADN ajeno a millones de  peruanos que nos sentimos orgullos de un pasado glorioso. Fujimori saldría a  disfrutar de una incalculable fortuna sin pagar ni un centavo de reparación  civil al Estado. La agrupación política que lidera crecería y querría gobernar  por los menos veinte años. No nos haga ese daño.
    A la gran mayoría de peruanos  no nos gusta la forma como gobierna usted. Pero con seguridad que no terminaría  su mandato en caso de indultar a Fujimori, causaría una gran convulsión social.  Además sería un acto de traición y contra las normas jurídicas internacionalmente  consagradas. De una vez por todas diga que no procede el indulto y acabe con  tanta incertidumbre. Atentamente.    José  Luis Ayala.     DNI: 07201436.   
    
José Luis Ayala
 
 
 
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