POR UN PLAN DE PREVENCIÓN VERANO 2016
Lima, 27 de marzo de 2015
Sr. Director del diario La República
El doloroso drama humano, que están viviendo los pobladores de Chosica (provincia de Lima), directamente afectados por la caída de los "huaycos" estacionales, fue convertido, el día miércoles 25, en una grotesca comedia, cuando aparecieron en escena los figuretis de turno.
Con muy pocas horas de diferencia, entre la media noche del día martes 24 y las primeras horas del día miércoles 25, de improviso los noticieros televisivos comenzaron a informar que en las inundadas quebradas y enlodadas calles de Chosica se encontraban de visita el presidente de la república Ollanta Humala, la primera ministra Ana Jara, la presidenta del Parlamento Ana María Solórzano, el alcalde provincial de Lima Luis Castañeda, y algunos ministros.
Con el rostro compungido y calzados con botas de jebe, todos ellos fueron a "llorar sobre la leche derramada", a compadecerse hipócritamente del drama de los pobres, y ofrecer, demagógicamente, la donación de "bidones de agua, conservas de alimentos no perecibles, y unos cuantos colchones y frazadas". De esa manera, esos individuos impresentables se pasearon y se burlaron de la manera más grotesca, sobre los cadáveres de los muertos, de los dolidos cuerpos de las varias decenas de heridos, y de las pérdidas materiales de los varios miles de afectados.
Para completar esa denigrante comedia burlesca veraniega (cual tardía prolongación de las fiestas de carnavales), solo faltaron que llegaran a ese doloroso escenario algunos otros personajes de la farándula criolla, acostumbrados ellos a cultivar el figuretismo, tales como Nadine Heredia, Alan García bailando con la "chola" Jacinta, Keiko Fujimori, PPK y sus ppkuyes, el "cholo sano y sagrado" Alejandro Toledo, monseñor Luís Cipriani, el bufo Daniel Urresti, el ladrador Mauricio Mulder, Magaly Medina, Sussy Díaz, Tilsa Lozano y alguna otra de las bataclanas de moda en los programas televisivos basura, todos ellos y ellas con las manos "llenas de donativos", con los cuales humillar en extremo a las dolientes víctimas del último desastre natural. Solo eso faltaba para completar la denigrante comedia.
Los varios cientos de miles de pobladores afectados directamente, en estos momentos no necesitan de "caritativas" donaciones, tampoco necesitan de improvisadas acciones de contención de última hora (un tractor por aquí, otro tractor por allá, movilizados sin plan alguno), tampoco necesitan de la visita de ocasionales "autoridades" incapaces e insensibles, totalmente ajenas a las necesidades reales de la población.
Desde hace más de un año, todos nosotros ya sabíamos que en los meses de esta estación de verano 2015, nuevamente volvería a llover intensamente, que nuevamente aumentarían los caudales de agua en las quebradas, arroyos y ríos, y que nuevamente caerían "huaycos" en la mayoría de municipios y provincias del país. Y todos sabíamos que estos fenómenos naturales, que son inevitables y repetitivos, nuevamente traerían graves consecuencias afectando directamente a varios millones de pobladores en todo el país, arrasando tierras de cultivos, destruyendo carreteras, puentes, viviendas, escuelas y postas médicas. Todo eso ya lo sabíamos, desde hace más de un año.
También sabíamos que, si bien los fenómenos naturales son inevitables, con una oportuna política de prevención se podían amenguar parcialmente sus graves consecuencias, e incluso aprovechar las aspectos positivos de la precipitación temporal de grandes volúmenes de aguas de lluvias (paradójicamente, mientras otros pueblos en el mundo entero sufren por "falta de agua", nosotros los peruanos, nos damos el lujo de lamentarnos por las lluvias excesivas).
En el caso de Chosica, las autoridades de turno, comenzando por el alcalde provincial de Lima Luis Castañeda, con la debida anticipación estaban muy bien enterados de lo que podría ocurrir en este mes de marzo, pero no hicieron lo más mínimo por implementar un Plan para contrarrestas y minimizar las graves consecuencias que traerían la caída de los "huaycos".
Y no lo hicieron, en primer lugar por incapacidad técnica, y en segundo lugar por desinterés social y político, por desprecio a las necesidades de la población mayoritaria. Ahora, a tres meses de iniciada la estación de verano, y habiendo transcurridos más de noventa días del inicio de la temporada de lluvias: ¡¡Ya es muy tarde!!
A las autoridades de turno, solamente les queda posar para "aparecer en las fotografías", presentarse con "los zapatos sucios", y figurar en los videos televisivos.
Los pueblos de los 1,800 municipios locales y 200 municipios provinciales, no necesitamos de este tipo de ocasionales autoridades, ni de este tipo de organismos gubernamentales, como son el parlamento y las burocráticas e ineficientes instituciones del gobierno central. No esperamos nada bueno por parte de ellos, no los necesitamos. Por el contrario, los repudiamos.
Con esta grave experiencia que estamos viviendo, y con la experiencia acumulada en las últimas décadas, nuestra tarea y nuestra demanda, debe ser la preparación a corto plazo de un Plan de Prevención Verano 2016, y a mediano plazo de un Plan de Prevención Quinquenal 2016-2021.
Estos dos planes de prevención deben contener varios aspectos, de los cuales me parece que los prioritarios son dos: un aspecto técnico, y un aspecto político social, en cuya implementación debemos participar democráticamente todos los pobladores del país, impulsando formas de democracia participativa, muy superiores y por encima de la decadente democracia representativa, que cada día se muestra más obsoleta e incapaz de atender las necesidades de las mayorías.
En el aspecto técnico, le corresponde a los investigadores, docentes y estudiantes de las facultades universitarias de Arquitectura, Ingeniería Civil, Ingeniería Agrícola, Ingeniería Geográfica y otras especialidades afines, en coordinación y con el respaldo de los miembros de los respectivos colegios profesionales, la tarea de convocar al desarrollo de Conversatorios, Conferencias, Seminarios y Congresos para sistematizar las propuestas técnicas concretas para el Plan de Prevención Verano 2016, y para el Plan de Prevención Verano 2021, uno a corto plazo, y el otro a mediano plazo.
En el aspecto social y político le corresponderá a la Asamblea de Municipios del Perú y a la Coordinadora de Gobiernos Departamentales (eufemísticamente denominados "gobiernos regionales") movilizar a la población organizada, comenzando por los barrios y municipios, para implementar desde ahora (desde la primera semana de abril de 2015) el Plan de Prevención Verano 2016.
Atentamente
Ing° Miguel Ángel Aragón Ojeda
DNI 10312728
Pd.- Se adjunta copia de carta que enviamos el día 12 de febrero del presente.
FALTA DE POLÍTICAS PREVENTIVAS EN EL PAÍS
Lima, 12 de febrero de 2015
Sr Director del diario La República
La estación de verano comenzó el 21 de diciembre. Como era de esperarse, en todo el hemisferio sur la temperatura se ha incrementado temporalmente, y en varias zonas del país han aumentado bruscamente la cantidad de lluvias y el caudal de los ríos. Estos fenómenos naturales no son ninguna novedad, se repiten cíclicamente durante los primeros meses. Lamentablemente, todos los años se repiten los graves desastres naturales provocados por las inundaciones.
En el editorial del día lunes 9 del diario que usted dirige, se reproduce la información suministrada por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional del INDECI, referida a los daños causados durante los primeros 30 días de la presente estación veraniega. Con esa información, ya nos podemos imaginar lo que ocurrirá en los próximos 60 días. A la fecha hay 5,000 personas damnificadas, incluidos 15 muertos; 8,000 viviendas dañadas, y 700 viviendas han colapsado totalmente; se han destruido canales de riego afectando 25,000 ha de cultivos y provocado la pérdida de 14 mil animales; y al presente ya hay 100 km de carreteras y varios puentes destruidos. Sin considerar las personas muertas, lo cual es irreparable, la reparación de los otros daños tienen un costo, un costo muy elevado que supera largamente los costos de inversión en caso se hubieran programado y ejecutado políticas y acciones preventivas con la debida anticipación. Una acertada política de prevención no solamente debería estar orientada a contrarrestar los efectos dañinos, sino y sobre todo, debe orientarse a aprovechar al máximo los grandes excedentes de agua que se ponen en circulación durante estos meses.
La reiterada repetición de estas graves situaciones, que afectan principalmente a las familias más pobres, nos demuestra no solamente la evidente incapacidad del gobierno, sino que también nos comprueba la incapacidad del estado, y de la clase social que actualmente detenta el poder. Estos funcionarios y sus obsoletas instituciones gubernamentales viven totalmente de espaldas a las necesidades reales de la población. El país con suma urgencia necesita y reclama un cambio social.
Ing° Miguel Ángel Aragón Ojeda
DNI 10312728
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