20 de abril de 2015
Estimado Jorge:
Me resultan muy gratos tus noticias y comentarios. La primera parte de la serie sobre "La Cuestión China" que yo estoy volviendo a divulgar desde mediados de marzo, consta de cuatro comentarios y un primer corolario. Los estoy haciendo circular a través de varias listas de correos, listas conformadas por amigos de diferentes procedencias, que tenemos en común las mismas inquietudes. En breve te enviaré las partes faltantes, y copia de los primeros comentarios y otros aportes, que ya he recibido.
El nombre de Rudolph Bahro y su libro "La Alternativa. Contribución a la crítica del socialismo realmente existente" son nuevos para mí. Por la información suscinta que nos envías, me atrevo a suponer que Bahro ha sido un hereje del movimiento socialista, más que un hereje del método marxista. Un tipo de hereje, como los que Mariátegui reconocía y valoraba en gran medida.
Comenzando su libro "Defensa del Marxismo. Polémica Revolucionaria", Mariátegui anotó "La herejía es indispensable para comprobar la salud del dogma. Algunas han servido para estimular la actividad intelectual del socialismo, cumpliendo una oportuna función de reactivos". Justamente ese es uno de los factores que más nos hace falta en el presente "estímulos para el desarrollo de la actividad intelectual".
Te felicito por tu larga y perseverante búsqueda de la edición en español del mencionado libro de Bahro. Igualmente agradezco tu decisión de compartirlo con nosotros. Más tarde te llamaré por teléfono para concertar una coordinación personal. Gustosamente compartiré copias con algunos otros amigos interesados en el tema.
Hasta 1917 se debatía el socialismo solamente como "una teoría", como una previsión científica, y muchas veces incluso se desviaba el debate como si fuera una "doctrina", imitando a los socialistas utópicos del pasado. Salvo la breve experiencia de la Comuna de Paris (1871) no se tenía una experiencia práctica de construcción del socialismo en ninguna parte del mundo. Recién a partir de la victoria de la Gran Revolución Rusa de 1917, el debate sobre el socialismo se elevó a un debate teórico-práctico, a un debate más realista, apoyado en la experiencia práctica de la acción socialista que venían desplegando más de cien millones de trabajadores soviéticos. En última instancia, lo que realmente interesa es la experiencia, la acción, de grandes masas, que siempre estarán por encima y será más trascendente que las palabras de los llamados "grandes hombres".
Al comienzo la construcción del socialismo fue un gran ensayo, ensayo que como es natural, estuvo matizado con grandes errores. Tuvieron que transcurrir cerca de 35 años, para intentar hacer un primer balance serio del camino recorrido.
Al comenzar la década de 1950 la Academia de Ciencias de la URSS publicó la primera versión del Manual de Economía Política, en el cual se intentó hacer un balance amplio de los inicios de la construcción del socialismo. Casí de inmediato, José Stalin escribió "Problemas Económicos del Socialismo", comentando críticamente algunos aspectos del manual, contribuyendo así, seriamente, al primer balance la construcción del socialismo como experiencia práctica en un solo país.
Al poco tiempo de morir Stalin en 1953, Nikita Jruschov en el XX Congreso del PCUS (1956) lanzó una crítica unilateral y totalmente sesgada de la experiencia de construcción del socialismo, desviando así y enturbiando totalmente el debate. De la necesaria crítica contra el "culto a la personalidad", pasaron al otro extremo, a acusar a Stalin de ser el culpable de todos los males habidos y por haber.
Muy diferente fue la actitud de Mao Zedong, quien entre 1958 y 1960 desarrolló una investigación seria de la construcción del socialismo en la URSS, incluida la breve experiencia china hasta ese momento, y dió varias conferencias internas que años después fueron publicadas con el nombre de "La Construcción del Socialismo".En esas conferencias, Mao realizó un balance crítico del camino recorrido, y propuso varios reajustes. Pocos años después, Ernesto Guevara también contribuye seriamente a enriquecer ese balance crítico y aportó otras propuestas.
La lectura y estudio de esas tres contribuciones de Stalin, Mao Zedong y Guevara, me parecen fundamentales para comprender la fase inicial de la gran experiencia de construcción del "socialismo realmente existente". Lamentablemente, en la década de 1960, el debate en las filas del movimiento comunista internacional fue enturbiado con acusaciones superficiales, de parte y parte, hasta desembocar en la implosión de la URSS en el año 1989.
De esa fecha (1989) hasta el presente, toda la experiencia de construcción del socialismo en varios países, nuevamente está en estudio, evaluación y debate. Quien pretenda arribar e imponer "verdades inmutables" está totalmente condenado al fracaso. El tiempo no pasa en vano, me parece que ya es momento de comenzar a ordenar algunas primeras conclusiones preliminares. La fecha más oportuna para sistematizar las lecciones de esta gran experiencia me parece que podría ser noviembre de 2017, al conmemorarse el Primer Centenario de la Gran Revolución Rusa.
Entre 1918 y comienzos de 1930, Mariátegui llegó a escribir cerca de cincuenta artículos sobre la experiencia de los inicios de la construcción del socialismo en Rusia, artículos en los cuales abarcó diversos aspectos, tanto en lo económico, social, politico, cultural y sicológico, destacando el énfasis puesto por Mariátegui en el estudio del "papel del individuo en la historia", sus comentarios sobre autores y personajes de las novelas soviéticas, hasta ahora siguen siendo insuperados.
Mariátegui no fue un "seguidista", ni pretendió ser un imitador de la revolución rusa, por el contrario su observación y estudio a la distancia fue sumamente critico. Crítica que se puede resumir en una expresión fundamental, anotada el año 1923 "la dictadura del proletariado no es la dictadura de un partido, sino la dictadura de una clase" (conclusión a la cual arribó Mariátegui en 1923, cuando Lenin todavía estaba vivo). El estudio del método de Mariátegui me parece fundamental para abordar estos temas.
Un abrazo cordial. Te llamaré más tarde, y de paso te haré algunas consultas sobre temas de atención de la salud.
Atentamente
Miguel Ángel Aragón
El Domingo 19 de abril de 2015 21:08, JORGE ZUMARAN <j.zumaran@yahoo.es> escribió:
Estimado Miguel:
Gracias por los artículos que nos envías y que contribuyen a la reflexión sobre ls cuestiones contemporáneas del socialismo.
Tus textos sobre China me han llamado particularmente la atención y me han traído a la memoria temas tratados por Rudolph Bahro en su libro "La Alternativa. Contribución a la crítica del socialismo realmente existente", publicado en Francia en el segundo quinquenio de los años 70.
"Rudoplh Bahro (Bad Flinsberg, actualmente Polonia, 18 de noviembre de 1935 - Berlín, 5 de diciembre de 1997) fue unpolítico y filósofo ecosocialista alemán."
Esta definición de Wikipedia es incompleta, el personaje y su vida son mucho más complejos, la biografía completa es un poco más ilustrativa:
Cuando los opositores a los regímenes del Este se pusieron de moda por diversas razones (los anticomunistas utilizaban sus escritos par oponerse al socialismo, los marxistas para comprender y criticar al socialismo realmente existente) occidente conoció a Bahro, marxista que estuvo preso en Alemania del Este. Lo particular de él, desde mi punto de vista, es su gran formación marxista y el hecho de que su crítica es una crítica "desde adentro". La Alternativa es un importante estudio de las sociedades donde se trataba de construir el socialismo y plantea el problema de las tareas de esa construcción en sociedades que no tenían un desarrollo avanzado del capitalismo, URSS incluida.
En los años 70 leí una gran parte del libro (en francés) y desde entonces he querido retomar su lectura. Y quería sobre todo encontrar la versión en español para hacerla llegar a los que trabajan el tema en el Perú. Pero resulta que durante más de 20 años he estado buscando la versión en español, rastreando en internet muchas veces, sin encontrarla.
Al recibir tus correos sobre China me acordé nuevamente del libro y una vez más me di a la tarea de buscarlo en internet. Esta vez con mejor suerte. En efecto, encontré en Zaragoza una persona que lo vendía y así he podido comprarlo, recibirlo la semana pasada y comenzar a leerlo nuevamente, esta vez con el propósito de ir hasta el final.
Si no conoces o no tienes el libro, como una forma de agradecerte las reflexiones que me haces llegar quisiera ofrecerte una copia; tienes que decirme cómo hacer para poder entregártela.
Al mismo tiempo, a los que interese su lectura pueden llamarme antes que viaje a Chiclayo el viernes o sábado próximo, para dejar una copia a partir de la cual se pueden hacer otras.
Un abrazo a todos
Jorge Zumarán
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