De: Milton Sanchez <dsanchezlihon1@aol.com>
Fecha: 10 de julio de 2017, 9:51
Asunto: 10 de julio. Batalla de Huamachuco. Altar de heroísmo. / Miércoles 19 de julio. Presentación de libros: El sol en el mástil, y Homenaje a Gladys Dávalos Arze.
Para:
Construcción y forja de la utopía andina
2017 AÑO
DE LA IDENTIDAD Y DEL PATRIMONIO
INALIENABLE DE NUESTROS PUEBLOS
JULIO, MES DEL MAESTRO;
DEL SANTUARIO HISTÓRICO
DE MACHU PICCHU; BATALLA
DE HUAMACHUCO, LEONCIO
PRADO Y FIESTAS PATRIAS
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
*****
PRÓXIMA ACTIVIDAD
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
MIÉRCOLES 19 DE JULIO. 6:30 pm.
PRESENTACIÓN DE LIBROS
1. Presentación del libro:
"La amo y defiendo con mi vida"
de DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PANEL:
MANUEL RUIZ PAREDES
ERNETO RÁEZ MENDIOLA
2. Presentación del libro:
"Homenaje a Gladys Dávalos Arze"
de MARA L. GARCÍA
PANEL:
CARLOS GARRIDO CHALÉN
MAVI MÁRQUEZ
LIDIA VÁSQUEZ RUIZ
ACTUACIÓN ARTÍSTICA:
FREDERIK SOTOMAYOR
CONDUCCIÓN GENERAL
SAMUEL CAVERO
MARÍA ELENA RODRÍGUEZ
Centro Cultural
Universidad Alas Peruana.
Av. Cuba 301. Jesús María
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10 DE JULIO
BATALLA
DE
HUAMACHUCO
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
ALTAR
DE
HEROÍSMO
Danilo Sánchez Lihón
1. Valor
sin límites
La ambiciosa pretensión del gobierno chileno de apoderarse del territorio salitrero boliviano, y la adhesión de nuestro país hacia ese pueblo hermano, comprometieron al Perú en una cruenta y desigual guerra con Chile que se prolongaría desde abril de 1879 hasta octubre de 1883.
Las primeras operaciones militares se libraron en el mar y tuvieron como gesta la epopeya de Miguel Grau, quien mantuvo a raya a la aparatosa escuadra chilena con habilidad, pundonor y coraje, hasta culminar en el epílogo glorioso del Combate de Angamos ocurrido el 8 de octubre de 1879, en donde sucumbiera Grau al explosionar una bomba en la torre de mando de su legendaria nave, el Huáscar.
Dueños del mar, los chilenos iniciarían la invasión de nuestro territorio en la zona de nuestro litoral sur, originándose así la Primera Campaña del Sur, que terminaría con la victoria de Tarapacá, obtenida de parte de nuestro ejército que aunque diezmado supo dar una lección de organización, visión y coraje, destrozando las líneas enemigas y haciéndolos huir por el desierto.
Posteriormente se inició la Segunda Campaña del Sur en territorios de Tacna y Arica, acontecimiento que también merece en nuestra historia hermosas páginas de patriotismo y valor sin límites.
2. Heroísmo
sin par
Pero, una vez dueños de la costa sur del Perú las fuerzas militares de Chile prepararon la ofensiva contra Lima, la capital de nuestro país, etapa que concluiría con la batalla de San Juan y Miraflores.
Luchó en aquella contienda lo mejor del Perú: los maestros con sus estudiantes, las asociaciones profesionales, las organizaciones de artesanos, todos ellos aglomerados en grupos humanos sin ninguna preparación militar, y más bien solo impelidos por la sagrada misión de defender la patria ofendida y mancillada.
Alistamiento y contienda cuya consecuencia fue perecer ante un aparato tecnológicamente mortal, así como moralmente sin escrúpulos, que estableció como consigna "el repaso", y como ley: "no quedan heridos en el campo".
A partir de entonces, hombres del pueblo de las diferentes regiones del país, sin importarles la precariedad de sus armas, ni de sus pobres pertrechos militares, con ausencia de uniformes y paga, y que pese a su escasa preparación en la milicia, pero con un profundo amor por el Perú, se hicieron presentes y asumieron con sacrificio y consagración la causa de la defensa de la patria, escribiendo páginas imborrables de heroísmo sin par.
3. Poblaciones
inermes
Se convirtieron así en una pesadilla sin final para las fuerzas de ocupación en la heroica resistencia en nuestras serranías, acaudillada por Andrés Avelino Cáceres, quien ha pasado a la gloria con el nombre legendario de "El brujo de los Andes", y su gesta como "La Campana de la Breña". Lo prueban las batallas de Marcavalle, Pucará y Concepción, que se iniciaron al despuntar el alba del día 9 de julio del año 1882, y que forman parte de esta hazaña de resistencia andina. En ellas, luego de reñidos combates, el pueblo peruano obtuvo brillantes victorias, obligando al enemigo a retirarse apresuradamente a los reductos donde estaban acantonado con grandes pertrechos y armamento moderno.
El 13 de julio de 1882 se produjo una resaltante victoria peruana en la batalla de San Pablo, en Cajamarca, obtenida por un pequeño ejército conducido por el general Miguel Iglesias. Sin embargo, todas estas acciones, pese a su grandeza, resultaban efímeras, pues las fuerzas enemigas terminaban arrasando poblaciones indefensas. La aviesa estrategia eran castigos, como cruentos e inhumanos escarmientos, a poblaciones inermes, fusilamientos masivos de grupos humanos indefensos, masacres de poblaciones enteras a fin de causar temor, así como extorsiones para obtener información, y todo a fin de aislar al ejército patriótico comandado por don Andrés Avelino Cáceres.
4. Llacta
ancestral
En 1833 los invasores habían devastado ya varios departamentos de nuestro territorio. Sin embargo, pese a la nula disposición de recursos y en un espacio ocupado por una fuerza brutal, sin gobierno a favor de nuestra República, y frente a un enemigo que se valía de toda medida para acrecentar su poder y su maquinaria de guerra, Cáceres seguía oponiendo tenaz resistencia y tomaba la iniciativa para el ataque. Para ello encaminó sus fuerzas desde Tarma hasta Cetro de Pasco, para proseguir hacia el departamento de Ancash, al norte, en busca de la división invasora del coronel Gorostiaga que se había replegado en Huamachuco.
Después de una penosa y audaz marcha escalando la Cordillera Blanca por el abra de Llanganuco, bordeando escalofriantes abismos y sorteando mil penurias, sin medicinas para los enfermos y ni siquiera zapatos, descalzos o con ojotas, las tropas caceristas avanzaban persiguiendo al invasor. El hambre, el frío y las enfermedades hacían mella en los batallones haciendo que perdiéramos muchos hombres a quienes había que enterrarlos en los caminos. Así, a marchas forzadas, por fin alcanzamos a sitiar Huamachuco en donde se había afincado el ejército chileno, y coronamos las alturas del cerro Cuyurga que domina esta ciudad, capital de la llacta ancestral de los chucos.
5. Coronar
la cumbre
Los chilenos al advertir su presencia en apresurado movimiento desalojaron las casas de la ciudad y se parapetaron en el Cerro Sazón.
El ejército cacerista disponía aproximadamente de 1,800 hombres fatigados por las largas caminatas, con un deficiente armamento y escasas municiones.
Mientras que las huestes del chileno contaban con algo más de 2,000 hombres y un armamento muy superior, así como abundantes municiones.
Y, sobre todo, contaban con su poderosa arma de caballería numerosa y bien equipada ya que para su manutención imponían drásticas medidas a fin de adueñarse de los forrajes.
Al atardecer del 8 de julio de 1883 se rompieron los fuegos de artillería que continuaron sin cesar durante la noche y todo el día siguiente 9 de julio.
En el alba del día 10 de julio, Cáceres resolvió tomar por asalto el cerro Sazón. Pese a nuestras desventajas fuimos ganando terreno palmo a palmo, y venciendo hasta casi coronar la cumbre del cerro.
6. La mayor
resistencia
La bandera del Perú ya flameaba en lo alto, y las campanas de las iglesias de Huamachuco repicaban a rebato celebrando la victoria.
Luego de esta lucha heroica el triunfo parecía inminente, favoreciendo por completo a los nuestros. Sin embargo, sorprendió al ejército patriota el agotamiento total de municiones.
Al advertirlo los chilenos desataron un furioso contrataque que arrolló a los nuestros, que carecían hasta de bayonetas para la lucha cuerpo a cuerpo, batalla desigual que mostró el coraje, la valentía y el heroísmo de los luchadores de nuestra patria.
Andrés Avelino Cáceres había recomendado a sus soldados oponer al invasor la mayor resistencia posible, tratando de hacer comprender al enemigo que el Perú es bastante temible para el que pretenda humillarlo.
Sin embargo, la derrota había quedado consumada y nuestras bajas fueron numerosas. Muchos prisioneros fueron fusilados, aplicándose "el repaso" en el campo de batalla.
7. Héroe
tenaz
Leoncio Prado fue hecho prisionero días después, y afrontó valientemente la muerte dando él mismo la señal para que el pelotón de fusilamiento dispare.
Si bien los chilenos habían logrado vencer en esta batalla, no habían logrado derrotar a su invencible caudillo quien logró salvarse para dirigirse a la sierra central, con el propósito de organizar nuevas fuerzas y continuar con la heroica resistencia.
Sin embargo, apurados por dejar nuestro país las fuerzas de ocupación negociaron apuradamente un acuerdo de paz.
La guerra con Chile concluyó el 20 de octubre de 1883, con la firma del Tratado de Ancón, responsabilidad que fue asumida en representación del Perú por el general Miguel Iglesias.
Así terminaría este episodio de la historia peruana que tuvo funestas consecuencias para la economía de nuestro país, pero que mostró la valentía de hombres cuyo pensamiento y lucha estuvieron siempre centrados en la defensa del honor y la dignidad nacional y donde se erige la figura de Andrés Avelino Cáceres fue el héroe tenaz de la resistencia patriota contra el invasor.
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