Vicente Otta R.
La expresión relajada
y bonachona con que PPK recorre las tres cuadras que separan Palacio de
gobierno del Congreso, contrastan con el estado de ánimo cada vez más
encrespado de la población.
El buen talante no lo
abandona cuando lee, durante 1 hora y 10 minutos, su anodino informe. Anuncia o
da cuenta de cosas negativas y falencias pero parece que se tratara de
algunas fallas ligeras en un juego de
golf. En otras palabras, PPK está camino al País de las Maravillas de Alicia.
Las promesas del
2016, “la revolución social”
Cuando fijó sus
grandes metas, el Presidente recién elegido definió seis objetivos para el
2017:
1. Agua y desagüe,
máxima cobertura. No hay ningún programa importante e ejecución
2. Educación: el
magisterio de 16 regiones está en huelga, miles de becarios de beca 18 reclaman
por la suspensión de las pensiones. Ningún avance en este sector. Retroceso en
el enfoque de género cediendo a la presión de los sectores más conservadores
del país.
3. Salud Pública, el
SIS paralizado y con déficit presupuestal; cerca de 30 días de huelga médica.
4. Formalización,
además de repetir la palabra en algunas declaraciones no hay el mínimo avance
5. Infraestructura,
el Niño Costero destruyó miles de kilómetros de carretera, decenas de puentes y
centenares de colegios. Resultado, tenemos menos infraestructura que cuando
empezó su gobierno. Cosa de niños.
6. Lucha contra la
corrupción, discriminación e inseguridad. Caso Lava Jato empantanado, Toledo en
USA, Alan García, pasando piola.
La marcha errática en
el cumplimiento de este objetivo se atribuye, no pocas veces, al rol
protagónico de PPK en la gestión de Toledo: Ministro de Economía y Primer
Ministro. Difícil imaginar que sus manos están limpios de dinero sucio.
El balance de este
primer año es negativo, no importa mucho lo que digan las encuestas o los
sesudos parloteos de asesores y jefes de imagen. Salvo algunas acciones
represivas contra la criminalidad, la inseguridad no ha logrado controlarse.
La evidente defección
de esta gestión muestra que la tecnocracia gobernante no solo carece de
reflejos y operatividad política sino que éstos están ganados por el lobysmo y
subordinados a los intereses de las transnacionales y gran empresa nativa. Este
interés pro empresarial es lo que define mejor su carácter tecnocrático.
La suicida
persistencia en el proyecto Chinchero (al costo de 2 ministros y un alto precio
en imagen y credibilidad) Y un enroque ministerial que fortalece la presencia
lobista a su interior, muestran que no entiende nada de lo que está sucediendo.
La cuestionada Fiorella Molinelli, sobre viviente del affaire Chinchero, pasa
de Viceministra de Vivienda (habiendo estado antes de Vice Ministra de
Transportes) a Ministra del MIDIS y Ana María Choquehuanca al Ministerio de la
Mujer. Cayetana Aljovín pasa del MIDIS a Energía y Minas. Lobysmo puro.
Cayetana Aljovín presidió Pro Inversión durante casi todo el gobierno de Alan
García, la Molinelli es premiada luego de los enjuagues de Chinchero, mientras
que la Choquehuanca arrastra una serie de denuncias por no pago de impuestos
municipales, uso indebido de espacios públicos, cobros injustificados al
Estado, conducta arbitraria y prepotente contra una oficial PNP que la
intervino justificadamente. Al más puro estilo oligárquico presionó para que la
envíen de castigo lejos de Lima.
Estos son los
“revitalizadores” cambios de PPK. En lugar de oxigenar al gabinete lo llena de
monóxido de carbono!
2017, cuesta abajo es
la rodada
En tanto Fuerza
Popular alista la artillería pesada con la jefatura congresal del camaleónico
Galarreta, PPK repite como letanía la misma receta del 2016, que a estas
alturas ni el mismo cree. Habla con menos convicción de la revolución social,
de la reconstrucción con cambios, etc. Recuento triste y cansino de cosas que
sabe no hará,
Busca fortalecer su
escasa ilusión afirmando que los precios de los minerales están subiendo un
15%, que se destrabará inversiones mineras por $10 mil millones; además de
estos recursos menciona los S/ 20 mil millones para la reconstrucción, los S/ 4
mil millones de los panamericanos. Todo esto, según él, debe permitir un crecimiento de 4% del PBI
para el 2018.
Con este promisor
panorama vuelve e soñar con que estamos cerca de la OCDE (seremos socios de
este envidiable club el 2021 asegura) mientras, hay que fortalecer la Alianza
del pacífico y de paso arremete contra Venezuela, haciendo eco de la campaña
continental golpista de la derecha venezolana y de Trump.
Mientras lee con voz
meliflua y cansina un discurso que parece del quinto año de gobierno, Keiko
sonríe y calcula cuánto debe esperar para acelerar su campaña de presión y
adelanto de elecciones.
Entre tanto, PPK y
sus más lúcidos ministros repite frases como “no hemos cosechado los frutos que
queríamos” buscamos un 2021, “firme y feliz por la unión”, y queriendo fabricar
una épica de lo realizado durante el Niño Costero, repiten hasta el cansancio:
Perú una sola fuerza.
Así avanza el Perú al
2018, en tanto PPK va a paso seguro hacia el desgobierno y la crisis política.
�
Este primer año de gestión de PPK deja mucho que desear ,más de lo mismo en su discurso de su mensaje a la naciòn, ministros interpelados, manoseados, incapaces, de escritorio; en fin, un gobierno cada día más débil de la aplanadora llamada Fuerza Popular.
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