lunes, 26 de febrero de 2018

Fwd: 27 de febrero. Festival del Caballito de Totora. Lo inspiró el horizonte. / Carlos Castillo Mendoza: La casa que habitamos.


---------- Mensaje reenviado ----------
De: <dansanchezlihon@aol.com>
Fecha: 26 de febrero de 2018, 21:46
Asunto: 27 de febrero. Festival del Caballito de Totora. Lo inspiró el horizonte. / Carlos Castillo Mendoza: La casa que habitamos.
Para:


 
 
 
 
 

Construcción y forja de la utopía andina
 
2018 AÑO
DE LA IDENTIDAD Y DEL PATRIMONIO
INALIENABLE DE NUESTROS PUEBLOS
 
FEBRERO, MES DE LOS HUMEDALES,
DE NUESTRAS LENGUAS NATIVAS, DE
RICARDO PALMA Y FEDERICO BARRETO
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 
*****
LA CASA QUE HABITAMOS Y DEBEMOS CUIDAR
PARA QUE NUESTROS HIJOS VIVAN TIEMPOS MEJORES
¿Qué somos?
Piedras milenarias…
¿Cuál es nuestro origen?
El ande, donde el viento ruge y el sol calienta de arriba abajo…
¿Quiénes somos?
Hijos de la nación Chuco
¿Qué hacemos?
Forjamos utopías
¿Para qué sirven las utopías?
Sirven para avanzar.
¿Y dónde está la gracia si nunca se alcanzan?
Su mérito está en que te mueves, no eres estático, floreces, mejoras, triunfas…
¿En qué se fundamentan para hacerlo?
En la herencia de nuestros mayores, forjadores de ideales. En la palabra de los que hablaron con voz propia, en la fe de nuestros padres que allá duermen fieles a su elección y sus apegos.
¿Y qué es Capulí, Vallejo y su tierra?
Es retornar al punto donde empezó nuestro camino, volver al pueblo donde se juntan las rutas, es llegar a la sombra del árbol que aplacó las penas, regresar al cielo que inspiró alegrías, es asomarse al pozo propio para beber el agua que la lluvia envía y calmar la sed de ser.
¿Y los que no son de Santiago?
Se renuevan palpando el suelo, oxigenando el alma y se universalizan mirando al sol y al hombre que allí mora con su lampa y su perfil.
¿Por qué César Vallejo?
Porque amó como un niño, gritó contra el dolor, reconfiguró las palabras, revaloró su etnia, vivió como un "pobre de solemnidad" y, mostrando lo que llevaba en el alma, nos reivindicó a todos como seres humanos capaces de entender los tiempos y abrazarnos fraternalmente para forjar los "nuevos cielos y la nueva tierra".    
¿Y después del encuentro en Santiago de Chuco y la serranía qué queda?
El alma limpia, los saberes renovados, el cansancio vencido, los saludos cumplidos, el placer de haber saboreado pan recién horneado y la alegría de avanzar en pos de las utopías que nos sacan del acomodo y la complicidad.
¿Y quiénes pueden formar esa legión de ilusionados?
Los inconformes, los que aman su vida, su patria y su familia. Los que aún tienen utopías y se plantean metas. Los que sienten el futuro como tarea. Los que asumen que la tierra no es solo ámbito para el saqueo inmoral, campo donde se experimenta la muerte del otro, sino la casa que habitamos y debemos cuidar para que nuestros hijos vivan tiempos mejores.  
 
CARLOS M. CASTILLO MENDOZA
 
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DÍA DEL NACIMIENTO
DE CÉSAR VALLEJO
VIERNES
16 DE MARZO. 6:00 PM.
1. Palabras de bienvenida
CÉSAR VALLEJO CASTAÑEDA
Director de la Casa Museo César Vallejo Infantes.
2. Palabras de apertura
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
Presidente de Capulí, Vallejo y su Tierra.
3. Conferencia sobre el Calendario Andino
Mes de la Maduración de la tierra. Pacha Pucuy Quilla.
RAMÓN NORIEGA TORERO
Director de la Cátedra de Sabiduría Andina
de Capulí, Vallejo y su Tierra.
4. Conferencia:
Nace César Vallejo en Santiago de Chuco
MANUEL RUIZ PAREDES
5. Declamación
de la poesía de César Vallejo.
TRIBUNA LIBRE
6. Lectura libre de poemas
y textos literarios.
7. ÁGAPE CAPULÍ
CASA MUSEO CÉSAR VALLEJO INFANTES
Jr. 1 de Julio (Antes 28 de Julio) 307. Altura
de la Iglesia Virgen Inmaculado Corazón de María,
en la Av. Sucre. MAGDALENA DEL MAR
 
 
*****
 
 
*****
 
27 DE FEBRERO
 
FESTIVAL
DEL CABALLITO
DE TOTORA
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
LO INSPIRÓ
EL
HORIZONTE
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Pudo
llegar
 
– ¡Tup! ¡Tup! ¡Tup!
Lo llamamos desde la orilla ahuecando las manos cerca de nuestras bocas y mirando el horizonte del mar, por donde se pierde nuestra mirada. Y repetimos insistentemente:
– ¡Tup! ¡Tup! ¡Tup!
Nada, nadie responde, solo el sollozo de las olas que asordan nuestros llamados con su rumor monótono. Ayer al mediodía se arrojó a la mar y no lo pudimos atajar, porque comprendimos que desde que enterramos a Zul era inmenso e inabarcable su sufrimiento y necesitaba cualquier alivio para su pesar.
Y lo vimos desaparecer en el horizonte con su torso fúlgido y abrillantado; y después confundirse con esa línea azul para desaparecer en lontananza, hasta donde podía llegar nuestra mirada. Y, de él, su anhelo y su pensamiento puesto en esa irrealidad.
Y hasta ahora no regresaba. Había desaparecido. Pero esta mañana vimos a Tup por el horizonte volver. Al fin retornaba. Y ha sido nítida su figura recortada en el bruñido cielo del amanecer.
Así lo vimos partir y así ahora lo vemos volver: Inhiesto, ligero, bamboleante, cortando las olas Lo vemos subido sobre unas cañas, en las cuales ojalá nosotros pudiéramos también atrevernos a subir.
 
2. Hay allá
un lugar
 
Pero cuando pudimos distinguir mejor la brizna perfilada en el ancho mar, pudimos ver que solo era esta embarcación que semeja un guanaco, una alpaca, un zorro erizado en la cual él había partido.
¡Y donde él no ha venido!
Pero, ¿quién la pudo hacer? ¿Tup la tejió? Y, ¿cómo la hizo llegar hasta aquí sin nadie que remara a su vera, sea desde su centro o sentado a su borde?
¿Lo sopló desde lejos, impulsándola en llegar hasta aquí? ¿Empujada desde esa línea del horizonte donde él se oculta y hasta donde siempre quiso partir?
¿Fue en ella que se embarcó y ahora la envía desde donde mora, quizá reunido con Zul por quien enloqueció de amor?
Porque ninguno nos acercamos a verlo partir, sino que lo vimos cuando ya estaba detrás de las olas que rompen sus muslos y erigen sus espumas aquí en la orilla.
¿O la tejió detrás de las olas? Pero, ¿hay allá un lugar en donde ahora habita Tup?
Esta embarcación es lo único que recogimos. Lo curioso es que, dentro de ella, en la cavidad que ahora tiene, estaba esta caña partida a lo largo en dos que no sabíamos para qué era ni para qué.
 
3. Enloquecer
de amor
 
Y si bien al principio la veneramos como un recuerdo de Tup, de tanto ver la empezamos a hundirla en el mar.
Y la sostuvimos ladeada dentro del agua, y vimos que Tup la había hecho para lo que siempre dijo: para remar, y así poder pescar más allá de la orilla.
¡Pobre Tup! Nunca lo comprendimos. Al final dejamos de pensar en él. ¡Y hasta dejamos de verlo! En verdad evitábamos mirarlo porque deambulaba aturdido por entre los cañaverales.
Creímos que había enloquecido irreparablemente. Y a cambio ¡este es el regalo que nos envía desde el más allá donde mora!, después de haber enloquecido de amor al perder a Zul, a quien reclamaba:
– ¿Por qué me has dejado en este mundo? –Le hablaba golpeando las olas.
– Yo no te he dejado Tup, yo estoy contigo. Todos los días desde que amanece estoy a tu lado. ¡Yo no he muerto!
– Entonces, ¿dónde estás?
– En el ojo de agua del totoral. Ahí búscame ahora.
 
4. Una
golondrina
 
– Pero yo, ¿cómo te veo y dónde te encuentro si hay tantas totoras iguales?
– ¡Búscame, porque me vas a encontrar! Y entonces nos iremos juntos, y nunca nos volveremos a separar.
Y por entre las cañas anda Tup, ensenada tras ensenada, hundiéndose en los humedales, el cuerpo sobresaliendo solo hasta la mitad, escogiendo las mejores cañas con tal de encontrar a Zul.
Y se entretiene viéndolas ya sueltas flotar. Y allí observa que recién arrancadas durante varias semanas no se hunden. Y hasta sostienen posada a tres o más gorriones o golondrinas, o a una pardela común, o a una pesada parihuana.
Y ha descubierto que unidas y amarradas con la fibra de la misma caña, dos tallos sostienen a más de una gaviota y a más de un zorzal sobre las aguas. Y que diez tallos enlazados sobre él hay posados seis cormoranes que no se hunden y hasta avanzan sobre las aguas. Y se hace esta pregunta: ¿cuántas cañas unidas podrán sostenerme a mí?
– ¿Cuánto peso yo? Si amarro cien cañas, ¿podré flotar? –Y esa tarde Tup descubrió un secreto sencillo, cual es: amarrar un conjunto de cañas y sobre ellas él mismo ha podido flotar.
 
5. Llegar
al horizonte
 
Y así pudo deslizarse montado sobre cien cañas. Y pudo girar, e impulsarse con los brazos que empezó a hundir a uno y otro lado de los juncos atados.
Esa tarde al volver a la comarca Tup tenía la mirada alucinada. Suspiraba menos. Y dijo que ahora podía llegar hasta donde estaba Zul.
Y de allí su desvarío lo ha llevado a hablar de otras cosas más. A decir que:
– La mejor pesca no está en las orillas sino allá a lo lejos, cerca al horizonte.
Y nos burlamos de él, comentando:
– Pero no podemos flotar y llegar hasta allá, salvo que nos hagamos garzas o patillos. O fantasmas. –Respondimos.
– Podemos hacernos alas y volar. – Dijo, escuetamente.
Pobre Tup. Desde que murió Zul se tornó loco, porque alucinaba. Vagando entre los totorales. Se le encontraba habla que habla, solo, con la mirada perdida. Solo soportaba jugar con los niños y seguir con aquella idea loca de llegar al horizonte.
Hasta el día que lo vimos partir y alejarse impulsado con no sabemos qué; hundiendo algo a uno y otro lado del hato de tallos de totora que había amarrado adelante, al centro y atrás, con una espiga de punta.
 
6. Él
sabía
 
Lo vimos alejarse más allá de donde rompen las olas y más allá de donde podían llegar nuestras voces llamándolo. Pero nos encandiló su contento, su ilusión y no hicimos nada más por atajarlo.
Y es que esa noche Tup soñó que Zul lo llamaba desde esa lejana línea azul.
– ¡Mañana iré por ti! – Dijo, pensando que volvería. Aunque creíamos que se había vuelto loco de remate.
¡Pobre Tup! ¿Él sabía que podía llegar hasta esa línea indecisa, clara y oscura? ¡Temible por su misterio! Pero su esperanza era inmensa, y no temía volver o no volver. Eso sí no soportaba estar sin Zul, aunque ella lo retuviera más bien para siempre.
¡Más pobre aún!, porque nadie le creímos que se pudiera llegar hasta ahí flotando sobre unas cañas. Pero en verdad: ¿Pobre él o pobres nosotros?
– Más allá hay peces grandes. –Decía obsesionado como un niño, y era verdad. E insistía:
 
7. Creemos
en él
 
– A las orillas vienen los pequeños que las olas pueden arrastrar, porque son débiles. Pero más allá están los peces grandes, finos y de más rico sabor.
– Pero, ¿cómo lo sabía? –Digo yo. Estaba poseído por algún espíritu, y tenía visiones.
– ¡Tup! ¡Tup! ¡Cálmate!
– En el horizonte están los verdaderos peces, adonde debemos tratar de llegar.
¡Y él fue! Fue capaz de ir. Y es él quien nos ha hecho pescadores de a verdad, porque nos enseñó a surcar las olas
Y nos donó el caballito de totora.
Ahora él siempre va delante de nosotros. Nos guía y nos alienta.
Cuando la neblina se cierra y el mundo se oscurece lo escuchamos hablar entre las olas.
Nos dice:
– ¡En todo horizonte hundan sus redes!
Y ahora nosotros creemos en él.
 
 
*****
 
CONVOCATORIA
XIX ENCUENTRO
INTERNACIONAL ITINERANTE
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2018
LIMA:
VIERNES 25
TRUJILLO:
SÁBADO 26
GUADALUPE
DOMINGO 27
CHEPÉN
DOMINGO 27
CAJAMARCA
LUNES 28
CAJABAMBA
MARTES 29
HUAMACHUCO
MIÉRCOLES 30
QUIRUVILCA
JUEVES 31
SANTIAGO DE CHUCO
JUEVES 31
VIERNES 1 (JUNIO)
CALIPUY
SÁBADO 2
SANTIAGO DE CHUCO
SÁBADO 2 (JUNIO)
DOMINGO 3 (JUNIO)
EL XIX CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
ABARCA DEL 25 DE MAYO AL 3 DE JUNIO
DEL AÑO 2018
 
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