domingo, 25 de agosto de 2013

GUSTAVO ESPINOZA : PERU. DIALOGAR... ¿ES PACTAR?

PERU. DIALOGAR… ¿ES PACTAR?

Por Gustavo Espinoza M. (*)

En los años sesenta del siglo pasado, un cazurro político aprista
acuñó una frase que sirvió para que su partido buscara acuerdos con
Odría y Prado, representante uno de los militares más siniestros, y
el otro de los banqueros más poderosos: "Dialogar, no es pactar".

Con sonrisa a la huancaína el entonces Senador Ramiro Prialé
justificaba socarronamente el diálogo que su Partido abriera con los
círculos financieros, los exportadores y los militares más
reaccionarios a fin de justificar lo que se denominó "la política de
la convivencia". A la sombra de ella, la oligarquía tradicional buscó
perpetuar su régimen de dominación y sus propósitos, en perjuicio del
Perú y de su pueblo.

Fue ese el diálogo que condujo al APRA a un pacto fatal con las
fuerzas más oscuras de Poder en nombre de la "gobernabilidad", frase
que ocultó la gestión de sucesivas administraciones corruptas que
vivieron como alfombras del Pentágono, ayudaron a envilecer la
política y se enriquecieron ladinamente defraudando los
requerimientos ciudadanos.

Hoy, en otras condiciones, el APRA busca algo parecido. Lo que
ocurre, es que lo dice con mayor desparpajo y desenfado. Para García,
al reverso de don Ramiro, dialogar sí es pactar.

Pone entonces sobre la mesa todas sus cartas: su experiencia de
gestión y su bagaje político, personificados ambos en sus ministros,
asesores y ex parlamentarios a los que ofrece como "expertos" en la
gestión del Estado. Es curiosa la voluntad del señor García. Asegura
que el Perú "no debe caer en el abismo de los años 80", pero no dice
que fue él, quien condujo al Perú a esos abismos.

Sostiene que no hay que "desalentar la inversión privada", pero no
repara que fue en su primer gobierno -precisamente en los 80- que
cuando se desalentó la "inversión privada" porque los empresarios de
aquí, y los de afuera, buscaron doblegar a cualquier precio la
resistencia del país, e imponer el "modelo" neo liberal que finalmente
concretara el fujimorismo… con la ayuda de García.

El señor García dice que ellos "no piden nada" por su "contribución
patriótica". Solo buscan que "cese la campaña de insultos" de la que
se siente víctima. Una manera de decir que ahora, que han salido a
luz sus tropelías en diversas áreas de la gestión pública, es
necesario borrar todo, callar en todos los idiomas. Ese "pacto" es el
que busca.

Quiere que no se investiguen los indultos concedidos a más de tres mil
narcotraficantes, ni la lotización de la amazonía en provecho de
consorcios foráneos, ni los negocios desorbitados en la reparación de
colegios, estadios y otras obras públicas; ni los latrocinios del más
diverso tipo consumados en los dos quinquenios de la administración
aprista.

Los fujimoristas -socios del cogollo aprista en algunos casos y
aplicados discípulos en otros- actúan a partir de la misma lógica. No
piden nada. Sólo que nos los hostilicen. En otras palabras, que
liberen a su más connotado representante, el chinito de la yuca.
¿Cómo podrían ellos dialogar con quien mantiene "en prisión" a su más
calificado representante?, podría decir la meliflua voz de Martha
Chávez.

Para simbolizar su resistencia, aseguran "no querer" al Presidente del
Consejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor. Y señalan sus preferencias:
Con Castilla, el titular de economía, mejor. Paladín del neo
liberalismo, podría ser Premier en el gobierno de la Keiko

Ambos quieren -en otras palabras- arrinconar, humillar y derrotar a
quien los venciera en los comicios del 2011. Ahora, cabe preguntarse
¿y para qué quieren eso? ¿Para lograr que el Presidente Humala les
haga caso y actúe bajo sus órdenes? Es poco probable que eso ocurra
por lo menos en la magnitud que ellos lo demandan, porque el país
pondría imbatible resistencia a un rumbo de ese signo.

Buscan, entonces, una acción de otro tipo: desprestigiarlo al máximo,
debilitarlo al extremo y colocarlo en una clara situación de derrota
para luego simplemente echarlo del Poder de cualquier modo. Dirán que
eso no es así, que ellos no son "golpistas", pero procurarán caminar
por ese derrotero al filo de la navaja subversiva, como ya ocurriera
en los últimos años en dos países de la región: Honduras y Paraguay.

En ellos, se recuerda, la derecha nunca reconoció ser "golpista". Y
buscó más bien hacer uso de "resortes constitucionales" para concretar
aviesos propósitos. En uno y en otro caso, dieron al traste con los
mandatarios legítimamente electos y tramaron un mecanismo que les
permitiera "adelantar" las elecciones presidenciales a fin de
recuperar el Poder "por vías constitucionales" para que nadie les diga
"golpistas". ¿El argumento?: la pérdida de legitimidad del Mandatario.
Fue electo por una mayoría, y ahora representa a una minoría. Las
encuestas lo confirman. .

La campaña de descrédito emprendida contra Ollanta Humala encierra ese
propósito: arrancar de un Parlamento desacreditado y en derrota, una
resolución legislativa que les permita convocar, en el menor plazo
posible, nuevas elecciones presidenciales.

Cuando en la calle algunos desprevenidos ciudadanos gritan: "¡Urgente…
Urgente, nuevo Presidente!", no están pensando en eso, por cierto. Si
lo pensaran, podrían darse cuenta que lo tienen a mano: O García, o
Keiko. Ahí están. Pueden escoger a cualquiera de los dos. Porque si
por ventura se "adelantaran" las elecciones en el Perú, ambos serían
los candidatos favoritos de las encuestadoras, que hoy sitúan a Humala
en un 29% de aceptación ciudadana en tanto que a Keiko le otorgan un
40% en lo mismo.

Para el Presidente del Consejo de Ministros, lo fundamental es
concertar una suerte de "armisticio" con los Partidos Políticos y las
fuerzas ciudadanas organizadas. Se trata, dice, que "nos pongamos a
pensar en cómo cooperar para sacar al país adelante" por lo menos en
tres aspectos: seguridad ciudadana, agenda social y problemática
económica.

No repara en un hecho muy concreto: no basta pensar. Hay que hacer. Y
es precisamente allí -haciendo- es que se han mostrado groseramente
los contertulios con los que alienta el "armisticio", porque actuaron
en procura de beneficios personales, o partidistas, o en provecho de
intereses financieros supra nacionales. Buscaron aprovecharse del
Perú, y aspiraron a vivir por siempre en el limbo de la impunidad, sin
dar cuenta de sus actos.

Es claro que el gobierno realmente necesita dialogar, es decir,
abrirse al país y hablar con la gente. Pero no precisamente buscar
acuerdos ni componendas con grupos desacreditados de mafiosos y
corruptos; sino con las fuerzas interesadas en el avance social, el
progreso y el desarrollo. Y para que lo tenga en cuenta en su real
dimensión, el gobierno debiera darse el trabajo de leer sus propios
documentos de ayer.

Allí descubrirá que el Perú, es subdesarrollado porque es dependiente.
Y porque está atado a la política del Imperio y maniatado por los
programas económicos del Fondo Monetario y por los planes de una
oligarquía envilecida y en derrota. Y porque siempre ha sido
gobernando por pequeñas y corruptas camarillas de Poder representadas
por esos Partidos que hoy le reclaman "diálogo", y al que Jiménez les
ofrece un "armisticio".

Tales fuerzas no tienen empacho. Y son capaces de asegurar - como lo
dice un semanario de reciente aparición- que Sergio Tejada y Julio
Arbizú son culpables de la crisis porque al investigar los
narcoindultos y combatir la corrupción, "generan desconfianza".

Dialogar con el país, es dialogar con el pueblo, llegar al corazón y a
la conciencia de los peruanos, explicar a cada quién los problemas que
afectan nuestro desarrollo, analizar a la luz de la experiencia las
razones de la crisis que agobia a nuestra economía, y la naturaleza de
los peligros que la acechan.

Para este efecto, el gobierno necesita apenas tres elementos: voluntad
política, dominio de la realidad y capacidad de persuasión. Es decir,
liderazgo en proyección. Y convencimiento sincero de sus
posibilidades de acción. Pero, sobre todo confianza en el pueblo con
el que habrá de hablar, cara a cara.

Si dialogar es "pactar", el único pacto que habrá de funcionar en el
Perú será aquel que una la voluntad de cambio con la fuerza social,
dispuesta a afirmarlo (fin).

(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera. /
http://nuestrabandera.lamula.pe


--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274

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