“Esta concepción de la vida (la visión de la
vida
como lucha, como “agonía”) contiene
más
espíritu revolucionario que muchas toneladas
de
literatura socialista”.
Mariátegui sobre “La agonía del cristianismo”
de Miguel de Unamuno
Mariátegui : ¿Idealismo VS materialismo?
Desde el 06 de Febrero del
presente año, la Universidad Socialista del Perú “José Carlos Mariátegui”,
desarrolló una importante y valiente Cátedra Popular de valoración del libro “Defensa del marxismo. Polémica
revolucionaria” de J.C. Mariátegui (editado sobre sus artículos publicados
entre Julio de 1928 y Junio de 1929, en las Revista limeñas “Mundial” y
“Variedades” y posteriormente en los números del 17 al 24 de la Revista
“Amauta”) alcanzando para la lectura y debate valiosos materiales, algunos de
los cuales fueron “colgados” en el Blog “Creación
Heroica”, entre ellos el Sétimo Ensayo del libro “Razón y Mito en Mariátegui” del filosofo peruano-okinawense Jorge Oshiro Higa, que trata
precisamente sobre el polémico texto de Mariátegui.
Tal y como expresamos en
comentario público, en el acto de la inauguración de esta valiosa Cátedra
Popular, su realización por compañeros principalmente provenientes de la veta
mas “ortodoxa” del movimiento socialista peruano significaba todo un reto y quizás
hasta una suerte de un auto-exorcismo de resultados imprevisibles pues, contra
lo que consideran quienes no han leído el texto de Mariátegui en cuestión, éste
no constituye la defensa del “ortodoxo” marxismo clásico que conocemos contra
las críticas de Henri De Man en su “Más allá del marxismo” sino la defensa de
las tesis críticas del propio Marx en deslinde contra la nueva corriente
positivista infiltrada en el marxismo tras la muerte de Lenin, que empezaba a
hegemonizar el movimiento comunista mundial, aprovechando la crítica de De Man
contra la versión kaustkiana del marxismo de la Segunda Internacional.
Es precisamente en este
debate contra las críticas de Henri De Man, donde Mariátegui se despega de la
forma “oficial” de comprensión del marxismo, a modo del “socialismo clerical”
de la Segunda Internacional, basada en la socialdemocracia alemana, y opone a
la supuesta “herejía” que ésta implicaba la auténtica herejía revolucionaria,
entendida como “renovación y continuación de la obra de Marx”, “el retorno a la concepción dinámica revolucionaria de Marx y su inserción en la
nueva realidad intelectual y orgánica”, la restitución de su “misión revolucionaria”.
Tal y como señala Jorge
Oshiro :
“La
visión del marxismo establecida aquí por Mariátegui se contrapone
categóricamente a la posterior versión estalinista de la historia de la
filosofía, en donde la burguesía se equipara al idealismo y el proletariado al
materialismo. Lo que se conseguía con ello era fundar un mecanismo abstracto de
lucha entre dos posiciones irreconciliables – “la materia” y “el espíritu”- ,
en una dicotomía caricaturescamente “científica” entre el “Bien” y el “Mal””
(“Razón y Mito en Mariátegui”, pág. 455).
Frente a esta lucha
abstracta entre el materialismo y el idealismo, al estilo de los Autos de Fé de
nuestra época virreinal, como explica Oshiro, Mariátegui postulaba una unidad
orgánica del pensamiento en la cual “la
lucha de clases no podía verse traducida mecánicamente a nivel filosófico”,
y rompiendo con el esquematismo de las categorías inertes e inamovibles de
“materia” e “idea”, tomadas históricamente como dos principios metafísicos
irreconciliables y excluyentes postulaba el “espíritu revolucionario”
que, como él bien señalaba, en su “La
agonía del cristianismo” de Unamuno,
permitía entender que “una filosofía “idealista” puede tener más
espíritu revolucionario que muchas de las llamadas socialistas o materialistas”.
El espíritu revolucionario que la Segunda Internacional había perdido
conservando solamente la retórica “marxista”.
Desaparecido físicamente
Mariátegui, Antonio Gramsci retomaría este debate y la posición de Mariátegui
en él, desde su estancia en las cárceles del fascismo (en su Cuaderno de Cárcel
número XVIII, publicado más tarde bajo el título “Notas críticas sobre una tentativa de “Ensayo popular de sociología”,
criticaría el texto de Nicolai Bujarin (publicado en versión rusa en 19231 y
edición francesa en 1927), señalando que su materialismo metafísico planteaba
la prioridad ontológica de la materia en sí, como “realidad objetiva” al margen
del hombre y de su actividad práctica, por sobre el espíritu; precisando :
“La función y significado de la dialéctica pueden ser concebidos en toda
su fundamentalidad, sólo si la filosofía de la praxis es concebida como una
filosofía integral y original que inicia una nueva fase en la historia y en el
desarrollo mundial del conocimiento, en cuanto supera (y en cuanto superando
incluye en si los elementos vitales)el idealismo y el materialismo
tradicionales, expresiones de la vieja sociedad. Si la filosofía de la praxis
solo es pensada como subordinada a otra filosofía, no se puede concebir la
nueva dialéctica, en la cual, justamente dicha superación se efectúa y se
expresa”(Antonio Gramsci, “El materialismo y la filosofía de Benedetto
Croce y otros textos”, Ediciones Nueva
Visión, Buenos Aires, pag.140,).
Añadiendo :
…”para la filosofía de la praxis la “materia” no debe ser entendida con
el significado que resulta de las ciencias naturales (física, química,
mecánica, etc., y estos significados han de ser registrados y estudiados en su
desarrollo histórico), ni en los resultado que derivan de las diversas
metafísicas materialistas”.
“La materia, por tanto, no debe ser considerada en sí, como social e
históricamente organizada por la producción, y la ciencia natural, por lo
tanto, como siendo esencialmente una categoría histórica, una relación humana”.
(Antonio Gramsci, Obra citada anteriormente, páginas 169 y 170).
¡Qué lejos están el
pensamiento de Mariátegui y el de Gramsci del opúsculo “Sobre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico” de
J.V. Stalin, y que cerca hemos vivido nosotros de este último, curiosamente en
nombre de Mariátegui.
Lima, 25 de Mayo del 2014.
Gustavo
Pérez Hinojosa
Miembro
de la Cátedra Libre “Marx, ese desconocido”.
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