Materiales para el Tercer Seminario Socialismo Peruano:
CONTRIBUCION AL PRIMER TEMA:
BALANCE DE LA REVOLUCION MUNDIAL
(27 de setiembre de 2011)
Por Miguel Aragón
El Tercer Seminario Socialismo Peruano, organizado por un sector del frente unido en Lima, como parte de la gestión de la actual generación, ya está en camino. Superando incomprensiones, naturales malentendidos, marchas y contramarchas, definitivamente se iniciará el sábado 08 de octubre.
Podemos discrepar del temario acordado, podemos sugerir que se mejore en el camino, pero ya existe un temario básico, que es el punto de partida. Todos los realmente interesados en colaborar debemos comenzar a desarrollar el Temario propuesto, y presentar propuestas previamente al desarrollo de cada uno de los temas.
El primer tema, programado para el sábado 08 es Balance de la Revolución Mundial. Los organizadores, y todos los colaboradores, deben de promover un ambiente adecuado, "una atmósfera de ideas", para que todos los interesados contribuyan enviando propuestas sobre el tema mencionado. Del 27 de setiembre al 08 de octubre hay exactamente 11 días, tiempo más que suficiente para presentar propuestas sobre el tema.
Hay compañeros que han expresado que siendo éste un seminario "sobre el socialismo peruano", no ha debido aceptarse que se incluyan temas sobre "el socialismo mundial". No concordamos con esa apreciación, nos parece unilateral.
En Lo Nacional y lo Exótico (09 de diciembre de 1924) José Carlos Mariátegui proponía: "Tenemos el deber de no ignorar la realidad nacional, pero tenemos también el deber de no ignorar la realidad mundial. El Perú es un fragmento de un mundo que sigue una trayectoria solidaria".
Lo que debemos de cuidar, y mantenernos muy alertas, es que la primera reunión no se convierta en "un Tribunal para acusar y juzgar el desarrollo de la revolución proletaria en otros países", como podrían pretender algunas mentes saturadas de internacionalismo delirante; sino que por el contrario, la primera reunión debe convertirse en una escuela para aprender, con mucha modestia, de las lecciones del proletariado en otros países.
Después que el socialismo peruano haya realizado su propia revolución, ahí recién nos ganaremos el derecho a enseñar a los demás, el derecho a enseñar con el ejemplo, y no con simples palabras. Recién en esas nuevas condiciones futuras podremos estar seguros que los trabajadores de otros países nos mirarán y nos escucharan con respeto y admiración, y estarán dispuestos a aprender modestamente de nuestro ejemplo.
El Tercer Seminario es continuación de las numerosas actividades que un amplio sector del frente unido realizó en el quinquenio 2003-2008, entre ellos los numerosos conversatorios realizados en las sesiones semanales del Foro Centenario, y en los otros foros unitarios y participativos que funcionaron en Lima durante ese quinquenio de inicio de la preparación de la organización.
Los miembros de la actual generación están en la obligación de rescatar y reivindicar todas las actividades realizadas en el foro de los lunes (MOVJMA), foro de los miércoles (Foro Participativo), foro de los jueves (Foro Centenario), foro de los sábados (USP-JCM), foro de los domingos (Centro de Autocapacitación Amauta-Huaycán), así como por el Comité Aniversario 80, y por otros numerosos foros que estuvieron en actividad en esos años de intensa actividad, de acción conjunta y de discusión, y de fortalecimiento del frente unido.
Por modestos que sean, o por muy modestos que nos parezcan, todos deben de reivindicar sus propios aportes, y superar la nociva campaña de los que pretenden desconocer esos aportes de la actual generación, de los que ambicionan "partir de la nada a la existencia".
Buscando rápidamente en nuestros archivos, hemos encontrado estos dos comentarios que en su momento fueron presentados a las sesiones semanales del Foro Centenario. Consideramos que algunas de las ideas ahí presentadas mantienen su vigencia, y pueden ser motivos polémicos para la primera sesión.
Entre otras ideas polémicas rescatamos y proponemos:
1.- Actualmente la humanidad vive "en la época del imperialismo", o por el contrario "desde 1917 la humanidad vive en la época del socialismo"
2.- Los problemas presentados en la construcción del socialismo, y el actual predominio temporal de fuerzas contrarrevolucionarias en varios países, significa que "ha fracasado la revolución", o realmente son "simples reveses temporales" de los cuales tenemos mucho que aprender.
3.- Los cambios en la política económica en China, y los cambios que se están dando en Cuba, han sido y son cambios necesarios que obedecen a sus propias necesidades, o por el contrario son unas desviaciones y abandonos del camino socialista.
Suponemos, y no solo suponemos, sino que estamos seguros, que otros colaboradores sinceros que quieren contribuir al desarrollo exitoso del Tercer Seminario, deben de tener otras propuestas más desarrolladas y mejor elaboradas. En hora buena, los felicitamos. Hay que animarlos para que presenten sus propuestas, y participen activamente en el debate de ideas y contrastación de propuestas.
DEFENSA DE LA EXPERIENCIA SOCIALISTA (I)
(07 de junio de 2005)
Desde el inicio de sus sesiones semanales, hace dos años [desde agosto de 2003], el Foro Centenario ha puesto el énfasis en estudiar, exponer y debatir acerca de los "aspectos esenciales de la interpretación de la realidad peruana", y en las "propuestas para su transformación". Estas han sido las preocupaciones centrales. Los aspectos de la realidad mundial solamente se han comentado de manera tangencial, como referencia al abordar los problemas peruanos.
Sin embargo, desde el comienzo, y en especial en los últimos meses, se han escuchado voces que reiteradamente muestran interés en comentar los problemas mundiales, en particular la experiencia de la construcción del socialismo iniciada en 1917 en Rusia. Esto expresa que hay una necesidad evidente de comentar y explicar esa gran experiencia; pero sin descuidar que lo principal ha sido, y seguirá siendo, el "conocimiento y definición de los problemas peruanos", y las propuestas para "crear un Perú nuevo en el mundo nuevo".
Alguna de las voces que reclaman más atención a los problemas mundiales, cuestionan que en la ex - Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y en los países de Europa Oriental se haya estado construyendo el socialismo hasta fines de la década de 1980; niegan el carácter socialista de los actuales regímenes existentes en China, Vietnam y Corea; y dudan que se esté construyendo el socialismo en Cuba.
Lo paradójico de esta posición "internacionalista" es que cuestionan la construcción del socialismo en los países anteriormente mencionados, mientras que, por otro lado, reivindican la pasada experiencia del régimen de Velasco en el Perú (1968-1975) y la actual experiencia del régimen dirigido por Chávez en Venezuela, como experiencias de inicios del socialismo, e incluso como experiencias propiamente socialistas.
La falta de coherencia de una de estas voces, es que propone que "el régimen existente en China no es socialista, mientras que el régimen de Chávez en Venezuela si es socialista". A continuación, proponen que hay que apoyar decididamente al régimen de Chávez, y combatir intransigentemente al régimen existente en China ("capitalismo rojo" dicen irónicamente).
En otra oportunidad vamos a comentar lo que significaron los regímenes de Velasco en Perú, Torres en Bolivia, Torrijos en Panamá, y otros regímenes similares, formados según el libreto de la Alianza para el Progreso a comienzos de la década de 1970. Para otra oportunidad dejaremos también nuestro comentario sobre lo que actualmente significan los regímenes de Chávez en Venezuela, Lula en Brasil y Vásquez en Uruguay.
Por ahora, nos vamos a concentrar en exponer, de la manera más breve posible, algunas ideas sobre la experiencia de la construcción del socialismo iniciada en 1917, ideas que esperamos sirvan para incentivar y ordenar el estudio y debate. No nos anima ninguna intención de cerrar la discusión. Por el contrario, nuestra intención es ordenarla y encauzarla para llegar a conclusiones que sirvan para nuestra propia acción.
Estas pocas ideas podrían servir para promover un foro de varias sesiones continuadas, en los meses de octubre o noviembre de este año. Desde ahora podríamos ir promoviendo la inscripción de todos los que deseen participar seriamente, con ideas y propuestas claras, previamente presentadas por escrito, y puestas a conocimiento y discusión por los medios de difusión que se tengan disponibles.
ANTECEDENTE: LAS REVOLUCIONES DEMOCRATICO BURGUESAS
A fines del siglo XIX el capitalismo de libre concurrencia llegó a su máximo apogeo y se transformó en "capitalismo monopolista, capitalismo rentista y capitalismo agonizante". Este paso del capitalismo a la fase superior de capitalismo monopolista, también conocida como imperialismo, no significó una nueva época histórica en el desarrollo de la humanidad, sino simplemente "el paso de una fase a otra fase" en la evolución del régimen capitalista de producción.
Sin embargo, actualmente hay quienes consideran que vivimos en "la época del imperialismo", como si el llamado "imperialismo" fuera una época diferente a la época capitalista. Y no solo eso, sino que hay quienes consideran que vivimos en "un mundo unipolar", de total y absoluto dominio del mundo por el capitalismo monopolista norteamericano, reivindicando de esa manera la vieja y errónea tesis de Kautsky acerca del "ultraimperialismo". (Ver: Lenin, "El imperialismo fase superior del capitalismo")
En esas nuevas condiciones así creadas, en 1905 estalló la primera revolución democrático burguesa en Rusia, que enfrentó a todas las fuerzas del pueblo ruso, incluida la burguesía rusa, contra el viejo régimen zarista, representante de los intereses de la clase terrateniente feudal. Esta revolución fue derrotada, pero dejó grandes lecciones al proletariado, y dejó una creación heroica de los trabajadores rusos, "el soviet", o consejo de obreros y campesinos.
En febrero de 1917 estalló la segunda revolución democrático- burguesa en Rusia, que nuevamente enfrentó al pueblo ruso contra el régimen zarista. Al igual que en 1905, dos clases se disputaban la dirección del proceso revolucionario: la burguesía rusa y el proletariado ruso. La revolución democrático burguesa triunfó en Rusia en este segundo intento, pero fueron los burgueses, con el apoyo de la pequeña burguesía, quienes asumieron la formación del nuevo gobierno en Rusia, desplazando del poder a la clase terrateniente, a la aristocracia zarista, y postergando al proletariado.
Estas dos revoluciones democrático-burguesas, la de 1905 y la de 1917, ya no formaban parte de las viejas revoluciones democráticas, sino que, por la participación decisiva del proletariado pasaron a formar parte de las revoluciones democráticas burguesas de nuevo tipo. Estas nuevas revoluciones comenzaron con las revoluciones de 1848 y 1849 en la parte occidental de Europa; y con la revolución rusa de 1905 en la parte oriental y más atrasada del continente europeo. Las revoluciones de nueva democracia comenzarían tiempo después en los países del continente asiático. (Continuará)
DEFENSA DE LA EXPERIENCIA SOCIALISTA (II)
(10 de junio de 2005)
INICIOS DE LA EPOCA DEL SOCIALISMO
En abril de 1917, dos meses después de la revolución de febrero, los dirigentes del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia, consideraron que la revolución democrático burguesa había concluido en Rusia, y que se iniciaba ininterrumpidamente la revolución socialista. Esta nueva revolución enfrentaba al proletariado ruso con el apoyo del campesinado, contra la burguesía rusa.(Ver: Lenin. Tesis de Abril, 1917). Meses después, en noviembre de 1917, triunfó la revolución socialista en Rusia, dándose inicio a la revolución social, a la construcción del socialismo en un solo país. Ahora sí, se iniciaba una nueva época histórica en el desarrollo de la humanidad: se iniciaba la época socialista, se iniciaba la época de la dictadura del proletariado.
Sin embargo, hay quienes desconociendo este trascendental cambio histórico, siguen diciendo que "vivimos en la época del imperialismo". Hay quienes consideran que, en el desarrollo de la historia del siglo XX, el paso del capitalismo de su fase de libre concurrencia a su fase monopolista, es un cambio más trascendente que el paso del viejo régimen capitalista a la construcción de una nueva sociedad, a la sociedad socialista.
La revolución socialista triunfó en Rusia en noviembre de 1917, y meses después también triunfó en una parte de Alemania en noviembre de 1918, y en Hungría en marzo de 1919. A un año de la "revolución de octubre" se comenzó a construir el nuevo orden social en tres países, pero el desarrollo de la revolución fue desigual.
El inicio de la construcción del socialismo en Alemania fue interrumpido violentamente, y en Hungría la duración del nuevo orden social fue más efímero todavía. En 1920 el proletariado solamente se sostenía en el poder en un solo país, en la Rusia soviética.
José Carlos Mariátegui analizó en todos sus aspectos estas tres experiencias, y las comentó en el Aula de la Universidad Popular, en las sesiones del 13 y 20 de julio, y del 18 de agosto de 1923 (Ver: Historia de la Crisis Mundial, quinta, sexta y sétima conferencias, págs. 54, 67 y 82 respectivamente).
Mientras que para los pesimistas y derrotistas, de ese entonces, los reveses temporales de las revoluciones en Alemania y Hungría demostraban "la imposibilidad de construir el socialismo", y "la inevitable restauración del régimen capitalista", por el contrario, para Mariátegui la conclusión fue otra.
Comentando el desenlace de la Revolución Alemana nos dijo: "Por todas esas razones, los actuales acontecimientos alemanes no son sino episodios de la Revolución Alemana, el actual gobierno burgués de Alemania no es sino un período, un capítulo de la Revolución Alemana. La Revolución Alemana no se ha consumado, porque una revolución no se consuma en meses ni en años; pero tampoco ha abortado, tampoco ha fracasado. La Revolución Alemana se ha iniciado únicamente. Nosotros estamos presenciando su desarrollo".
Precisando más el significado de estos reveses temporales, Mariátegui continuó: "Un período de reacción burguesa es un período de contra-ofensiva burguesa, pero no de derrota definitiva proletaria. Y desde este punto de vista, que es lógico, que es justo, que es exacto, que es histórico, el gobierno fascista, la reacción fascista en Italia, es un episodio, un capítulo, un período de la Revolución Italiana, de la guerra civil italiana. El fascismo está en el gobierno; pero el proletariado italiano no ha capitulado, no se ha desarmado, no se ha rendido. Se prepara para la revancha".
Más adelante, comentando la revolución en Hungría, Mariátegui comentó: "Pero, de hecho, el régimen del regente Horthy es un régimen absoluto, medioeval y feudal [...]. Pero un período de reacción, un período de absolutismo, no puede ser sino un período transitorio, un período pasajero".
Mariátegui agregó: "Como ya dije a propósito de la Revolución Alemana, una revolución no es un golpe de estado, no es una insurrección, no es una de aquellas cosas que aquí llamamos revolución por uso arbitrario de esta palabra. Una revolución no se cumple sino en muchos años. Y con frecuencia tiene períodos alternados de predominio de las fuerzas revolucionarias y de predominio de las fuerzas contra-revolucionarias".
Por último, desplegando un conocimiento profundo de las leyes de la revolución socialista, Mariátegui afirmó lo siguiente: "Así como el proceso de una guerra es un proceso de ofensivas y contraofensivas, de victorias y derrotas, mientras uno de los bandos combatientes no capitule definitivamente, mientras no renuncie a la lucha, no está vencido. Su derrota es transitoria; pero no total. Y, conforme a esta interpretación de la historia, la reacción, el terror blanco, el gobierno de Horthy no son sino episodios de la lucha de clases en Hungría, un capítulo ingrato de la Revolución Húngara. Este capítulo llegará algún día a su última página. Y empezará entonces un capítulo más, un capítulo que, tal vez sea el capítulo de la victoria del proletariado húngaro".
De estas dos posiciones ¿Quien tenía la razón?.
Los pesimistas, los derrotistas (y claudicantes), de entonces (y de ahora), que pensaban que "ya no era posible el socialismo en Alemania y Hungría", o los optimistas, los espíritus afirmativos y perseverantes como Mariátegui, que reducían los intentos de la burguesía por restaurar el capitalismo, a simples intentos, a reveses temporales de la revolución.
La historia le dio la razón a Mariátegui. Treinta años después, en 1945, con el triunfo del frente unido de las fuerzas proletarias sobre el nazi fascismo en Europa, nuevamente se reanudó la construcción del socialismo en Alemania y Hungría. Esta vez, acompañado del inicio de procesos similares en otros países de Europa Oriental. En forma simultánea, en Asía triunfaban las revoluciones de nueva democracia, y se iniciaba la construcción del socialismo en China, el norte de Vietnam, y el norte de Corea. Quince años después, en 1959, se iniciaba la construcción del socialismo en Cuba; y treinta años más adelante, en 1975, el imperialismo norteamericano fue derrotado en el Sur de Vietnam.
(Continuará)
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