PROPUESTA A UN PROYECTO CULTURAL
por juan cristóbal
Dadas las circunstancias
actuales del país y del mundo en general, es indispensable que en todo análisis
o visión política para el cambio de un país, se incorporen, aparte de los aspectos
económicos, sociales y educativos, los aspectos culturales, como forma de Proyecto Cultural. Que es lo que
estamos haciendo, dejándolo en consideración para su discusión, ampliación,
modificación, críticas, etc.
En este Proyecto hemos tenido en cuenta, para su elaboración, dos
cuestiones que nos parecen sustanciales: a) la tradición histórica de nuestras
bases culturales, y b) la propuesta que realizamos para la actual situación.
Pues ambas, aunque algunas ópticas lo nieguen, se encuentras íntimamente
relacionadas-
Obviamente, para llegar a
conseguir resultados favorables, es necesario tener en cuenta con qué ideología
vamos a trabajar, qué métodos y
herramientas sociales debemos utilizar, sin dejar de puntualizar –lo que
dependerá de cada momento específico- algunas consideraciones fundamentales en
este tipo de percepción y perspectiva:
a)
propuesta y
discusión del proyecto cultural con todas las organizaciones de base, su aprobación y praxis cultural
b)
cuota de poder
para las organizaciones culturales,
niveles de decisión
c)
tipo de cultura a
desarrollar dentro de una perspectiva estratégica y coyuntural
d)
tipo de relación cultural
con los países de la región y a nivel internacional
Todo lo cual debe ser
entendido considerando la naturaleza y la historia del país, sus clases y
estratos sociales, sus diversas organizaciones étnicas y sociales
Pasaremos a continuación a
desarrollar la PROPUESTA DEL PROYECTO
CULTURAL.
Queremos dejar en claro que,
como escritores que somos, cuando nos referimos a nuestra matriz, la
literatura, también debe entenderse que nos estamos refiriendo a la cultura en
general.
MARCO REFERENCIAL DE NUESTRA CULTURA
A) A nivel històrico
Desde la Conquista, pasando por la Colonia, la Repùblica, hasta el dia
de hoy, nos han expropiado la palabra. Pasò a convertirse en herramienta
dominadora de los dominadores. Y como dice Manuel Scorza, la palabra es poder.
Y la expropiación significò y significa que nos manipularon y deformaron el
pasado, y lo siguen haciendo hasta el presente. Por lo tanto, hay que recuperar
la palabra, la memoria y el pensamiento para no seguir siendo “esclavos
felices”, puesto que la palabra, como lo reafirma Scorza, es la ùnica que puede
corroer la estructura del poder capitalista, porque recuperìamos nuestro ser,
que fue una exterminaciòn profunda incluso peor que el pillaje material, ya que
por esa vìa todo lo borraban. Asimismo, la palabra nos ayuda a imaginar el
futuro, porque para llegar a èl se necesita imaginarlo. Es cierto, que hubo
resistencia y la hay, (Arguedas es el paradigma) pero necesitamos reconocer y
memorizar el pasado para pasar a la ofensiva.
B).A nivel ideològico
Reconocer que el escritor
trabaja en la superestructura ideològica, eso no significa que no pueda apoyar
o militar en las causas populares, lo cual es una decisión totalmente personal
y jamàs debe ser impuesta o reglamentada. La realidad es màs importante que
cualquier arte realista. Y, como afirma Petras, estudiar su historia, realidad
y cultura es importante. (¿Cuàntas horas dedicamos a esto? ¿Cuàntas a comprometerse
con su realidad?).
Por otro lado, hay que
desarrollar una literatura que cuestione el sistema y busque el desarrollo de
lo popular y nacional, para construir nuestra identidad nacional. Tambièn sin
ningún tipo de recetas, cada quien desde su punto de vista y desarrollo y
sensibilidad personal.
El papel del escritor comprometido
con su pueblo (sea cual fuese su ideología) incide, en forma importante, en la formación y
desarrollo de la conciencia, por lo tanto, en la subjetividad de las luchas
populares. Y si tiene acceso a los grandes medios de comunicación, mejor,
porque aparecen como modelos de comportamiento, lìderes de opinión, y con sus
ideas pueden ayudar a socavar la hegemonìa depredadora burguesa y capitalista.
Esta formación de la conciencia
es clave, porque puede ligar el descontento con las luchas sociales, es decir,
contra la clase dominante. La ambigüedad de muchos intelectuales que se dicen
progresistas o de izquierda se debe a esto.
C) A nivel estètico
El capitalismo convierte todo
en mercancía, incluso el conocimiento, ya que todo lo ha parcelado. Para hacer
frente a ello, Roberto Miro Quesada, dijo, “hay que aprehender la realidad en
su totalidad”.
La obra de arte refleja un
momento determinado de la historia, pero no refleja tanto a una clase, como la
situación de esa clase en ese momento determinado (sus conflictos,
contrariedades con otras clases, etc). De allì su pasividad y sus tensiones al
mismo tiempo. Una precisiòn: no hay que considerar a las clases como homogèneas,
sino son encuentros de clase que son cambiantes y movedizas, ya que cambian con
el tiempo y pueden ser en algún momento fuertes y en otros dèbiles. Para Marx,
por ejemplo, cuando un escritor trasciende su clase puede reflejar y revelar
acertadamente la naturaleza de su sociedad y las relaciones sociales. (“He
conocido màs de la burguesìa francesa y sus miserias leyendo a Balzac y no a
sus historiadore”). Y Lenin, respecto a Tolstoi: “Con su mano derecha construyò
una prèdica religiosa embrutecedora del pueblo y con la izquierda las pieza màs
profundas respecto del zarismo y su perversidad”. Luckacs creìa que el escritor
nunca trasciende su clase, sòlo la refleja.
Toda crìtica (marxista o no) tambièn debe ser totalizadora, no debe moverse
sòlo en una direcciòn. Por ejemplo, del texto a la ideología. Lo que debe
tratar es unir todos los niveles: la conciencia del escritor, las ideas, las
relaciones sociales, las productivas, etc. Igualmente el consumo, la
distribución. El que la literatura sea una parte de la superestructura no la
hace un simple reflejo de la base econòmica. El arte y la literatura tambièn
comprometen los niveles de la conciencia del hombre y son (estos niveles) la
materia prima de su producción literaria. Por esta misma vìa podemos derivar que
el desarrollo material y el arte no es una situación lineal. Grandes
desarrollos materiales no producen grandes obras de arte. EEUU, Europa en la
actualidad no la hacen y si las Amèricas mestizas.
De donde derivamos que la
literatura es un mundo tan sensible y misterioso que tiene sus propias leyes y
no puede haber ningún tipo de aseveración mecànica para producirla o juzgarla.
Puede ser influenciada, pero no determinada. Hay ejemplos universales de autores
de obras valiosos como Conrad, Elliot, Pound, Borges, Vargas Llosa aunque de
ideologìa reaccionaria. No todo es blanco o negro en el campo de la literatura.
D) Sobre el problema de la
cultura
A partir de la Segunda Guerra Mundial se han
planteado diversas explicaciones para entender a la Amèrica Latina y
sus cambios sociales, pero ninguna ha diagnosticado el desarrollo y los cambios
en la cultura y sus diversas crisis respectivas, producto de las econòmicas.
La cultura ha estado tambièn
sometida al saqueo de los centros imperiales, que, a partir del gran desarrollo
tecnològico puede elaborar e incrustar nuevos datos perniciosos en las formas
pragmàticas de la cultura.
Si el intercambio desigual
empobrece a las economìas del Tercer Mundo, el mismo intercambio empobrece màs
a la cultura, y es màs dañino, pues el deterioro econòmico puede ser
recuperado, pero el deterioro cultural no, pues puede ser definitivo, favorable
a la dependencia cultural, que es màs honda y sutil que la econòmica, pues crea
cadenas de sometimiento de valores y patrones de conducta ideològicos que
marcan a generaciones enteras.
No es tampoco un secreto que
la austeridad fiscal corta los presupuestos de educación, salud y cultura, por
lo que se producen graves erosiones en diversos campos de la cultura:
actividades, subvenciones, tareas de investigación, etc. Y esta erosión permite
la penetración de elementos culturales diseñados y originados en los centros de
poder.
Todo esto permite, por otro
lado, el aumento de la prostituciòn, la drogadicción, el alcoholismo, la
violencia callejera, la delicuencia, en un medio cada vez mayor sin valores,
descohesionado, sin dignidad y sin ningùn medio de subsistencia.
Ello significa, que mantener,
recrear y desarrollar la cultura en nuestro paìs es una labor muy costosa. Y si
a esto se le añade el acelerado deterioro del nivel de vida, seràn menos las
posibilidades.
Por todo esto, hablar de
cultura y no hablar de economía no es posible, es una farsa y una mentira.
Tener una posición frente a la deuda externa, frente al intercambio desigual, es
levantar las banderas de una postura cultural de avanzada, pues es pedir el
cambio del sistema explotador.
E) A nivel
polìtico-literario
En AL y en el paìs hay
diversas clases sociales con sus respectivas subdivisiones. Hay tambièn muchas
etnias culturales. Estas expresiones sociales se expresan en la literatura, es
decir, en el campo ideològico, por lo tanto en la forma de expresar los
mensajes y la palabra. En tèrminos generales, podemos decir que es la disputa
de dos grandes cosmovisiones, producto de la lucha de clases: la del
individualismo, la del fracaso, la del mantenimiento del sistema, y otra, la
del cambio, la de la rebeldìa, la del combate, la de la solidaridad, la de los
actos colectivos, la de la subversión del sistema. Si tuvièsemos que graficar
estas cosmovisiones con nombres propios, dirìamos que Vargas Llosa pertenece a
la primera y Cesar Vallejo, José Carlos Mariátegui y Josè Marìa Arguedas a la
segunda.
Muchos intelectuales, antiguos
y modernos, de izquierda, populares o no, legitimizan la cultura y literatura
burguesa, es decir, su dominio hegemònico, su prestigio y legitimidad. Y eso lo
hacen a travès de las acciones siguientes (como dice Petras):
Mediante
su “congelamiento” frente al sistema, manteniendo perfil bajo,
convirtièndose en apoyo del sistema. / No cuestionando el sistema, o hacerlo
sòlo a travès de las palabras en el cafè o en el bar. O a travès de las ONG, a
esta izquierda ligada a estos organismos se le conoce con la denominación de
“izquierda caviar”./ Poner poco esfuerzo para la labor creativa a favor de las
luchas populares./ Escribir sin ninguna perspectiva de cambio o denuncia
social. / Avalar el arribismo mediante su propio comportamiento o el de los
otros./ Entregarse a las distorsiones y desviaciones ideològicas. / Entregarse
totalmente al enemigo.
Entregarse
al enemigo, que se puede producir de diversas maneras:
-Alquilàndose (estar bien con
dios y con el diablo).
-En soledad (preferencia por
no salir de casa o sólo leer libros)
-En angustia permanente (no
encontrar salidas, ignorar las luchas del pueblo).
-Los pesimistas (recordar
siempre las derrotas històricas y acomodarse en el sistema).
Angel Rama, en su polèmica con
Vargas Llosa, decìa: “Hay que cuidarse del lenguaje teològico y de los tèrminos
adecuados para la realidad històrica. El lenguaje teològico reedifica la tesis
idealista del orìgen irracional –sino divino, al menos demonìaco- de la obra
literaria, y no como trabajo humano y social. Hay que cuestionar los parámetros
estèticos europeos con que se interpreta nuestra realidad. Hay que saber
teorizar sobre la obra y sus resonancias y no ser sòlo creadores. Es una manera
de manifestar responsabilidad porque nos debemos a una comunidad. Cuestionar a
los que creen que la literatura no puede ser abordada críticamente igual que
otras producciones textuales (como una teoría filosòfica, una revista de tiras
còmicas, un manual de zoología, un reportaje periodìstico, etc.)…Por lo tanto,
hay que definir lo americano, lo peruano, en las diversas producciones culturales.
El escritor es un productor de discursos que canaliza los valores de su cultura
y no un disidente permanente. Su obra es una manifestación social y no una obra
individualista, El mestizaje no es tanto el derivado biológicamente de varias
etnias, sino el que es curtido en el contexto del nuevo continente y que
produce un discurso y un lenguaje que expresa esa nueva manera de estar en el
mundo, de actuar como un ser que crea nuevas relaciones en su entorno y nuevos
productos culturales…Hay que admitir la racionalizaciòn de los temas y
producciones culturales, incluyendo a la propia literatura. Este es el camino
de la modernidad”.
Y respecto a la libertad de
creación y a que el escritor es un disidente permanente, Mario Benedetti
afirma: “El escritor no puede ser siempre un buitre (como dice Vargas Llosa).
Lucha porque se establezca un règimen de justician social. Una vez logrado
èste, ya no es cuestión de seguir siendo un buitre, porque la justicia social
ya no serà carroña, sino campo feraz. Serà un crìtico permanente, pero dentro
del campo de lo conseguido. Por otro lado, el escritor, por su sola condiciòn,
no goza de ninguna inmunidad, de ningún derecho sacrosanto. En la lucha social
su derecho debe ser ganado como el de cualquier combatiente, o sea, corriendo
su riesgo, comprometiendo su destino”. Y màs adelante dice: “La libertad existe
a partir de nuestra dependencia. ¿Podemos frente a esta malversación, caer en
la trampa de la objetividad? ¿Objetividad para què y para quièn? ¿Podemos ser
objetivos mientras el enemigo prohibe, encarcela, confisca, castiga,
desaparece, porque se exige una información veraz y dar una opinión
verdadera?”. A lo cual podemos agregar lo que Chomsky sostiene: “En un paìs de
mentiras y mentirosos, decir la verdad es un acto revolucionario. Es falso que
hay que hablarle con la verdad al poder, porque ya la conoce y la oculta, A
quien hay que hablarle con la verdad es al pueblo, a quien el poder oprime”.
Y en cuanto al dilema creaciòn
literaria y militancia revolucionaria, es màs teòrica que pràctica (al decir de
Juan Gelman, poeta argentino), ya que hay infinidad de casos en que las dos
conductas han coincido perfectamente. En el Perù: Melgar, Vallejo, Carlos
Oquendo de Amat, Xavier Abril, Mario Floriàn, los Poetas del Pueblo en los 50,
Romualdo, Rose, Gustavo Valcárcel, Sebastián Salazar Bondy, el Grupo Primero de
Mayo, Javier Heraud, Edgardo Tello, Jovaldo, Edith Lagos, etc. Y a nivel
internacional, sòlo citaremos un caso: el Che Guevara. Porque, finalmente, todo
es un problema de prioridades.
PROBLEMAS A RESOLVER
Habrán infinidad de problemas
a resolver, pero eso sólo podrá realizarse en el trayecto del mismo proceso,
con sus contradicciones, conflictos o dudas, pero la única solución será
siempre la realidad misma y su práctica real.
Sin embargo, vamos a esbozar
algunos problemas que se nos pueden presentar de manera inmediata:
¿Cómo entender la
cultura: la culta y la popular?
¿Qué relación hay
entre cultura nacional y popular?
¿hay posibilidad en el país de desarrollar o
entender una cultura nacional? ¿una cultura popular como nacional, partiendo de
su diversidad cultural?
¿Qué relación hay
entre cultura y lucha ideológica, como conflicto entre las elaboraciones de las
distintas clases sociales? ¿Cómo entiende cultura cada clase social?
¿Qué relación hay
entre cultura e identidad?
ALGUNAS RESPUESTAS
En este punto solamente tratamos de deslindar o visualizar algunos
campos teóricos, que ya se encuentran en el campo de las polémicas, para su
comprensión y posterior discusión y aportes individuales y colectivos.
Lo nacional en
literatura (o en la cultura culta y popular). Mariátegui planteaba
dos formulaciones: a) que la literatura (o la cultura) peruana era no
orgánicamente nacional, b) que la literatura (o cultura) peruana era un
proceso: colonial, cosmopolita, nacional.
Antes de JCM la literatura se entendía como
unitaria, pues si no hay unidad –se decía- no hay literatura nacional. (Riva
Agüero: “lo que no es hispánico no es nacional”. Esto valía también para la
Nación, Lo indígena era “lo exótico”.
Pero no sólo era marginar lo indio, sino también borrar lo popular, para
quedarse sólo con lo español).Todo se redujo a saber si somos una cultura
nacional o no, o sea una unidad cultural. Y eso era un planteamiento indebido,
pues se sabía que en la realidad lo que existía era lo contrario:
multiplicidad, diversidad, contradicciones.
Luego viene un segundo momento de Riva Agüero, la primera
ola nacional, que habla del mestizaje, que trata de invalidar la categoría de lo
hispánico. Otros lo trabajan como un elemento de conciliación, y eso no es
verdadero. Pero en el mestizaje hay que distinguir dos cosas: a) el mestizaje
real y b) la ideología del mestizaje. La idea de mestizaje no es uniforme. Para
el caso literario podemos mencionar hasta tres acepciones: José Gálvez afirmaba
que la cultura peruana y nuestra literatura tenía que ser mestiza para ser
genuina, y él consideraba que este mestizaje estaba constituido por una base
hispánica y algunos ingredientes indígenas, es decir, un mestizaje
desbalanceado y desarmónico. Federico More emplea el mismo concepto, pero lo
opuesto, una base indígena y algunos componentes hispánicos, y la base tenía
que ser la base quechua o aymara. More representa el indigenismo puneño y Gálvez
el criollismo limeño. Hubo un tal Deustua que decía era absurdo pensar que el
indio podía ser algo más que una máquina. Lo que hay que rescatar es que tanto
More como Gálvez insisten en ver la nacionalidad, concretamente la literatura,
como una unidad. Pero tal vez la expresión más extrema de esta tesis sea la de
Luis Alberto Sánchez. En su polémica con JCM propugnaba el “peruanismo
totalista”, que era una pura abstracción, según la cual la síntesis del
mestizaje sería de un 50% hispánico y el otro 50% indígena. De esta forma
reforzaba la idea de unidad. Una unidad irreal.
En cuanto a la ideología del mestizaje, se postula
que bastaría la realización del mestizaje para que se resolvieran los problemas
culturales del país. Sería una especie de conciliación de clases, como síntesis
no conflictiva, como armonía entre grupos étnicos que también son dependientes
y padecen opresión, es una forma de imaginar la conciliación por encima de los
conflictos reales. Expresa también, esta tesis, una visión oligárquica (Ejm:
Chocano, afirmando su doble ancestro imperial, incaico y español), pero más
claramente expresa la ideología de una burguesía en ascenso, que representa a
otras clases, a las que a su vez subordina para legitimar su poder ante la
oligarquía hispanizante.
No se puede hablar, pues, de cultura o literatura
nacional, ni de nación, si no se afirma una unidad que no existe.
Con JCM cambia radicalmente la reflexión sobre el
problema de lo nacional, incluyendo la literatura nacional peruana. Es el
primero que cuestiona la legitimidad de la categoría de unidad como supuesto
indispensable para pensar los problemas de la nacionalidad. JCM no inventa una
realidad, sino la observa y la explica. Cuando habla de literatura peruana “no
orgánicamente nacional” (funda una forma nueva de entender nuestra literatura)
es porque consideraba que había varias literaturas, otros sistemas literarios,
y todas ellos tenían carácter nacional (la quechua, la aymara, la culta
español) y todas son peruanas y nacionales. De esta forma acepta la
desarticulación de nuestra cultura, y por ende nuestro múltiple rostro social.
Al aceptar la pluralidad nos enriquecemos y además somos fieles a lo que somos.
Para hablar de nacional se requiere aceptar
la unidad. Pero se puede hablar de fenómenos nacionales dentro de la pluralidad.
(El concepto de Nación Cultura Nacional y Unidad
fue creado en España y en otros lugares de Europa, a partir de estados
nacionales que tenían unidad y relaciones homogéneas. Nosotros no tenemos
Nación en ese sentido, por ser plurales. Por lo tanto, el concepto de Nación,
en el caso nuestro, debe replantearse, porque tenemos una peculiaridad
histórica diferente).
El concepto clave de la comprensión de nuestra
literatura (cultura) es el de pluralidad. Porque es reconocer el derecho
de las culturas oprimidas a seguir siendo culturas diferenciadas. A seguir
manteniendo su propia identidad, su derecho a defenderse de la dominación y la
alienación con que se les quiere liquidar o asimilar siempre en inferioridad de
condiciones, dentro de la cultura dominante. Es cierto, la pluralidad puede
crear otros problemas (y de hecho los crea), pero no por eso la vamos a
liquidar, pues es parte importante de nuestra riqueza, pues aunque las culturas
o literaturas no tengan relaciones concretas entre sí, participan de un mismo
curso histórico que es la historia social del Perú. Yo llamaría a esto
“totalidad concreta”, “totalidad histórica”, “totalidad conflictiva”. Se
sobreentiende que el concepto de totalidad no inhibe las contradicciones, al
revés, la totalidad a la que aludimos está hecha de contradicciones, sin ellas
no existiría. El problema es saber cómo estudiamos y comprendemos esta
pluralidad o totalidad, cómo nos escapamos de la tradición occidental para
pensar en nuestra nación como una multiplicidad
La pluralidad de literaturas nacionales fue llevada
a su máxima expresión por Arguedas (“cualquier hombre no embrutecido por el
egoísmo puede vivir en el Perú todas las patrias”, Zorro de arriba y zorro de abajo). Esto nos permite cambiar la
visión de la literatura y cultura peruana. Y Arguedas continúa: “si en el Perú
todos fuéramos iguales, si hubiese unidad, si no hubiera pluralidad, todo eso
sería pura “huevadez humilde”.
Hasta ahora la literatura peruana era escrita en español,
dejando de lado la literatura oral. Al recuperar la pluralidad se la tiene que
pensar como un sistema múltiple, en el cual hay subsistemas, que guardan
relativa independencia entre sí. Nuestra literatura es, pues, la combinación
inestable de varios sistemas cuya combinación tampoco es estable.
Literatura nacional es un proceso en el cual una
literatura que no es nacional llega a ser literatura nacional. Literatura
nacional es una categoría histórica: como desarrollo de un proceso: negación de
lo nacional, pasando por la superación del cosmopolitismo, que es un paso de lo
colonial a lo nacional, que es la superación de ambas.
JCM encuentra lo nacional en dos puntos: a)en
aquello que reproduce y reivindique lo indígena; b) en aquello que reproduzca y
reivindique el contenido popular. JCM asociará siempre lo nacional con lo
popular, porque en última instancia es en lo popular donde se encuentra el
verdadero rostro de lo nacional. Lo nacional es lo popular. En el país lo
popular es preferentemente lo indígena. Lo indígena representa lo popular. Pero
lo nacional no es todo lo peruano. Ahora bien, hay una cultura y una literatura
que aunque se producen en el Perú son profundamente antinacionales porque
representan y ponen en circulación intereses no sólo ajenos sino opuestos a los
verdaderos intereses nacionales. Dentro de lo peruano hay, entonces, elementos
antinacionales (la oligarquía, cierta burguesía). Hay literatura peruana
nacional y antinacional. Y lo nacional se realizaría más plenamente en el socialismo.
Lo más nacional será siempre lo más revolucionario.
TAREAS
Cada región o
espacio social, cada coyuntura, cada tiempo histórico tendrán sus propias y
singulares motivaciones para la expresión artística. Lo importante es que se
tenga conciencia de lo que se está realizando es para el bien colectivo, ya sea
revelando las angustias o desesperanzas del pasado, ya abriendo cauces a nuevos
anhelos y esperanzas.
Las sugerencias que presentamos, para todo artista comprometido con el
horizonte de su pueblo, pueden parecer un orden esquemàtico. Y lo son. Que cada
quien lo acomode como crea necesario y conveniente.. Pues cada óptica cultural,
que funcione en bien de las mayorías, tiene las vertientes que le ofrece su
propia realidad y hay que construirla, respecto a ella, como creación heroica,
y no de manera dogmàtica o totalitariia..
Tambièn pueden leerse como sugerencias para abrir un cambio de opinión,
una polèmica, altruista, importante y respetuosa con los diversos escritores, y
no como la que se desarrollò en el Perù, hace algún tiempos, cuando se hablaba
con el mayor de los simplismos de “andinos” y “criollos”, sin ir al fondo del
problema. Por lo que quedó como una simpleza de bajo vuelo cultural.
1) Todo escritor comprometido con su pueblo debe tener en cuenta su
realidad, el desarrollo de su historia, sus conflictos sociales y culturales. Y
también su coyuntura. En el caso peruano su formación social es de una
“totalidad conflictiva” debido a su desarticulaciòn, como decìa Antonio Cornejo
Polar, pues es plural, plurilingüe y multiètnica, lo que cuestiona seriamente
la aparente legitimidad de “unidad”. Por eso, Josè Carlos Mariàtegui hablaba de
una literatura peruana “no orgánicamente nacional”, ya que consideraba la
existencia de varias culturas y de otros sistemas literarios (quechua, aymara,
español)
2) El concepto clave de nuestra cultura, y por ende de nuestra
literatura, es el de pluralidad,
ya que se debe reconocer que si bien hay
una cultura oficial dentro del sistema capitalista, las diversas culturas oprimidas tienen
tambièn el derecho a ser consideradas
como culturas diferenciadas El concepto
de “totalidad conflictiva” no anula las contradicciones entre ellas, entre la
oficial y las oprimidas y entre las propias oprimidas, sino al contrario, las reaviva y se
retroalimentan, ya que participan del mismo curso històrico. Este concepto de
pluralidad està llevada fielmente en la expresion de Arguedas: “todas las
sangres”.
3) No se debe dejar de reconocer ni menospreciar la literatura oral de
nuestros pueblos. La pluralidad es el reconocimientos de los sistemas mùltiples
en nuestra literatura que guardan relativa independencia entre ellos, aun
cuando sean inestables y no tengan un peso decisivo o importante.
4) Recordar el énfasis marxista: la realidad forma la conciencia y no la
conciencia la realidad.
5) Por lo tanto, el escritor socialista saber cuàl es la materia prima
de su labor intelectual, lo que le permitirà tener una opciòn firme en su
trabajo literario. Es decir, hablamos de una conciencia acumulada anterior a su
labor creativa, producto de su experiencia social y personal, educación,
contorno y condiciòn social, influencias diversas, etc.
6) Reconocer que la lucha de clases no es sòlo social y polìtica.
Tambièn es ètnica, de gènero, literaria y cultural.
7) Que nuestra cultura y literatura encierra básicamente dos vertientes:
la nacional y popular, y la antinacional, que representa intereses ajenos a los
nacionales y populares. Entre estas debemos mencionar la llamada “literatura
light”, que no sòlo trata historias escabrosas y superficiales, sino que su
papel principales es desideologizar y desconcientizar a la población, sin la
profundizaciòn necesaria de sus temas, recordando que todo tema es posible de
ser tratado. La literatura nacional y popular se realizaràn màs plenamente en
el socialismo. Pero hay que tener en cuenta que tambièn en estas literaturas
pueden existir elementos antipopulares y antinacionales, debido a la larga
opresión en que los escritores y el paìs se ha desarrollado.
8) Que la producción de un libro es importante, pero la acciòn tambièn,
y a vece superior. Que es màs trascendente vivir y luchar como escritor, que
ser solamente escritor.
9)Que la confrontación literaria con los de la otra orilla no sòlo se
reduce a la discusión retòrica de los mecanismos, tècnicas y propuestas
literarias, sino al contenido ideològico de la propuesta, a los mensajes, a qué
sectores sociales se representan a las tècnicas y mètodos utilizados, sin dejar
de reconocer la importancia de la calidad literaria de la misma. Esta
confrontación debe ser prioritaria y permanente, utilizando todos los medios
posibles de expresión.
10)Que el escritor no sòlo debe realizar y tener una responsabilidad de
alto nivel estètico frente a su obra, sino tambièn una posición ètica frente a
la realidad en que se desenvuelve y fluye.
11) Por lo tanto no debe hacer distinción entre ciudadano y escritor,
entre polìtica y literatura. Su postura de ciudadano y opinador polìtico o
polìtico no lo desconecta de su posición de escritor, al contrario, lo
responsabiliza.
12) Que frente al desarrollo agresivo y agresor y al empuje cultural e
ideològico del imperialismo norteamericano y las transnacionales, en esta etapa
de globalización salvaje, el escritor debe estudiar y rescatar permanentemente
su cultura ancestral y desarrollar su identidad nacional, y no solamente en
tèrminos ètnicos, sino tambièn de clase. Esta construcciòn de la identidad y su
aceptación dependerà de la correlación de fuerzas en la lucha de clases y en la
confrontación ideològica literaria.
13) Lo nacional no es incompatible con las experiencias culturales y
literarias internacionales. Al contrario, se interconectan y enriquecen. Lo que
sì hay que reparar es que lo nacional se construye en condiciones de
subordinación a la cultura oficial, es decir, que trata de ser liquidada y
marginada ya por el desarrollo de la cultura burguesa, ya por la globalización
de lo nativo y popular. Por lo que es indispensable su enriquecimiento permanente.
14) Que el sistema globalizado manipula y margina a sus escritores
opositores en todos los medios posibles. A pesar de ello, hay que conquistar y
desarrollar todos los espacios que puedan ser ganados.
15) Que la cultura y literatura socialista sòlo puede ser llevada a cabo
en la forja de las luchas populares, cuando se socialice el poder polìtico,
cuando exista una verdadera democracia directa de los trabajadores de la
cultura y del paìs y cuando la solidaridad y respeto por el ser humano y su libertad
creativa y personal pasen del discurso ideològico a la pràctica de la vida
cotidiana.
16) Finalmente, debe tomar en cuenta el papel y la confabulación de las
grandes editoriales y de las instituciones pùblicas o privadas que priorizan el
mercadeo de los escritores. Lo que no significa que sòlo se debe luchar por la
publicaciòn a los escritores de entraña popular, sino tambièn a los escritores
que, apoyando intereses burgueses, hacen buena literatura. .
(Lima, 27 / 7 / 2011)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario