Walter
Por error no se consigno que la entrevista correspondia a La Primera, no pretendemos tener indulgencias con ave marias ajenas.
Muchas gracias por sus palabras, amplian para bien, las impresiones que tenemos de Ricardo Melgar.
Un abrazo
Luis Anamaria
--- El lun, 18/8/08, Walter Saavedra
De: Walter Saavedra
Fecha: lunes, 18 agosto, 2008 12:31
Nos ha llegado la entrevista que le realizara "Socialismo Peruano Amauta", revista virtual, a Ricardo Melgar Bao, atento y profundo estudioso de nuestra América y, por supuesto, de nuestro Perú. Ricardo Melgar es un incisivo estudioso de lo que acontece en América Latina, desde mucho tiempo atrás. Sus estudios tuvieron aristas a la que no todos podríamos llegar. Somos muchos los que envidiamos -envidiamos positivamente- , los privilegios que Ricardo ha tenido en su desarrollo estudiantil y profesional. Uno de sus privilegios se da, por ejemplo, cuando era un estudiante en la Universidad de Huánuco, donde tuvo la ocasión de ser alumno privilegiado de Luis Millones Santa Gadea, antropólogo ampliamente conocido, que fue también mi profesor, posteriormente, en la Universidad de San Marcos, en Lima. Ricardo tuvo el privilegio de ser el único alumno de Millones. ¡Quién hubiera querido tener un profesor que se dedicase únicamente a nosotros! A él le cupo tener ese privilegio. Por cierto que, eso, le significó desplegar un esfuerzo enorme en sus estudios, para poder cumplir las enormes exigencias de su profesor. Antes del que Luis Millones fuera su profesor, ya lo conocía. Eran amigos. Pero eso no significó que se tuviera algún tipo de contemplaciones con él. Cuando Millones se enteró que Ricardo era su alumno, su único alumno, le dijo lacónicamente: "Ahora me vas a ver hasta en la sopa". Y anduvo corto el profesor. Ricardo lo tuvo controlándolo, dejándole trabajos, guiándolo, incansablemente. No había horario de clases, porque cumplidas las horas establecidas por la Universidad, Luis Millones seguía dejándole trabajos, seguía evaluándolo. Y en todas partes se encontraban. Millones fue un profesor implacable. Nosotros lo conocimos, y sabemos cómo es que pudo haberse dado en cuerpo y alma a su alumno. La dedicación de Ricardo Melgar Bao, tiene, entonces, origen en la formación que ha tenido, tanto en Huánuco, como en las diversas universidades por las que ha pasado, y él ha sabido sacar el máximo provecho de los profesores que ha tenido. Dirigente estudiantil destacado en la Universidad Garcilaso en una época –los años sesenta- en que las pugnas eran tremendas, y con un estudiante como era aquel que conocimos, tenía que ser un dirigente estudiantil de polendas. Las becas que le fueron ofrecidas y que rechazó, hablan claramente de su capacidad e integridad. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Estudiaba con gusto hasta el que no quería estudiar! Ellos estudiaban, realmente estudiaban, porque los libros se conseguían baratos y porque los estudiantes querían estudiar y se dedicaban a estudiar. Al llegar Ricardo Melgar Bao a San Marcos, para estudiar antropología -como segunda carrera-, tuvo muchos compañeros destacados, entre quienes se encuentra Ananías Huamán Talavera, actual director de la Escuela de Antropología de San Marcos. También estudió con él Alicia Jiménez, que hoy tiene tan buena labor en la Escuela de Antropología de la Universidad Federico Villarreal. Su promoción, hizo grandes cambios, hizo grandes y positivos cambios, en la Escuela de Antropología. La preocupación que hoy en día despliegan Ananías Huamán, en la Escuela de Antropología de San Marcos, y Alicia Jiménez, en la Escuela de Antropología de la Villarreal, tuvo su origen en haber estudiado, en estas condiciones, en esos años en salían promociones de alumnos que tuvieron muchos privilegios para estudiar, privilegios que hoy en día la profundidad de la crisis social, no permite, las características generales de aquellos tiempos sí lo permitía. Hoy en día el estudiante de las universidades nacionales tiene demasiados problemas, en ocasiones no tiene ni siquiera para pagar sus alimentos en los comedores universitarios, no tiene para sacarle fotocopias a los textos que los profesores le dejan. En aquellos tiempos también había problemas, pero se podía estudiar, al menos se podía estudiar con mayor tranquilidad que ahora. Ricardo Melgar, al llegar a estudiar Antropología, trabajaba como docente en varias universidades de la capital peruana. Nos consta el cariño que sus alumnos le tenían en esos tiempos en que estudiaba. Nos consta el cariño que sus alumnos le tenían en México cuando estuve por allá. Nos consta el aprecio de sus colegas en Perú y en México. He conocido su lugar de trabajo (la ENAH, en aquel entonces) y he sabido de su don de gentes (que siempre ha tenido Ricardo, que ha sabido mostrarlo en todo lugar, en todas condiciones) . Es México, cuando yo vivía por allá (enseñando en la Universidad de San Cristóbal las Casas, Chiapas), que personalmente he podido observar su preocupación en sus actividades docentes e investigativas, y he visto ir creciendo su crecida biblioteca. Siendo el Perú su lugar de nacimiento, también le corresponde un lugar muy especial en su área de atención. Radicado en México hace mucho tiempo desde la segunda mitad de los años setenta, ha desempeñado una labor descollante en el conocimiento de nosotros mismos. Su labor se realiza de manera tal, que nos permite comprender los meritos y deméritos de quienes han formado parte de la vida en nuestra América. Sus trabajos realizados con Paco Amezcua, sobre José Carlos Mariátegui, están dentro de esta área de interés suyo... y también de Paco, que se muestra apasionado en estas materias, como en todas aquellas que estudia. Ambos son apasionados, con esa pasión que Mariátegui mismo tenía, aquella pasión que le hacía meter toda su sangre en sus ideas. Ricardo Melgar, ha hecho contribuciones destacadas al conocimiento de los diversos sectores en la vida de nuestra sociedad. Su constante y siempre renovada, preocupación por el socialismo peruano, posterior a la Revolución Rusa, ha dado hermosos frutos. Debemos destacar que, a pesar de su pasión, trata los temas con la mayor objetividad, siguiendo lo enseñado por Mariátegui más que con sus escritos, con su propia vida. Los trabajos de Ricardo nos permiten conocer el real papel desempeñado por los diversos sectores y personajes, del Perú. No hay ámbito en que no se pueda mover con la facilidad, con esa tranquilidad que solamente le pueden dar la intensidad de sus estudios, a los que se dedica perennemente. Nos llena de gusto la atención de que es objeto en esta ocasión, aquí, donde nació y adonde siempre pertenecerá, aunque siga gozando del aprecio de los mexicanos... porque allá nacieron también sus hijos: Emiliano y Dahil, que siguen sus pasos, siendo uno arqueólogo y la otra antropóloga. Ricardo recibió muchas muestras de aprecio aquí en Perú, en su corta estadía. Una muestra es cuando, en el marco del "VII Coloquio de literatura y antropología José María Arguedas" fue declarado ciudadano ilustre en Huancayo. Los mariateguistas nacionales también se acercaron a saludarlo, una muestra de la cual es una entrevista que publica la revista virtual "Socialismo peruano Amauta". Sabemos que, sus estudios, nos proporcionará n siempre nuevas luces. Un día prendió el pueblo su fosforo cautivo... como decía Cesar Vallejo. Un día, uno de aquellos días en que dejamos de pensar de manera unicorde, un día en que llegamos a considerar que la unanimidad es infecunda, como señala Mariátegui, uno de esos días, el conocimiento que tenemos de nuestras sociedades, de nuestros personajes, de nosotros mismos será diferente... en instantes en que, todo el mundo (o casi todo el mundo), piensa que no se puede encontrar casi nada diferente sobre lo que ha sido, y es, tan estudiado como la vida y obra de José Carlos Mariátegui. Nos alegramos que la actividad de Ricardo Melgar lo esté llevando a los más diversos lugares en América y en Europa, invitado por prestigiosas instituciones. Un abrazo querido amigo por los lauros que has sabido cosechar con tus prominentes trabajos.
Walter Saavedra
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