De: miguel aragon
APRENDER DE MARIATEGUI Guía práctica de la táctica de lucha propuesta por Mariátegui 01 …el fascismo para llegar al gobierno ha necesitado pisotear los principios de la democracia, del parlamentarismo, socavar las bases institucionales del viejo orden de cosas, enseñar al pueblo que el poder se conquista a través de la violencia, demostrarle prácticamente que se conserva el poder sólo a través de la dictadura. Y todo esto es eminentemente revolucionario, profundamente revolucionario. Todo esto es un servicio a la causa de la revolución. La revolución alemana, 20 de julio de 1923 02 Como ya dije a propósito de la Revolución Alemana, una revolución no es un golpe de estado, no es una insurrección, no es una de aquellas cosas que aquí llamamos revolución por uso arbitrario de esta palabra. Una revolución no se cumple sino en muchos años. Y con frecuencia tiene periodos alternados de predominio de las fuerzas revolucionarias y de predominio de las fuerzas contra-revolucionarias. La revolución húngara, 18 de agosto de 1923 03 Los resultados de las elecciones no resuelven, por supuesto, ni aún parcialmente la crisis política búlgara. Las facciones revolucionarias han sufrido una cruenta y dolorosa derrota, pero no han capitulado. Los comunistas invitan a las masas rurales y urbanas a concentrarse en torno a un programa común. Propugnan ardorosamente la constitución de un gobierno obrero y campesino. La Unión Agraria y el Partido Comunista tiende a soldarse cada vez más. Saben que no conquistarán el poder parlamentariamente. Y se preparan metódicamente para la acción violenta. La revolución y la reacción en Bulgaria, 12 de enero de 1924 04 La revolución no se hace, desgraciadamente, con ayunos. Los revolucionarios de todas las latitudes tienen que elegir entre sufrir la violencia o usarla. Si no se quiere que el espíritu y la inteligencia estén a órdenes de la fuerza, hay que resolverse a poner la fuerza a órdenes de la inteligencia y del espíritu. Gandhi, 11 de octubre de 1924 05 Una revolución no puede ser predicha a plazo fijo. Sobre todo, una revolución no es un golpe de mano. Es una obra multitudinaria. Es una obra de la historia. Los comunistas lo saben bien. Su teoría y su praxis se han formado en la escuela y en la experiencia del materialismo histórico. No es probable, por ende, que se alimenten de ilusiones. El partido comunista francés no prepara ningún apresurado y novelesco asalto al poder. Trabaja por atraer a su programa a las masas de obreros y campesinos. Derrama los gérmenes de su propaganda en la pequeña burguesía. Emplea en esta labor, legiones de misioneros. Los doscientos mil ejemplares diarios de L´Humanité difunden en toda Francia sus palabras de orden. Marcel Cachin, Jacques Doriot, Jean Renaud, Andrér Bretón, Paul Vaillant Couturier y André Marty, el marino rebelde del Mar Negro, son sus líderes parlamentarios. Una rectificación. O, para decirlo en francés una mise au point. En el vocabulario comunista, el término parlamentario no tiene su acepción clásica. Los parlamentarios comunistas no parlamentan. El parlamento es para ellos únicamente una tribuna de agitación y de crítica. El partido comunista francés, 9 de mayo de 1925 06 El atentado individual contra reyes o ministros estaba reservado en Europa, hasta hace poco tiempo, al anarquismo terrorista. Ningún partido, ninguna secta política podía racionalmente aceptarlo, ni aún por excepción, en su táctica o su praxis. El socialismo, sobre todo, -que concibe la revolución como acción de masas como movimiento esencialmente multitudinario, colectivo-, repudiaba y condenaba la violencia individual, imponiendo a sus adeptos una disciplina y una ideología que la excluía absolutamente como arma de combate. La tragedia de Italia, 13 de noviembre de 1926 07 Dos grandes bloques electorales se disputarán la presidencia de la república en las próximas elecciones argentinas: el radicalismo irigoyenista y el radicalismo antipersonalista.[…] Concurrirán además a las elecciones, con candidatura propia, el Partido Socialista y el Partido Comunista. Pero, la concurrencia de ambos, sólo tiene por objeto afirmar su autonomía ante los dos bloques burgueses. El comunismo, conforme a su práctica mundial asistirá a las elecciones con meros fines de agitación y propaganda clasistas. La batalla electoral de la Argentina,11 de febrero de 1928 08 Este año promete una buena cosecha a la democracia. Es un año esencial y unánimemente electoral. Habrá elecciones en Francia, Inglaterra, Alemanaza, la Argentina, etc. Y no sería normal, ni lógico que la democracia saliera ejecutada de una votación. El sufragio universal se traicionaría a si mismo si condenase el parlamento y la democracia.[…] Las elecciones son, así para los reaccionarios como para los revolucionarios, una simple oportunidad de predicar el cambio de régimen y de denunciar la quiebra de la democracia. […] Poco importa que la reacción o la revolución estén próximas. Las elecciones, formalmente, oficialmente, necesitan dar siempre la razón a la democracia. La víspera misma de ganar el gobierno, los bolcheviques perdieron las elecciones. Los social-demócratas de Kerensky tenían la cándida pretensión de que, dueños ya del poder, Lenin y sus correligionarios reconociesen a una asamblea que los condenaba a priori. Lenin, como bien se sabe, prefirió licenciar esta asamblea extemporánea y retórica. Estación electoral en Francia, 31 de marzo de 1928 09 El proletariado colombiano ha afirmado en las elecciones su orientamiento clasista votando por la candidatura de Alberto Castrillón, líder de la huelga de los bananeros. El Partido Socialista Revolucionario no se ha hecho ninguna ilusión respecto a su fuerza electoral al presentar esta candidatura. Ha querido únicamente proclamar la autonomía de la política obrera. Las elecciones colombianas, 15 de febrero de 1930 Recopilado y subrayado por Miguel Aragón 16 de abril de 1990 |
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