lunes, 29 de octubre de 2012

JAIME LASTRA : MI OPINIÓN SOBRE LA PARADA Y LA CACERIA DEL EL DIARIO EL CORREO


MI REFLEXIÓN SOBRE EL CASO DE LA PARADA
Lo acontecido con la reubicación de los comerciantes de La Parada al Gran Mercado de Santa Anita, es parte de la política del desarrollo capitalista en el país. Responde a esa necesidad económica o como le han venido a llamar “modernización del comercio en el siglo XXI”.
Susana Villarán y ese sector de la izquierda reformista lo han implementado.
Lo mismo se viene en el sector transporte. Lo están haciendo también en el tema de la infraestructura vial de Lima. Es el desarrollo del capitalismo.
Y, como sabemos, este desarrollo capitalista, aunque bajo la dirección reformista ahora, siempre se abrió paso arruinando a los pequeños comerciantes y trabajadores. Es la historia de la acumulación del capital y su desarrollo.
En el caso de la Parada se ha complicado por la mafia existente allí, de un sector de la burguesía mercantil, que pretendió resistir para mantener sus fueros de lucro en condiciones de atraso y de informalidad abusiva. Usando como carne de cañón a trabajadores y pequeños comerciantes esta mafia se jugó su suerte. Y utilizando a elementos lumpen, como fuerza de choque y dirigente de la resistencia, finalmente distorsionó la lucha justa de estas capas pequeñas de comerciantes y trabajadores.
Un aspecto clave es ver como la resistencia del pueblo puede vencer acciones de represión. Pero sin dirección revolucionaria tiene limitaciones. Y si la conduce una mafia con delincuentes de por medio se degenera, y finalmente sirve a la propaganda burguesa, como ahora se ve circular. La burguesía exige que el Estado de Derecho implantado en La Parada se haga extensivo a Cajamarca, para implantar CONGA.
La política socialista jamás se escuda en la fuerza de la mafia ni en la fuerza del lumpen. Libera a las masas de esas influencias y busca una solución democrática. Jamás puede dejar un problema social en manos de la policía. Como la política reformista no es política socialista, se ha venido oficiosa de medidas represivas, sin dimensionar las consecuencias reales, solo y únicamente para implementar la “modernización” de Lima. Finalmente, unas cuantas muertes, varios casos de heridos, detenidos –especialmente los no delincuentes– y la mansilla de la moral de un pueblo, que valen, si de por medio está el desarrollo del capitalismo en el Perú. Esa parece ser la conducta de una izquierda reformista, temerosa del sable de la revocatoria y blanda ante la presión de la gran burguesía.
Nuestra solidaridad con los pequeños comerciantes y con los trabajadores de La Parada, pero nuestro deslinde con la burguesía mercantil mafiosa y sus métodos delincuenciales que distorsionan toda justa reivindicación. Queda seguir la lucha para que la Municipalidad y el Gobierno Central asuman los reclamos de los trabajadores y pequeños comerciantes de no desaparecer al desaparecer La Parada.



LA CACERÍA DEL “DIARIO CORREO”

No es la primera vez, ni será la última, que la burguesía peruana, mediante el Diario Correo, insista en promover la criminalización de las ideas revolucionarias. Esa es su bandera de combate en la lucha ideológica, porque carece de ideas precisamente. Pero está muy atenta a cada paso dado por los revolucionarios. Y para golpearlos no vacila en derribar títulos democráticos y personalidades decentes, como es el caso del ciudadano Ricardo Portocarrero Grados, director de la Casa Museo de José Carlos Mariátegui.
Resulta que al Diario Correo no le simpatiza que en la Casa Museo José Carlos Mariátegui se hable de un acontecimiento político-histórico como lo fue la guerrilla del MIR, dirigido por Luis de la Puente Uceda, pues lo cree propio de una “apología de terrorismo” . No es por ignorancia, por supuesto, sino que es por su espíritu contrarrevolucionario, evidentemente. En estos tiempos modernos, la facción más reaccionaria de la burguesía mundial ve como terrorismo toda acción de rebeldía de los pueblos, así como toda acción revolucionaria de los mismos. Apenas siente que algo se mueve contra sus intereses, entonces allí le encaja el sambenito de “terrorismo”. Y en esta política le ha favorecido las desviaciones del ultraizquierdismo, como el “pensamiento Gonzalo”, que aplicó en gran medida en su acción insurgente, métodos de lucha que solo caben en la línea de terrorismo; tan similar a los métodos utilizados por el MRTA, otro de los grupos insurgentes. Desnaturalizaron ellos mismos sus propósitos revolucionarios, mientras la burguesía peruana encontraba hechos y argumentos que le darían la victoria no solo militar, sino también político e ideológico contra estos dos movimientos revolucionarios. Por eso, todavía la izquierda revolucionaria no puede salir del círculo del estigma de “terrorismo” al cual fue arrastrada durante los últimos 30 años desde que apareció ILA-80. Y es esta la situación que siempre aprovecha Diario Correo, bajo la constante y diligente preocupación de Aldo Mariátegui, su director, para que así sea.
La gran burguesía peruana y todos los elementos reaccionarios de la intelectualidad peruana quieren que la Casa Museo José Carlos Mariátegui se enemiste del espíritu revolucionario que precisamente siempre mantuvo en alto el creador del Socialismo Peruano, el Amauta José Carlos Mariátegui La Chira. Y presiona para que, cualquiera sea el Director de esta Casa Museo, convierta el legado revolucionario de Mariátegui en un legado reformista, conciliador y de traición al derecho revolucionario de los pueblos del mundo. Si eso ocurriese, entonces, si le llamarían excelente administración, merecedora de premio.
Usando la lógica de Diario Correo, los elogios y nutridas ideas de valoración que José Carlos Mariátegui dedicó al analizar el acontecimiento político-histórico revolucionario de Teodomiro Gutiérrez, el famoso “Rumimaqui”, que se sublevó en la sierra peruana contra el Estado a favor de los indígenas, sería también una apología de terrorismo. Pero, el espíritu reaccionario de Diario Correo no es novedad. En todos los años que significó la lucha contra la subversión del PCP-SL y el MRTA, por ejemplo, el libro “7 Ensayos …” de José Carlos Mariátegui fue tomado como una prueba política de estar comprometido de “terrorismo”. Esta ha sido, y lo siegue siendo, la posición de la gran burguesía peruana. La Casa Museo Mariátegui existe no por voluntad de este espíritu reaccionario, sino por acción y voluntad del pueblo y de la intelectualidad democrática y revolucionaria. Como no pueden cerrar la Casa Museo Mariátegui, les parece más fácil, cerrar el espíritu revolucionario del legado de Mariátegui que debe ofrecer su Casa Museo.
El Socialismo Peruano ha deslindado desde un comienzo con la desviación del ultra izquierdismo, sea en su versión de “pensamiento Gonzalo” o en cualquiera de sus otras versiones. La política socialista no consiente ni apaña métodos de terrorismo. Por eso mismo, es necesario restituir el derecho revolucionario de los pueblos, como lo señaló ya el Amauta: “La misma palabra revolución, en esta América de las pequeñas revoluciones, se presta bastante al equívoco. Tenemos que reivindicarla rigurosa e intransigentemente. Tenemos que restituirle su sentido estricto y cabal”.
Mi solidaridad con los compañeros de Pueblo Unido, Integración Estudiantil y el Frente 23 de Octubre que son tocados por esta campaña de macartismo político de Diario Correo. Y expreso mi rechazo a las presiones mediáticas contra la Casa Museo Mariátegui, espacio que no debe de renunciar jamás al espíritu revolucionario del hombre socialista que habitó en ella. Seamos pues vigilantes del cumplimiento de este derecho a la libertad política y de libre expresión del pensamiento.
29.10.2012.

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