GUILLERMO
ROUILLON DUHARTE (2-3)
MARIÁTEGUI, SUSCITADOR DE PERUANIDAD
Con motivo de la
aparición del libro intitulado: La
creación heroica de José Carlos Mariátegui. T.I, La edad de piedra (1894-1919),
y del cual soy autor, respondo a las preguntas que me ha formulado el señor
Antonio Vergara, a continuación.
Diga
Ud. en forma panorámica: ¿cuáles fueron los antecedentes que mediaron para
escribir la obra sobre J.C.M.?
Casi al
finalizar los años 30, algunos jóvenes universitarios de esa época, en que nos
planteábamos la conveniencia de hallar guías y patrones espirituales para
orientar nuestra propia formación y tener una idea sobre los problemas y sus
respectivas soluciones en torno a la realidad nacional y mundial, reparamos en
la vida, obra e ideas de José Carlos Mariátegui, como una respuesta a las
interrogantes que empezábamos a hacernos.
La
verdad es que, aunque era escasa la bibliografía sobre el Amauta, nos sedujo
las fuentes que consultamos sobre los valores de su personalidad, creadora y de
notable inquietud política. Pronto, agotamos todo lo escrito por Mariátegui y
algunos pocos escritos sobre su vida y creación que se encontraba, desde luego,
a nuestro alcance. Impactados, en lo más profundo de nuestras almas por aquel
suscitador de peruanidad, nos aproximamos deslumbrados por su extraño
magnetismo. Fueron muchas las lecturas en torno a su vida y obra. Y a medida
que seguíamos buceando en las fuentes mariateguianas, surgían serias
interrogantes que carecían de respuestas categóricas y precisas. Nos inquietaba
las lagunas abismales que había en las fuentes consultadas. Y también, las
interpretaciones en relación con su mensaje, se podía percibir cómo la envidia,
la diatriba y la mezquindad roía su gloria y su prédica. Se le negaba
honestidad y honradez. Por entonces, se le motejaba de vendido a Leguía por una
beca, de populista, de preconizar una tendencia desviacionista dentro del
marxismo -que recibía el nombre de “amautismo”-, etc. Incluso se hablaba que de
haber vivido hasta nuestros días, se habría apartado de sus ideas socialistas,
como otros tantos de sus coetáneos. Perdidos dentro de esta bruma de dudas y
calificativos antojadizos con que se trataba de disminuir la figura de
Mariátegui, no sabíamos a qué atinar para ver con más claridad. Y por otra
parte, se agravaba la situación existente con su “edad de piedra”, etapa que
parecía inescrutable. A todo ello se añadía que el Maestro sostenía que sólo a
partir de su retorno de Europa, habría que tomar en cuenta su vida y su obra.
Entonces, de acuerdo con lo expuesto, se nos presentaba Mariátegui, como algo
parecido al caso de la diosa Minerva salida de la cabeza de Júpiter. Era un
fenómeno de generación espontánea. Y nosotros, frente a este hecho que no tenía
explicación lógica ni siquiera mágica, nos preguntábamos: ¿Es que el Maestro no
ha tenido niñez, adolescencia, juventud, lecturas iniciales, personajes que
hayan influido sobre él, ni día en que empezó la intensidad de su aprendizaje
del marxismo? Toda la documentación escrita sobre la etapa anterior a su viaje
a Europa, era incompleta y deliberadamente recortada. Entonces, para llenar
esos vacíos y de que surgiera fluidamente la continuidad entre los años
precedentes y consecuentes, nos entregamos a profundizar el decurso vital del
más grande pensador peruano. Empezamos a investigar todo lo que había escrito
Mariátegui, lo tratado sobre él, las más simples referencias, cartas,
iconografías, etc. Millares de publicaciones: libros, folletos, periódicos,
revistas, fatigaron nuestros ojos y pensamientos, pero templaron nuestras
almas. Así salió a la luz la Bio-Bibliografía
de José Carlos Mariátegui, publicada por la Universidad de San marcos
(1963). Ahora bien, decepcionados por no encontrar en forma escrita, las raíces
que nos llevaron a apreciar los primeros pasos revolucionarios del Maestro, nos
consagramos a averiguar entre los coetáneos de Mariátegui: familiares, amigos,
conocidos y a hurgar su vida íntima, lo que podría saciar nuestras
interrogaciones. Así apareció La creación
heroica de José Carlos Mariátegui. T.I:
La edad de piedra (1894-1919). Aquí descubrimos, cosa curiosa, cual eslabón
perdido: la iniciación de su profunda etapa de aprendizaje. Sólo de esta manera
y mediante esta pesquisa oral, o sea testimonial -que habría de estar vinculado
con el descubrimiento de notables documentos inéditos-, llegamos a comprender
la evolución de su pensamiento político, a observar los hitos de sus
inquietudes espirituales desde los más lejanos años de su niñez, enclaustrada
en una clínica limeña y rodeada de la ternura, amor, poesía, aventuras heroicas
y misterio insondable de la vida que tenía por delante. Todo ello respondía a
la edad de piedra perdida e incinerada por su propio protagonista. Esa etapa
respondía a los problemas psicológicos y sociales, y a la determinación del Amauta
de iniciar los estudios del marxismo auténtico y de observar su praxis. Sólo
así nos podemos explicar, que a dos meses y medio después de su arribo a
Europa, Mariátegui empiece a escribir sus célebres Cartas de Italia (6 de febrero de 1920 al mismo mes de 1922), con
cierta madurez ideológica y que registra una concepción marxista revolucionaria
de gran solidez. Como podemos comprobar con sus lecturas, ello no podía darse
con el hecho de pisar el Viejo Mundo y permanecer en él por espacio de 70 días.
El origen teníamos que encontrarlo en su edad de piedra.
¿Cómo
define la edad de piedra de Mariátegui?
Es
el período que encierra lo que se puede llamar la etapa de su formación
religiosa, esteticista y la primera parte de su iniciación sociopolítica.
Además, de estos años arranca su preocupación por la revolución peruana y
universal.
¿A
qué se debió que utilizara el seudónimo de Juan Croniqueur?
Ello
fue, en cierta forma, para ocultar su apellido Mariátegui (ya que la mención de
él traía preguntas indiscretas, como las que le formulaban sobre el parentesco
con los Mariátegui, vinculados a la clase dominante y aristocrática). También,
se debía al hecho de haber pretendido dar a luz una crónica clandestina y
eludir las sanciones por esa burla.
Desde
cuándo se inicia la labor de J.C. Mariátegui en bien de los trabajadores?
Mariátegui
fue consecuente con su clase: nace en un hogar humilde, cuya madre era una
costurera. En una palabra una obrera a destajo o asalariada. Él mismo empieza a
trabajar como obrero gráfico en los talleres de La Prensa. Y a medida que los trabajadores empiezan a adquirir
conciencia de clase, en los años de posguerra en el Perú, cosa admirable,
también ocurre lo mismo con él. Es decir, junto con el proletariado peruano, en
José Carlos se despierta la conciencia de clase. Sólo el viaje de Mariátegui a
Europa y sus contactos con un medio bastante avanzado en cuanto a ideas y
experiencia, le va a ser que aventaje a los trabajadores de su propio país.
Pero luego, de regreso de su periplo europeo, comparte lo aprendido con la
clase obrera peruana a través de las Universidades Populares. Y más tarde funda
la C.G.T.P. y se pone al servicio de esta clase histórica.
A
propósito, ¿nos puede hablar sobre los sindicalistas?
Como
sabemos Mariátegui fue ganado por la inquietud social -durante los días en que
trabajaba en La Prensa- precisamente
como obrero por la prédica de los anarcosindicalistas. Más tarde, se entrega a
dialogar y polemizar con éstos. Y luego, al darse cuenta que los anarquistas y
los anarcosindicalistas no respondían a las exigencias históricas de la época y
de la revolución social, se orienta al socialismo marxista. Sus primeras
lecturas al respecto, la constituyen: Marx, Sorel, Labriola. Astuaro, etc.
Interviene en los grandes movimientos huelguísticos, con sus consejos, apoyo
periodístico y orientaciones sindicales. Realiza notables campañas a favor de
los trabajadores y esclarece algunos puntos de vista sindicales, contrarios a
las directivas de los grupos “La Protesta” y “Luz y Amor” (de ideología
libertaria), contrarios a la concepción marxista de los sindicatos
revolucionarios. Todo ello antes de salir del Perú.
¿Cómo
se gestó la huelga de las subsistencias?
Este
acontecimiento sindical fue promovido por los anarcosindicalistas. También
cooperaron los socialistas Luis Ulloa y Carlos del Barzo. Asimismo, interviene
el grupo jacobino, que venía a ser una fracción disidente de los socialistas de
Ulloa, encabezado por Mariátegui y Falcón. Los mencionados socialistas
preconizaron la huelga, pero una vez que se decidió ésta, se apartaron, al ser
rechazados por pretendida manipulación de los intereses clasistas. Sólo
quedaron, aparte de los sindicalistas anarquistas, el grupo jacobino con
Mariátegui y Falcón. Más tarde, terminada la huelga, los trabajadores
expresaron públicamente su gratitud a Mariátegui y Falcón. Estos dos jóvenes
habían hasta provocado el cierre del diario El
Tiempo, por brindar su apoyo a los trabajadores. El gobierno de Pardo
clausuró el expresado periódico, tildándolo de subversivo y de estar al
servicio del extremismo sindical. Posteriormente, Mariátegui y Falcón una vez
de directores de La Razón, apoyaron
decididamente los intereses de los obreros y de sus justas aspiraciones
socioeconómicas.
¿El
rol que jugó Mariátegui con la Reforma Universitaria y las 8 horas?
El
papel que desempeñó José Carlos fue muy importante en el proceso de la Reforma
Universitaria; aparte de su decidido apoyo periodístico a través de El Tiempo y luego de La Razón, estuvo al lado del Comité de
Reforma Universitaria que presidía Juan Manuel Calle y que sostenía
abiertamente que las conquistas universitarias se debían lograr mediante la movilización
de los estudiantes: huelgas, manifestaciones, asambleas tumultuarias, debates
públicos y campañas periodísticas. Es decir, adoptar y realizar la Reforma por
las vías revolucionarias. Y no como quería la Federación, invocando el espíritu
paternalista de Leguía.
En
cuanto a la jornada de 8 horas, Mariátegui se jugó hasta su estabilidad laboral
en El Tiempo, pues merced a la
campaña que sostuvo en pro de las 8 horas, el citado diario fue acusado y
suspendido de su circulación diaria por tener un carácter subversivo. Los
comentarios e informaciones escritas por Mariátegui eran abiertamente a favor
de los trabajadores, tanto que a su vez, él fue sindicado de bolchevique.
¿Qué
nos puede decir sobre el viaje de Mariátegui a Europa?
La
labor revolucionaria de Mariátegui como Director del diario La Razón y como dirigente del grupo
jacobino (de tendencia socialista marxista), era desatando campañas en pro de
los sectores populares, obreros, de empleados, estudiantiles; era influyendo en
las huelgas y en la radicalización de la lucha de los trabajadores y de los
elementos pequeñoburgueses, lo que le valió que el Presidente Leguía, en resguardo
de los intereses clasistas que representaba en el Gobierno del país, le diera
un ultimátum a José Carlos: la cárcel o el destierro. Mariátegui, con gran
realismo, respondió estar de acuerdo con abandonar el país. Y así fue nombrado
con el honrosísimo cargo de Agente Propagandístico del Perú en Italia.
Necesitaba aprender la teoría y la praxis del socialismo científico, y el
Régimen de la Patria Nueva le ofreció la oportunidad. Y un 8 de octubre de
1919, abandonó el país custodiado por la policía política hasta Panamá. Llegó a
Nueva York cuando estaba en plena huelga portuaria y ahí se entrevistó con los
obreros de izquierda.
¿Desde
cuándo comienza con su mensaje sociopolítico en bien del pueblo peruano?
Todo ello lo
podemos encontrar en la etapa anterior a su viaje a Europa. También radica en
su evolución del pensamiento político de Mariátegui, que parte de su lejana
simpatía por Luis Pardo, el Bandolero Romántico; Isaías de Piérola, personaje
legendario de la política peruana; el Gran Califa don Nicolás de Piérola, que
magnetiza al pueblo y lo arrastra a un levantamiento armado; Jorge Prado, que
simboliza un nuevo procedimiento en la política individualista: visita las
fábricas, los barrios obreros, los sectores populares, estudiantiles, etc.
Luego viene la posición francófila que adopta Mariátegui; pasando por su
actitud wilsoniana (del Programa de los 14 puntos); su socialismo influido por
la revista España de Luis
Araquistáin, Francisco Largo Caballero, Pablo Iglesias, Prieto y otros;
posteriormente el socialismo de izquierda vinculado a la Revolución de Octubre
de 1917 y al Partido Socialista Argentino de tendencia marxista revolucionaria.
Vuelvo
a decir que ahí está su campaña periodística, su militancia socialista, su
decidido apoyo a las huelgas obreras y esfuerzo por cooperar con la lucha por
la baja de las subsistencias y por las aspiraciones sociales y económicas del
pueblo de Lima.
Hechos
importantes de carácter intelectual o cultural durante la edad de piedra.
Se
puede mencionar el movimiento “Colónida” que respondió a una inquietud
iconoclasta de los jóvenes de la época, que querían romper las ataduras
asfixiantes de la cultura dirigida por la clase dominante, con un sentido
feudal y dependiente, y hasta diríamos academicista. Dentro de este período, se
halla la crítica a Riva Agüero, a Teófilo Castillo, a José Pardo y otros
personajes decadentes y con mentalidad arcaica. Está también la actitud de los
colónidos por formar el gusto popular por las grandes obras universales y
nacionales. Es la etapa en que aparece Nuestra
Época y desde sus columnas, inserta su renuncia a Juan Croniqueur, su
seudónimo que representa siete años consagrados al esteticismo. En este período
se puede observar que José Carlos se halla entre dos polos opuestos:
aristocracia y rebeldía.
¿Qué estados
de conciencia se percibe en Mariátegui a través de la edad de piedra?
La
obra La creación heroica de José Carlos
Mariátegui. Tomo I: la edad de piedra (1894-1019), que he entregado al
lector, abarca tres estados de conciencia vinculados a ese período de su vida:
-Estado religioso; representado por su
niñez en que sólo busca a Dios.
-Estado esteticista; que abarca su
adolescencia, o sea principalmente los años 1911-1918, en que firma con el
seudónimo de Juan Croniqueur.
-Estado político social; transición
entre la adolescencia y la juventud: baile de Norka Rouskaya como punto de
partida de su compromiso con los sectores populares, vinculados con el quehacer
de su madre. Impacto que ejerció sobre él la Revolución Rusa. Su militancia
socialista y su preocupación por iniciar un aprendizaje profundo de las ideas
marxistas entre los años 1917-1919.
¿Puede
darnos algunos detalles de la estructuración de su libro?
El primer tomo
al cual venimos haciendo referencia, tiene 344 páginas. Está dividido en cinco
capítulos y contiene dos índices: onomástico y de nombres de personas que
rindieron testimonios de su relación con José Carlos. Indudablemente que las
fuentes principales de esta primera parte la constituyen los testimonios
familiares y de los amigos, así como muchos otros documentos inéditos y
bibliografía mariateguiana. Para tener datos exactos al respecto -como se puede
comprobar consultando el propio libro-, a continuación se ofrece un cuadro de
las fuentes, repartidas en toda la obra:
Libros
|
56
|
Revistas
|
98
|
Periódicos
|
253
|
Testimonios
|
216
|
Cartas
|
8
|
Documentos eclesiásticos
|
18
|
Documentos oficiales
|
9
|
Documentos en general
|
3
|
Documentos gráficos
|
38
|
Total
|
699
|
De
esta cantidad de materiales incluidos en la obra, se hallan distribuidos al pie
de las páginas 601 citas y los otros documentos se encuentran insertos en
páginas especiales, o ya incorporados en el texto general. Se publica,
igualmente, una introducción del libro y se inserta una lista de las
personalidades más representativas -de las 380 que han contribuido con sus
testimonios-, que han aportado sus esclarecimientos en torno a las cualidades
de la vida de José Carlos y con ello a materializar la obra del Amauta.
¿Qué
éxito empieza a alcanzar?
A
partir de su determinación por acercarse al pueblo, Mariátegui empieza a
despertar interés en los sectores populares, el diario El Tiempo donde trabaja tiene gran demanda y, después, cuando se
independiza de aquel y funda La Razón
que se halla al servicio del proletariado, estudiantado y de las capas
populares, este alcanza un tiraje astronómico llegando hasta 7 mil ejemplares
diarios, algo insólito para la época.
¿Por
qué le dedica su obra a la viuda de José Carlos?
He
tomado en cuenta la abnegada y ejemplar consagración de la viuda por prolongar
la vida del insigne maestro J.C. Mariátegui. A tal punto que si él siguió
viviendo, después de la segunda operación quirúrgica que le practicaran (1924),
se debió en gran parte a los desvelos y ternura que supo prodigarle al ilustre
Amauta. Estoy seguro que algún día todo el Perú le expresará a ella -la Madonna
Toscana, como la llamara su propio esposo- su inmensa gratitud, debido a que en
esos años que logró sobrevivir éste -gracias al amor de Anna Chiappe de
Mariátegui-, fueron los tiempos de su madurez, creación revolucionaria y de su
prédica de peruanización del Perú.
¿Cómo
surge el pensamiento revolucionario de Mariátegui y cuándo?
Para
lograr los objetivos que se planteaba en su época (de los años de posguerra),
era necesario una intensa preparación teórica que unida a la experiencia
práctica, fueran los instrumentos adecuados y coherentes para esclarecer los
problemas que afectaban a la clase trabajadora y al país en general. Así,
empezó por formarse como autodidacta en el terreno revolucionario y disponiendo
de fuentes muy limitadas. Todavía no se conocía las obras completas de Carlos
Marx ni mucho menos la labor revolucionaria de Lenin, el genial conductor de la
Revolución Rusa. Uno que otro libro marxista llegaba a las manos de los jóvenes
inquietos. Mariátegui y Falcón al empezar el año 18, estaban influidos de ideas
revolucionarias y se encontraban muy informados de lo que venía ocurriendo en
Europa.
Guillermo Rouillon Duharte
Mariátegui, suscitador de peruanidad
Editor: Guillermo Yucra Moreno
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Vicerrectorado de Investigación
Lima-Perú, 240 págs. 15 x 21 cms. Págs.
195-203
Nota.- GRD aprovechó este incisivo
cuestionario para ampliar sus ideas expuestas en el tomo I de su biografía de
JCM. No hay mejor resumen del libro que este artículo. Ni mejor guía para su
lectura y estudio. Si en su primer artículo, Mariátegui y el periodismo nacional, muestra su acercamiento a la
obra del Amauta, en este artículo muestra ya su conocimiento cabal de la vida y
obra de nuestro Amauta Mariátegui.
Ragarro
22.11.13
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