domingo, 8 de julio de 2012

7 de julio. Hoy día nace el poeta José María Eguren. Plan Lector.

Date: Sat, 7 Jul 2012 02:03:00 -0400 (EDT)
Subject: 7 de julio. Hoy día nace el poeta José María Eguren. Plan Lector.
To:




CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA Y
CONSTRUCCIÓN DE LOS ANDENES NUEVOS

JULIO, MES DEL MAESTRO;
DEL SANTUARIO HISTÓRICO
DE MACHU PICCHU; LA BATALLA
DE HUAMACHUCO, DE LEONCIO
PRADO; Y DE FIESTAS PATRIAS

PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE

SÁBADOS 7 PM. AULA CAPULÍ:
CONFERENCIAS Y SIMPOSIOS
SOBRE CULTURA ANDINA

SÁBADO 7 DE JULIO

HOMENAJE A
DON CARLOS MIGUEL
CHINCHAYÁN CASTAÑEDA
DIRECTOR DE LA ESCUELA
TODAS LAS SANGRES
DISTINCIÓN:
MILICIANO DEL ALBA

SÁBADO 14 DE JULIO

DISTINCIÓN:
BALUARTE
DEL PERÚ
ANA MARIA PARODI
COMPOSITORA
Y SOPRANO PERUANA

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 y 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República

Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia

Teléfonos Capulí:
420-3343, 420-3860
y 997-739-575

capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com

CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES

7 DE JULIO

HOY
NACE
EGUREN

PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA

EGUREN,
AQUEL OTRO
POETA INSIGNE

Danilo Sánchez Lihón

1. Muros
añejos

José María Eguren nació en la Lima antigua, en el cercado, el 7 de
julio de 1874, siendo de signo zodiacal cáncer, a quienes atrae el
misterio y la imaginación resultando ser los más sensibles y
especiales del horóscopo.
Sus padres fueron don José María Eguren y Eulalia Rodríguez. Fue
bautizado en la iglesia de San Sebastián donde también recibieran el
agua sacramental Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y el héroe
de la batalla de Arica Francisco Bolognesi.
De niño vivió mucho tiempo en el medio rural o campestre en la
Hacienda Chuquitanta de su familia, de la cual dejó dibujados unos
bodegones que retratan sus muros añejos y aires feéricos.
LOS REYES ROJOS
Desde la aurora
combaten los reyes rojos,
con lanza de oro.

Por verde bosque
y en los purpurinos cerros
vibra su ceño.

Falcones reyes
batallan en lejanías
de oro azulinas.

Por la luz cadmio,
airadas se ven pequeñas
sus formas negras.

Viene la noche
y firmes combaten foscos
los reyes rojos.

2. Y sin ver
el dolor

En 1896 o 1897 al fallecimiento de sus padres se traslada con sus
hermanas Susana y Angélica al balneario de Barranco, en aquel tiempo
aún separado y distante de Lima, y no como ahora que forman parte de
la misma ciudad.
En aquel entonces él hacía el camino a pie, cuidando de no pisar ni
siquiera un gorgojo o menos aún atropellar con sus pasos a una araña
que tejiera fascinada sus hilos; pero mirando más al cielo en donde
reconocía mil fantasmagorías.
LA TARDA

Despunta por la rambla amarillenta,
donde el puma se acobarda;
viene de lágrimas exenta
la Tarda.

Ella, del esqueleto madre
al puente baja, inescuchada;
y antes que el rondín ladre
a la alborada,
lanza ronca carcajada.

Y con sus epitalamios rojos,
con sus vacíos ojos
y su extraña belleza,
pasa sin ver, por la senda bravía,
sin ver que hoy me muero de tristeza
y de monotonía.

Va a la ciudad, que duerme parda,
por la muerta avenida,
y sin ver el dolor, distraída,
la Tarda.

3. Bajeles
muertos

Vivió siempre con sus dos hermanas, que nunca contrajeron matrimonio y
que conservaron el carácter dulce y delicado de su madre, atributos
que dedicaron completamente al cuidado del querido poeta.
Él, al igual que ellas, nunca se casó ni se conoce que tuviera con
alguien algún amorío. Él y sus hermanas eran ramas de un mismo árbol,
sutil, inusitado y recóndito.
La villa de barranco era un promontorio levantado frente al mar, una
aldea de familias soñadoras, con un sol amarillo quebrado en la copa
de los ficus que sombrean calles y avenidas, un lugar silencioso donde
deambulan duendes y marineros sonámbulos.
LIED III
En la costa brava
suena la campana,
llamando a los antiguos
bajeles sumergidos.

Y con tamiz celeste
y al luminar de hielo,
pasan tristemente
los bajeles muertos.


4. Algún
infinito

Carcomidos, flavos
se acercan vagando...
y por las luces dejan
obscurosas estelas.

Con su lenguaje incierto,
parece que sollozan,
a la voz de invierno,
preterida historia.

En la costa brava
suena la campana
y se vuelven las naves
al panteón de los mares.
Barranco tiene un hondo camino al mar, una quebrada de ensueño
atravesada por un puente de vieja madera y de sombra trémula. Es el
famoso Puente de los Suspiros, en donde las parejas de enamorados se
hacen juramentos de amor y sentidas promesas que dejan una huella que
calma, que alivia y duele.
Deambulan por sus calles muchachas cristalinas, ancianos extasiados
aunque temblequeantes, gatos trashumantes en la greca de algún tejado
y, en los tiempos de Eguren hadas en las puertas como monjas y beatas
en los interminables pasadizos de sus iglesias.
Y algún caballero con un clavel en el ojal de largo traje. Por las
noches las parejas se besan recostadas a los muros de piedra de la
orilla de algún infinito de los muchos que lo pueblan.

5. Secreto
y furtivo

Eguren no viajó a ningún lar. No salió de Lima, ni siquiera a alguna
provincia del Departamento. No le hacía falta, porque su alma vagaba
por regiones siderales.
Ni por turismo, ni por motivos académicos ni por expansión le urgió
salir a ningún sitio, salvo un viaje administrativo que hizo por barco
a Guayaquil. Su vida fue austera y recogida.
El amor para él fue apenas una añoranza. Un huerto y una fontana
tejida de nostalgia. No es presente, ni real ni tangible. Es una
reminiscencia de algo secreto y furtivo:
LA NIÑA DE LA LÁMPARA AZUL

En el pasadizo nebuloso
cual mágico sueño de Estambul,
su perfil presenta destelloso
la niña de la lámpara azul.

Ágil y risueña se insinúa,
y su llama seductora brilla,
tiembla en su cabello la garúa
de la playa de la maravilla.

Con voz infantil y melodiosa
con fresco aroma de abedul,
habla de una vida milagrosa
la niña de la lámpara azul.


6. Torres
ardiendo

Con cálidos ojos de dulzura
y besos de amor matutino,
me ofrece la bella criatura
un mágico y celeste camino.

De encantación en un derroche,
hiende leda, vaporoso tul;
y me guía a través de la noche
La niña de la lámpara azul.
No se conoce que tuviera una enamorada nunca, ni una novia jamás, ni
que ¡imposible! estuviera comprometido con alguien.
Tampoco se conoce que tuviera algún otro tipo de atracción, en esto
hay unanimidad biográfica.
Fue un ser tocado por el encantamiento y el sortilegio. Fue un ser
hechizado, pero calmo. Estaba tejido de magia y de misterio sin
aspavientos, tanto que ni él se daba cuenta, porque era reservado.
Sobre la base de un tintero viejo de madera fabricó una maquinita de
tomar fotografías. Y andaba con el juguete tomando fotos a sus
hermanas; a "chucho", su perro inglés; a los botes viejos; a las
mareas del mar. Y, si no fotografiaba, hacía dibujos y pinturas de
niñas vaporosas y torres ardiendo.
Pero no crean que todo en la vida lo tenía resuelto y se dedicaba a
esto por una complacencia de su espíritu. En el fondo era un ser
angustiado y humilde.

7. Honesto
y pobre

Es Eguren poeta de leyenda, niño alado, leve y en éxtasis, con una
flor y una herida en el alma. Y con la mirada lejana. Que camina
silencioso como si desapareciera en el aire de la tarde.
Es un príncipe de los bosques, de los castillos embrujados, ido de
este mundo, inhallable en el día cotidiano sino más bien habitando en
el horizonte infinito de lo que es lejano e inhallable.
Si tenemos que engarzarle un tótem a su efigie, éste sería la gacela
que recorre los bosques inhollados y umbrosos.
Él hizo su cabaña o alzó su casa en la morada misma de la poesía, en
el centro mismo de la estética, de lo bello y de la maravilla.
Nada mundano, ni mucho menos criollo le era afín. Aunque los criollos
han tratado de apoderarse de él y hasta de darle filiación social y
hasta partido político.
No. Él siempre fue honesto y pobre de bienes materiales. Si al lado de
alguien tendría que ubicársele es al lado de los pobres del mundo. Por
eso es de suponer el sufrimiento que a él le causara estar rodeado de
una Lima mundana, sensorial y hasta procaz.

8. El fondo
de sus ojos

Era de rostro pálido y ojos vivaces, de intenso color negro.
El sombrero se lo ponía de cualquier forma y dejaba varios mechones
que le caían por la frente.
Caminaba deteniéndose y dando saltos como alguien que está pescando
seres imaginarios, persiguiendo saltamontes irreales a lo largo de su
camino.
Se entretenía en minucias, en bagatelas, en cosas sin importancia, que
analizaba absorto.
Era un personaje menudo, delicado, siempre asombrado cada día de
seguir estando vivo.
Augusto Tamayo Vargas dice de él:
...era un niño profundo y era la suya una poesía de niño, con sueños y
pesadillas infantiles que reflejaban una sensibilidad herida por una
impresión de maldad. Un niño, se ha dicho, a quien atormentaba la
vida". "...Había en el fondo de sus ojos una nota triste, grave…


9. Presencia
de movimientos literarios

Podría decirse de Eguren que era un poeta ingenuo, con la candidez no
común sino rara de los grandes espíritus, con la simplicidad de las
almas sublimes.
Vivió en una época de oro de la literatura peruana, en donde se
contaba con el magisterio de Manuel González Prada, con la presencia
altiva y militante de Abraham Valdelomar, el Conde de Lemos, quien
dirigía la revista Colónida que dedicó un número nada menos que a la
presencia, personalidad y figura de J. M. Eguren que ilustró una de
sus carátulas con su rostro de duende alucinado.
Época literaria en que se contaba con la mente sagaz e inteligente de
José Carlos Mariátegui, con su estatura moral, capacidad organizativa
y visión política.
Período en la cual se contaba en las ciudades interiores del Perú con
la presencia de movimientos literarios y artísticos de suma
importancia como el grupo Norte en Trujillo, el Orcopata en Puno, el
Aquelarre en Arequipa.
El grupo Norte, nada menos que con Antenor Orrego a la cabeza, y con
César Vallejo, Alcides Espelucín, José Antonio Garrido, Francisco
Sandóval. El de Orcopata. con Alejandro Peralta, el Churata. El
Aquelarre, con Alberto Hidalgo, César Atahualpa Rodríguez, Percy
Gibson.

10. De acentos
desolados

Ahora bien, ¿cómo ubicar a Eguren en cuanto a escuelas, movimientos o
corrientes literarias? He aquí una muestra:
EL DOMINÓ

Alumbraron en la mesa los candiles,
moviéronse solos los aguamaniles,
y un dominó vacío, pero animado,
mientras ríe por la calle la verbena,
se sienta iluminado,
y principia la cena.

Su claro antifaz de un amarillo frío
da los espantos en derredor sombrío
esta noche de insondables maravillas,
y tiende vagas, lucífugas señales
á los vasos, las sillas
de ausentes comensales.

Y luego en horror que nacarado flota,
por la alta noche de voluntad ignota,
en la luz olvida manjares dorados,
ronronea una oración culpable, llena
de acentos desolados,
y abandona la cena.
Lo más próximo a él es el simbolismo literario que surge en Francia
como reacción al realismo o naturalismo, al decir de Estuardo Núñez,
postulando una poesía:
"consistente en el abandono de fórmulas trilladas, en la acogida de
elementos raros y extraños dentro de la materia poética, en la
sutileza y selección verbal y en otras conquistas estéticas como el
versolibrismo".


11. La dulzura
del alba

Jorge Basadre encontraba cuatro expresiones diversas en Eguren:
PRIMERA. Poesía puramente lírica, con influencia rústica:
Por doquier nos dicen las flores blancas
el amor misterioso feliz que guardan.
SEGUNDA. Poesía trasrealizada del paisaje, donde este no aparece tal
como es, sino que sirve como motivo que el poeta traspone recogiendo
esencias de color o de música.
Al acantilado las aves regresan
con celeste geometría.
TERCERA. La poesía propiamente simbolista que puebla la imaginación de
doncellas, de arlequines, de muñecas, sirviendo todo ello para
expresar estados de conciencia diversos: niñas, mariposas, vírgenes
rubias, Pedro de Hacer, etc.
CUARTA. Poesía imaginista, donde no hay propiamente ni símbolos, ni
alegorías, sino simple expresión de sueño, sucesión de imágenes
fantasiosas, de sutiles y estilizados poemas que vagan por un mundo de
ilusión:
y núbiles corsos y celtas infantes
le dan la dulzura del alba camelia.

12. Donde
todo es insólito

Escribió José María Eguren:
"La poesía es la revelación del misterio por la verdad del sentimiento"
Qué gran apunte, definición y emblema para su propia poesía. Este es
un lema a escribir con letras de oro en el castillo sublime de la
poesía de Eguren.
Los hondos parajes del encantamiento donde todo es misterio y armonía,
con ecos y resonancias por los que se nos tamiza un sentido grave y
profundo de la vida.
Y es que él era un mago del lenguaje, quien inventó su propia lengua.
Recreó palabras, desenterró vocablos o voces perdidas u olvidadas de
la lengua de otros siglos.
El mundo medioeval, caballeresco y cortesano es el de Eguren. El mundo
de lo prodigioso en donde todo es insólito, pero en el caso de él
ahíto de estremecedor sentido.

13. El enigma
más tupido

Fue un fabulador, un imaginero, un alegorista. Un animador de figuras
y de estados estupefactos del alma. Personaje misterioso y
fantasmagórico que deambula por un castillo medioeval.
"Suena trompa del infante con aguda melodía...
La farándula ha llegado de la reina Fantasía;
y en las luces otoñales se levanta plañidera
la carroza delantera.
Pasan, luego, a la sordina, peregrinos y lacayos
y con sus caparazones los acéfalos caballos;
va en azul melancolía
la muñeca. ¡No hagáis ruido!;
se diría, se diría
que la pobre se ha dormido.
Vienen túmidos y erguidos palaciegos borgoñones
y los siguen arlequines con estrechos pantalones..."

He aquí cómo traza y configura a los personajes, ¡cómo crea
sensaciones inéditas y nos sumerge en el enigma más intenso y tupido!

14. Un turbión
que ruge

Jorge Basadre escribió de él:
"Su alma sigue siendo de niño pero conoce toda la amargura de la vida.
Su musa tiene toda la pureza de la inocencia, a la vez que la
conciencia de la horrenda miseria humana".

Eguren es un niño asombrado, temeroso y atribulado frente a la
inmensidad, el secreto y el misterio del universo. Fabrica un mundo de
ensueños, de encanto y de símbolos que trasuntan sus temores y sus
incógnitas. Está tocado por lo mágico y misterioso, sublimando su
realidad hacia el reino de la maravilla. Pero animado por un turbión
que ruge y espanta hacia el fondo y debajo del ser humano:
"Alumbran en la mesa los candiles,
moviéronse solos los aguamaniles,
y un dominó vacío,
mientras ríe por la calle la verbena,
se sienta iluminado,
y principia la cena".
Eguren al parecer leyó y asumió mucho de los cuentos de los hermanos
Grimm y de Charles Perrault; y de todos los contadores de historias de
seres fabulosos, de los cuales él recoge principalmente el más secreto
estremecimiento.

15. Feliz
o desdichado

Urdió un mundo propio, original, de extrañeza y prodigio.
Creó su universo de juguete y de cristalería, en donde los personajes,
como en un vaudeville o en un baile de máscaras y movimiento de
marionetas, nacen, crecen y encuentran su destino descalabrado.
Viven los dramas de la vida y mueren, pero todo en un plano de figuras
de cartón o bisutería, con un misterio y profundidad que lo hacen
sencillamente abrumador y angustioso.
Trama un universo de arlequines, muñecas, reyes, sotas, caballos de
barajas, duques engolados en sus capas.
Urde fabulaciones propias del medioevo, con niñas fantasmales, bajeles
herrumbrados, duendes y marionetas, princesas encantadas.
Se encaraman animales fantasmagóricos y estrafalarios en un mundo de
quimera sobrecogedora, pero todo esto con seriedad compungida, como si
frente a ello no hubiera salvación posible. Ilusión no elegida sino
obligados a aceptarla.
Así, una letra es un personaje fabuloso, mítico, con todo el contenido
humano, infernal o divino, dramático y terrible, como lo puede ser el
hombre más feliz o el más desdichado.

16. Esencias
de miedo

Veamos:
LA DAMA I

La dama I, vagorosa
en la niebla del lago,
canta las finas trovas.

Va en su góndola encantada
de papel a la misa
verde de la mañana.

Y en su ruta va cogiendo
las dormidas umbelas
y los papiros muertos.

Los sueños rubios de aroma
despiertan blandamente
su sardana en las hojas.

Y parte dulce, adormida,
a la borrosa iglesia
de la luz amarilla.
¿No es acaso estremecedor? Donde hasta los colores son esencias de
miedo y espanto.

17. La vida
misma

Eguren es el cazador de figuras, el "Andarín de la noche", el Juan
Volatín trashumante.
Hay en él un trasfondo misterioso, mágico, onírico, por donde se
desliza la muerte, el espanto y el horror más opresor y lacerante,
como el caballo que pasea fantasmal por la calle solitaria:
EL CABALLO

Viene por las calles,
a la luna parva,
un caballo muerto
en antigua batalla.

Sus cascos sombríos...
trepida, resbala;
da un hosco relincho,
con sus voces lejanas.

En la plúmbea esquina
de la barricada,
con ojos vacíos
y con horror, se para.

Más tarde se escuchan
sus lentas pisadas,
por vías desiertas
y por ruinosas plazas.
Son figuras, pero en ellas se encarna no solo el drama del hombre como
especie sino de la vida misma como ontología.

18. Y vienen
por la hondonada

Esta poesía aparentemente inofensiva es de una carga terrible de
vacíos y temores.
En esta poesía, aparentemente de ilusión y de joyería preciosa, campea
la presencia absoluta, presente y evidente de la muerte,
estremeciéndonos de espanto. Veamos:
NUBES

Descienden de la montaña
las nubes enmascaradas.

Y en el valle primoroso
de camelias y tacones,
blondas niñas
adormidas,
cantan estivos amores.

Descienden de la montaña
las nubes enmascaradas.

Y van parejas errantes
por arenal azulino;
y en amores,
van al bosque
buscando fresas y lirios.

Descienden de la montaña
las nubes enmascaradas.

Toca, toca el campanero
de vieja torre ambarina;
claras bodas,
en la aurora
se oyen con lenta harmonía.

¡Y vienen por la hondonada
las nubes enmascaradas!

19. La mansión
de mi pena

Si algún personaje omnímodo, constante y pavoroso es dominante en esta
poesía de estupefacción y pasmo, ese personaje es la muerte.
Es una poesía en la cual la adversidad donde habitamos se acepta
resignados porque es ineluctable, donde nada se reclama, nada se
contraviene, porque todo es fatal y así está establecido. No se ruega
ni anhela, todo se lo mira y se lo observa asombrados.
Se detiene ante la casa vetusta y abandonada, la capilla derruida y
con la cúpula hecha jirones en el puente.
En casa vetusta
de raros sonidos
en donde vagaran los aparecidos
de mirada adusta.

Y dio esta explicación el poeta, acerca de su universo y su talante,
con rictus afligido:
Yo adoro la obscura mansión de mi pena.

20. Marionetas
y fetiches

Con su poesía se eleva y tramonta el abismo del ser, lleno y acosado
de miedos, pavores y angustias.
Surgen siniestras figuras, atroces cavilaciones y hoscos presentimientos.
Horas vacías, aleteos innombrables, presencias extrañas, temibles
alegorías. Es decir un mundo de silenciosa y eterna tragedia en medio
de la cual el hombre permanece atónito, sin lugar ni al reclamo, y en
el caso de Eguren ni siquiera al llanto.
En sus poemas más ingenuos, más paisajistas, más juguetones hay un
abismo de miedo, de espanto y agonía.
Por las avenidas
de miedo cercadas
brillan en la noche de azules oscuros
la ronda de espadas.
El libro Simbólicas, por ejemplo, tiene por un lado una sucesión de
marionetas y fetiches que unen a su candor lo adusta presencia de lo
senil y grotesco.

21. Lucha
de contrarios

Y hay también, al lado y al fondo de esta galería de juguetes, una
sensación y un sentimiento de desolación, de asombrosa tristeza y
hasta de horror frente al vacío y a lo tenebroso de la existencia.
Así como Cervantes con el genial Don Quijote de la Mancha ama y se
burla de la vida caballeresca, como también llora y ríe con sus leyes,
códigos y avatares, así José María Eguren hace del mundo cortesano.
Aquella realidad o espectáculo de los señores y las damas, de los
roles y las formas, de las cosas y los fantasmas, de lo serio y de lo
que es juguete, lo sumerge en el baño despiadado de lo que le produce
cariño y burla, de lo que gana su afecto y a la vez su efecto, de lo
que gana y pierde quedándose únicamente con el asombro de haberlo
inventado y hundido otra vez en las aguas o en los mares aciagos.
Como todo gran creador es de antítesis, es dialéctico, es centro e
infierno de lucha de contrarios.

22. Paquita
danza y llora

¡Pobre, pobre marionnette que la van a sepultar!
con silente poesía
va un grotesco Rey de Hungría
y los siguen los alanos;
así toda la jauría
con los viejos cortesanos.
Y en tristor a la distancia
vuelan goces de la infancia,
los amores incipientes, los que nunca han de durar.
¡Pobrecita la muñeca que la van a sepultar!
Melancólico el zorcico se prolonga en la mañana,
la penumbra se difunde por el monte y la llanura,
marionnette deliciosa va a llegar a la temprana
sepultura.
En la trocha aúlla el lobo
cuando gime el melodioso paro bobo.
Tembló el cuerno de la infancia con aguda melodía
y la dicha tempranera a la tumba llega ahora
con funesta poesía
y Paquita danza y llora.

23. Pero
no era eso

Lo aman tanto que lo critican, presentándolo con rasgos grotescos, de
ridiculización en donde reyes y cortesanos tienen taras y defectos o
rasgos de horror, como caballos sin cabezas que forman el cortejo de
cómicos y farsantes que asisten al entierro de la muñeca.
Muñecos, juguetes excéntricos que caricaturizan un mundo
aristocrático. Ridícula procesión liliputiense.
Crítica simbólica de una realidad pasada. Galería despiadada en tono
alegórico, figurado, contraído.
Se le criticó que era curioso y sorprendente cómo en una realidad tan
dramática socialmente, tan urgida de soluciones de carácter práctico,
surgiera una voz tan entregada a la fábula, al deliquio de soñar
despierto en reinos de encanto y de maravilla.
Pero no era eso. Se esperaba que en todo ello algo funcione mal. Que
algún mecanismo se malogre, que se produzca una falla que hiciera ver
el vacío y el hueco en el cual se actúa.

24. Tres
nombres

De ahí que ello quizá sea el mensaje mayor de José María Eguren, cual
es presentar la quebrazón del mundo de lo imaginario.
Así como dijimos: Cervantes adoptó el mundo de la caballería para
burlarse de él. De igual modo Eguren se burla de la fantasía tan
querida a su alma, pero tan falta de sentido en una realidad tan
áspera, dolorosa y fatal como es la nuestra.
Por eso, cometemos un error de encasillar a Eguren con el rótulo de
poeta puro, exótico e irreal.
Casi, inclusive, como un hombre sin geografía, sin pertenencia a la
tierra y que pudo nacer en Noruega, en Australia o en la Cochinchina
pero que nació aquí, en el Perú conturbado, convulso y violento. Pudo
vivir en otros mundos pero en este estableció su universo.
Respecto a todo esto, creámosle por lo menos a tres hombres que sabían
mucho de la realidad peruana, que la estudiaron profundamente y la
valoraron en todas sus perspectivas prometedoras.
Ellos son, sólo por citar tres nombres, aunque la lista podría
engrosarse abundantemente: José Carlos Mariátegui, Gamaniel Churata,
cuya figura trascendental se la está reivindicando últimamente, y José
Jiménez Borja.

25. En sus ojos
de infante

José Carlos Mariátegui, sin contradecir para nada su ideario
socialista, ni su apuesta por un Perú de justicia y libertad,
comprendió a Eguren como un poeta auténtico.
No es que él hiciera una excepción, no es que hiciera un paréntesis en
lo que eran sus visiones y concepciones del mundo y la realidad para
admirar a Eguren, sino como parte fundamental de su doctrina e ideario
socialista involucra a Eguren en su proyecto social:
"Queremos a toda costa incluirlo en nuestra esperanza, afirmando que
no solo es pasado sino futuro"
Aseveró el Amauta en el homenaje que le dedicó la revista que él dirigía.
Y dice de él en su panorama de la literatura, en sus 7 Ensayos de
interpretación de la realidad peruana:
Toda su poesía es una versión encantada y alucinada de la vida. Su
simbolismo viene, ante todo, de sus impresiones de niño. No depende de
influencias ni de sugestiones literarias. Tiene sus raíces en la
propia alma del poeta... En sus ojos deslumbrados de infante, está la
explicación total del milagro.
Pero podríamos hasta cuestionar a Mariátegui diciendo que él
finalmente era un intelectual socialista con inclinaciones literarias
y con formación en la vanguardia europea.

26. Eguren,
su indianidad

Por eso, veamos lo que dice Gamaniel Churata, quien hizo de lo andino
y ancestral peruano un ideario de vida y de lucha. Veamos a este
indigenista radical lo que dice de Eguren, manifestando el propósito
de escribir nada menos que acerca de la indianidad de este poeta:
"Ofrece –escribe en referencia a "Los ángeles tranquilos" de Eguren–
una linda y fresca poesía aymara. Poesía de tierra empapada, remojada
por lluvias tempestuosas de verano; poesía de ala húmeda, de corazón
esponjado, de sierra y de andinismo".
Esto escribe en el número 21 de Amauta con el título: "Valores
vernáculos en la poesía de José María Eguren.
Pero hay algo más. En una carta a José Carlos Mariátegui, Churata
expresa su deseo de escribir un ensayo sobre lo que considera "más
fundamental en Eguren, esto es: su indianidad". Y expresa:
El tema es temerario; pero así me agrada. Desde las primeras lecturas
que gocé del poeta, y ya ello corre por más de quince años, siempre lo
sentí andino, por sobre la apabullante razón de su costeñismo. Creo
que me robustezco en la presunción, y me halago pensando que podría
decir mucho en ese sentido.

27. Voz
de quena

José Jiménez Borja desarrolla toda una tesis buscando vínculos entre
el mundo mágico de Eguren y los pintores de Nazca, los escultores de
Moche y los tejedores de Paracas.
Sencillamente increíble en un académico de la talla científica de don
José Jiménez.
La pintura de Eguren es paisajista. El poema es un cuadro y se puede
adivinar o ver a un lado la paleta de colores que él ha empleado.
Pero el mismo José María Eguren escribió, en relación con esta
correspondencia con el ancestro que cada persona o poeta guarda:
"Ahora me pregunto: ¿si en la tristeza permanente de matices
prestigiosos; si en las sombras lunares; si en el cúmulo de acentos
siempre dulces, siempre doloridos: no hay una voz de quena, una voz
prolongada que en todos los lugares hemos oído desde la niñez y cuyas
vibraciones nos acompañan siempre en los remotos parajes de la tierra?

28. El espíritu
que albergaba

Eguren fue completamente original, tanto que al principio hubo
dificultad en leerlo, comprenderlo y ubicarlo.
Su poesía era completamente distinta a lo que se hacía hasta entonces:
distinta en el lenguaje, la sintaxis, las imágenes y sobre todo el
espíritu que albergaba.
Estuardo Núñez expresa lo siguiente:
"Con Eguren empieza en el Perú y tal vez en el continente, el culto de
la poesía esencial. Con él concluye el ciclo y señorío de la poesía
descriptiva o explicativa, sierva de motivaciones extrañas. Aporta
además el criterio de la estricta selección en la materia poética y de
la incorporación del valor poético emergente, de la vivencia auténtica
y artísticamente elaborada".


29. Los poetas
somos

Como una reparación tardía a un poeta que sufrió una existencia
desamparada e incomprendida, por muchos que se erigieron como voceros
generacionales, la Academia Peruana de la Lengua en 1941 lo elige como
miembro de la misma.
Pero ya estaba cansado y enfermo, y sin hacerse presente meses después moriría.
Nadie más esencialmente esteta que Eguren. Nadie más tocado por la
idea y la esencia de la belleza que él.
Nadie más exacto, puro, cabal a lo que es el prototipo de la poesía misma.
Él había escrito lo siguiente:
"Los poetas somos peregrinos
que vamos siempre solos por vías
infortunadas; aunque, a veces, cambiamos
voces de aliento en nuestra noche"

30. Las voces
más altas

Murió José María Eguren el 19 de abril de 1942.
Expiró esta figura etérea que tuvo tan presente a la muerte, pero que
hizo de la muerte algo transparente.
Personalidad transida por el arte y la belleza, siempre con un aura
interior que fue perfilando la irradiación incandescente y a la vez
sombría de sus sueños.
Días antes había escrito, como previendo su deceso:
"y en su trémulo azul voló un alma
tranquila a los cielos.
ya sus ojos no ven la tiniebla
ven la aurora de Dios en el cielo".
José María Eguren y César Vallejo se conocieron y depararon una mutua
admiración y calidez intelectual.
Y hasta tuvieron la percepción y la conciencia al estar uno frente al
otro de que eran los picos mayores, nuestras montañas tutelares y las
voces más altas de la poesía peruana de todos los tiempos.


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