Sindicalismo del chavetazo

Nota del Blog SPA
La delincuencia en Construccion Civil, no solo promovida por el Apra. Estando vivo Haya tambien se promovio el sindicalismo amarillo de la CTP, contra la CGTP. Si no mencionamos a la delincuencia sindical promovida por los propios capitalistas en Construccion Civil, igualmente la burocracia sindical. El ciudadano director de La Primera hace eco de la denuncia exclusiva a Garcia Perez. En forma similar Apra Moral, y un conjunto de politicos que añoran una Apra Auroral  contraria al Socialismo.
LACH
4.55 pm

Cesar Levano
La Primera 9/02/10
Parece mentira, pero es verdad confesada: el sindicalismo y el Apra han incorporado a sus filas un contingente insólito: asesinos, asaltantes y ladrones.



Lo ha confesado Vicente Aponte Núñez, el hombre que encabeza ese reclutamiento y lanza a sus huestes contra los obreros de construcción auténticos y, por añadidura, extorsiona a empresarios.



En esta columna hemos denunciado más de una vez ese baldón arrojado sobre el sindicalismo peruano y hemos precisado que cuenta con el estímulo personal del presidente Alan García. Unión de los bajos fondos y los fondos bajos.



Aponte ha reconocido que su asimilación de hampones para el “sindicalismo” fue programada en Palacio con el jefe del Estado, que se incorpora así a la historia de la delincuencia común.



El diario La República reprodujo este domingo fragmentos de un audio en que Aponte afirma: “Necesitamos insertar a esa gran masa de jóvenes que de repente cometió algún pecado o delito, para que mediante el trabajo se rediman… Esa es la gente que se está incorporando al movimiento sindical”. (Subrayado de César Lévano).



Esa es la gente que se está incorporando también al Partido Aprista. En efecto, como el propio Mauricio Mulder ha reconocido, aspira él a la reelección en la Secretaría General de su partido gracias a que se lo pidió la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP). Pues bien, el núcleo ejecutivo del aprismo sindical es hoy el que dirige Aponte.



Con ese operativo se cierra la trayectoria del Apra en relación con el sindicalismo. Víctor Raúl Haya de la Torre reconoció más de una vez que fueron los obreros anarquistas, que desde 1905 dirigieron la lucha prolongada por la jornada de ocho horas y que lo asombraron por su cultura, su coraje y su honradez, los que le impulsaron la inquietud política.



Haya se juntó con ellos porque vio su potencial político. Lo advirtió y escribió, con su letra inconfundible, mi padre, Delfín Lévano.



Alan cierra una curva, que se hunde en el horizonte histórico. Él ha decidido auspiciar hampones.



El Lumpenproletariat de la chaveta, la droga, el balazo y los tragos desdichados (el salta p’atrás, el espérame en el suelo), son ahora su masa de maniobra. La indigencia moral e intelectual se asocia así con la miseria social.



García no elige a sus nuevos aliados “sindicales” ni por su cultura, ni, evidentemente, por su honradez. Los acoge porque ve su potencial delictivo.



“Las masas se combaten con las masas”, citó erróneamente Rafael Belaunde, en defensa del aprismo, allá por 1947. La frase proviene del Fausto de Goethe. En el prólogo, el director del teatro asegura que a la masa del público hay que oponerle una masa actoral.



Alan García no opone la masa obrera a otra masa obrera. Él se ha instalado en los barracones del poder.