domingo, 11 de noviembre de 2012

Re: [foro_centenario] "Cruzados":¿Marxistas o Catecúmenos" (2da parte)


Muy bueno el artículo, es esclarecedor. Este Leyva es Ramón García. Esto es totalmente cierto. Lo he dicho en más de una oportunidad, a mí no me engañan, ni aunque pongan en papel celofán sus discursos oportunistas y revisionistas. ¡Pobres, a qué punto han llegado de utilizar seudónimos para discutir!!

Saludos a los foristas!

Raúl Ticona


Como podrá ver el lector, nuestra intención no era abusar de su paciencia, sino dejar escribir a Eusebio Leyva, para tener los elementos de juicio necesarios para conocer de quién se trataba. Aunque lo central son las ideas y las posiciones, es necesario desenmascarar las posiciones revisionistas en los individuos que las asumen. Ramón García ha venido escribiendo con nombre propio durante años, e igualmente con nombre propio ha criticado nuestras posiciones. Que ahora lo haga escudándose en un seudónimo, no para esclarecer sino para insultar, da cuenta de la descomposición moral en la que está cayendo.
Cesar Risso.
El Desmonte de una Tramoya
(Primera Parte)
Creo que nuestro movimiento no debe cifrar su éxito en engaños y señuelos. La verdad es su fuerza, su única fuerza, su mejor fuerza. No creo con Uds. que para triunfar haya que valerse de todos los métodos criollos.
                                      
(José Carlos Mariátegui)
I
No pensábamos develar todavía la identidad de quien se oculta tras el seudónimo de Eusebio Leyva, pero, una nota de Manuel Velásquez ha confirmado nuestra certeza y, por esto, adelantamos aquí el paso.
EUSEBIO LEYVA ES RAMÓN GARCÍA.
Esta es la verdad simple y sencilla que arroja el análisis de los hechos.
Su negación del leninismo, su tergiversación de la obra mariateguiana, su odio visceral a sus críticos, su lenguaje insultante, su cinismo, su egotismo burgués, sus métodos criollos y, entre ellos, sus recursos polémicos, son cosas que García no hubiese podido disimular, así hubiese utilizado un seudónimo chino y escrito en sánscrito.
Veamos algunas pruebas de nuestro aserto.
Ramón García insultó con su firma: "parásito", "rémora", "carroñero", "intelectual de turno", etcétera (Las cinco caídas de Yo el Supremo). Ahora continúa insultando como Eusebio Leyva: "rémora", "lastre", "señorito", "rastrero", "lacayuno", "simplón", "pigmeos políticos", etcétera.
En toda la izquierda peruana, nadie más insulta en forma tan ponzoñosa. Esto es propio de García.
Ramón García acusó torpemente con su firma: "… ese estorbo", "frena la labor ajena" (ibídem). Ahora, como Eusebio Leyva, hace lo mismo: "constituyen una rémora, un lastre, un freno", "obstaculizan el avance del Socialismo".
En toda la izquierda peruana, nadie más esgrime esa falacia. Ella es propia de García.
Es de conocimiento general que, a fin de escamotear el debate concreto,  Ramón García utiliza el recurso de motejarlo de "pleito de sabidurías". Ahora, como Eusebio Leyva, hace lo mismo: "no entro en discusiones para demostrar quién leyó más, quién es más erudito".
En toda la izquierda peruana, nadie más utiliza tan barato argumento. Esto es propio de García.
También es de conocimiento general que, manipulando una cita de Marx, Ramón García pretende que las críticas a sus posiciones oportunistas y revisionistas, a su egotismo burgués y a sus métodos criollos, son simples "murmullos". Ahora, como Eusebio Leyva, pretende lo mismo con la frase "chismografías de callejón".
En toda la izquierda peruana, nadie más utiliza tan burdo recurso polémico. Esto es propio de García.
Por otro lado, es conocido el estilo zumbón y camorrero de Ramón García, estilo que, precisamente, han destilado todos sus artículos publicados con la firma de Eusebio Leyva.
Y si tenemos en cuenta el artículo sobre Antonio Cisneros publicado con la misma firma, fácilmente se descubre en él el estilo discursivo de Ramón García.
Se comprende que, ante las pruebas acopiadas –que pueden multiplicarse por diez– no vale absolutamente ningún alegato de Ramón García –bajo su firma o su seudónimo– o de algún copartidario o amigo suyo.
Claro que sería natural que lo intentaran, pero el análisis de los hechos desmiente por anticipado cualquier alegato.
II
Casi desde un principio supimos que el nombre de Eusebio Leyva es un seudónimo, y, por esto, en el artículo Por qué una cortina de humo, señalamos que, para encubrir su bancarrota, el grupo revisionista requería "de un nombre nuevo", pero que esto no era "lo mismo que un hombre nuevo".
También casi desde el principio supimos que quien se oculta tras ese seudónimo es Ramón García, y, por esto, en el mismo lugar, insinuamos: "¿Es Ramón García, o algún otro miembro del grupo revisionista?".
Entonces considerábamos que no era oportuno todavía develar la tramoya, pues era menester que el propio rollo del agazapado personaje se encargase de ello.
Pero ya Santiago Ibarra había insinuado: "… hay indicios serios… de que usted es un revisionista… (acaso de la tercera generación?)". Así como César Risso había insinuado también: "Este leyva debe ser un tipo bastante mayor… llamamos la atención del lector acerca de quién puede ser este personaje".
Yo mismo, en el artículo Eusebio Leyva y el revisionismo, subrayé: "El lector atento debe haberse dado cuenta, en el curso de la polémica, que las falacias de Leyva y el recurso de utilizar a Mariátegui como coartada son los usuales métodos criollos de Ramón García".
Luego, el 28 de octubre, César Risso señaló más expresivamente: "Aunque jura que no conoce a Ramón García, precisamente el autor de la tesis que defiende. No lo conoce dice, pero mientras más escribe más se parece, en alma, pensamiento y figura, a Ramón García".
Y, el 30 del mismo mes, agregó: "Este curioso malabarismo de negar a Mariátegui citando a Mariátegui, es el mismo que durante décadas ha practicado Ramón García. Parece entonces que, o Eusebio Leyva es el más fiel discípulo de Ramón García (son demasiadas las similitudes), o Ramón García ha sido clonado".
El desvelamiento de la tramoya era, pues, inminente. El temor, entonces, se extendió un tanto en el grupo revisionista y, así, el 31 de octubre, Manuel Velásquez intentó tapar el sol con un dedo: en una nota diversiva trató de confundir a los activistas del movimiento señalando que Eusebio Leyva es un agente policial, es decir, que no es Ramón García, como prácticamente había quedado dicho.
Sin embargo, lo que ha obtenido Velásquez con su nota ha sido algo completamente distinto a lo que pretendía, pues, de hecho, ha proporcionado la prueba más concluyente e inapelable de que Eusebio Leyva es Ramón García.
Examinemos esta cuestión.
Eduardo Ibarra
08.11.12
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