sábado, 17 de noviembre de 2012

17 de noviembre. Aula Capulí. Centenario de un maestro inolvidable. Folios de la Utopía.

---------- Mensaje reenviado ----------
De: <dsanchezlihon@aol.com>
Fecha: 16 de noviembre de 2012 06:53
Asunto: Sábado 17 de noviembre. Aula Capulí. Centenario de un maestro
inolvidable. Folios de la Utopía.
Para:







CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA
Y CONSTRUYENDO LOS ANDENES NUEVOS

NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TUPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA

PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE

°°°°°°°°°°

SÁBADO 17 DE NOVIEMBRE

MEMORIA Y TRIBUTO A
CARLOS CASTILLO MURGA
DIRECTOR DEL CENTRO VIEJO 271
DE SANTIAGO DE CHUCO
EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

"EVOCACIÓN DE MI MAESTRO"
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
EXPRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA
Y DEL PODER JUDICIAL EN EL PERÚ

"PADRE, AHORA QUE SOY MAESTRO DE NIÑOS
CADA DÍA RECUERDO TU EJEMPLO"
CARLOS CASTILLO MENDOZA

***

LECTURA DE OBRA POÉTICA
ROSELLA DI PAOLO

***

HOMENAJE
AMAUTA
DEL PERÚ ETERNO A
RÓGER RUMRRILL

PRESENTACIÓN
ARTURO RÍOS RAMÍREZ

RÓGER RUMRRILL
TESTIMONIO DE VIDA

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VIERNES 23 DE NOVIEMBRE

PRESENTACIÓN DEL LIBRO
DE POESÍA

OTRO MUNDO ES POSIBLE
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

ICPNA DE MIRAFLORES
Avenida Angamos
esquina con Av. Arequipa
Miraflores

PANEL DE PRESENTACIÓN:

OMAR ARAMAYO
EMILIO MORILLO
JULIO YOVERA

Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia

Teléfonos Capulí:
420-3343, 420-3860
y 997-739-575

capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com

°°°°°°°

XIV CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2013
POR LOS CAMINOS DE VALLEJO
LIMA, TRUJILLO, SANTIAGO DE CHUCO

14 Y 15 DE MAYO EN LIMA
16 DE MAYO EN TRUJILLO
17,18 Y 19 DE MAYO EN SANTIAGO DE CHUCO

PERSONALIDADES DEL EXTERIOR
QUE HAN CONFIRMADO SU ASISTENCIA
AL XIV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
(EN ORDEN ALFABÉTICO)

ALFRED ASÍS
POETA DE CHILE.
ESTÁ CONVOCANDO A POETAS DEL MUNDO
PARA EL LANZAMIENTO DE LA TRILOGÍA
MIL POEMAS A NERUDA, MIL POEMAS A VALLEJO
Y MIL POEMAS A MIGUEL HERNÁNDEZ
EN SANTIAGO DE CHUCO

OMIRA BELLIZZIO POYER
VENEZUELA
ASISTIRÁ PRESIDIENDO UNA DELEGACIÓN
DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE VENEZUELA

CARLOS BENITES SÁNCHEZ
ESPAÑA
PRESIDENTE DE CAPULÍ, VALLEJO
Y SU TIERRA EN ESPAÑA

MARA L. GARCÍA
EE.UU.
PRESIDENTE DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS
VALLEJIANOS. BRIGHAM YOUNG UNIVERSITY
DE UTAH, EE.UU.

CATHERINE MASSANA
DIRECTORA DEL TEATRO SOL Y LUNA
FRANCIA

CARLOS RISCO SAAVEDRA
EE. UU.

MAURA SÁNCHEZ BENITES
ANDORRA

JAIME SÁNCHEZ LIHÓN
EE. UU.

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AULA CAPULÍ

17 DE NOVIEMBRE


CENTENARIO
DE UN MAESTRO
INOLVIDABLE


FOLIOS
DE LA
UTOPÍA



EN HONOR
A NUESTRO
DIRECTOR


Danilo Sánchez Lihón


A.

El día 20 de noviembre del presente año don Carlos Castillo Murga,
director de la Escuela Fiscal de Varones 271, o más llamado el Centro
Viejo de Santiago de Chuco, cumpliría 100 años de nacimiento.
Fue director de ese plantel escolar durante varias décadas, del año
1942 al año 1972, durante treinta años, transcurso en el cual dicho
centro educativo alcanzó su máximo esplendor.
Es la institución emblemática de Santiago de Chuco en donde estudió
César Vallejo, como también Luis de la Puente Uceda.
Fueron alumnos: Artemio Zavala, fundador de los primeros sindicatos de
trabajadores del Valle Chicama y muerto a los 23 años de edad, como
Carlos Miñano Mendocilla, héroe de la batalla de Zarumilla, en el
conflicto con Ecuador del año 1941.
También estudiaron allí los hermanos Abraham y Felipe Arias Larreta,
el primero autor de Rayuela, libro fundacional de la poesía para niños
en el Perú; y Felipe, hondo poeta eglógico, autor de libros como El
surco alucinado y Espiga de silencio.

B.

Allí estudiaron también Santiago y Julio Pereda Hidalgo, ambos
egregios poetas telúricos, el uno cantaba en epopeya y el otro en
lirismo consumado, defensores ambos de nuestra identidad incásica.
Y muchos otros más. Como alguna vez escuché comentar al periodista y
hombre de letras Gonzalo Bulnes, que estaba sentado a mi lado en un
homenaje a Vallejo que se rendía en dicha institución educativa, le oí
musitar: "La escuela más pequeñita, que ha dado a los hombres más
grandes del Perú".
Cuando yo era niño el director de ese plantel era don Carlos Castillo
Murga, hombre joven, inteligente y sensitivo; un alma vibrante,
entusiasta y romántica. Un ser enamorado de su pueblo y de su gente.
Quien apreciaba a sus colegas como a hermanos. Y quien alentó una
escuela viva de libre expresión, frente al modelo educativo
coercitivo, de disciplina y rigidez intemperantes, preponderante en
aquella época.
Y de aquella época también son las siguientes estampas y vivencias que
yo atesoro en mi alma:


1. Flamear
en lo alto

– ¡Excursionistas del Centro Viejo 271! ¡De frente…, marchen!
Es la escuela cuya aureola y estela se expanden a las provincias de
nuestro departamento y de otros, como el vecino de Ancash, y cuyo
director es don Carlos Castillo Murga, quien vestido de casco de
junco, al igual que los alumnos, bufanda y ropa de comando, ha
repasado hasta la última fila de alumnos enhiestos, aunque tiritando
de frío en esta gélida madrugada.
A su orden redoblan las tarolas, irrumpen las cornetas, y los alumnos
que llevan una mochila a la espalda, una frazada enrollada en el
hombro, una cantimplora de agua en bandolera, y uniforme que termina
en escarpines blancos, levantan el paso y lo asientan firmes en el
suelo de arcilla y arenisca, haciendo temblar la tierra bajo el leve
claror del alba.
Marchan y luego descienden la pendiente de la cuesta "Sale si puedes",
por donde regresarán de aquí a 30 días, después de visitar Angasmarca,
Tulpo, Mollebamba, Mollepata, Pallasca, Bolognesi y Cabana. Y un
sinfín de pueblos que se apostan a la vera de ese camino.
Ahora los despiden madres y padres de familia, quienes se enjugan los
ojos al ver desaparecer el contingente que desde lejos hace flamear en
lo alto la bandera rojiblanca del Perú.

2. Maestro
señero

Ya apenas nos llegan los sones de la marcha que el viento rasga a
jirones, y se quedan prendidos en las copas ululantes de los árboles.
Van llevando el estandarte y los emblemas de nuestra escuela. Con
ellos vadearán ríos, subirán cuestas, bajarán pendientes, atravesarán
llanuras inclementes.
Traspondrán desfiladeros ariscos labrados al borde de los precipicios;
con ellos ingresarán por pueblos entre una lluvia de pétalos de flores
que les arrojarán las muchachas desde los balcones.
Llevan por los pueblos una velada artístico musical que el público
pide que se repita una y otra vez; llevan un equipo de futbol y
basquetbol que vence en todas las contiendas; llevan una orquesta
magisterial que enternece de amor los corazones de grandes y pequeños.
Quien comanda este contingente de alumnos y maestros es don Carlos
Castillo Murga, maestro señero y de fibra, alto de estatura, delgado,
elegante en el vestir y de cabello ensortijado, quien ha logrado la
proeza de situar a la 271 como la mejor escuela de toda la provincia y
una de las mejores del norte del Perú.

3. Nos hemos
propuesto

Ha nacido y se ha criado en nuestra tierra. Ha realizado la hazaña de
estudiar y graduarse de profesor en la Universidad Nacional de
Trujillo. Ha cometido el acto fervoroso de volver a laborar en su
pueblo.
Pero, siendo de alma fina y sutil, es un ser bondadoso, sobre todo con
los niños, cordial con sus colegas y amable con la gente de toda
condición.
En la universidad conoció a una bella señorita de las mejores familias
de Trujillo, Margarita Mendoza Vargas, a quien como es apuesto
conquistó y con quien se han casado. Y ya graduados han llegado juntos
a trabajar como maestros en nuestro pueblo serrano.
Ella es una persona fina, dulce y espiritual; quien viene nombrada
como directora de la mejor y más emblemática institución educativa de
mujeres, la Escuela 272.
Hace dos años que el Centro Viejo que dirige don Carlos Castillo Murga
obtiene el Gallardete del Desfile del 28 de julio. Y nos hemos
propuesto obtenerlo por tercera vez consecutiva, en el presente año.

4. El aire
de la mañana

La competencia será con la Escuela 278, dirigida por otro maestro
insigne, don Manuel Encarnación Saavedra. Las discusiones en las
calles son apasionadas acerca de quién obtendrá el gallardete este
año.
Hoy es 19 de junio de 1951, día de ensayo general, y estamos formados
en columna de a tres, frente a nuestro local en la calle de El
Cabildo. El director, don Carlos, da la orden:
– ¡Paso de desfile! ¡Marchen!
Dejamos caer nuestros pies en las piedras y subimos la calle hacia la
plaza tras nuestros estandartes y la Banda de Guerra.
Las baquetas caen en los redoblantes y atruenan las cornetas en el
aire de la mañana con sus sones marciales.
Es el Centro Viejo, la escuela que es orgullo de todo santiaguino. En
ella estudió César Vallejo, Artemio Zavala, Luis de la Puente, y no
hay otra escuela igual en toda la provincia.

5. Esta
vez

Terminado el ensayo corre una noticia como un reguero de pólvora: Ha
muerto la Profesora Margarita Mendoza de Castillo, directora de la
Escuela de Mujeres 272, esposa de nuestro director, don Carlos.
¡Ha muerto la profesora Margarita!
¿Cómo? Allí supimos que había sido operada en Trujillo y había vuelto
a Santiago de Chuco muy delicada de salud. ¡Y ha muerto!
Nuestro pueblo yace ensombrecido. La tristeza y la congoja invaden
nuestros corazones.
No hay un solo sonido estridente. Todo es tristeza lacerante,
desconsuelo y dolor profundo, como un Viernes Santo. Caminamos como
sombras, pisando levemente el suelo.
Esta vez nuestro plantel escolar enfila por la misma calle por donde
ensayamos los desfiles, pero nuestra actitud no es la de adalides sino
la de víctimas compungidas.
Asistimos al entierro de quien, no siendo de nuestro pueblo, se
quedará para siempre entre nosotros.
Han llegado sus familiares desde Trujillo. Y delegaciones de alumnos y
profesores de otras ciudades.

6. Tanto
dolor

La Misa de Cuerpo Presente se realiza en el atrio de la iglesia, al
frente de la plaza. Nunca antes el altar de la iglesia ha salido hasta
fuera del templo y quedar frente a la plaza, llena de una multitud
aglomerada y compungida.
Asisten todos los planteles escolares con sus cuerpos docentes, estos
en actitud solemne y vestidos de oscuro. Y el alumnado con sus
uniformes de gala, llevando coronas de flores. Las niñas más pequeñas
de vaporosos vestidos blancos. Y prendidos a los uniformes hondos
crespones negros.
Todos los centros educativos están ya emplazados portando ramilletes
de flores. Es un mar de coronas, hechas de rosas, gladiolos,
crisantemos, claveles y azahares.
Los niños del campo portan flores silvestres, de aquellas que tienden
sus corolas desde el borde de los caminos.
Nunca hemos visto tanto dolor en la gente sencilla, tanta
identificación de hombres y mujeres con un ser que realiza su labor de
manera apartada y silenciosa, una maestra de escuela.

7. Paso
a paso

Desfilamos con nuestra Banda de Guerra en silencio, pendiendo de cada
instrumento banderolas negras y nosotros con un brazalete de luto en
el brazo.
En este momento se alza el ataúd en lo alto donde pareciera que se
bambolea a los sones de una banda de músicos que toca una marcha
fúnebre que estremece el alma. Y parte el cortejo.
Don Carlos va detrás del catafalco con dos de sus hijos mayores que
lleva de la mano: María Cristina de ocho años, bella y llorosa como un
lirio del campo. Felipe de seis años y medio, cejijunto, con los ojos
hundidos y las mandíbulas apretadas en un rictus de melancolía
suprema.
En la casa de la abuela Cipriana se han quedado Manuel de cinco años,
Inés de cuatro, y Javier de apenas dos añitos. Don Carlos, como un
junco que quisiera doblegarse va paso a paso, soportando el cierzo,
como una roca batida por las olas, o una bandera que intenta arrasar
la tempestad y la borrasca.
Es un entierro solemne. Ya el ataúd está en el Alto de San José y las
escuelas aún están apostadas en la plaza sin poder desplegarse.

8. Que
el viento mece

El sacerdote con sus acólitos ya ingresan al cementerio y no han
empezado los centros educativos ni siquiera a iniciar la cuesta,
mirando hacia lo lejos el largo cortejo que sube la pendiente en una
hilera doliente.
Ya aquí, en el cementerio, lo atravesamos pisando retamas y sunchos
que crecen entre las tumbas, porque la maestra Margarita, presintiendo
su final, le pidió a su esposo ser enterrada en lo empinado de una
peña.
Y así se ha cumplido, escogiendo el único peñasco que hay en el
cementerio, pero que da a la hondonada del río, en la parte de atrás,
no hacia el pueblo, habiéndose cavado la tumba en plena piedra, en el
flanco posterior del camposanto, en un lugar solitario de belleza
íntima, arisca y salvaje.
Y ahí estoy, de pie, al lado del catafalco, mientras recogen las
cintas, retiran los ornamentos, y se empinan los hombres con voces
guturales para introducir el ataúd en el nicho cavado en la roca,
embargado yo por la pena.
Porque desde aquí se mira el paisaje más prodigioso de la tierra, los
verdes cercos de penca, los tunales y magueyes, las casitas en medio
de las chacras de habas, alverjas y alfalfares. El tenue amarillo de
los campos de trigo y cebada que el viento mece.

9. La vida,
¿es así?

Me da pena que sea tan hermoso el mundo y la vida. Y nosotros tan
quebradizos, que algún día ya no podamos contemplar ni podamos ver lo
lejano como tampoco lo minúsculo.
A este abejorro que ronda haciendo resonar sus élitros, como a la flor
del alhelí que en este camposanto hace flotar con el viento sus
pétalos.
Me da pena este ramillete de flores ingenuas que entrelazo entre mis
manos y oprimo a mi pecho, con sus colores estallantes que hacen más
hondas y más hirvientes mis lágrimas.
Me da pena que a quien entierren ahora sea a mi madrina, quien me alzó
para que el sacerdote empapara mi cabeza con el agua de la pila
bautismal.
Quien cada vez que me encontraba me cogía de la mano y me llevaba
consigo, sacando un nuevo caramelo de su delantal, a fin de dármelo.
Cuando se inclina a mirarme me hace abrir la boca, para ver si es
cierto que ya he terminado el confite anterior.
La vida, ¿es así, en cuanto cesa y se acaba?

10. Su amor
mil veces

Regresar del cementerio es doloroso cuando se deja en él para siempre
a un ser querido, viendo los campos en flor con los frutos cargados ya
en las espigas de maíces y trigos. Por eso, ¡pobre maestro don Carlos!
Regresar del cementerio de Santiago de Chuco es peor, porque este se
empina en una colina desde la cual el crepúsculo se desgarra en
esmeraldas, amatistas y zafiros en el horizonte inescrutable.
Y nos duele contemplarlo, y nos duele que ya no lo pueda ver el ser
querido que ahora hemos dejado y yace inerte en esa colina, expuesta a
todos los misterios e incógnitas de lo bello y verdadero. Por eso,
¡pobre maestro don Carlos, mi padrino!
¡Cuánto debe haber llorado y sentirse estremecido en las noches
solitarias y compungidas! ¡Cuánto debe haberse confesado ante ella y
vuelto a declarar su amor mil veces!
Ahora, en su casa, sus hijos lo sienten levantarse en la noche y salir
rumbo al cementerio. Lo siguen hasta cierto punto, porque es temible
el sueño de los muertos.
Lo único que hacen entonces es soltar a Vidú, el perro fiel que
oliscando su rastro corre en dirección del camposanto, hasta volver al
amanecer con los ojos llorosos y enrojecidos, igual que su amo.

11. Mares
embravecidos

Hoy ha venido don Carlos y lo hemos recibido en el patio entonando la
canción: "Oh buen Jesús, clemente y amoroso".
Después de enjugarse los ojos con un tembloroso pañuelo blanco, ha dicho:
– Quiero agradecer a todo el plantel en general, y a cada uno en
particular, por su solidaridad, porque me siento acongojado en el
dolor, pero fortalecido por el cariño de todos ustedes, tanto alumnos
como maestros.
Sus colegas, los profesores también tienen lágrimas en los ojos.
Entonces, en nombre de los alumnos habla Helí Miñano, diciendo:
– Sabemos que su dolor es inconsolable, pero queremos prometerle,
señor director, que conforme es su deseo este año ganaremos el
gallardete en el desfile, en honor a Ud. y en memoria de la
inolvidable y querida maestra Margarita, que Dios lo tiene ahora en su
gloria. ¿Lo prometemos compañeros?
– ¡Sí! –Gritamos todos, queriendo atravesar con nuestro grito y
decisión los mares embravecidos de la muerte, para que ella nos lo
oiga.

12. Interceder
tu paso

Y así ha sucedido: el desfile de este año, de parte de la escuela, ha
sido apoteósico. El veredicto del jurado por unanimidad ha sido a
favor de nuestra escuela, el Centro Viejo.
Y es que todos hemos puesto el alma por obtenerlo en memoria de la
maestra Margarita y en mérito de nuestro director, quien nos ha dado
el honor de ubicar a la escuela como el astro rutilante en la
educación de toda nuestra provincia y de otras provincias del Perú.
Y he aquí lo que su hijo Carlos Felipe ahora escribe desde Estados
Unidos de Norteamérica, en donde reside, sesenta años después de
haberlo visto en ese desfile fúnebre. Y a quien su papá mismo le
pusiera como apelativo: El Chofolofo:
Padre amado…,
en el centenario de tu natalicio
me apeo del galopar del tiempo
para buscarte en el interior de mi alma
o en la alcoba de tu descanso eterno.
Cierro mis ojos y en cita amorosa
pretendo enrollar el tiempo
para interceder tu paso.

13. El
espejo

¡Oh...! ¡Allí estás…!
como siempre concentrado y ferviente
en tu afanoso trajinar docente
inyectándonos valor y energía,
amor y pasión incondicional
por lo que se siente y se piensa
por lo que se dice y se hace.
con decencia y pulcritud.
En el ir y venir de los días
por los caminos
por más escabrosos
y arduos que ellos sean.
Hoy tus hijos ponemos la cara,
somos los tomos que tú escribiste,
la sábana blanca que tú dejaste,
y el espejo donde siempre te miraste;
podrás verte vencido por el tiempo
mas no de rodillas y derrotado,
indomable, más no rebelde,
física y corporalmente desaparecido
pero jamás postergado ni olvidado.

14. Hoy
y siempre

Porque nuestro actuar, es tu dinámico quehacer
nuestro aliento y suspiro, tus signos de vida
nuestra aspiraciones, tu constante lucha
nuestros versos, nuestra alegría,
tus pies danzarines, nuestra risa,
las conquistas de tu vida.
Y mientras el desplegar de nuestros pasos
recorran incansables tus caminos
aquí estarás padre mío
entronado y latente muy hondo en nuestro ser.

No te preocupes por nosotros
seguimos por el sendero que nos legaste
sembrado de amistad, armonía
y decencia nuestro camino.
Descansa en paz padre mío
en los brazos de Dios y de nuestra madre
tu amada y linda flor, tu inigualable Margarita.
Tu Chofolofo de ayer, hoy y siempre.


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citando autor y fuente

Teléfonos: 420-3343 y 420-3860

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