domingo, 9 de diciembre de 2012

EUSEBIO LEIVA :Hablemos de Lenin 4

Hablemos de Lenin 4
Queda perfectamente claro que mientras Vladimir Ilich Ulianov estuvo con vida en su puesto de dirigente del Partido Comunista, jamás alentó, incentivó y promovió, ni mucho menos permitió que se usase no sólo el término "leninismo" o "leninista" ni tampoco, lo que es más sustancial, esa concepción del "marxismo-leninismo" como algo cualitativamente diferente al marxismo. 
La concepción del marxismo - leninismo se impuso como resultado de una feroz lucha interna que se desató al interior del partido bolchevique. 


Para cada tendencia en pugna, sin duda alguna, resultaba de un valor incalculable proyectar la imagen de ser la 
auténtica y legítima heredera y continuadora del legado de Lenin. 

En este afán la fracción encabezada por José Stalin desarrolló una febril actividad que utilizó toda clase de recursos en los más diversos aspectos para lograr obtener un poder absoluto y sin límites dentro del Partido y enseguida nomás en el Estado Soviético. Por supuesto que siempre en nombre y representación de la clase obrera.

Esta febril actividad incluyó, como es ampliamente conocido, métodos mostruosamente  criminales,  ajenos y hostiles por completo al marxismo, reñidos con normas morales elementales, cuyo ejecución conllevó asesinatos físicos y morales de los adversarios de Stalin en el Partido, crímenes que tuvo como víctimas  a fieles seguidores de Lenin de la primera hora, esto es "la vieja guardia bolchevique"

Esto es una verdad histórica, inmensa como el Himalaya. 

Negarla es como la negación que hacen los Neonazis de los atroces crímenes de Adolf Hitler contra la comunidad judía.

No fueron pues las cosas tan bellas como las describe Ibarra en su edulcorada versión:

"El término leninismo se impuso en el movimiento comunista internacional, no porque respondiera al capricho de alguien por agregar un ismo a la denominación de la doctrina del proletariado, sino porque en el debate quedó demostrado que Lenin había desarrollado el marxismo. Esta es la cuestión. Por tanto el término marxismo-leninismo se impuso por su propio peso. " ( Eduardo Ibarra, "Eusebio Leyva y el Revisionismo", página  30 de octubre 2012)


En el terreno doctrinario Stalin hizo del marxismo una caricatura, desarrollando una especie de "manual del marxismo" que a la postre se convirtió en un "marxismo institucional" que fue adoptado acríticamente como base doctrinaria en la mayoría de los Partidos Comunistas del orbe y por cierto en la Internacional Comunista. 

Marxismo institucional, marxismo oficial, marxismo de manual que es el mismo que sirvió en su momento a los Codovillas, y Ravines  para emprender la "desamautización" y "desmariateguización" del partido peruano.

Marxismo institucional, oficial y de manual que llevó al PCP dirigido, ora por Ravines, ora por Del Prado por las sendas del ultraizquierdismo liquidador y por el reformismo adocenado, independientemente de la manifiesta heroicidad y entrega de sus cuadros.

¿ Entre 1,930 y 1,964 el PC peruano no aplicó acaso y a rajatabla ese marxismo institucionalizado, ese marxismo oficial, ese marxismo de manual, ese marxismo de receta que, en términos prácticos era el único "marxismo realmente existente" en el Movimiento Comunista Internacional?

Ese marxismo institucionalizado, oficial y de manual es el que, entre otras cosas produjo esa otra moustruosidad conocida como  "el culto a la personalidad." que se desarrolló entre la década del 20 hasta 1,953 

Preguntamos: ¿La base doctrinaria , esto es ese marxismo institucionalizado y oficial, no tuvo nada que ver con el "culto a la personalidad"?......a propósito de esto: ¿alguien podría imaginar a Lenin o a Marx promoviendo una práxis tan obscenamente abyecta como esta?

Y en que consistió ese marxismo institucional y oficial?

Sencillamente en lo que fue motivo de culto de parte de varias generaciones que se limitaron al seguidismo borregil de los llamados "faros de la revolución mundial" y continua siéndolo para algunos confundidos y trasnochados intelectuales tipo Ibarra y que consiste concebir el marxismo como un cuerpo cerrado de "principios" y no como un método, una herramienta para conocer, interpretar y transformar la realidad revolucionariamente.

Esto lo expresa maravillosamente Eduardo Ibarra cuando en el artículo citado líneas arriba, repite como papagayo lo expresado por Stalin. Leamos:

"Precisamente porque en el marxismo hay que saber distinguir entre concepción y teoría, en laEntrevista con la primera delegación de obreros norteamericanos, Stalin señaló, con acierto, que "Lenin no 'añadió' ningún 'principio nuevo' al marxismo ni suprimió ninguno de los 'viejos' principiosdel marxismo".

Entre las excepciones a ese "ir  con la corriente" naturalmente estuvo en primerísimo lugar a escala mundial, José Carlos Mariátegui.

EUSEBIO LEYVA

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