viernes, 30 de octubre de 2009

Autocrítica de José Carlos Mariátegui

AUTOCRITICA DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

(30 de octubre de 2009)

 

Breve recopilación de textos sobre el permanente  proceso de autocrítica y superación  de Mariátegui

 

1918: Ruptura con ideas del pasado

 

Desde 1918, nauseado de política criolla –como diarista, y durante algún tiempo redactor político y parlamentario conocí por dentro los partidos y vi en zapatillas a los estadistas—me orienté resueltamente hacia el socialismo, rompiendo con mis primeros tanteos de literato inficionado de decadentismos y bizantinismos finiseculares, en pleno apogeo todavía.

(Carta de JCM a Samuel Glusberg, 10 de enero de 1928)

 

1920-1922: Superación del materialismo simplista y elemental

 

De fines de 1919 a mediados de 1923 viajé por Europa. Residí más de dos años en Italia, donde desposé una mujer y algunas ideas. Anduve por Francia, Alemania, Austria y otros países. Mi mujer y un hijo me impidieron llegar a Rusia. Desde Europa me concerté con algunos peruanos para la acción socialista. Mis artículos de esa época, señalan las estaciones de mi orientamiento socialista.

(Carta de JCM a Samuel Glusberg, 10 de enero de 1928)

 

Me escribe un amigo y camarada, cuya inteligencia aprecio mucho, que a su juicio el mérito de la obra de Henri de Man es el de un esfuerzo de espiritualización del marxismo. En su doble calidad de intelectual  y universitario, mi amigo debe de haberse escandalizado, en más de un comicio, del materialismo simplicista y elemental de ortodoxos catequistas. Conozco muchos de estos casos; y yo mismo he hecho su experiencia en las primeras etapas de mi indagación del fenómeno revolucionario.

(JCM, Defensa del Marxismo,El Idealismo materialista, pp 101)

 

1923: Trabajo de superación del medio, de su atraso y sus vicios

 

A mi vuelta al Perú, en 1923, en reportajes, conferencias en la Federación de Estudiantes y la Universidad Popular, artículos, expliqué la situación europea e inicié mi trabajo de investigación de la realidad nacional, conforme al método marxista.

(Carta de JCM a Samuel Glusberg,10 de enero de 1928)

 

Yo  no he venido al socialismo por el camino de la U.P. y menos todavía de la camaradería estudiantil con Haya. No tengo porque atenerme a su inspiración providencial de caudillo. Me he elevado del periodismo a la doctrina, al pensamiento, a través de un trabajo de superación del medio que acusa cierta decidida voluntad de oponerme, con todas mis fuerzas dialécticamente, a su atraso y sus vicios.

(Carta de JCM a Eudocio Ravines, 31 de diciembre de 1928)

 

 

1927: Revisión de métodos y conceptos

 

La represión de junio entre otros efectos tiene el de promover una revisión de métodos y conceptos y una eliminación de los elementos débiles  y desorientados, en el movimiento social. De un lado se acentúa en el Perú la tendencia a una organización, exenta de los residuos anarco-sindicales, purgada de "bohemia subversiva";  de oro lado aparece clara la desviación aprista. Uno de los grupos de deportados peruanos, el de México, propugna la constitución de un Partido nacionalista Libertador; Haya  define al Apra como el Kuo Min Tang latinoamericano. Se produce una discusión en la que se afirma definitivamente la tendencia  socialista doctrinaria adversa a toda fórmula de populismo demagógico e inconcluyente  y de caudillaje personalista.   

(JCM, Tesis Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista,

 mayo de 1929)

 

1928: Replanteo de actitud y opinión acerca del Apra.

 

A.-

La definición del carácter y táctica del Apra nos parece, de otro lado, fundamental para la existencia de una disciplina orgánica. Pensamos que, conforme  a la idea que originalmente la inspiró, y que su propio nombre expresa, el Apra debe ser, o es de hecho, una alianza, un frente único y no un partido. Un programa de acción común e inmediato no suprime las diferencias ni los matices de clase y de doctrina. Y quienes desde nuestra iniciación en el movimiento social e ideológico, del cual el Apra forma parte, nos reclamamos de ideas socialistas tenemos la obligación de prevenir equívocos y confusiones futuras.  Como socialistas, podemos colaborar dentro del Apra o alianza o frente único, con elementos más o menos reformistas o social-democráticos –sin olvidar la vaguedad que estas asignaciones tienen en nuestra América--, con la izquierda burguesa y liberal. dispuesta de verdad a palucha contra los rezagos de  feudalidad y contra la penetración imperialista; pero no podemos, por virtud del sentido mismo de nuestra cooperación, entender el Apra como partido esto es, como una facción orgánica y doctrinariamente homogénea.

[…]

Estas consideraciones nos mueven a someter a Uds. Las siguientes conclusiones:

El Apra debe ser oficial y categóricamente definida y constituida como una alianza o frente único y no como partido.

2º Los elementos de izquierda que en el Perú concurrimos a su formación constituimos de hecho –y organizaremos formalmente—un grupo o Partido Socialista, de filiación y orientación definidas que colaborando dentro del movimiento con elementos liberales o revolucionarios de la pequeña burguesía y aun de la burguesía, que acepten nuestros puntos de vista, trabajen por dirigir a las masas hacia las ideas socialistas.

(JCM, Propuesta de Carta Colectiva del Grupo de Lima,

02 de abril de 1928)

 

B.-

[…] Pero como no tengo hasta hoy ninguna aclaración de Haya, a quien escribí extensamente, planteándole cuestiones concretas (…) quiero hacerles conocer sin tardanzas mis puntos de vista  sobre este nuevo aspecto de nuestra discrepancia.

 

La cuestión: el "Apra: alianza o partido", que ustedes declaran sumariamente resuelta, y que en verdad no debiera existir siquiera, puesto que el Apra se titula alianza y se subtitula frente único, pasa a segundo término, desde el instante en que aparece en escena el Partido Nacionalista Peruano, que ustedes han decidido fundar en México, sin más consenso de los elementos de vanguardia que trabajan en Lima y provincias. (…) 

(JCM, Carta al Grupo de México, 16 de abril de 1928)

 

(…) Heysen trata de definir el A.P.R.A. calificándola de "partido de frente único, nacional latinoamericano, antiimperialista". Y la verdad demasiado notoria es que el A.P.R.A. no pasó nunca de ser un plan, un proyecto, una idea, por cuya organización, que jamás llegó a ser efectiva  como "alianza" o "frente único", trabajaban infructuosamente algunos grupos de estudiantes peruanos.

(JCM, Sobre un tópico superado, Amauta Nº 28, enero de 1930)

 

Condenamos como oportunista toda política que plantee la renuncia momentánea del proletariado a su independencia de programa y acción, la que en todo momento debe mantener íntegramente. Por eso repudiamos la tendencia del Apra. El Apra, objetivamente, no existe. Ha sido un plan, un proyecto, algunas tentativas individuales, pero jamás se ha condensado en una doctrina, ni en una organización, ni menos aún en un partido. Existe sí como tendencia confusionista y demagógica, frente a la cual es preciso esclarecer la posición proletaria.   

(JCM, Sobre un tópico superado, Amauta Nº 29, marzo de 1930)

 

1928: He pecado de espíritu tolerante y conciliador

 

Por parte de Haya y los amigos de Méjico hay una desviación evidente. Negarse a admitirla, por motivos puramente sentimentales, sería indigno no sólo de una inteligencia crítica, sino hasta de una elemental honradez. Haya sufre mucho el demonio del caudillismo y del personalismo.

 

No me arrepiento de haber reivindicado mi independencia frente a Haya. He descubierto que no estaba solo: que mis puntos de vista correspondían a la clase que me interesa: la clase obrera. Juzgo, naturalmente, por lo que piensan sus elementos con conciencia clasista.  

(JCM, Carta a Eudocio Ravines, 31 de diciembre de 1928)

 

Haya se ha obstinado por imponernos sin condiciones su caudillaje. Y yo habría asumido una gravísima responsabilidad si, constatada su resistencia absoluta a situarse en un terreno más serio y leal, no hubiese tomado posición contra las desviaciones sucesivas a que el aprismo nos iba conduciendo. Si de algo he pecado, ha sido de espíritu tolerante y conciliador.  Abrí a Haya, atenido a sus protestas revolucionarias marxistas —he averiguado después que en materia  de marxismo no ha aprendido nada— un crédito de confianza quizá excesivo.   

(JCM, Carta a Moisés Arroyo Posadas,30 de julio de 1929)

 

1918-1930: Uso, rectificación, y reivindicación,  del concepto de Renovación

 

A.-

Sacamos este periódico y le ponemos de nombre "Nuestra Época" porque creemos que comienza con nosotros una época de renovación  que exige que las energías de la juventud se pongan al servicio del  interés público.

(JCM y César Falcón, Presentación de "Nuestra Epoca",

 22 de junio de 1918)

 

Este pueblo, más que ninguno, está necesitado de ideal.(…) Debemos de llenar de idealismo el espíritu de este pueblo, llenarlo de fe en sus destinos, llenarlo de locura santa de renovación.

(JCM, La Universidad Popular y el dogma, noviembre de 1923)

 

B.-

"Nueva generación", "nuevo espíritu", "nueva sensibilidad", todos estos términos han envejecido. Lo mismo hay que decir de estos otros rótulos: "vanguardia", "izquierda", "renovación". Fueron nuevos y  buenos en su hora. Nos hemos servido de ellos para establecer demarcaciones provisionales, por razones contingentes de topografía y orientación. Hoy resultan ya demasiado genéricos y anfibológicos. Bajo estos rótulos, empiezan a pasar gruesos contrabandos. La nueva generación no será efectivamente nueva sino en la medida en que sepa ser, en fin, adulta creadora.

(JCM, Aniversario y Balance, setiembre de 1928)

 

C.-

No puede haber renovación sino sobre la base de grandes principios…Trabajen mucho

(JCM, últimas palabras antes de morir,

 16 de abril de 1930)

 

Breve explicación de motivos del editor.-

Hemos preparado esta inicial, y breve recopilación de textos, en los cuales se expresa la permanente actitud de autocrítica de Mariátegui, actitud que lo impulsó a superarse, en constantes rupturas,  a lo largo de su acción socialista.

 

Divulgamos este avance de investigación con la finalidad de motivar y estimular el estudio de los libros Correspondencia de Mariátegui y la Biografía de Mariátegui. Estudió que nos debe servir para asimilar su ejemplo de lucha permanente por superar la influencia de los aspectos negativos  del medio en el cual nos desenvolvemos. Medio en el cual, no obstante los cambios introducidos por ciento cincuenta años de crecimiento capitalista,  la herencia feudal subsiste en toda su potencia, sobre todo en el movimiento socialista peruano, movimiento saturado de sumiso servilismo de los más, y de caudillismo personalista de los menos. (Editado por  Miguel Aragón, 30 de octubre de 2009)

     




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