UNA CHARLA CON LA SEÑORA MARIÁTEGUI
"Yo ante todo soy Mariateguista"
DEL LIBRO JOSE CARLOS MARIATEGUI & BARRANCO VIDA Y OBRA EN PERU Y EUROPA MEGA EDICIONES
BARRANCO LA CIUDAD DE LOS MOLINOS
M.GONZALO BULNES MALLEA
Creemos que hay todavía aspectos por estudiar del Amauta José Carlos Mariátegui. Su viuda Arma Chiappe de Mariátegui, nos ofrece en esta entrevista rasgos, hechos y la riqueza de la personalidad del que fue su compañero durante diez años (1920-1930), relación creadora que sólo la muerte pudo quebrar.
Comenzamos la charla después de admirar una galería de retratos del Amauta. Anna enumera: esta foto fue tomada en los primeros meses de su estada en Europa, ésta fue tomada en París, ésta en Berlín, ésta otra en Italia. Luego añade: "Yo creo que a José Carlos le resultaba estrecho ese mundillo oligárquico de la Lima de entonces. El que era un hombre tremendamente inteligente, aprovechó del destierro al que lo sometió Leguía, para abrir su perspectiva y encontrar una alternativa para el Perú. Se enriqueció en su estadía europea, recorrió bibliotecas, museos, estudió mucho, pero no por puro intelectualismo. Estudió marxismo a la luz de los movimientos proletarios insurgentes en Rusia, en Italia, en Alemania, en Hungría. Usted sabe, la Europa del 20 era un laboratorio de revoluciones y el Amauta supo utilizar esa experiencia histórica para vincularse con dirigentes e intelectuales socialistas, e inclusive asistir a eventos trascendentales, como el Congreso Socialista de Livorno. Tiene una rápida amistad con Antonio Gramsci por ejemplo, el que pocos años después caerá en las mazmorras fascistas por su heroica lucha. Está, pues, Mariátegui en uno de los centros de la lucha mundial por el socialismo. No llega a la Rusia Bolchevique de entonces por problemas familiares, pero está al tanto de toda aquella experiencia primera de Construcción de un Estado Obrero y Popular. Siempre fue consciente que esa experiencia europea debería ser aprovehada luego en el Perú, con el marxismo, recogido creativamente, de su práctica y estudio europeos, decide regresar a la patria. Con estas herramientas comienza a descubrir ese Perú profundo, oculto, de los obreros, de la masa indígena, y a base de esfuerzo, va labrando el camino, de un movimiento popular que tiene como voceros a "Labor" y "Amauta", y como brazos y cerebros a la CGTP y al Partido Socialista, que él lo denomina de Amplia Base, verdadero "Partido Proletario de ese entonces".
Hemos llegado a la biblioteca de la casa; en el centro de la habitación está el escritorio de Mariátegui, sobre el cual seguramente nacieron páginas brillantes de interpretación de la realidad peruana, y se programaron los contenidos de una revista revolucionaria como "Amauta". Anna nos explica el nacimiento de "Amauta": "Desde Italia vislumbraba José Carlos, la posibilidad de crear una revista que sirviera de vocero a las nuevas fuerzas que insurgían por entonces: obreros, estudiantes, intelectuales, progresistas, campesinos. Era también el intento de apuntalar una verdadera Cultura Nacional. Al principio piensa llamar a la revista: Vanguardia, pero después surge en él, la necesidad de otro nombre. Un día en el patio de nuestra casa, en una de esas reuniones con amigos y camaradas, se discute el proyecto de la revista. Mariátegui conversa sobre la posibilidad de un nombre indígena. Al instante José Sabogal —el pintor indigenista- y José Carlos corean compartidamente: ¿Y por qué no "Amauta"?
El escritorio del Amauta, nos hace preguntar cómo trabajaba Mariátegui, luego asociamos trabajo y enfermedad. Anna solícitamente señala: "José Carlos era un infatigable dirigente y estudioso. Desde temprano en la mañana se le veía en su escritorio, consultando libros, escribiendo artículos. En la tarde desde las seis hasta las nueve recibía a obreros, artesanos, estudiantes, intelectuales y se entablaban conversaciones y discusiones de temas políticos, literarios. Me acuerdo que alguna vez pasó por acá Urviola, que poco después comandaría una rebelión indígena en Puno, en Quechua nos decía: Richkay, Richkay (despertar), efectivamente, el pueblo iba despertando. Cuando José Carlos recién llegó a Lima, dictó charlas sobre la crisis mundial en la "Universidad Popular González Prada" a obreros. Hablaba con la mayor sencillez y siempre repetía en su lenguaje transparente que por favor preguntaran y pidieran explicación de las cosas que no entendieran. Si me preguntan por su enfermedad, les podría decir que siempre supo sobrellevar la Osteomielitis. Le atacó en la adolescencia una pierna. Por eso cuando lo conocí en Italia, andaba con cierta dificultad. El mal le recrudeció ya en Lima, de vuelta de Europa y para salvársele la vida tuvo que ser amputada la pierna sana. Sólo lo vi llorar una vez, cuando descubrió que carecía de su mejor pierna. Pero se 'levantó de aquel golpe y aunque las recaídas de su dolencia eran frecuentes y necesitaba de convalecencias en Chosica, trabajaba más y más. Recuerdo, que un Primero de Mayo tuve que impedir que asistiera a dar un discurso en la plaza San Martín y explicar a los compañeros, que Mariátegui tenía más de cuarenta de fiebre. Encima de todo aquello, los soplones y la policía acechaban todo el tiempo por la casa y más de una noche pasó José Carlos en los calabozos de la Intendencia. Este escritorio que ustedes ven, por ejemplo, fue requisado tres veces y llevado a la Intendencia".
"José Carlos fuera de leer mucho, tenía una increíble pasión por la música, tanto clásica (Beethoven) como popular; y también dibujaba. Recuerdo que asistía a la Escuela de Bellas Artes de Roma. José Carlos con su palidez y dulzura acostumbradas se repartía el tiempo para todo. A la vez que terminaba la redacción de los "Siete Ensayos"; dirigía "Amauta" y "Labor", asesoraba a "Poliedro" (pequeña revista literaria), organizaba la CGTP, fundaba en Barranco el Partido Socialista, en un corralón de Bernardo Rejman (judío izquierdista), escribía artículos para revistas nacionales y extranjeras y elaboraba las tesis programáticas de la revolución peruana, tesis que fueron desechadas por cierto dogmatismo marxista, aunque el tiempo le dio la razón, José Carlos al saber de aquella negativa decisión de la Internacional Sindical Roja en su congreso de Buenos Aires, se puso triste pero se mantuvo en sus posiciones originarias y las defendió con más ardor que antes porque sabía que el movimiento popular las defendía y con la aplicación de ellas en las luchas de los trabajadores, éste crecía y se desarrollaba la posibilidad revolucionaria".
Le hacemos recordar a Anna, el inicio que sobre ella, apuntaba José Carlos: "La vida que me diste, es la vida que te falta". Ella ríe y nos dice: "José Carlos no era buen poeta '. Seguidamente Anna nos muestra la mascarilla funeraria del Amauta. "Esa mascarilla la hizo el artista Ocaña y nunca le falta una rosa fresca que corto del jardín", nos dice Anna que con sus 78 años se muestra incansable, a pesar de la vida dura que le tocó vivir: "Es difícil ser la mujer de un hombre como Mariátegui, durante la dictadura de Sánchez Cerro y también después, ya muerto José Carlos, se le trató de '"disociador". Esto traía sus problemas. Imagínese ser la esposa de un "disociador". Fueron días duros. Nos aventuramos a preguntar a Anna su posición política: "Mire, yo ante todo soy mariateguista. La figura de mi esposo cada día se acrecienta más y se ha utilizado muchas veces su nombre, para bien o para mal, pero yo qué puedo hacer, me remito a guardar su memoria y a difundir su obra". Para terminar le preuntamos sobre la muerte de José Carlos. Ella nos expresa: "Nunca sintió la muerte cerca". Tenía razón, José Carlos sigue viviendo en la memoria de Anna y en la del pueblo. (MARKA. 4 de mayo de 1978).
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Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
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cel 993754274
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