martes, 25 de agosto de 2009

Rv: [foro_centenario] CONTESTANDO LAS PROPOSICIONES DE GUSTAVO PÉREZ (III) [Archivos adjuntos 4]



--- El mar, 25/8/09, Charles Jaime Lastra Domÿffffednguez <jaild2@yahoo.com> escribió:

De: Charles Jaime Lastra Domÿffffednguez <jaild2@yahoo.com>
Asunto: [foro_centenario] CONTESTANDO LAS PROPOSICIONES DE GUSTAVO PÉREZ (III) [Archivos adjuntos 4]
Para: UNIVERSIDAD_SOCIALISTA_JOSE_CARLOS_MARIATEGUI@yahoogroups.com, "UNIVERSIDAD SOCIALISTA JOSE CARLOS MARIATEGUI" <uspjcm@gmail.com>, "Centenario Foro" <foro_centenario@yahoogroups.com>, "Generación Resurgimiento" <generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx>, "nuevo peru" <nuevo_peru@yahoogrupos.com.mx>, m_pedagogicopopular@yahoo.es, "comite_pro_80_aniversario_creacion_heroi" <comite_pro_80_aniversario_creacion_heroica_de_jcm@yahoogroups.com>
Fecha: martes, 25 agosto, 2009 10:20

 
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Estimados compañeros y amigos:

Comparto con ustedes este intercambio polémico.

Para documentarse de las anteriores les alcanzo en archivo adjunto, también.

Gracias.

 

 

 

 

CONTESTANDO LAS PROPOSICIONES DE GUSTAVO PÉREZ  (III)

 

Charles Jaime Lastra Domínguez.

25 de agosto del 2009.

 

V

olvemos a recordar que bajo el artificioso título "Defensa del marxismo": ¿respuestas a polémica europea o germinación del socialismo indoamericano? El compañero Gustavo Pérez nos entregó una serie de ideas por él descubiertas, dizque luego de leer el libro de José Carlos Mariátegui: "Defensa del marxismo". Hemos venido develando las proposiciones que nos trajo Gustavo para ver qué de cierto hay en cada una de ellas.

Como han sido muchas proposiciones e ideas expuestas por Gustavo, dividí en tres partes el contenido de mi crítica y comentarios. La primera parte la terminé de escribir el 28 de junio y la segunda parte el 02 de julio –del año en curso– las mismas que remití por correo virtual. En esta oportunidad va la tercera y última parte.

********

El quinto planteamiento del compañero Gustavo Pérez, acerca del libro "Defensa del Marxismo" de Mariátegui es:

5.- La existencia de una ética socialista entendida como una moral de productores formada en la lucha de clases. Ver artículo "Ética y socialismo".

            Para el marxismo, la ética no es ajena a la lucha de clases, sino, más bien, en verdad, es producto de ella. Los valores morales no son productos de espiritualizació n alguna. Reposan íntegramente en las condiciones materiales de una sociedad determinada. Por tanto, cada clase social levanta sus respectivos valores morales como reflejo consciente de sus intereses de clase. El proletariado levanta la moral socialista revolucionaria que se basa en la lucha por una sociedad colectivista, opuesta al capitalismo e imperialismo. Esta moral surge precisamente de la condición de productor del proletariado, que está llamado a dirigir la producción, superando su condición de "clase en sí", que bajo la explotación capitalista, no tiene otra forma de lograrlo si no se transforma en una "clase para sí".

            Mariátegui solía resumir así: "La función ética del socialismo –respecto a la cual inducen sin duda a error las presurosas y sumarias exorbitancias de algunos marxistas como Lafargue– debe ser buscada, no en grandilocuentes decálogos, ni en especulaciones filosóficas, que en ningún modo constituían una necesidad de la teorización marxista, sino en la creación de una moral de productores por el propio proceso de la lucha anticapitalista."[1]

 

Muchos críticos del marxismo han criticado a éste de no tener una ética. Pero se han equivocado. Para el marxismo, la moral revolucionaria no se reduce a la simple demostración de un código. Y se pueden pasar busca que te busca y jamás hallarán tal Código de ética. En el pensamiento de Mariátegui citado arriba, se puede encontrar una explicación concreta respecto a este problema. Afirma categóricamente que el marxismo tiene una ética. Y que esa ética se construye en la lucha de clases, mientas éstas no sean extinguidas totalmente; y cuando eso ocurra la ética revolucionaria se construirá sobre la base de la lucha entre lo viejo y lo nuevo, la verdad y lo erróneo, lo justo y lo injusto para la sociedad emancipada. Así que, sí de algún Código podría hablarse es de aquel que está en permanente cambio, así como la doctrina misma, basado en el proceso de crear "una moral de productores", tanto en la lucha contra el capitalismo, así como en la lucha por construir el socialismo y en la lucha por llegar a la sociedad sin clases.

Por eso, Mariátegui pone bastante énfasis en la relación "interés de clase" y "conciencia de clase". La primera expresión de que se sale de la condición de una "clase en sí" es la aparición del "interés de clase". Con este avance, el proletariado alcanza una consciencia primaria de su existencia como clase explotada y asume la lucha por su propia condición, luchando por mejorar su situación de esclavo del salario. En este proceso, se encuentra con la influencia de las ideas avanzadas del socialismo marxista y se eleva a una "consciencia de clase", volviéndose en una "clase para sí", luchando, al mismo tiempo que por lo anterior, por derribar todo el régimen de esclavitud asalariada, emancipando el trabajo y llegar a la supresión de toda explotación social. Así es como adquiere una consciencia socialista marxista. Todo esto significa la construcción de "una moral de productores", porque en todas estas etapas de avance, el proletariado es un productor, un creador, un realizador, un revolucionario. Y de eso toma precisamente consciencia, desde lo inferior hasta lo superior. Entonces, fácil es darse cuenta que sí quisiéramos encontrar un Código, éste no sería permanente, sino intensamente cambiante, porque el proletariado asume una moral conforme lucha por su emancipación. Y en esta lucha no busca recetas morales en un Código creado a priori a toda esta lucha. En todo caso, la nueva moral surge de este proceso. Mariátegui, por eso, dice que "en ningún modo constituían una necesidad de la teorización marxista" crear estos tipos de preceptos morales-éticos como verdades eternas y absolutas.

En este punto, coincido con Gustavo Pérez, de que el marxismo tiene ética, una ética revolucionaria por lo visto, así como esta ética surge de la lucha de clases y va formando una moral de productores en el proletariado, que lo capacita para dirigir la emancipación de su propia clase, y al mismo tiempo, la emancipación de toda la sociedad. Ética, vale reiterar, que no se reduce a un Código de moral, absoluto y eterno, válido para todos los tiempos, sino que se alimenta de valores concretos y relativos, creados en la intensa lucha de clases por un mundo nuevo, sin esclavos ni amos modernos y globalizados. Valga, pues la precisión y aclaración de nuestra coincidencia.

6. El deslinde con la teoría del catastrofismo inevitable del capitalismo (Ver artículo "Posición del Socialismo Británico"), entre otros.

En este punto, de nuestro compañero Gustavo Pérez, solo comentaremos lo que está formulado explícitamente, dejando el "entre otros", por obvias razones, hasta que en otra ocasión, podamos conocer su contenido.

Con la globalización encima, la clase burguesa, pretendió enterrar la Historia, proclamando el capitalismo como lo absoluto. La sociedad burguesa nos fue presentada como la sociedad última, que de forma inevitable debiéramos tomarla con resignación, así como, en muchos casos, se soporta una catástrofe. Pero desde ya hace años, el marxismo ha deslindado con esta teoría reaccionaria. Solo que ahora se presenta con otro ropaje y en circunstancias diferentes. Y en este punto coincido también con Gustavo. El capitalismo está condenado a desaparecer. Más, vale la pena precisar algunos aspectos en que discrepamos con Gustavo, respecto al devenir de la sociedad capitalista, en tanto que él no reconoce en Mariátegui una posición marxista-leninista.

Aquí nuevamente nos tropezamos con esta idea de separar determinismo del volitismo. Las leyes objetivas existen independientemente de nuestro pensamiento, esto es materialismo. El pensamiento influye decisivamente en las leyes objetivas, esto es dialéctico. Por lo tanto, si el marxismo de Mariátegui es el marxismo-leninismo, cuya base filosófica es el materialismo dialéctico, que interpreta y maneja correctamente la relación entre determinismo y volitismo; es decir, que reconoce la relación materialista y dialéctica entre práctica y teoría, entre realidad y voluntad, entre interpretació n y transformació n, etc. donde la realidad objetiva determina la consciencia, pero que ésta actúa sobre aquella ayudándola a avanzar y sobre todo a conducirla. Entonces, ¿cómo puede decirse que Mariátegui deslinda con la teoría del catastrofismo inevitable del capitalismo sin reconocer la posición marxista-leninista de Mariátegui? Esto es volver unilateral a Mariátegui, quitarle su filosofía materialista y dialéctica. Y justamente, el artículo referido por Gustavo, "La posición del socialismo británico", es una exposición magistral de Mariátegui sobre materialismo dialéctico, aunque Gustavo no reconozca tampoco este fundamento, porque él no está de acuerdo tampoco con la denominación materialismo dialéctico.

Al empezar su artículo, Mariátegui reconoce el aporte de Lenin como parte de la escuela de Marx; es decir, como parte del desarrollo de la doctrina marxista. Mariátegui llega a una conclusión respecto a la experiencia del socialismo británico: "Esta cuantiosa experiencia, cumplida en el mayor estado capitalista de Europa, demuestra, contra lo que puedan sofisticar revisionistas y confusionistas tan baratos como pedantes, que, por la vía del capitalismo y sus instituciones, empírica o doctrinalmente, se marcha hacia el socialismo. Lo que no quiere decir, absolutamente, que antes de que el proletariado adquiera consciencia de su misión histórica y se organice y discipline políticamente, el socialismo sea posible. La premisa política, intelectual, no es menos indispensable que la premisa económica. No basta la decadencia o agotamiento del capitalismo. El socialismo no puede ser la consecuencia automática de una bancarrota; tiene que ser el resultado de un tenaz y esforzado trabajo de ascensión."[2]

Por eso Mariátegui decía que al socialismo británico, reformista y apoltronado, no le faltan condiciones objetivas, sino "más bien, ese finalismo, ese racionalismo, que los revisionistas encuentran exorbitantes en otros partidos socialistas europeos"[3]. Y finaliza su artículo señalando agudamente, dadas las condiciones de ese momento: "La historia confirma en Inglaterra a Marx, hasta cuando, según los revisionistas, parece rectificarlo".

Confirmar a Marx significa confirmar su doctrina materialista y dialéctica, que para el caso del socialismo británico, Mariátegui ha expuesto, magistralmente, el materialismo dialéctico del marxismo-leninismo, al cual adhirió consecuentemente.

7.  Gustavo Pérez termina así su artículo: "Finalmente, solo en la medida, que un importante participante de este debate ha considerado tocar el tema, quiero solicitar a todos los participantes, que constaten que : Mariátegui decidió llamar a su texto "Defensa del marxismo" y declararse "Marxista convicto y confeso", cuando la denominación "marxismo-leninismo" existía desde Julio-Septiembre, de 1926; que fue Nikolai Bujárin quien uso por primera vez el término "marxismo-leninismo", en su Informe sobre el Programa de la Internacional Comunista , en su calidad de Secretario del Comité Ejecutivo, en el VI Congreso de la Internacional Comunista ; y que bajo esa denominación se generó una tendencia a considerar el materialismo histórico como la aplicación a la sociedad de LAS LEYES DE LA NATURALEZA y a considerar las Leyes de la Construcción Socialista en la URSS eran "leyes naturales".        

Manifiesto mi diferencia respetuosa con los compañeros y camaradas que consideren denominarse "marxista-leninista- hoxhistas","marxista-leninistas - hochiministas", "marxista-leninista- kim il sungistas" o "marxista-leninistas -maoístas".

   Aquí, francamente, nuestro compañero Gustavo ha temblequeado. Principalmente en su parte final. Afirmar todas esas denominaciones compuestas es faltar a la realidad, porque los partidarios de Enver Hoxa nunca se denominaron así, porque solo reconocieron el marxismo-leninismo para oponerse al maoísmo. Los partidarios de Ho chi ming tampoco se denominaron así, y se reconocían marxista-leninistas sin negar los aportes de Mao Tse-tung. Los partidarios de Kim  Il-sung tampoco se denominaron así como afirma Gustavo, porque ellos reconocen el marxismo-leninismo y también los aportes de Mao. Y los partidarios de Mao, aunque no todos, algunos sí se denominan así, pero todos reconocen el marxismo-leninismo y los aportes de Mao tse-tung a la doctrina marxista-leninista.

Y no lo salva de este yerro su condicional frase "que consideren denominarse". El fondo de este subterfugio de inexistentes denominaciones, exceptuando el maoísmo, es ocultar el hecho incontrovertible que el movimiento comunista mundial tomó partido por el marxismo-leninismo, incluido Mariátegui y el Partido Socialista fundado por él.

Pero, el fondo del argumento de Gustavo no es este temblequeo. Está en sus dos fundamentos de hecho: el título del libro "Defensa del Marxismo" y la declaración de Mariátegui, explícita y en primera persona, "yo, marxista convicto y confeso".

Gustavo los exhibe como poderosos misiles, ante los cuales nada habría ya que hacer. Y, tal vez, por eso, su última frase, de esas posibles falsas denominaciones, resulte más un "cochineo" que un merecimiento de respeto suyo. Pero veamos sus dos misiles.

Como el titulo es "Defensa del Marxismo" y no "Defensa del marxismo-leninismo", entonces, Gustavo concluye que Mariátegui no es marxista-leninista. Pero esto es falso, totalmente.

Mariátegui sabe del ahorro del lenguaje y usa la denominación primigenia, MARXISMO, porque con ese título, que muy bien lo acuño Engels, su entrañable y consecuente amigo de doctrina y lucha, es suficiente para la portada de su libro. Pero Gustavo no menciona el subtítulo, que también es fundamento de hecho porque existe: "Polémica revolucionaria". Entonces, si se lee todo el contenido del libro, donde Mariátegui expone una brillante defensa del marxismo-leninismo, el hecho de haber titulado "Defensa del marxismo" no significa que Mariátegui no sea marxista-leninista. Y ese argumento de que Mariátegui a sabiendas de de que Bujarin formuló tal denominación en 1926 y no lo usara en el titulo de su libro, demuestra que Gustavo está más perdido que cuy en tómbola (con todo respeto amigo mío. O si no, consulte la parte del libro donde Mariátegui dice en forma explícita su posición favorable al marxismo-leninismo, "El proceso a la literatura francesa contemporánea").

Tenga cuidado compañero Gustavo, no vaya a ser parte de esa tragedia de los intelectuales que criticara Mariátegui: "Un literato, más o menos ausente de la historia, más o menos extraño a la Revolución en acto, se imagina suficientemente inspirado para suministrar a las masas una nueva concepción de la sociedad y de la política. Como las masas no le abren inmediatamente un crédito bastante largo, y prefieren continuar, sin esperar el taumatúrgico descubrimiento, el método marxista-leninista, el literato se disgusta del socialismo y del proletariado, de una doctrina y una clase que apenas conoce ya las que se acerca con todos sus prejuicios de universidad, de cenáculo o de café."[4] ¿Podría usted seguir dando entender de qué Mariátegui recusaba a Bujarin por ser marxista-leninista? Claro que no lo podría, porque si lo hace, entonces caería en falsedad, y su fundamento de hecho, ese misil suyo, le caería a usted mismo. Vale añadir que la crítica de Mariátegui a Bujarin va en otro sentido: su mecanicismo, su determinismo, etc. más no su posición de reconocer el marxismo-leninismo.

Quedó desactivado el primer misil. Ya no sirve. Y si lo vuelven a usar ya no será de temer. Ahora vamos por el segundo argumento de hecho.

Efectivamente, Mariátegui se declaró "marxista convicto y confeso". Gustavo sugiere que lo hizo para decir: "No soy marxista-leninista". Porque se podría suponer –como lo hace, en verdad, equivocadamente Gustavo– que Mariátegui al decir "yo, marxista convicto y confeso" nos dijera que está convencido de ser marxista solamente y que lo confiesa así de mutuo propio. ¿Será verdad esto? ¿Tiene Gustavo la razón?

Para resolverlo tenemos que desactivar este segundo misil. Y la clave está en presentar el texto completo de donde se ha sacado esta frase. Y tener en cuenta las circunstancias en que fue dicha. Se trata de una carta de Mariátegui (10/06/1927) dirigido a al diario "La Prensa", encontrándose detenido en el Hospital Militar San Bartolomé, en circunstancias en que el movimiento obrero de vanguardia era reprimido intensamente (detenidos, deportados, perseguidos) porque se organizaba una protesta y la conciencia de clase avanzaba hacia el socialismo. La acusación era de un complot comunista promovida por la III Internacional de Lenin; es decir, leninista, si LENINISTA, porque adhería al LENINISMO. En esas condiciones ¿Podría exigírsele a Mariátegui haber dicho: "yo, marxista-leninista, convicto y confeso"? Los comunistas somos valientes, pero no tontos. Para ese momento, la afirmación de Mariátegui estaba más que bien. Veamos algunos pasajes enteros de la carta que en total tiene 5 puntos:

"1º Acepto íntegramente la responsabilidad de mis ideas, expresadas claramente en mis artículos de las revistas nacionales o extranjeras en que colaboro o de la revista "Amauta", fundada por mí en setiembre último, con fines categóricamente declarados en su presentación; pero rechazo en modo absoluto las acusaciones que me atribuyen participación en un plan o complot folletinesco de subversión.

2º Remito a mis acusadores a mis propios escritos, públicos o privados, de ninguno de los cuales resulta que yo, marxista convicto y confeso –y como tal, lejano de utopísmos en la teoría y en la práctica– me entretenga en confabulaciones absurdas, como aquella que la policía pretende haber sorprendido y que tampoco aparece probada por ninguno de los documentos publicados.

3º Desmiento terminantemente mi supuesta conexión con la central comunista de Rusia (o cualquiera otra de Europa o América); y afirmo que no existe documento auténtico alguno que pruebe esta conexión. (Recordaré a propósito que cuando se dio cuenta de los resultados del registro de la oficina rusa en Londres, se anunció que no se había encontrado, entre las direcciones o datos de corresponsales de América, ninguno relativo al Perú)."

Termina Mariátegui señalando: "No rehúyo ni atenúo mi responsabilidad. Las de mis opiniones las acepto con orgullo. Pero creo que las opiniones no están, conforme a la ley, sujetas al contralor y menos a la función de la policía ni de los tribunales." "Tengo, pues, algún derecho a que se me escuche y crea una afirmación que está en rigurosa coherencia con mi actitud y mi doctrina: la de que soy extraño a todo género de complots criollos de los que aquí puede producir todavía la vieja tradición de las "conspiraciones". La palabra revolución tiene otra acepción y otro sentido."[5]

¡Qué limpio Mariátegui! UN BUEN DESLINDE POLITICO Y LEGAL.

Visto en el contexto del sentido de la carta pública redactada por Mariátegui –dadas las circunstancias represivas cuyo interés era demostrar que el pez por la boca muere, el hecho de rechazar desviaciones de derecha y de "izquierdismos" dentro del movimiento popular– podemos decir que el Amauta, de manera serena, firme y lleno de convicción, defiende el derecho a la revolución que tiene el pueblo, pero defiende la integridad y seguridad de sus compañeros y de la vanguardia. No niega su doctrina a la que sirve, pero tiene mucho cuidado en no dar pan a la reacción, deseosa de sangre revolucionaria.

Y, en efecto, hasta esa fecha no existe ningún documento ni público ni privado en que Mariátegui afirme su posición marxista-leninista, así de explícito. Así como él mismo lo dice en su carta comentada. Por eso, le basta declarar que es marxista convicto y confeso. Así apagó el fuego reaccionario de la acusación de complot comunista, supuestamente dirigido por la III Internacional comunista adherida al leninismo.

Por eso, tomar esta afirmación como un fundamento de hecho, demostrativo de que Mariátegui es contrario a una definición de marxismo-leninismo, es ERRÓNEO, por decir lo menos.

Así, queda desactivado también este segundo misil de Gustavo.

Y el Mariátegui marxista-leninista nos servirá mejor para continuar la tarea de interpretació n y transformació n de la realidad peruana. No es cuestión de rótulo o etiqueta.

 

 

 

 



[1] Defensa del Marxismo. C.O.C. 5. Ética y Socialismo, Pág. 57. Mariátegui ofrece a Lafargue como modelo del marxista que distorsiona la doctrina en cuanto a la cualidad del proletariado como clase productora. Mientras que Lafargue sugiere el Derecho a la pereza, Mariátegui defiende la doctrina marxista al reivindicar a Marx que vio en la cualidad productora del proletariado el germen de una clase que podría dirigir el proceso productivo en condiciones de eliminarse las clases sociales. Por ello, la sociedad comunista será una sociedad de trabajadores conscientes, no una sociedad de perezosos y menos de holgazanes.

[2] Defensa del Marxismo. C.O.C. 5. Posición del Socialismo Británico, Pág.. 87.

[3] Idem. Pág. 91

[4] Defensa del Marxismo. C.O.C. 5. El proceso de la literatura francesa contemporánea, Pág. 123

[5] Ideología y política. C.O.C. 13. Segundo Acto, Pág. 240.

 




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