¡UNIDAD PARA LUCHAR, UNIDAD PARA VENCER!
Las decisiones del JNE sobre las candidaturas de Julio Guzmán y Cesar Acuña han profundizado las incertidumbres del conjunto del proceso electoral, y colocan al país en una situación política de tensión creciente de imprevisibles consecuencias.
SALIDA DE CESAR ACUÑA Y JULIO GUZMÁN PROFUNDIZAN LAS INCERTIDUMBRES
Aprovechando las evidentes precariedades institucionales del partido Todos por el Perú, de Julio Guzmán, y de la posición indefendible en la que se encontraba Cesar Acuña, el JNE falló por la exclusión de estos candidatos que se habían convertido en una serie amenaza para los escogidos por la gran burguesía: Keiko Fujimori, PPK y Alan García.
La indignación de la población se acrecienta porque el JNE ha actuado con parcialidad al haber obviado conductas similares de otros candidatos y partidos, como el fujimorismo, el aprismo y el movimiento de PPK. Si hubiese primado la sensatez, la solución salomónica hubiese sido no excluir a nadie, y permitir que el electorado tome la decisión final. Una resolución de esta naturaleza, aplicada como una excepcionalidad, no significa avalar a uno u otro, sino simplemente hacer posible que las elecciones se realicen con las mínimas garantías.
Los viejos representantes, que sentían que podían ser desplazados, movieron cielo y tierra para cerrar el paso a los que consideraban una amenaza. En particular, esa ha sido la conducta del APRA, que como todos saben tiene injerencia directa en los órganos electorales. Sin embargo, lo más grave y peligroso es el poder que han mostrado los núcleos más reaccionarios de la gran burguesía tradicional, quienes utilizando su hegemonía económica, política y su inmenso poder mediático, han presionado hasta el final para imponer a sus candidatos. Por lo tanto, estos núcleos, que representan a la Nueva Oligarquía, son los responsables principales de la gran incertidumbre que hoy prima en las elecciones y de los riegos políticos que vive el país.
Cesar Acuña, fue liquidado política y moralmente por el poder de la gran burguesía tradicional a la que desafió sin tener plena consciencia de la lucha que había iniciado. Sus falencias, y su condición de bandido rústico, fueron suficientes para que sea derrotado antes de la batalla. Julio Guzmán, no representaba ningún peligro para el sistema ni para el modelo neoliberal, pero sí planteaba un reemplazo de la vieja representación política. Lo promocionaron para asegurarse de que la caída de Acuña no fortaleciera a otras candidaturas que podían cuestionar el modelo. Luego, cuando se elevó a tal punto que podía reemplazar a la vieja representación, e incluso ganar en segunda vuelta al fujimorismo, los grandes medios desarrollaron una campaña contra el novel y aventurero candidato y, con el cinismo más descarado, continuaron defendiendo -abierta o encubiertamente- a los candidatos favoritos: Keiko Fujimori, PPK, y Alan García.
En vista de que Julio Guzmán aún utilizará el mecanismo de la apelación extraordinaria, la incertidumbre continuará hasta el fallo final del JNE que se dará en los siguientes días. Pero, ya hemos ingresado a una dinámica en la cual los procesos políticos se pueden acelerar vertiginosamente. Se puede iniciar la recta final de la primera vuelta, adelantar la segunda y más aún, contrariamente a todos los planes que ha elaborado la gran burguesía, puede definirse un escenario en el cual la lucha central sea entre los que defienden el neoliberalismo y los que lo cuestionan, muy a pesar de todas sus debilidades. Más aún, gracias a la insensatez del JNE, a la injerencia directa del APRA en los órganos electorales y a la imposición descarada de la voluntad de los sectores más reaccionarios de la gran burguesía tradicional, las elecciones pueden devenir en abiertas confrontaciones de masas.
SÍ ERA POSIBLE ORGANIZAR UN MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO PROGRESISTA
La experiencia vivida en estos meses, a pesar de que no se han debatido ampliamente los problemas de fondo, ha evidenciado la profundidad de la crisis política del país y la naturaleza de los problemas estructurales y coyunturales de la sociedad peruana; aunque la crisis económica aún no se ha desencadenado plenamente en el país, y hasta hace poco no se desarrollaban movimientos de masas contra el estatus quo, la intensidad de la actual lucha electoral ha evidenciado la profundidad de las diferencias entre las clases y capas sociales, entre los partidos y tendencias, fracturas y contradicciones que anuncian tormentas muy próximas.
El conjunto de procesos que se han desarrollado en estos meses de campaña electoral, nos enseñan que sí era posible organizar un movimiento democrático progresista que, aprovechando las fisuras en las capas dominantes- las contradicciones entre la burguesía tradicional y la burguesía emergente y sus representantes políticos- y movilizando al pueblo, podía conquistar la victoria o aproximarse a ella.
El primer error que cometieron los partidos de izquierda fue resignarse ante la posibilidad de la victoria de las fuerzas reaccionarias y limitarse a plataformas electorales para lograr una modesta fracción parlamentaria. ¡Grave error que la historia juzgará!
¿Por qué el FA ni siquiera ha podido garantizar la unidad de las fuerzas de la izquierda? ¿Por qué asumió posiciones radicales artificiales que impidieron la unidad? ¿Sus actuales asesores economistas no desempeñaron un papel relevante durante el gobierno de Toledo, y también de Humala? ¿No son precisamente estos "viejos" los que han mejorado su discurso electoral?
Recordamos el mensaje de los que hoy dirigen el FA, quienes, supuestamente, lucharían por "poder popular" y la "renovación total", en la cual ya no cabían los "viejos representantes de la izquierda". Hoy, el discurso de Verónica es tan moderado, que es un débil reflejo de aquellas ideas y "consignas radicales" que no permitieron la unidad.
El gran problema de los dirigentes del FA es que, a pesar de toda su anterior prédica radical, no se liberan de su ambiente clasemediero. Atrapados por ese entorno, para darle cohesión a sus fuerzas, intentaron darle (al FA) un carácter ecologista y purista. Desde esta posición elitista eliminaron todos los caminos posibles de una alianza electoral.
Luego, cuando quedaron como la única plataforma electoral viable, utilizando los mismos métodos de los hechos consumados, tan practicados por los partidos de la derecha, cerraron todas las posibilidades de alianzas y acuerdos políticos efectivos con los demás partidos de izquierda, al continuar con su propaganda y actitud sectaria en contra de los líderes de los partidos de izquierda y de las organizaciones sociales más importantes del pueblo. Por estas razones inocultables, no ha sido posible forjar un movimiento político de masas que desarrolle la lucha electoral en cada una de las localidades y en los sectores populares.
Además, de esa debilidad en el trabajo territorial, la falta de consistencia en la propuesta programática -en particular al comienzo- no pudo evitar que las candidaturas de Acuña, Guzmán y Barnechea avancen en importantes sectores sociales del campo progresista.
LA NECESIDAD DE IMPULSAR LA UNIDAD PARA VENCER
El Movimiento por el Socialismo ( MS), ante el escenario creado por las últimas resoluciones del JNE, hace un llamado fraternal y combativo a todas las fuerzas progresistas y populares para redoblar la lucha por impulsar y organizar un movimiento democrático de frente único contra las fuerzas más reaccionarias. La lucha fundamental es contra el neoliberalismo, por lo tanto los blancos centrales son Keiko Fujimori, Alan García y PPK, pero la situación política, al mismo tiempo, nos obliga a no perder de vista en ningún instante que el enemigo principal es el fujimorismo.
En esta coyuntura, se ha evidenciado de manera clara que el fujimorismo expresa, concentradamente, el estado de ánimo reaccionario de casi todas las clases sociales, en particular de los sectores más retrógrados de la gran burguesía y la burguesía emergente, así como el de aquellos sectores populares que están atrapados por el atraso material y espiritual y son víctimas fáciles de la manipulación de los medios de comunicación al servicio de los grandes capitalistas. La consigna principal del momento es organizar al pueblo, a las fuerzas democráticas y progresistas, con extrema flexibilidad, para derrotar al fujimorismo.
El Movimiento por el Socialismo (MS), en el momento actual, a pesar de las adversidades imperantes y de que no participa directamente en la campaña electoral, está luchando por impulsar este gran movimiento democrático de masas para impedir que la familia Fujimori tome nuevamente el poder político.
El MS, llama a todas las fuerzas democráticas, progresistas y populares a votar por sus candidatos de preferencia, pero sin dejar de desarrollar, desde ahora, acciones comunes en contra de los candidatos escogidos por los grupos de poder, en particular contra el fujimorismo.
Nuestras diferencias no deben impedir la imperiosa necesidad de la unidad, en defensa de la democracia, de nuestra Patria y de nuestra dignidad como peruanos.
En este marco general, el Movimiento por el Socialismo, como ya lo viene haciendo sin ningún acuerdo previo, está apoyando en esta primera vuelta a la compañera Verónica Mendoza y al FA como organización política, a la que reconocemos como la fuerza más progresista de la actual contienda electoral.
El MS, comprometido con la actual lucha democrática, llama a los líderes del FA a desarrollar una política abierta de frente único y a terminar con sus ambivalencias programáticas. Estos cambios se imponen, con mayor razón, ante la posibilidad de la salida definitiva de Guzmán que puede definir de manera más visible un escenario electoral en el cual el centro fundamental de la lucha sea el modelo neoliberal, entre los que lo defienden y los que lo cuestionan.
Ante estas perspectivas, la candidatura del FA debería plantear, de manera enfática, que está por un gobierno democrático progresista que basado en la fuerza organizada del pueblo, al mismo tiempo involucra a todos los sectores sensatos de la gran burguesía y la burguesía emergente (no puede dejar en el ambiente que está luchando por un "gobierno popular" o algo parecido, o caer en la indefinición completa). Asimismo, debería señalar de manera explícita que está por un nuevo proyecto de desarrollo que supere esta etapa neoliberal, que deberá tener como columna vertebral una nueva industrialización del país (las referencias a la llamada diversificación no son suficientes, porque podría significar que se está planteando que el destino del Perú es solo dedicarse a la agricultura y el turismo). En cuanto a la defensa del pueblo, debe colocar en primer plano los derechos de los trabajadores y de los campesinos pobres, ciertamente, sin dejar de defender a los pequeños y medianos productores como lo hace el FA continuamente.
El Movimiento por el Socialismo (Voz Socialista), fiel a su larga tradición de lucha, en la actualidad está desarrollando un trabajo cada vez más intenso en las masas y en las llamadas redes sociales tomando muy en cuenta los intereses de los sectores populares, de las capas medias progresistas y, naturalmente- por nuestras convicciones socialistas y las exigencias prácticas de las luchas del momento-, priorizando las necesidades de los trabajadores. Estamos firmes en la lucha del presente y del futuro.
¡Luchemos por la unidad democrática más amplia que derrote al fujimorismo! ¡Luchemos por los espacios conquistados por la izquierda! ¡Luchemos por la defensa de los intereses y las organizaciones de los trabajadores! ¡Luchemos por impulsar la unidad popular patriótica del pueblo!
Lima, 10 de marzo de 2016.
Movimiento por el Socialismo.
Comisión Central
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