Ricardo Melgar
Van mis sentidas condolencias a toda la familia Rejas. Nos unió con José Abelardo Rejas Saal una amistad generacional combativa, cribada en el movimiento estudiantil; corrían los años de 1967 y 1968. Pepe llevaba siempre consigo un maletín negro muy usado por los estudiantes de medicina y los propios médicos, dí por hecho que se venia moldeando en las canteras de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. No le fue ajena la bohemia intelectual de El Palermo; tampoco a mí. Más adelante, se inclinó por los estudios de economía. Era, en ese tiempo que nos conocimos y tratamos: un joven que tenía una especial sensibilidad para fraternizar, ser solidario y comprometido con justas causas. Lo recuerdo emocionalmente cálido, con firmes convicciones acerca de que el Perú y los pueblos coloniales y semicoloniales del mundo deberían ser más soberanos, más justos, más unidos. Lo evoco sonriendo frente a la adversidad, con una fuerza interior que volvía más vivaz su mirada y nutría su palabra sincera y directa. Nos habíamos prometido un reencuentro a pesar de las casi cuatro décadas de no vernos, dada mi partida del Perú. Hará pocos años que retomamos el contacto por mail, cruzamos algunos mensajes y un par de llamadas telefónicas; también algunas palabras por el face... Persistíamos, nos seguía aproximando un mismo ideal, aunque nos volvimos muchos más reflexivos por las experiencias acumuladas. La imagen de Pepe Rejas, más allá de su partida, permanece intacta en mi memoria y en mis afectos.
DANTE CASTRO
PEPE REJAS HA FALLECIDO.- La bohemia ilustrada y pendenciera del centro de Lima ha perdido hace unas horas a uno de sus distinguidos contertulios. Pepe Rejas ha fallecido de un cáncer que no le robó mucho tiempo. Fue dirigente estudiantil sanmarquino en los 70, militante de Vanguardia Revolucionaria (VR) y de VR-PM. Sus estudios de Economía en la UNMSM se atrasaron o enredaron de acuerdo a las aventuras y desventuras de su vida. Logró terminarlos ya cuando había ejercido tanto la profesión que sabía más que sus profesores. Ingresó a la maestría y seguía estudios allí cuando lo sorprendió esta terrible enfermedad. En sus ideales y en la bronca callejera tenía el mismo lema de una conocida película: retroceder nunca, rendirse jamás. Acompañaba a sus amigos cerveceros con media res, lo que sabemos era media botella de ron, hielo y sus limones cortados. Uno de los pocos que resultaba invicto en las mesas del Queirolo cuando hacíamos pulso. Uno de los más pleitistas barristas del Cristal. Uno de los mejores amigos que tuvimos en la calle Quilca durante décadas. Descansa en paz, compañero Pepe Rejas. Tus amigos te decimos GRACIAS por darnos tanta vida. (P:D:- cuadra 7 de Salaverry, velatorio del Ministerio de Trabajo. Avisa a los compañeros).
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