Reenvío tres opiniones obre el debate de los candidatos a la presidencia del: Juan Víctor Alfaro, Percy Aquino Rodrígues y Ricardo Sánchez Carlessi
El espíritu extranjero
está antes que lo peruano,
porque su dios: el dinero
los convierte en inhumanos.
Introducción (de Juan Víctor Alfaro)
Toledo inició el debate centrando las cosas: se trata de confrontar dos opciones: el cambio (representado, obviamente, por Ollanta Humala) y el continuismo (representado por los cuatro restantes contendores: el mismo Toledo, PPK, Keiko Fujimori y Castañeda). Este juicio no fue rectificado por ninguno de los aludidos “continuistas”, ni tuvo por qué ser tratado por Ollanta, pues, repito, Toledo no estaba haciendo otra cosa que subrayar lo evidente.
La televisión también cerró filas con los “cuatro en uno” tratando de dorar la imagen de PPK. Y, de inmediato, empezaron con las interpretaciones agresivas contra Ollanta Humala. Incluso a uno de esos canales se trasladó el debate con Ollanta, pues no lo entrevistaban sino lo cuestionaban, interrumpiéndolo, los dos conductores, como fieles voceros de los “cuatro en uno”.
Ahora bien, desde mi perspectiva, no se puede determinar si Ollanta Humala ganó o perdió el debate pues resulta totalmente desproporcionadas sus posibilidades de ganar ya que no estaba compitiendo, de igual a igual, con un solo candidato sino con “cuatro en uno”; mientras que los otros cuatro competían entre ellos para “ir a la segunda vuelta con él”. La conclusión a la que llegan la prensa y los “analistas” identificados con los “cuatro en uno”, es que Ollanta Humala no respondió a las preguntas de los “cuatro en uno”, y, en efecto, no lo hizo específicamente; pero ocurre que sí lo hizo a través de sus propuestas, incluidas las preguntas más agresivas: madre mía, andahuaylazo y estatización; lo que pasa es que debió precisar eso: ‘Voy a responder con mis propuestas, éstas desmienten todo lo dicho”, esta introducción le faltó hacerla. Incurrió en el mismo error de Susana Villarán en su momento.
Ahora bien, en relación con el “doble discurso” que se le atribuye, o su “disfraz de lobo disfrazado de cordero”, esto se explica con este simple razonamiento lógico: Si Ollanta Humala se “manda con todo” le va a ocurrir lo mismo que le pasó en el 2006 que lo presentaron como el “mal mayor” y a García como el “mal menor”, y, en un pueblo tan "sensible" como el nuestro, ese tipo de posturas, agresivas o radicales, causan demasiada preocupación y/o rechazo “instintivo”.
Es algo que ocurrió -no hay que olvidarlo- con el caso de Vargas Llosa que asumió el extremismo de la derecha de hacer el gran shock, y fue su debacle; aunque, después, el gran shock lo hizo su contendor, Fujimori, quien dijo que iba a hacer un gobierno favorable a los pobres y resultó ser todo lo contrario, pues fue con él que se instauró el modelo socio-político-económico que defienden y representan Toledo, PPK, Castañeda y, por supuesto, la inefable hija del delincuente nipón.
No se debe entender, pues, que ahora Ollanta Humala esté mintiendo. Lo que hace es actuar con cautela, poner "paños fríos" al mensaje febril del 2006. Pero, en el fondo, sigue planteando lo mismo (que, por lo demás, no responde –como no respondió entonces– a ningún extremismo de izquierda): rescatar la dignidad del Estado peruano (si alguna vez la tuvo) para que el imperio no nos siga considerando su "patio trasero": y esto sí es parte de la dignidad del pueblo peruano que, por eso, apoya a Ollanta Humala en las encuestas y ya es definitivo que va a ganar la primera vuelta.
Es, pues, una postura que busca sintonizar con el voto del "ciudadano medio", es decir, de la timorata y asimismo digna clase media, apelando a esa dignidad y haciéndole ver que su miedo es inducido por la derecha cavernaria. Ojalá este mensaje sepa dosificarlo bien en estos días que quedan para ver si gana en primera vuelta.
Juan Víctor Alfaro
Percy Aquino Rodríguez: "EL DEBATE, EL MIEDO, Y EL MODELO"
El debate presidencial de TV de anoche probablemente altere muy poco o nada las decisiones electorales a favor o en contra del quien va primero en las encuestas, Ollanta Húmala, porque éste no cometió errores, o reaccionó de la forma como querían ante el ataque que le hicieron sus contrincantes, sobre todo Alejandro Toledo.
Por eso la Televisión en general anoche buscó un ganador del debate, PPK (en quien confían que podría subir para disputar la segunda vuelta con Ollanta), y al finalizar el debate dieron cobertura con entrevistas a todos los participantes menos, a Ollanta, demostrando una gran parcialidad. La intención de la TV ha sido casi ignorar a Ollanta, porque no podían darlo como perdedor. Pero quien cumplió un rol más patético, fue Canal 7, el canal del Estado, que supuestamente debía ser imparcial, pero que puso a Cecilia Valenzuela y a sus panelistas a destilar sus fobias contra Ollanta.
Tal como van las cosas nos espera una semana donde la TV tendrá un rol protagónico para azuzar elementos en contra de una candidatura a la que sin pruebas acusan de querer atentar contra la libertad de expresión. La TV se suma así con zapatos y todo a la campaña del miedo que impulsan los grupos de poder en el país.
Estos grupos están entre ciertas grandes empresas que nos quieren vender la idea que crecimiento es igual que desarrollo, que han acuñado el concepto de “estabilidad jurídica” para preservar privilegios y creen que el modelo apenas necesita un maquillaje para ser perfecto. Ellos temen al cambio, ellos temen al antisistema, ellos juegan al miedo para conservar el actual modelo de desarrollo, excluyente de los pobres, favorable a los ricos y entreguista al capital foráneo.
No tengo ningún temor de hacer cambios al modelo, porque soy consciente que ha hecho que el 77% de la Población Económicamente Activa labore en los sectores servicios y comercio con sueldos promedios de 650 soles y con muy escasa productividad. Este modelo ha permitido que no se privilegie el desarrollo de la industria y de la rentabilidad del agro nacional. Al contrario, ha posibilitado que entre el 2006 y el 2010, salgan del país, como utilidades de las inversiones extranjeras, 37 mil millones de dólares; mientras que en ese período entró menos inversión al Perú, 27 mil millones de dólares.
Los defensores del modelo se ufanan del crecimiento de las exportaciones, cuando en gran parte continúan siendo materias primas, y destacan el despegue de las agro exportaciones, sostenidas por un régimen laboral especial que precariza el empleo. Este modelo permite el crecimiento de sectores empresariales con mano de obra barata; política que también se sostiene con una educación que NO PRIORIZA el desarrollo del potencial cognitivo de los alumnos y la preparación para el trabajo.
Este modelo que la TV, y la gran prensa, financiada por estos grupos de poder, defienden es el que quiere que el Estado mantenga privilegios tributarios, o saque leyes a su medida. Es el modelo defensor de los contratos de estabilidad tributaria para que las empresas mineras paguen menos impuestos, a pesar de las grandes ganancias que tienen. Es el modelo que PPK, Toledo, Keiko y Castañeda (cuatro rostros de una misma derecha que ellos mismos se encargaron de precisar al señalar que la lucha es entre el cambio representado por Humala y el continuismo representado por los cuatro Jinetes del Apocalipsis que propicia su paradigma: USA); por eso ellos lo defienden para hacer que los peruanos compremos caro el gas de Camisea, y que nuestro gas se exporte barato o que se siga vendiendo el territorio nacional en una acción que empezó con Fujimori y ha continuado con Toledo/PPP y ahora con García. Es por estos motivos, y muchos otros, que la campaña del miedo seguirá fracasando.
Ricardo Sánchez Carlessi: “COYUNTURA ELECTORAL EN EL PERU”
1.0 Antecedentes
Después que la economía peruana creció 7, 9% en 2006, Alan García tenía la oportunidad de borrar la imagen internacional que dejó su anterior mandato, 1985-90, identificado con una mezcla de nacionalismo populista e irresponsabilidad fiscal que sumió al país en una crisis sin antecedentes. Hoy, García es un adalid del libre mercado y un defensor de la inversión extranjera y ha tenido mejor suerte que en su anterior gobierno tratando de consolidar el modelo económico neoliberal ofreciendo al capital extranjero un amplio abanico de posibilidades para los negocios en el Perú.
Como sabemos, el eje del resurgimiento peruano es la bonanza minera, que comenzó en 2003. Perú es el sexto productor de oro del mundo y está entre los cinco primeros en cobre, zinc y plomo. "La riqueza minera del país solo se compara con la de países-continente como Australia, Canadá o Rusia", dijo Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva de Perú. Actualmente, las ventas de metales, que mantienen precios altos por la demanda de China, generan más del 65% de los ingresos por exportaciones.
Sin impuestos a las sobreganancias, el auge minero no ha sido bien aprovechado. En 2006, Perú consiguió un superávit fiscal récord de 1, 9% del PIB. Sus reservas internacionales sumaron en enero más de US$17.800 millones, el equivalente a 18 meses de importaciones, 3 veces más de lo que se considera un nivel adecuado, según estándares internacionales (como punto de comparación, las reservas colombianas, de US$15.400 millones, equivalen a casi 8 meses de importaciones). La inflación cerró en 1, 14% en 2006, por debajo de la meta de 1, 5% a 2, 5% que se había planteado el Banco Central. Todos los años, con excepción del 2009, han sido similares. Tenemos muchas reservas, pero no tenemos educación y salud pública de calidad ni un proceso de industrialización que genere empleo en la magnitud requerida.
Pese a que Perú, disfruta de una gran bonanza de precios en el mercado mundial, no tiene un modelo económico sostenible. Los empresarios peruanos han desarrollado dos sectores exitosos en exportaciones: a) textiles y confecciones; y, b) agroindustria. Están exportando productos que se diferencian por su calidad y son capaces de generar alto valor agregado. Su experiencia se parece en muchos aspectos a la de los chilenos con sus frutas y su pescado en los 80 y 90. Actualmente, casi la totalidad de la producción de confecciones se vende en el exterior. El crecimiento de la agroindustria, a partir de siembras en terrenos semidesérticos, es extraordinario. Los empresarios peruanos han convertido las desventajas del desierto en ventajas. La escasez de agua se compensa con modernos sistemas de riego, al tiempo que se aprovecha la ventaja de no tener presencia de hongos ni plagas en esas áreas para lograr productividades que están entre las más altas del mundo. Actualmente el Perú es el país más productivo del planeta en mango y espárrago, el tercero en uva, quinto en palta y décimo en pimiento. En solo unos años, el país está entre los mayores exportadores mundiales de espárragos, páprika, palta y alcachofa. En cuanto a cultivos tradicionales, tenemos la mayor productividad mundial en caña de azúcar y la sexta en café.
Así, las exportaciones peruanas han crecido a un ritmo superior al 30% anual desde 2004. Sus mercados son diversos y desarrollados. Perú exporta el 32% al Nafta, 21% a Asia y 19% a Europa. La Comunidad Andina solo representa el 6% de las exportaciones. En 2006, se abrieron 7 mercados nuevos para exportaciones no tradicionales: Mónaco, Omán, Costa de Marfil y otros. En este contexto se suscribió el TLC con Estados Unidos para darle un mayor impulso aún a las exportaciones.
El reciente crecimiento económico ha sido acompañado de cambios profundos en la estructura del consumo. Nuevos programas de crédito han mejorado el acceso de la población pobre al consumo y esto ha creado oportunidades significativas para las empresas. Según inversionistas extranjeros: "los mercados de mayor crecimiento en Lima son los de estratos populares". La otra gran tendencia es la expansión del consumo en poblaciones alejadas de la capital, algo que solo se había visto en Perú en escalas muy limitadas a lo largo de su historia. Ahora, las bonanzas agrícola y minera se convierten en mayor demanda de todo tipo de productos en las regiones. Por ejemplo, la demanda de energía del departamento de Ica crece al 12% por año, mientras que la total del país aumenta 8%. "El departamento de Ica, que no tenía mayor significación económica, hoy tiene pleno empleo", ha dicho Raúl Ferrero, de la firma Estudio Ferrero Abogados. Lima tiene un tercio de la población y algo más de la mitad del PIB del país, pero la descentralización de la riqueza ha obligado a los almacenes de comercio a moverse a Ica, Arequipa, Piura Trujillo, Chiclayo y Huancayo.
El rápido crecimiento de la economía peruana genera grandes oportunidades. Aparte de los productos de consumo, hay una expansión de la inversión en sectores como minas e infraestructura. La mayor inversión ha llegado a las minas. Actualmente, la actividad en construcción de infraestructura es acelerada y hay un amplio espacio para capitales privados. Debemos tener en cuenta que una reforma constitucional de la era Fujimori prohibió al Estado participar en actividades que pudiera desarrollar el capital privado. Por eso, el gobierno de García, aplicando la constitución fujimorista ha seguido entregando concesiones y favoreciendo la participación privada en carreteras, proyectos de energía, transporte público, agua y saneamiento, puertos y vivienda. "Es un plan super agresivo. Todo está en venta", dijo, en su momento, el entonces ministro de Vivienda, el ex banquero de inversión Hernán Garrido-Lecca (en los 90, durante 4 años, fue el encargado del país en la International Finance Corporation, IFC, filial del Banco Mundial).
El proyecto estrella del gobierno de García ha sido el de licuefacción de gas de Camisea, de US$3.000 millones (60% de lo que cuesta la expansión del Canal de Panamá), el cual explota una de las más importantes reservas de gas natural en América Latina. Este proyecto conlleva un amplio número de proyectos en infraestructura, desde la distribución en estaciones de servicio de gas natural hasta la concesión de servicios de acueducto y alcantarillado municipal y la construcción de viviendas de interés social. Un tema interesante es el desarrollo regional. Proyectos como la irrigación de Olmos, de 40.000 hectáreas, o la de Majes-Siguas, de 48.000, moverán importantes cantidades de personas hacia regiones nuevas. "Estas actividades pueden crear ciudades de 200.000 habitantes, que tenemos que diseñar desde cero", dijo René Cornejo, cuando era director ejecutivo de Proinversión, la promotora estatal de proyectos.
Con todo el crecimiento económico expresado en cifras macroeconómicas, el Perú es un país con acentuados problemas de pobreza. "Perú tiene un nivel de pobreza muy alto y hay reformas fundamentales que no se han hecho, como descentralizar la educación y la salud y reformar la justicia. Si no resolvemos esto y ofrecemos un alivio a la pobreza, podemos llevarnos una sorpresa", explicaba, en el 2007, Gabriel Seminario, contralor del grupo Romero, el mayor conglomerado económico de Perú. El mismísimo FMI señalaba que la reducción de la pobreza era (y sigue siendo) el principal reto de mediano plazo de este país. El mayor problema, es el desempleo, tanto abierto como disfrazado (subempleo).
Debido al alto nivel de pobreza el mayor riesgo del Perú es de carácter político. Alan García derrotó a Ollanta Humala en las elecciones presidenciales de 2006 y, desde entonces, la popularidad de Humala (por sus mediocres características personales y su falta de imaginación para diseñar un Perú del futuro) descendió rápidamente. Sin embargo, aún sin líderes de oposición, los reclamos populares en busca de una mayor atención del gobierno hacia las necesidades de la población en estado de pobreza extrema, siguieron creciendo; el resultado fue la represión sangrienta de los más pobres, como en Bagua. Alan García ha implementado una política conservadora que no ha logrado desarrollar la acción gubernamental necesaria que requiere la lucha contra la pobreza, aprovechando la bonanza económica. Ha tratado de hacer algo con el llamado "shock de inversiones" pero, la ineficiencia burocrática y la óptica reaccionaria de sus ministros de Economía y Finanzas han sido sus principales enemigos.
El APRA, se retira del gobierno sin apoyo de sus fieles masas norteñas y al borde de una división que puede hacerlo desaparecer como partido. Ya, como resultado de las elecciones regionales y locales, el APRA perdió prácticamente en todo el país, logrando conservar solo la región de La Libertad (Trujillo) y muy pocos municipios. En el aspecto social Alan García deja intacto el problema de los cocaleros que se entrelaza con el narcotráfico y los remanentes del terrorismo de Sendero Luminoso.
Los problemas y tensiones sociales se han acrecentado, porque las pocas ilusiones, respecto del gobierno de Alan García, han desaparecido y la bonanza económica ha tenido los mismos beneficiarios de siempre: la plutocracia peruana y el capital extranjero salvaje y sin criterio social. Así hemos llegado a la coyuntura electoral del 2011: sin una clara opción política de desarrollo que proponga la conversión del crecimiento económico en una educación acorde con la revolución científico tecnológica, una sustancial transformación de la salud pública a favor de las amplias mayorías mal alimentadas y, sobre todo, la creación de puestos de trabajo hasta tener una sociedad de pleno empleo.
2.0 ¿Ollanta representa a la izquierda?
De acuerdo con las últimas encuestas, Ollanta Humala pasará a la segunda vuelta en el primer lugar. Probablemente logre el 30% o más de la votación. El segundo lugar será disputado por Toledo, Keiko Fujimori y Kuczynski. Pero, la experiencia de las elecciones pasadas ha demostrado que el candidato no es lo mejor que podría tener el pueblo peruano. Además, muchos que lo acompañaron entonces resultaron siendo tránsfugas y parlamentarios corruptos. No hay que olvidar que entre ellos estuvo Torres Caro (miembro de la plancha presidencial) y el tristemente célebre “comepollo” que ha sido sentenciado con 5 años de cárcel.
Pero, con todos sus muchos vicios y todas sus pequeñas virtudes Humala es el candidato de la izquierda. Para la derecha peruana y sus candidatos, Humala es el clon peruano de Hugo Chávez. Pero las soluciones de Chávez para los problemas de Venezuela no pueden ser las mismas para el Perú, empezando por constatar que Chávez tiene para vender petróleo al mundo por lo menos todo este siglo y financiar sin sobresaltos la política que implementa en su país.
Los diferentes gobiernos antimperialistas que tienen los países de Sudamérica tratan de implementar opciones de izquierda con sus propios recursos y en cierto modo lo han logrado. La izquierda brasilera ha iniciado su tercera gestión con el apoyo mayoritario del pueblo. Sus dos gestiones anteriores han sido exitosas. En Chile ha gobernado 20 años, después de Pinochet, una concertación de izquierda; y Chile es el país sudamericano menos tercermundista. Bolivia, Ecuador y, también. Argentina, respetan la opción de Chávez, pero su propia opción se limita a mejorar sustancialmente la distribución y redistribución del Ingreso Nacional, respetando la estructura capitalista. En Bolivia y Ecuador no hay, hasta el momento, cambios significativos, especialmente, por no contar con el financiamiento que puede aportar un crecimiento económico como el del Perú.
Que gane Humala estas elecciones es un reto para el pueblo peruano; y, por eso, deben definirse y explicarse oportunamente las vigas maestras de su Plan de Gobierno. Qué puede hacer la izquierda en el gobierno por el desarrollo sostenible sabiendo que será un gobierno sin poder con un parlamento fragmentado y sin mayoría. Suponemos que este plan será aceptado y ejecutado por la izquierda peruana y que, por tanto, el voto por Ollanta es un voto de izquierda.
3.0 ¿Que hacer en la segunda vuelta?
Es muy probable que, en la segunda vuelta, todas las fuerzas se unan contra Humala. Ya sucedió, en las elecciones pasadas, que las promesas y los cubileteos políticos respaldaron el triunfo de Alan García. Más todavía, entre la primera y la segunda vuelta lograron grupos y partidos de derecha que un buena parte de parlamentarios electos en las listas Ollantistas se pasaran con armas y bagaje a respaldar la política económica y social de la derecha.
En base a las encuestas últimas y las tendencias estadísticas, Humala podría ser primero en las elecciones de Abril, con 35 a 40% de votos, segundo podrían ser Toledo, Keiko Fujimori o PPK con 25% a 30% de votos válidos. El problema de la segunda vuelta es lograr más del 50% de votos. Si en la primera vuelta Toledo, Fujimori, PPK y Castañeda suman el 60% de votos válidos, entonces sólo un milagro le daría el triunfo a Humala. Pero, el milagro puede realizarse mediante una gran concertación de fuerzas progresistas, desde Patria Roja con su mentor Moreno, hasta Fuerza Social de la izquierda caviar.
La apuesta implica una reunión de concertación (apenas conocidos los resultados de la primera vuelta) de partidos de izquierda, de organizaciones sociales de desarrollo y de la juventud de todas las universidades, especialmente las públicas. Y luego una campaña masiva de difusión y explicación de los principales puntos del plan concertado. El Perú tiene en la presente coyuntura una gran oportunidad que depende sustancialmente de la vocación unitaria de Humala y su entorno.
Lima, 3 de abril de 2011.
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