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Asunto: Gorriti: "Keiko pretende resucitar una dictadura de gangsters"
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Fecha: viernes, 8 de abril de 2011, 12:03 pm
Gorriti: "Keiko pretende resucitar una dictadura de gangsters"
Hace 15 horas
El destacado periodista de investigación Gustavo Gorriti, explica en su última columna publicada en la revista Caretas y la web IDL Reporteros, las razones por las cuales no debemos votar por la candidata presidencial Fuerza 2011, Keiko Fujimori.
Entre ellas porque el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori, del cual se proclama heredera la candidata Keiko, significa el regreso del "crimen organizado" y la "dictadura de gangsters".
Aquí te dejamos su columna completa:
El crimen organizado en campaña
Por Gustavo Gorriti.
AUSTIN.- El golpe de Estado del 5 de abril de 1992 ocurrió hace diecinueve años, que son trágicamente cortos en algunos casos, como cuando se extingue una vida joven antes de terminarlos; y largos en exceso en otros, como cuando consiguen nublar la memoria y pervertir el recuerdo.
Es difícil explicar por otra razón que no sea la perversión del recuerdo la posibilidad de que Keiko Fujimori pueda pasar este domingo a la segunda vuelta. Y más aún que pueda quedar en condiciones de disputar la presidencia de la República con Ollanta Humala, cuyas actuales declaraciones en pro de la Democracia no se han aparejado con un deslinde claro respecto de su pasado antidemocrático.
Así, luego de diez años de democracia, que sucedieron a otros diez de dictadura, corremos el riesgo de que aquélla se suicide por mano de sus ciudadanos, como ha sucedido con sociedades enfermas en otros lugares y momentos de la Historia.
Cuando vota en momentos importantes, la gente logra a veces una gran sabiduría colectiva pero cae otras veces en una bovina torpeza. Claro que esto último solo sucede cuando ningún líder importante está por encima de esa torpeza.
Uno de los aspectos más penosos para mí en el debate del domingo pasado, fue ver que ninguno de los candidatos con trayectoria democrática se animó a hablar sobre el peligro que representa hoy el fujimorismo.
Lo chocante, en particular, fue el silencio de Toledo al respecto. Puedo entender que el asunto no le interese a PPK, quien no la pasó nada mal durante los años de fujimorato, (y menos sus principales colaboradoras de campaña, como "Lady Su"); y que Luis Castañeda esté quizá golpeado y con resuello deficitario como para pensar con la claridad que no tuvo en el tramo aeróbico de su campaña.
PERO Toledo, el líder de la oposición democrática el año dos mil, parecía tener vergüenza de hablar sobre el tema, y en lugar de explicar con fuerza y elocuencia los peligros que amenazan a la democracia, solo se atrevió a rebatir la pregunta acusatoria que le hizo Keiko Fujimori: ¿cuántos terroristas liberó en su gobierno? Su respuesta: muchos menos que los que liberó tu papá (con cifras comparativas), fue aritméticamente cierta y retóricamente efectiva pero escasa e insuficiente en explicarle al país lo que estaba y está en juego.
Si algo tuvo de bueno ese intercambio fue provocar la declaración inequívoca y reveladora de Keiko Fujimori. Ella afirmó que el gobierno de su padre fue el mejor que ha tenido el Perú y se declaró orgullosa de ser su hija.
Lo segundo puede pertenecer al ámbito de la devoción filial, y con eso uno no se mete. Pero la primera parte de la declaración (que hace un complemento de la segunda) es una involuntaria confesión.
Ahí Keiko Fujimori se presentó sin equívocos como la candidata-heredera de un régimen que busca resucitar.
Y yo pregunto: ¿queremos que nos gobierne el fujimorato resucitado?
En otras palabras, ¿queremos ver al crimen organizado de nuevo en el poder?
¿Exagero? Veamos: el régimen de la década de 1990-2000, no tuvo uno sino dos líderes: uno visible y el otro invisible: Fujimori y Montesinos.
¿Quién de los dos fue el más importante? La relación, casi hasta el final, fue simbiótica, entre quien fue primariamente el autor intelectual: Montesinos; y quien fue básicamente el autor material: Fujimori.
Keiko Fujimori y sus colaboradores intentan presentar a Montesinos como una limitada aberración en un gobierno que, aparte de eso, era bueno. Que ganó espacio gracias a la ingenuidad de su padre, Alberto.
Ese no es un error sino una mentira. Como las que decía, en 1990, 1991 y 1992, el propio Fujimori en sus conferencias de prensa con la asociación de prensa extranjera. Cada vez yo le preguntaba sobre el papel de Montesinos en su gobierno y cada vez Fujimori mentía sin mover un músculo de la cara. No, Montesinos no trabajaba para él… sí, pues, trabajaba un poquito, pero como un funcionario de bajo nivel… no, Montesinos no tuvo nada que ver con la planificación y la ejecución del golpe de Estado…
Pero Montesinos fue desde el comienzo mucho más que un asesor. Cogobernó con Fujimori encargándose del manejo del aparato de inteligencia que, bajo su control, sometió y dirigió al resto del Estado: al Ejecutivo, Legislativo, Poder Judicial y Poder Electoral. Y lo hizo desde 1990 hasta el año dos mil.
Así que en los hechos, el régimen que Keiko Fujimori exalta e intenta resucitar fue el del cogobierno de Montesinos y Fujimori.
Enumeraré algunas cosas en las que el gobierno de Fujimori-Montesinos fue el mejor:
• Fue el régimen que robó mejor. Como ninguno. Y eso, que no han faltado gobiernos corruptos. Pero este, comparativamente, le ganó hasta al de Echenique. Cientos de millones de dólares probadamente robados al Perú y a su gente en cada transacción importante. La regla del juego fue la trampa;
• Fue el régimen que prostituyó y traicionó mejor los valores que proclamaba más importantes. Si las compras de armamento luego del desafortunado conflicto con Ecuador fueron el pretexto para el robo a inmensa escala en la compra de armas a Bielorrusia y en la compra a Rusia; y si se afectó así terriblemente la defensa nacional, ¿qué área quedaba libre de robos por parte de la mafia en el poder? Ninguna.
• Fue el régimen que disfrazó mejor su participación en el narcotráfico: si puso al propio Vladimiro Montesinos, el narcoabogado y narcoestratega de los más importantes narcotraficantes de su tiempo (entre los cuales Pablo Escobar, según recuerda en sus memorias el hermano de éste, Roberto Escobar), a cargo de la "lucha" contra el narcotráfico, ¿qué más había que decir? Por eso, cuando el "Vaticano" confesó a gritos, antes de ser torturado y acallado, que había tenido que pagarle cupos a Montesinos para que éste le permita seguir exportando cantidades masivas de pasta básica de cocaína, no hizo sino revelar parte de una longeva verdad.
ASÍ que lo que gobernó el país durante una década fue el crimen organizado. Y para robar, expoliar y dañar impunemente necesitó poder mentir y fabricar supercherías. Por eso se apuró en derrocar la Democracia y por eso el periodismo de investigación fue su peor enemigo.
Es esa dictadura de gangsters la que Keiko Fujimori pretende resucitar, en una campaña en la que la mediocridad de unos y la complicidad de otros le permitió mantenerse tranquila en su nicho de voto autoritario para amenazar ahora con el pase a la segunda vuelta.
Hay que impedir esa tragedia. Con la más intensa movilización en los días que quedan. Con viralidad adrenalínica en las redes sociales y en los medios de comunicación. Llamar a votar por quien tenga la mejor posibilidad de representar una alternativa democrática en la segunda vuelta. Sin pensar, en ese rato, que se va a votar por un líder mediocre, sino pensando que se vota por la Democracia, la razón de ser, el principio fundacional de nuestra nación.
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"2011, AÑO DEL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL AMAUTA JOSÉ MARÍA ARGUEDAS ALTAMIRANO"
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