domingo, 25 de diciembre de 2011

HOMENAJE A CARLOS ALBERTO SEGUIN


Evocar a Carlos Alberto Seguin es recordar a una de las figuras emblemáticas de la Medicina Peruana, cuya trayectoria en las áreas asistencial, docente y de investigación ha marcado un hito importante en el desarrollo de la Psiquiatría en el Perú. Aparte de su bonhomía y de su carisma, nos impresionó siempre a quienes lo conocimos de cerca, lo sólido de su cultura médica y de su cultura humanística integral. Su singular presencia en la mitad del siglo XX significó, entre otros logros importantes, la lucha por la humanización del acto médico, la apertura a la tendencia psicosomática en medicina, la implementación estratégica de los servicios de Psiquiatría en los hospitales generales y el haber impreso un fuerte impulso a la Psicoterapia y a la Psiquiatría Comunitaria.


Carlos Alberto Seguin nació en la sureña ciudad de Arequipa un 8 de agosto de 1907 siendo el único varón entre cuatro hermanos. Tuvo una infancia apacible y feliz rodeado de una atmósfera familiar de estímulo y engreimiento, con una madre cariñosa que lo prefería y con un padre ejemplar que como periodista combativo y como político luchador, siempre le sirvió de ejemplo y de inspiración. Siendo un adolescente y obligado por la situación dolorosa del destierro político de su padre, tuvo que radicarse en Buenos Aires, Argentina, donde concluyó sus estudios secundarios y en donde al poco tiempo sufrió la pérdida de su padre, decidiendo entonces afrontar la situación de vivir solo en el país que lo había acogido. Fué una época de carencias económicas y afectivos que lo formó en luchador incansable, teniendo que combinar sacrificadamente las horas de trabajo con las horas de estudio, hasta lograr una adaptación saludable con el apoyo social y afectivo de maestros y amigos. Merece destacarse que siendo aún estudiante de medicina publicó artículos de divulgación sanitaria en la revista argentina “Viva Cien Años” y que también publicó su primer libro “Tratado de Farmacología y Terapéutica” que durante muchos años constituyó libro de texto en la Facultad de Medicina de Buenos Aires. Cuando aún no había cumplido los veinticinco años de edad, se graduó de médicocirujano y durante ocho años ejerció con éxito la medicina, la cirugía y la obstetricia en Formosa, una provincia norteña de Argentina. En esa época el ejercicio profesional pleno no le impidió leer y escribir tanto de medicina como de filosofía y literatura.


Recién titulado de médico, escribió en 1932 en el “Día médico” de Buenos Aires un artículo titulado “Curanderismo, Psicoterapia, Sugestión” que ya mostraba su temprana inquietud tanto por la Psiquiatría y la Psicoterapia como por la Psiquiatría Folklórica.
La práctica general de la medicina en esa alejada provincia del interior argentino lo expuso a experiencias que le mostraron que los síntomas de sus pacientes no sólo traducían un sufrimiento material, sino también un importante componente emocional, vivencias que lo motivaron a estudiar los aspectos psicológicos de la enfermedad que entre otros efectos lo indujo a la ávida lectura de las obras de Freud y a la publicación de una serie de artículos de divulgación. Antes de dedicarse de lleno a la Psiquiatría, publicó el libro “Freud un gran explorador del alma”. En 1940 retornó al Perú para empezar la nueva etapa de su trayectoria profesional al dedicarse definitivamente al ejercicio de la especialidad de Psiquiatría, para lo que se conectó con el profesor Honorio Delgado, figura prominente de la psiquiatría peruana quien le facilitó su incorporación a la planta docente de la Facultad de Medicina de San Fernando.


En 1941 se incorporó al recién fundado Hospital Obrero de Lima como psiquiatra adjunto del Servicio de Medicina General, etapa en la que ya empezó su lucha activa por la compresión psicológica de los enfermos, lo que posteriormente le permitió abrir rutas, hasta entonces vírgenes. Inconforme con la sería limitaciones en su formación autodidácticas como psiquiatra y conciente de la necesidad de un adiestramiento riguroso logro en 1942 viajar a Estados Unidos de América en donde tuvo la oportunidad de incorporarse a prestigiados círculos de entrenamiento, logrando también psicoanalizarse durante dos años, asistir a las actividades del Instituto Psicoanalítico de Nueva York, trabajar con figuras psiquiátricas de prestigio internacional y con los pioneros del movimiento de la medicina psicosomática. En 1945 regresó al Perú y desde el Servicio de Psiquiatría del Hospital Obrero de Lima se entregó a una ardura lucha por una psiquiatría dinámica psicoanalíticamente orientada, a establecer una tendencia psicosomática en medicina y a difundir la práctica de una psicoterapia remodeladora. A Carlos Alberto Seguin le tocó participar activamente en una etapa de cambios profundos en la psiquiatría peruana, la que paulatinamente fué virando de una orientación predominantemente fenomenológica y organicista a una posición definitivamente psicodinámica y socio cultural.


Una constante en la prédica seguíniana fué la humanización del acto médico y el énfasis en la importancia de los aspectos psicodinámicos en el análisis etiopatogénico y en la implementación terapéutica. Al Servicio de Psiquiatría del Hospital Obrero de Lima lo convirtió en un centro de trabajo intenso desde donde irradió la importancia de un servicio de psiquiatría en un hospital general y el predominante rol del médico no psiquiatría en la consideración y en el adecuado manejo de los factores psicológicos en los procesos del enfermar y del curar Desde esta posición, según asumió el reto de crear conciencia sobre la importancia del autoanálisis aplicado al acto médico.
Carlos Alberto Seguin de mente inquieta y de espíritu abierto poseía una personalidad cálida y comprensiva que con mucha facilidad establecía relaciones afectivas de simpatía y de confianza lo que facilitaba la comunicación y el trabajo cooperativo. Como comunicador era destacable la fuerza persuasiva de sus exposiciones donde lograba aunar armónicamente la claridad de los conocimientos con la amenidad y la provocación solidaria. Al igual que los grandes maestros fué ante todo un intelectual, un hombre culto y de pensamiento crítico que encarnó al médico humanitario y permanentemente actualizado dejando para la posteridad una estela luminosa digna de imitar.


Tuvo una vida muy rica e intensa, siempre con muchísimos proyectos, resultando admirable la forma como distribuía su tiempo, no solo para dedicarse apasionadamente a sus labores profesionales sino también a las más diversas actividades artísticas y lúdicas. Tenía una excelente capacidad para disfrutar de la vida y particularmente con lo que hacía. Lector pensante, añadió a su importante aporte a la psiquiatría peruana el cultivo permanente y gozoso de la literatura, el periodismo, la enseñanza y la tertulia amistosa. Cinéfilo apasionado, deportista metódico, le fascinaba también el juego de ajedrez.
La trayectoria de Carlos Alberto Seguin en la faceta educativa fue muy precoz cargado de talento y de constante vocación. Se inició muy joven siendo aún estudiante de secundaria y continuó durante toda su vida en una tarea en la que siempre transmitió el entusiasmo necesario para la sucesión discipular y para promover tanto el diálogo plural como el pensamiento crítico.


Comprometido para que la psiquiatría en el Perú de, el salto de una situación emergente a una situación desarrollada, creó la Escuela de Psiquiatría del Hospital Obrero de Lima, donde se formó una pleyade de jóvenes psiquiatras que con el transcurso del tiempo se convertirían en líderes de diferentes áreas de la especialidad. Seguín fue un exitoso sembrador de vocaciones, un estimulante catador de talentos y un aplicado formador de psiquiatras. En la Facultad de Medicina propuso la introducción de los grupos psicoformativos como una estrategia en la formación psicológica de los estudiantes de medicina. En el área educativa también merece destacarse la labor de la promoción de la salud mental mediante conferencias, cursillos y publicaciones dirigidas al público en general.


Interesado muy preferentemente por la Psicoterapia, estudió a profundidad los más diversos procedimientos psicoterapéuticos investigando los diversos factores de sus éxitos, investigación que plasmó en el libro “Bases de la Psicoterapia”. En sus numerosos trabajos de investigación unió a la originalidad de sus proyectos su interés por lo nuestro particularmente en tópicos como la Psiquiatría Folklórica, la Psiquiatría Social, la Psicoterapia, la Medicina Psicosomática, el mundo del enfermo, etc. Al respecto, entre sus trabajos mas importantes, merecen destacarse “El síndrome psicosomático de desadaptación”, “Medicinas tradicionales y medicina folklórica”, “El quinto oído”, “La Convivencia”, “Lope de Aguirre el rebelde” etc. Su interés por la investigación lo llevó a crear el Instituto de Psiquiatría Social de la Facultad de Medicina de la UNMSM la que en su corto tiempo de existencia produjo importantes trabajos de investigación.


Seguin fué un participante activo en la vida societaria de las instituciones psiquiátricas y culturales. Merece mencionarse que fue fundador del “Centro de Estudios Psicosomáticos”, “La Asociación Psiquiatrita Peruana”, “La Asociación Psiquiatrica de América Latina”, la “Sociedad Mundial de Psiquiatría”, la “Sociedad Peruana de Psicoterapia”, etc. etc., instituciones en las que contribuyó con sus aportaciones siempre nutricias, producto de sus experiencias, de sus reflexiones y de su creatividad.


Su producción bibliográfica fue numerosa, interesante y variada, lo que se plasmó en libros de amplia difusión, en revistas especializadas y en medios de comunicación masiva. Aparte de su producción psiquiátrica escribió cuentos, obras de teatro, novelas y poemas donde mostró no solo su finura psicológica y su belleza en el lenguaje sino también un admirable dominio en la concepción y en la estructura de las composiciones. Con su obra “Encrucijada”, logró en 1963 el premio a la mejor obra teatral estrenada en Lima. Merece mención especial esa bellísima traducción de la obra “ El profeta” de Kahlil Gibran en la que Seguin agregó un hermoso capítulo escrito por él, al que intitulo “El Adiós”.
Los poemas, reunidos bajo el titulo de “La noche negra” expresan bellamente el viejo conflicto en la psicología junniana entre la sombra y la persona.




Evocar a Carlos Alberto Seguim en su vida y obra es abrir los cuatro puntos cardinales para orientarnos en la ruta del desarrollo integral y continuo de la Medicina Peruana. Siempre lo recordaremos como al investigador de nuestra realidad psicosocial y sobre todo como al médico humanista que cultivó el espíritu de servicio y las diversas facetas del saber ecuménico. Siempre lo recordaremos por su entrega generosa y esperanzadora.




CORRESPONDENCIA
Jose Alva Quiñones



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