UNA NUEVA SOCIEDAD SE ESTÁ FORJANDO
Dr. Hugo SALINAS
¡Tierra o Muerte!, fue el grito que tiró por los suelos a un gamonalismo salvaje y antihumano, secuela de la invasión española y del saqueo de nuestros recursos. Fue el grito que dio por terminado al pongo, al siervo, para dar nacimiento a un campesino con plena autonomía y personalidad. Estos actos heroicos y de recuperación de la identidad y personalidad perdida, fueron culminados por Juan Velazco Alvarado.
Los años ochenta fueron testigos de la entrega de miles de mujeres jóvenes que dieron su vida por un futuro más promisorio. Condujeron batallas y organizaron al pueblo en busca de su libertad. Mujeres jóvenes, muy jóvenes, pero con un alto sentido de responsabilidad, y con mucha confianza en el destino de su país. Sus vidas no se consumieron en vano. Es así como se forja una identidad, una cultura, un país. Las recordaremos siempre en la figura egregia de Micaela Bastidas.
¿Quién era consciente de que en el Perú existían cientos de pueblos originarios de la selva? El Baguazo fue el despertar ante una nueva realidad. Una parte de la sociedad alza su voz y dice: no más explotación de nuestros recursos naturales sin nuestro consentimiento previo. Y es entonces que se visibilizan miles de miles de peruanos a lo largo y ancho de una inmensa Amazonía que se suponían bosques inhabitados. Una nueva sociedad se está forjando.
Las poblaciones aymaras y quechuas, en Puno, defienden sus tierras, su medio ambiente, sus culturas, y no se dejan amedrantar ni engañar con nuevas promesas. Lo mismo está sucediendo en las poblaciones de Apurímac y Ayacucho. Arequipa, Tacna y Moquegua ya hicieron sentir su voz de protesta haciendo retroceder a gobiernos corruptos y vendidos a multinacionales mineras. Un nuevo país está naciendo.
Tuve la oportunidad de estar junto a los comuneros de la Comunidad Campesina Cruz de Mayo en Ancash. Aquellos bravos hombres y mujeres decidieron recuperar la Laguna de Parón, vendida por Fujimori a extranjeros americanos. Y lo lograron. Ahora están recuperando fuerzas para enfrentarse, una vez más, a autoridades, políticos, funcionarios de gobierno, y Tribunal Constitucional, quienes nuevamente han devuelto la laguna a dicha empresa americana.
Los comuneros de la Comunidad Campesina de Cátac, conjuntamente con las poblaciones y comunidades campesinas aledañas lograron paralizar la explotación de la minera Chancadora Centauro. Les costó dos vidas pero tuvieron el coraje de vencer a una administración pública que ya había autorizado la explotación de la laguna de Conococha, sin el consentimiento de los usuarios. Así, impidieron el secado de dicha laguna ubicada a 4,050 msnm, madre de las cuencas de Fortaleza, Pativilca y el Santa. Un proyecto de explotación minera que, además, afectaría directamente a la irrigación Chinecas en Chimbote y Chavimochic en La Libertad.
Un nuevo signo de autoestima ha nacido. Obreros, estudiantes y pueblo en general, marcharon por las calles de Lima para decir a su presidente recientemente elegido: "estamos contigo, pero cumple con tus promesas". Ya no es más el pueblo sumiso por años de guerra, chantaje, corrupción, y clientelismo. Ya no es más el elector que se rinde ante la traición de sus gobernantes.
Ahí está Cajamarca enfrentando a la minera más poderosa y perversa del mundo: la empresa Yanacocha en su nuevo proyecto de explotación minera Conga. Lucha por su dignidad, por su agua, tierras de cultivo, y medio ambiente. No les arredra más un Estado de Emergencia dictado por un gobernante que ha traicionado a sus electores. Nuevos pueblos se levantan en solidaridad de Cajamarca. Ya no más caciquismos y vende-patrias. Es un nuevo país que está naciendo.
En días pasados tuve la ocasión de ver a una gran cantidad de personas reunidos alrededor del monumento de José Carlos Mariátegui. Qué alegre debió sentirse José Carlos. En su casi totalidad eran jóvenes, hombres y mujeres. Agitaban banderas y gritaban a todos los vientos por el agua, la vida y el futuro. Un nuevo país está naciendo.
Es un pueblo que ha decidido encarar su futuro por él mismo. Es el origen de una nueva democracia. Las horas están contadas a la Democracia Representativa y Participativa, venal y traidora a los intereses de la mayoría. Las horas están contadas para un sistema económico que sólo favorece a los millonarios de la provincia, del país, la región y el mundo. Las horas están contadas para una sociedad sin oportunidad para los de abajo.
Que no nos impongan más, y con criterio obligatorio, la inversión extranjera. Es suficiente osar a construir nuestra economía y nuestra sociedad por nosotros mismos. Recursos humanos, naturales y financieros existen. Y lo que es más importante: la riqueza más grande de un pueblo es su propia gente.
Lima, 12 de diciembre del 2011
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