<h1>Feliz Año 2012: Año de la Incertidumbre</h1>

 

FELIZ AÑO 2012:  ! AÑO DE LA INCERTIDUMBRE !

Nos sumamos a los numerosos saludos que nos han enviado varios colegas, compartimos sus buenos deseos, pero ante todo nos parece que debemos de ser realistas.

La Gran Crisis Económica Capitalista Mundial, iniciada en setiembre de 2007 en la economía norteamericana, continúa indetenible su curso por cuarto año consecutivo. Va dejando una secuela de desempleo generalizado,  empobrecimiento y descontento de las mayorías.

En sus primeros cuatro años  esta crisis de superproducción relativa, combinada con crisis financiera está afectando principalmente a los pueblos de los  países capitalistas más desarrollados: USA, la Unión Europea y Japón. Los analistas  más optimistas   prevén   que esta crisis continuará  "por lo menos por diez años más", destruyendo gran parte de la riqueza y los beneficios conseguidos en las décadas anteriores.

A diferencia de lo que viene ocurriendo  en los  países más desarrollados, en los países emergentes denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sud África), así como en los países periféricos de Asia y América del Sur, incluido el Perú, el año 2011 fue "el año de la esperanza", y el año 2012 será "el año de la incertidumbre". En la mayoría de estos países emergentes y periféricos se ha logrado capear temporalmente los efectos más graves de la crisis. Pero ahora se ha llegado a una situación en la cual todo pronóstico tiene que ser  reservado. Ningún analista serio se considera en condiciones de hacer declaraciones seguras y confiables. Todos han caído en la incertidumbre, el  "puede,  como no puede ser" es una expresión que se ha apoderado en la opinión de los comentaristas.

Situación sumamente crítica y peligrosa, que puede ser el caldo de cultivo para salidas irracionales, como fueron las ensayadas por el nazi-fascismo en las décadas de 1920 y 1930. El "Tea Party" norteamericano y el renacimiento de los movimientos xenófobos y fascistas en Europa, son un síntoma de lo que puede ocurrir en la presente década, si las mayorías nos descuidamos en la necesaria defensa de los derechos fundamentales.

En el caso peruano, los analistas más optimistas estiman  que la economía peruana crecerá el año 2012 en un 4% a 5%. Si asumimos  que el crecimiento anual de la población será de 1.5%, entonces el crecimiento promedio de "la producción por habitante" será solamente de 2.5%  a 3.5%. Porcentaje de incremento muy bajo para un país con una población con muchas necesidades insatisfechas. Pero a la vez, será un incremento muy significativo en términos  relativos, si lo comparamos con lo que ocurrirá en otros países del mundo, en muchos de los cuales su crecimiento será nulo e incluso negativo. Algunos podrán sentirse satisfechos, demostrando la persistencia en nuestro medio del  pensamiento conformista que dice  "mal de otros, consuelo de tontos". 

Pero la economía real no es tan simple. Estas previsiones no significan que todos los peruanos nos veremos beneficiados de manera equitativa con este modesto crecimiento de 2.5%  a  3.5% como promedio para cada uno de los 30 millones de habitantes. Toda persona medianamente informada  sabe que una de las características de nuestro país es la extrema desigualdad de los ingresos. Motivo por el cual un porcentaje muy reducido de la población (tal vez menos del 5%)  incrementará sus rentas, mientras que la mayoría (más del 95%) tendremos  que organizarnos  para defender y mejorar nuestra  modesta situación actual.  El próximo año se cumplirá nuevamente que en los periodos  de crecimiento económico "los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres", afirmación comprobada y demostrada en los últimos veinte años.

En medio de la incertidumbre generalizada, podemos estar seguros que en todo el mundo continuarán los movimientos del tipo de "Los Indignados" en Europa, de "Los Ocupa Wall Street" y "Somos el 99%" en USA, de los movimientos por la democratización de la sociedad en los países árabes, y de los movimientos juveniles por el derecho a una educación digna  en Chile y Colombia, o los movimientos amplios en defensa del derecho al trabajo y a la vida digna  en Perú. Todos estos movimientos  son el preludio de la principal  característica que tendrá el próximo año: la intensificación de las luchas de los pueblos por una vida digna, y la formación de grandes movimientos ciudadanos por el derecho al trabajo digno.

A la incertidumbre del sistema imperante, hay que responderle con la unidad de las mayorías, con el optimismo y la esperanza de que podemos construir un Perú nuevo en el mundo nuevo. En ese sentido, a todos mis colegas, les deseo Un Feliz Año Nuevo2012.

Miguel Ángel Aragón (31 de diciembre de 2011)   

 

   

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