domingo, 1 de septiembre de 2013

Anna Maria Chiappe viuda de José C. Mariategui La Chira hace declaraciones a periodista Guillermo Rouillon Duarte*



 Reportaje efectuado en el año de 1945, por el joven periodista Guillermo
 Rouillon Duharte a Anna María Chiappe, a la sazón Concejal de la
 Municipalidad de Barranco, precisamente, a 15 años del fallecimiento de su esposo José Carlos Mariátegui.
 El presente documento es cortesía de Guillermo Yucra Moreno, editor del
 libro: *Mariátegui, suscitador de peruanidad*; derechos reservados de
 Armida Picón Vda. de Rouillon e hijos.
 

 

En el apacible balneario de barranco donde vivieran: Gonzales Prada, José María Eguren, Abraham Valdelomar, Juan Parra del riego y otras figuras de nuestras letras, se domicilia la señora Ana María, quien desde la desaparición de su esposo instalara en esa ciudad la librería “Minerva” para sostener y dar educación a sus cuatro hijos.

 

Tanto la aptitud como la vida de esta admirable y extraordinaria mujer  consagrada a la obra de José Carlos hacen que el Perú y su pueblo de hallen en deuda. A ella se debe que se prolongara la existencia de ese gran Apóstol. Que fuera orientador de un gran destino del hombre en nuestra patria. Esa dedicación la reconoció Mariátegui, quien la exaltó diciéndole: “La vida que te falta es la vida que me diste” en este verso –de un poema en prosa– se resume la intensa comprensión espiritual y la identificación de estos dos seres de resonancia anchurosa en la historia de la República.

 

Nadie puede olvidar que esta heroína de ejemplar sacrificio alternó el trabajo, la crianza de sus hijos y la labor de escribir la vida y creación del ilustre agonista. Su valentía y su inflamado amor a la obra de su amado esposo ha salvado para bien del pueblo y del país, grandes e invalorables documentos inéditos que las nuevas generaciones recibirán con la biografía titulada “Diez años al lado de José Carlos Mariátegui” que pronto aparecerá. En sus páginas están las horas más interesantes  de esa figura  sin precedentes en el Perú.

 

Frente a Ana María de Mariátegui

Tan pronto nos enteramos de la labor que como Concejal de la Junta Transitoria de la Municipalidad de Barranco desarrolla la señora  Mariátegui, fuimos a visitarle con el propósito de brindar  sus opiniones a nuestros lectores. La hallamos en la librería “Minerva” de esa Balneario del Sur. Solo cuando sospechó la misión periodística que llevábamos quiso convencernos  de que sería infructuosa  nuestra acción. Es muy modesta: procuró en todo momento no dar ocasión  para aparecer como personaje destacado.

Al preguntarle sobre el tiempo que vivía en Barranco, nos manifestó que hacia alrededor de 9 años

–¿Y con qué  objeto vino a este balneario?

–“Fue para abrir este establecimiento que es sucursal de la librería “Minerva””.

 

Una mujer al servicio del pueblo

–¿Sabía de antemano  sobre su designación como Concejal? inquirimos.

–“No: ni siquiera sospechaba de tal  nombramiento”

–¿Cómo la notificaron?

–“Un jovencito amigo de uno de mis hijos paso en la tarde por mi casa  y me dijo que había visto mi nombre en la lista de concejales. Me figure que capas había seria otra persona con mi mismo apellido. En la noche halle debajo de la puerta una nota que me convenció que no sé había equivocado”.

–¿Aceptó de inmediato Ud.?

–“Requerida en esa forma  no tuve más, que hacerme cargo de mis funciones”.

–¿Qué puesto desempeña en la Municipalidad?

 –“De Inspectora de Subsistencias”.

 

Grandes obras se harán

–¿Podría decirnos algo sobre su labor?

– “Mi labor es de cooperar a la obra de conjunto que viene desarrollando la Junta Transitoria de esta Municipalidad que tiene la suerte que la presida un alcalde tan amplio y comprensivo”.

 

Insistimos  en que nos dé detalles de sus planes y trabajos que realiza:

 

– “Uds. –nos responde la señora– saben que si no hay dinero es muy  poco lo que se puede hacer en relación con el bienestar de un pueblo. Actualmente hemos  pedido apoyo en este sentido al Gobierno; en caso de no recibirlo estamos decididos a levantar un empréstito con una empresa particular. Nuestra  primera tarea –agrega– es tratar de solucionar la carestía de los artículos de primera necesidad para lo cual la Municipalidad adquirirá éstos y los ofrecerá a los pequeños comerciantes a precios de costo salvando los obstáculos de problema de transporte. Con esta medida se abaratara la vida. También hemos acordado que cuando el Frigorífico no pueda satisfacer la necesidad de esta población se beneficiaran en esta localidad las reses con el fin de cubrir la demanda de los consumidores. Muy pronto se construirán barrios para los empleados y obreros”.

–¿Qué medidas se han tomado en  pro de la asistencia social?

–“Con respecto a la asistencia social se ha empezado a construir locales cerca del Parque Confraternidad –o sea del lugar donde está ubicada la laguna– donde los niños podrán desayunarse y tomar lunch-. En estos refectorios funcionará un dispensario que controlará el peso, el desarrollo mental y físico del niño”.

 

La mayoría de nuestras mujeres aun no tienen conciencia de su misión

–¿Su opinión sobre la mujer?

–“La mujer peruana tiene capacidad, pero no está preparada porque no se le da la oportunidad. No se preocupa por el desarrollo de su personalidad por el complejo de inferioridad que le oponen en todo momento y que muy pocas son las que salvan de este obstáculo. A nuestras mujeres –nos dice– no se les da los conocimientos que requieren de acuerdo con el siglo en que vivimos”.

–¿Cuál cree usted que sería la salida como paso inicial para  la solución de este problema?

–“Estimo que el problema es bastante complejo, pero opino que sería una medida acertada orientar a las mujeres sobre su responsabilidad frente a la vida. Prepárense para que ha base de cultura sean buenas colaboradoras de sus esposos y excelentes madres de familia. Además, es necesario crear instituciones que culturicen a las mujeres, pero evitando que las orientadoras sean señoras ajenas a los problemas del pueblo”.

 

José Carlos Mariátegui y sus proyecciones

–¿Díganos señora: se inspira Ud. en  la obra de Mariátegui?

–“Mi respuesta está en que he consagrado  mi vida  a él. Considero que José Carlos no solo me pertenece a mí, sino también a todo el pueblo. Esto lo comprendí desde cuando estaba de novia; en cierta ocasión con motivo de brindarle una fotografía le escribí la dedicatoria expresándole lo siguiente: “Mi cariño a Mariátegui  y mi admiración para el hombre”. Se puede comprobar que apreciaba su valor. Poseía una extraña intuición. Estaba segura que el porvenir nos deparaba a José Carlos como a mí: luchas, angustias, tragedias y que los momentos de felicidad serian regateados. Para terminar debo declarar  que desde que conocí a mi esposo no he dejado de seguir sus ideas intensamente humanas”.

 

Mientras Ana María conversa, vibra de emoción ante el recuerdo del más grande agonista que ha dado el Perú al mundo. El movimiento de sus manos y  de sus ojos le dan profunda expresión de ternura. Es una madre que no solo cuida de sus cuatro hijos sino también de todo el pueblo peruano a quien considera sangre de su carne.

 

Y como Mariátegui no ha muerto como todos los muertos de la tierra, ella lo espera y, día vendrá en que todo el pueblo lo llevará donde Ana María en lo más recóndito de su alma.

 



* Reportaje publicado el jueves 27 de diciembre de 1945, bajo el título original que en la presente edición se le asigna. Véase: Periódico Jornada, año II, n° 229, Lima, p. 3. (Nota del editor)
 

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