jueves, 26 de septiembre de 2013

RAMON GARCIA RODRIGUEZ : INDIGENISMO Y ETNO-NACIONALISMO (QUINCENA -03)

NOTA DEL BLOG : RAGARRO tiene un estilo muy especial, cuadyuvando con los no conocedores de tema ;  nos atrevemos a brindarles una pequeña ayuda :
JCM: JOSE CARLOS MARIATEGUI LA CHIRA
COC : COLECCION DE OBRAS COMPLETAS DE JOSÉ CARLOS MARIATEGUI
ERGASTULA:PRISION DESTINADA PARA ESCLAVOS EN EL IMPERIO ROMANO

Quincena-03
INDIGENISMO Y
ETNO-NACIONALISMO

TEMPESTAD EN LOS ANDES
ÍNDICE: 44 AÑOS DESPUÉS, PRÓLOGO DEL AUTOR (3), PRÓLOGO DE JCM (9), -I- TEMPESTAD EN LOS ANDES, Como un ladrón en la noche (19), El milagro (19), ¡Dejadnos vivir! (20), Avatar (21), EL SOL DE SANGRE, Un pueblo de campesinos (25), La palabra ha sido pronunciada (27), El apóstrofe (29), -II- DETRÁS DE LAS MONTAÑAS, Los ayllus (33), La mujer que trabaja (33), Un mundo (36), Secreto de piedra (37), Poblachos mestizos (38), El Inka rubio de Paucartampu (40), El carnaval de Oruro (43), El tesoro de los Inkas (44), -III- LA SIERRA TRÁGICA, El pecado de las madres (47), El embrujado (50), Los vampiros (52), Fratricidio (54), El crimen del desertor (55), La danza heroica (59), Hambre (61), El licenciado (63), Ensañamiento (65), -IV- LOS NUEVOS INDIOS, La parcela (71) El consejo de los ancianos (73), El amor de don Rodrigo (75), El mito de Kori Ojllo (78), El “ponguito” (79), El cura de Kawana (80), Waman sargento (82), La nueva amistad (84), La nueva escuela (85), Los misioneros de cultura (86), El hermano adventista (88), Amor y raza (89), El indio a caballo (91), El indio a soldado (93), La gran parada (95), Coca, alcohol, carne (97), Indios electores (98), La rebeldía ortográfica (99), IDEARIO, El Perú pueblo de indios (111), Costa y Sierra (114), EL PROBLEMA INDÍGENA, Conferencia leída en la Universidad de Arequipa, 22 de enero de 1927 (119), ¡ARRIBA LAS IDEAS!, Auscultación de los publicistas (135-156), LA ACCIÓN ADVENTISTA, La obra educacional de los adventistas (157), La instrucción en la República (161), VOCABULARIO (171), COLOFÓN, Ricardo Rojas (175), Luis A. Sánchez 1927 (178-183)
Editorial Universo S.A.
La Victoria, Lima – Perú
Primera Edición Universo 1972
            El Tomo 11 de la COC de JCM se titula Peruanicemos al Perú. Contiene material preparatorio de los 7 Ensayos. Pero, a más de eso, es la huella del debate tanto con el indigenismo como con la izquierda democrática. Ya en esos tiempos se luchaba por centrar el estudio en nuestro país, por peruanizarlo y peruanizarnos.
            La sección Peruanicemos al Perú, de la revista Mundial, era dirigida por el periodista Gastón Roger (Ezequiel Balarezo Pinillos), compañero de JCM, a quien gentilmente se la cedió. Así, el 11.09.25 JCM publicó su primer artículo en esa sección, precisamente EL ROSTRO Y EL ALMA DEL TAWANTINSUYU, comentando el libro de Luis E. Valcárcel De la Vida Inkaica.
            Estaba en boga el Indigenismo, reivindicación de la raíz indígena de nuestro país. Se continuaba el impulso inicial dado por el gran ácrata Manuel González Prada, quien años atrás había declarado que “No forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de la tierra situada entre el Pacífico y los Andes. La nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la cordillera” Fue el primer gran avance hacia el Perú Integral.
            Entre otros luchadores destacan Dora Mayer (1868-1959, reconocida indigenista), Pedro Zulen (1889-1925, quien desaprobó una opinión de JCM joven orientándolo en su posición ante la realidad peruana), el gran agitador Ezequiel Urviola, otros. Había, pues, “atmósfera de ideas” contra la discriminación y situación de siervo del pueblo precolombino.
            En este ambiente Luis Valcárcel (1891-1987) conoció en Cusco la tragedia del pueblo raizal, y lo apoyó en sus reivindicaciones. Entre sus escritos están Del Ayllu al imperio, De la vida incaica, Tempestad en los Andes, Mirador Indio, Garcilaso el Inca, Cusco Capital Arqueológica de Sudamérica, El virrey Toledo Gran Tirano del Perú, Ruta Cultural del Perú, Historia de la Cultura Antigua del Perú (2 tomos), Historia del Antiguo Perú a través de la fuente escrita (siglos XVI, XVII y XVIII), Etnohistoria del Perú Antiguo.
            JCM comentó vivamente los primeros escritos y prologó Tempestad en los Andes (X-1927) Señaló que “la dualidad de la historia y del alma peruanas, en nuestra época, se precisa así como un conflicto entre la forma histórica que se elabora en la costa y el sentimiento indígena que sobrevive en la sierra hondamente enraizado en la naturaleza” y que “éste es el drama del Perú contemporáneo”, drama que nace “de querer constituir una sociedad y una economía peruana ‘sin el indio y contra el indio’”
            JCM parte del hecho histórico: “La Conquista, mala y todo, ha sido un hecho histórico”, “La República, tal como existe, es otro hecho histórico”, “En cuatro siglos se ha creado una realidad nueva. La han creado los aluviones de Occidente. Es una realidad débil, pero es, de todos modos una realidad. Sería excesivamente romántico decidirse hoy a ignorarla” Alertaba así ante una desviación “restauracionista” de la lucha indigenista.
            Comentando la Pro-indígena (de Dora Mayer y Pedro Zulen) JCM declara que “La solución del problema indígena tiene que ser una solución social”, “A los indios les falta vinculación nacional. Esto ha contribuido en gran parte a su abatimiento. Un pueblo de cuatro millones de hombres, consciente de su número, no desespera nunca de su porvenir. Los mismos cuatro millones de hombres, mientras no sean sino una masa inorgánica, una muchedumbre dispersa, serán incapaces de decidir su rumbo histórico”
Y es que si no hay vinculación nacional, si no hay organización, ¿qué se puede hacer aparte de la simple, consuetudinaria y rudimentaria oposición protestataria?
            Aclara JCM que “Los indigenistas revolucionarios, en lugar de un platónico amor al pasado incaico, manifiestan una activa y concreta solidaridad con el indio de hoy” y que “Este indigenismo no sueña con utópicas restauraciones. Siente el pasado como una raíz, pero no como un programa” Así separaba el indigenismo revolucionario (Creación de un Perú Integral) del nacionalismo étnico (Restauración del Tawantisuyu)
            Valcárcel presenta El Inka rubio de Paucartampu, un alemán que se adentró en una comunidad, aprendió el idioma quechua, se ganó el respeto y admiración de la población que lo consideró su salvador; pero desapareció y la esperanza quedó frustrada.
Luego, dejando atrás a salvadores supremos, Valcárcel pone el acento en Los Nuevos Indios. JCM advierte que “En la cuarta parte, la sierra aparece grávida de esperanza. Ya no la habita una raza unánime en la resignación y el renunciamiento. Pasa por la aldea y el agro serranos una ráfaga insólita. Aparecen los ‘nuevos indios’: aquí el maestro, el agitador; allá el labriego, el pastor, que ya no son los mismos que antes” Como jinete y como chofer.
Al nuevo indio “lo sentimos viviente, real, activo, en las estancias finales de esta ‘película serrana’, que es como el propio autor define su libro” Y precisa que “Lo que distingue al ‘nuevo indio’ no es la instrucción sino el espíritu. (El alfabeto no redime al indio) El ‘nuevo indio’ espera. Tiene una meta. He ahí su secreto y su fuerza”
            Este concepto es “el verdadero carácter del indigenismo que tiene en Valcárcel uno de sus más apasionados evangelistas. La fe en el resurgimiento indígena no proviene de un proceso de ‘occidentalización’ material de la raza keswa. No es la civilización, no es el alfabeto del blanco, lo que levanta el alma del indio. Es el mito, es la idea de la revolución socialista. La esperanza indígena es absolutamente revolucionaria” Y es que el mismo JCM había llegado “al entendimiento y a la valoración justa de lo indígena por la vía del socialismo”
            Y ¿qué propone el socialismo? Que “La miseria moral y material de la raza indígena aparece demasiado netamente como una simple consecuencia del régimen económico y social que sobre ella pesa desde hace siglos. Este régimen sucesor de la feudalidad colonial, es el gamonalismo. Bajo su imperio no se puede hablar seriamente de la redención del indio”
            Y define el concepto: “El término gamonalismo no designa sólo una categoría social y económica: la de los latifundistas o grandes propietarios agrarios. Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no está representado sólo por los gamonales, propiamente dicho. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes, parásitos, etc. El indio alfabeto se transforma en un explotador de su propia raza, porque se pone al servicio del gamonalismo”
Y como conclusión de su análisis expresa que “El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del Estado. Por consiguiente, es sobre este factor, sobre el que se debe actuar si se quiere atacar en su raíz un mal del cual algunos se empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas o subsidiarias” Es nítida la posición del Socialismo Peruano ante la servidumbre  indígena.
            Entonces, el verdadero indigenismo está íntimamente ligado al análisis marxista de interpretación de la realidad peruana. Y tiene que ver no con este u otro gamonal sino con la política y el mecanismo del Estado, más precisamente con el gobierno permanente del Estado, ante el cual el gobierno temporal es simple marioneta.
            Este planteamiento lo desarrolló repetidamente JCM. Así está en sus 7 Ensayos, en su tesis Esquema del Problema Indígena, en su respuesta al Cuestionario El Problema Agrario, prácticamente en toda su creación heroica.
            Aparte, Valcárcel en La Rebeldía Ortográfica y en Vocabulario fue de los primeros en proponer un alfabeto para el idioma quechua (runa simi) y dejar la dependencia del alfabeto castellano, lo que recién fue logrado con la constitución de la Academia Mayor de la Lengua Quechua (Qheswa Simi Hamut’ana Kurak Suntur) en 1953, y la publicación del Diccionario Quechua-Español-Quechua (Qheswa-Español-Qheswa Simi Taqe) en 1995
            La línea del indigenismo revolucionario, propugnada por el Socialismo Peruano, tuvo y tiene continuadores y entre ellos destaca José María Arguedas, autor de obras como El Sexto (recuerdos de su prisión en esa ergástula), y Todas las Sangres, donde llama no a la separación sino a la unidad del pueblo peruano independiente de su origen precolombino, hispánico, africano, otros, propugnando la unidad de costeños-andinos-amazónicos.
            Pero la línea del nacionalismo étnico también tuvo propugnadores, levantando la bandera del separatismo. Es de recordar la demagogia de Ravines con sus “repúblicas quechua y aymara”, y la demagogia de Haya presentándose como el nuevo Pachacútec. Y últimamente la tragedia de la insurgencia senderista, otra Tempestad en los Andes pero que fue torpemente tergiversada por dentro y cínicamente manipulada por fuera, tema a tratar aparte.
Ya JCM había señalado tempranamente que el imperialismo “fomenta el nacionalismo en oposición a la lucha de clases” (22.06.23), lo que sigue siendo cierto hasta el presente. El caso patético es la destrucción de Yugoeslavia (Unión de Eslavos del Sur), con la lucha fratricida entre serbios ortodoxos, croatas católicos, bosnios islámicos. Y la destrucción de Libia manipulando etnias del desierto. Y agentes yanquis fraguan la separación de Santa Cruz, este de Bolivia, muestra de cómo se manipula el nacionalismo étnico en toda nuestra América.
El nacionalismo étnico se ha convertido en arma de separatismo. En nuestro país no podemos olvidar la “Marcha de los Cuatro Suyos” financiada por un magnate yanqui en favor de su candidato “raizal” Y es más que evidente la limitación intrínseca del etnocacerismo. Por décadas su propugnador Isaac Humala trabajó incansablemente por levantar un partido basado en el nacionalismo étnico para que, apenas logrado el gobierno temporal, el elegido cambiara su Gran Transformación por la Hoja de Ruta impuesta por el sistema dominante.
            Para la relación indigenismo revolucionario-nacionalismo étnico tiene plena vigencia el comentario de JCM: “el pasado no puede resucitar sino carnavalescamente. El pasado es una guardarropía. No es posible restaurar el Pasado. No es posible reinventarlo. Es posible únicamente parodiarlo. En nuestra retina el Presente es una instantánea, el Pasado es una caricatura” (27.02.25), comentando el carnaval limeño, pero precisando años después que “No desdeñemos gravemente los pretextos frívolos. Ningún pretexto es bastante frívolo para no poder servir a una reflexión seria” (24.02.28) Y bien que hizo una reflexión seria.
            Y ¿acaso las gestiones de Toledo y Humala no pasan de ser burda caricatura?
            Relacionando indigenismo con socialismo, JCM señaló que “El problema no es racial sino social y económico, pero la raza tiene su rol en él y en los medios de afrontarlo. Por ejemplo, en cuanto sólo militantes salidos del medio indígena pueden, por la mentalidad y el idioma, conseguir un ascendiente eficaz e inmediato sobre sus compañeros” Y que “Una conciencia revolucionaria indígena tardará quizás en formarse; pero una vez que el indio haya hecho suya la idea socialista, le servirá con una disciplina, una tenacidad y una fuerza en la que pocos proletarios de otros medios podrán aventajarlo” (V-29) Por eso señaló enfáticamente que “La organización de los obreros y campesinos con carácter netamente clasista constituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda, y la lucha contra el imperialismo extranjero y la burguesía nacional” (07.10.28)
Por eso el Socialismo Peruano, desde el 07.10.08 centra el eje de su actividad en la preparación de la organización. No hay cómo ignorar este paso trascendental.
¡Aprendamos la lección!
Ragarro

03.06.13

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