sábado, 28 de septiembre de 2013

PATRICIA DEL VALLE : LA ILUSION DE LAS DESILUSIONES DE JUAN CRISTOBAL

                                                                                                             

LA ILUSIÓN DE LAS DESILUSIONES DE JUAN CRISTOBAL

                                                                                            Patricia del Valle

 

 

                “Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no

                sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia

                  la tierra, hay que embriagarse sin descanso…


 …¡Es hora de embriagarse!

                               Para no ser esclavos martirizados del tiempo

                               ¡Embriáguense, embriáguense sin cesar!

                               De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca”

                                                                              Charles Baudelaire





Mundo, desarraigo , tristeza, ilusiones, muerte, instante, mentira, silencio, comprensión, derrota, fragmentos humanos,  cuerpo viejo ,cinismo, ojo seco, olvidos A-B, odios,  eternidad, infinito,  amistad, deslealtad, impostura, iglesia, marginación, pobreza, monólogo, llanto…  poesía, militancia, compromiso ,CODA, la Cantuta,  Uchuracay,  son poemas que forman parte del último libro del poeta Juan Cristobal  “CUADERNO DE LAS DESILUSIONES” que como un observador acucioso nos muestra e  impregna intensamente en el espíritu de cada palabra desde el inicio del recorrido en el  compromiso vital de la existencia por esta vida.
Pareciera  que el poeta busca elaborar un mapa, una cartilla, dejarnos una guía virtual que a partir del balance de su experiencia, se inclina por concluir en sentimientos y emociones los que identifica como  grandes desilusiones y desesperanzas.
Iniciando su recorrido  en “Mundo” Juan Cristobal se formula preguntas sobre los grandes cuestionamientos del ser humano como “el misterio de la vida”, “ el secreto de los días”,  tratando a la vez de esbozar respuestas que conducen a nuevas interrogantes  que nos llevarían con esfuerzo hacia alguna playa donde,  en un juego surrealista con el destino, el azahar convierta las  palabras en una brújula de choque  contra lo que la vida le va deparando en su realidad.
El poeta bucea y busca una identificación  en la vorágine de los signos naturales,  “desierto, nubes,  surcos, ríos”  sin embargo su sed parece que no llega a saciarse ya que nos plantea que todo le es indiferente  “ inexplicablemente indiferente” luego de lo cual le sobreviene la culpa como un látigo irremediable del tiempo  y trata de sostener débilmente una esperanza que lo abandona.

Más adelante se esfuerza infructuosamente de reconciliar las fuerzas de la tristeza con todas aquellas consideraciones a las cuales estas fuerzas podrían afectar, proponiendo la posibilidad que en el reencuentro y diálogo entre aquellas dos,  la tristeza y la parálisis producida por su efecto, ambas  dialoguen lo aparentemente imposible, :  “ Que lleguen los tiempos sin fronteras las distancias sin fronteras los abismos intratables…”
Llegando a la estación de la “muerte” desliza  que existe una desconsiderada insolencia en la actitud del ser humano ante la magnitud de esta verdad,  no otorgando la trascendencia,  grandeza y profundidad que su significado amerita y muy por el contrario se le empequeñece y frivoliza. 
Se pregunta reiteradamente  como es que nos encontraríamos  en una “situación infinita”  la cual habría que reconocer primero para  luego de ubicados en ella  no nos quede más remedio que creer en que algunas o todas  las “grandes verdades”  no significan nada más ni nada menos que “nuestros aprendizajes o miradas”  en esta experiencia o forma de ver la vida.
Nos describe un lenguaje onírico cifrado, que  está más allá de lo explicable y observable pero que tal vez es  simple y directo,  retando en cada palabra a nuestra imaginación-  la poesía- llegando incluso a interpelarla  al encontrarse sólo frente a ella  que como un espejo contesta:  “No puedes llegar al mundo como si fueses la única  ruta dantesca de los simios”
Sin embargo toda esta vorágine intensa de planteamientos y cuestionamientos vitales los asume desde una perspectiva  y compromiso humano, manteniendo discrepancias contra una propuesta oficial  producto de la transculturación y dominación occidental.    En sus últimos poemas (La Cantuta y Uchuracay) nos propone una reconciliación con la vida a partir de la historia y su compromiso con ella, así por ejemplo  en los versos:  “Y allí/ en esos cimientos helados y deshojados de tejidos/ en esa naturaleza fecal y animal del pensamiento, Una nueva soledad los congregó en el firmamento descarnado de la lluvia/como si fuesen la única semilla indivisible y milagrosa de la tierra/…    Se vislumbra una nueva esperanza que nace y puede crecer muy a pesar de  la gran desilusión que le produce  este infierno vital.
Y podemos afirmar que finalmente  con “EPÍLOGO”  le da la carta de significado  a la amistad, carta que  eleva como un escalafón entre  vida y  muerte otorgándole esa magia y fuerza de lo desconocido que camina  hacia una nada  o una nueva iniciación muy propia de la poesía:    “…pero cuando llegué como un fantasma hasta tu cuarto/ cubierto por los sauces desolados de la sombra…/ no te vi entre los abismos que poblaban tus mañanas/…habías desaparecido como esa fuerza que impulsa las raíces de las rocas/ entre las fronteras y los muros más infernales de tu barrio.

                                                                                                   Lima,    Setiembre del 2013



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