LA ILUSIÓN
DE LAS DESILUSIONES DE JUAN CRISTOBAL
Patricia del Valle
“Hay que estar
ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no
sentir el horrible peso del Tiempo que nos
rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia
la tierra, hay que embriagarse sin descanso…
…¡Es hora de embriagarse!
Para
no ser esclavos martirizados del tiempo
¡Embriáguense,
embriáguense sin cesar!
De
vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca”
Charles Baudelaire
Mundo, desarraigo , tristeza, ilusiones, muerte,
instante, mentira, silencio, comprensión, derrota, fragmentos humanos, cuerpo viejo ,cinismo, ojo seco, olvidos A-B,
odios, eternidad, infinito, amistad, deslealtad, impostura, iglesia,
marginación, pobreza, monólogo, llanto… poesía,
militancia, compromiso ,CODA, la Cantuta,
Uchuracay, son poemas que forman
parte del último libro del poeta Juan Cristobal
“CUADERNO DE LAS DESILUSIONES” que
como un observador acucioso nos muestra e
impregna intensamente en el espíritu de cada palabra desde el inicio del
recorrido en el compromiso vital de la
existencia por esta vida.
Pareciera que el poeta busca elaborar un mapa, una
cartilla, dejarnos una guía virtual que a partir del balance de su experiencia,
se inclina por concluir en sentimientos y emociones los que identifica
como grandes desilusiones y
desesperanzas.
Iniciando su recorrido en “Mundo”
Juan Cristobal se formula preguntas sobre los grandes cuestionamientos del ser
humano como “el misterio de la vida”, “ el secreto de los días”, tratando a la vez de esbozar respuestas que
conducen a nuevas interrogantes que nos
llevarían con esfuerzo hacia alguna playa donde, en un juego surrealista con el destino, el
azahar convierta las palabras en una
brújula de choque contra lo que la vida
le va deparando en su realidad.
El poeta bucea y busca una
identificación en la vorágine de los
signos naturales, “desierto, nubes, surcos, ríos” sin embargo su sed parece que no llega a
saciarse ya que nos plantea que todo le es indiferente “
inexplicablemente indiferente” luego de lo cual le sobreviene la culpa como
un látigo irremediable del tiempo y
trata de sostener débilmente una esperanza que lo abandona.
Más adelante se esfuerza infructuosamente de
reconciliar las fuerzas de la tristeza con todas aquellas consideraciones a las
cuales estas fuerzas podrían afectar, proponiendo la posibilidad que en el
reencuentro y diálogo entre aquellas dos,
la tristeza y la parálisis producida por su efecto, ambas dialoguen lo aparentemente imposible, : “ Que
lleguen los tiempos sin fronteras las distancias sin fronteras los abismos
intratables…”
Llegando a la estación de la “muerte” desliza que existe una desconsiderada insolencia en la
actitud del ser humano ante la magnitud de esta verdad, no otorgando la trascendencia, grandeza y profundidad que su significado
amerita y muy por el contrario se le empequeñece y frivoliza.
Se pregunta reiteradamente como es que nos encontraríamos en una “situación
infinita” la cual habría que
reconocer primero para luego de ubicados
en ella no nos quede más remedio que
creer en que algunas o todas las
“grandes verdades” no significan nada
más ni nada menos que “nuestros aprendizajes o miradas” en esta experiencia o forma de ver la vida.
Nos describe un lenguaje onírico cifrado, que está más allá de lo explicable y observable
pero que tal vez es simple y directo, retando en cada palabra a nuestra imaginación-
la
poesía- llegando incluso a interpelarla
al encontrarse sólo frente a ella que como un espejo contesta: “No
puedes llegar al mundo como si fueses la única
ruta dantesca de los simios”
Sin embargo toda esta vorágine intensa de
planteamientos y cuestionamientos vitales los asume desde una perspectiva y compromiso humano, manteniendo
discrepancias contra una propuesta oficial
producto de la transculturación y dominación occidental. En sus últimos poemas (La Cantuta y Uchuracay)
nos propone una reconciliación con la vida a partir de la historia y su
compromiso con ella, así por ejemplo en
los versos: “Y allí/ en esos cimientos helados y deshojados de tejidos/ en esa
naturaleza fecal y animal del pensamiento, Una nueva soledad los congregó en el
firmamento descarnado de la lluvia/como si fuesen la única semilla indivisible
y milagrosa de la tierra/… Se
vislumbra una nueva esperanza que nace y puede crecer muy a pesar de la gran desilusión que le produce este infierno vital.
Y podemos afirmar que finalmente con “EPÍLOGO”
le da la carta de significado a la amistad, carta que eleva como un escalafón entre vida y
muerte otorgándole esa magia y fuerza de lo desconocido que camina hacia una nada
o una nueva iniciación muy propia de la poesía: “…pero
cuando llegué como un fantasma hasta tu cuarto/ cubierto por los sauces
desolados de la sombra…/ no te vi entre los abismos que poblaban tus
mañanas/…habías desaparecido como esa fuerza que impulsa las raíces de las
rocas/ entre las fronteras y los muros más infernales de tu barrio.
Lima, Setiembre del 2013
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