Quincena-02
LA
REALIDAD PROFUNDA
El
Socialismo Peruano, aparte de la
terminología general del marxismo maneja una terminología particular. Uno de
sus conceptos propios es realidad superficial-realidad profunda.
¿Por qué esta diferenciación?
En
los comienzos del siglo XX, en el panorama político actuaban políticos de viejo
cuño, con ramplona palabrería al uso de entonces; p.e. atizando la patriotería
revanchista ante el traumático desastre militar del 79. De ellos señalaría JCM
que: “como diarista, y durante algún tiempo redactor político y parlamentario
conocí por dentro los partidos y vi en zapatillas a los estadistas” (10.01.28)
Esos
políticos se enfrascaban en querellas caseras, en pleitos personales. Peor aún,
una cosa era lo que decían en la tribuna parlamentaria, otra cosa era lo que
hacían entre bambalinas. No pasaban de ser políticos marionetas del sistema
dominante.
Por
otra parte, la prédica libertaria de González Prada había dado una nueva
tónica, pues se apoyaba en las masas trabajadoras que comenzaban a participar
en la lucha política. Pero esta efervescencia laboral era torpe y mayormente
desviada por políticos de turno contra los “hambreadores del pueblo”
Este panorama
sufrió profundo remezón con el mayor suceso internacional de entonces, la Revolución de Octubre (1917), que
posibilitó una nueva perspectiva en este panorama general. La prédica del
socialismo comenzó a pasar de la utopía a la ciencia. Y eslabón importante en
este tránsito fue la labor del diputado por Ica, Víctor M. Maúrtua, “cuya
influencia en el orientamiento socialista de varios de nuestros intelectuales
casi nadie conoce” (11.06.26)
Luego de nausearse
de política criolla y aprovechar el exilio en Europa para adquirir y dominar el
método dialéctico de interpretación de la realidad, esencia de su sólida
formación marxista, en El hecho económico
de la historia peruana (14.08.25, señalado por él mismo como su “primer
esfuerzo marxista por fundamentar en el estudio del hecho económico la historia
peruana” (15.01.26), comenzó su ciclópea labor de esclarecimiento. Ahí señala
la diferencia entre las dos realidades.
Primero advierte
que “Los ensayos de interpretación de la historia de la República que duermen
en los anaqueles de nuestras bibliotecas coinciden generalmente en su desdén o
su ignorancia de la trama económica de toda política. Acusan en nuestra gente
una obstinada inclinación a no explicarse la historia peruana sino romántica o
novelescamente.” ¿No está ocurriendo así en el análisis de nuestra realidad actual?
Señalar la trama
económica de toda política es lo mismo que señalar que la política es expresión
concentrada de la economía. El análisis económico es como radiografía, (ahora
TAC) que permite visualizar la estructura interna de la realidad. Y esto es lo
que mayormente está ausente en el análisis de nuestra realidad actual.
Luego advierte
que “En cada episodio, en cada acto, las miradas buscan el protagonista. No se
esfuerzan por percibir los intereses o las pasiones que el personaje
representa. Mediocres caciques, ramplones gerentes de la política criolla son
tomados como forjadores y animadores de una realidad de la cual son modestos y
opacos instrumentos.” ¿No está ocurriendo así en el análisis de nuestra
realidad actual?
Y concluye este
preámbulo señalando que “La pereza mental del criollo se habitúa fácilmente a
prescindir del argumento de la historia peruana: se contenta con el
conocimiento de sus dramatis personae.”
De los personajes de moda.
Tras 88 años, este
artículo conserva plena actualidad y vigencia.
Entonces, ¿de
quiénes es la responsabilidad de que, no obstante el más del millón de
ejemplares de 7 Ensayos, esta creación heroica esté tan marginada como
nuestro capitalismo marginal? ¡Conoce a
tu enemigo y conócete tú mismo!
En ese artículo
están señalados los tres primeros períodos de nuestra formación nacional:
período colonial, período cosmopolita, período nacional, desarrollados luego en
7
Ensayos. Son el más grande aporte del Socialismo Peruano a la teoría marxista de la formación nacional.
Hoy como ayer, en
la realidad superficial actúan también mediocres caciques y ramplones gerentes
de la política criolla. De hecho, en ellos están incluidos, en su inmensa
mayoría, los gobernantes elegidos y los del oncenio, ochenio, docenio, decenio.
Alejandro Toledo, ¿no es uno de esos mediocres caciques? Alan García, ¿no es
uno de esos ramplones gerentes? Pero, hoy como ayer, la pereza mental de más de
un Activista se contenta con poner el acento de sus divagaciones en esos
figurones de turno.
En la literatura
internacional es difícil saber, en las obras de Marx, quién gobernaba
Inglaterra; en las obras de Lenin, quién gobernaba Rusia; en las obras de Mao,
quién gobernaba China. Y en las obras de JCM, quién gobernaba nuestro país. Sin
embargo, Marx analizó como modelo la trama económica del capitalismo inglés;
Lenin analizó el surgimiento del capitalismo en Rusia, Mao analizó el dominio
feudal, burocrático, imperialista en China. Y JCM analizó la economía colonial
de nuestro país ya independiente. ¡Por
eso perduran sus análisis!
Debemos elevar
el nivel de nuestra actual literatura socialista. Debemos rechazar poner el
acento en la realidad superficial, que sigue hasta de moda. Y debemos poner el
acento en la realidad profunda, que
aún sigue marginal en más de un Activista.
Así, centrar en el
“grasiento” Fulano de Tal, en el “extranjero” Mengano de Cual, en el “corrupto”
Perico de los Palotes, otros, ¿en qué se diferencia de la temática de la prensa chicha, que se puso de moda
hasta la náusea lustros atrás?
Bismarck, el “Canciller
de hierro”, fue el inventor del “fondo de culebras”, subsidio oficial a esa
prensa que llenaba los espacios propagandísticos de su régimen. Pero en nuestro
medio, hasta gratuitamente se sigue este deplorable estilo, poniendo el acento
en el personaje y no en la realidad económica que lo catapulta al primer plano.
Nuestra realidad
actual presenta un triple panorama al respecto. Activan libremente la izquierda
democrática y el nacionalismo étnico; y pugna por tener presencia el Socialismo Peruano. Los dos primeros
representan la realidad superficial, uno propugnando el reformismo a favor del
sistema y otro predicando el restauracionismo ahora todo un anacronismo. El
tercero representa “lo que yo mismo insisto en llamar la realidad profunda del Perú” (JCM: 10.07.25), y que a cinco años de
la Gran Conmemoración se yergue como
la única solución posible de nuestro mayor problema histórico, el problema de
la tierra, porque el régimen de
propiedad de la tierra determina el régimen político y administrativo de toda
nación.
Por eso, ya analizado
inicialmente 7 Ensayos, obra cumbre del Socialismo
Peruano, se requiere analizar Tempestad
en los Andes, de Luis Valcárcel, obra principal del nacionalismo étnico; y se
requiere analizar Perú Problema y
Posibilidad, de Jorge Basadre, obra principal de la izquierda democrática
La realidad profunda, ¿se halla lejos de
Lima?, ¿en algún profundo socavón?
Lima, la
capital, ¿tiene realidad profunda?
Por ejemplo, ¿tiene el problema de la tierra como tema central en las disputas
electorales?
Sólo centrando
el análisis en la realidad profunda
se puede poner en su lugar a los personajes de la realidad superficial
(mediocres caciques, ramplones gerentes)
Ragarro
20.05.13
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