lunes, 1 de febrero de 2016

DAVID AGUINAGA:ACUÑA Y SUS PLAGIOS

 
ACUÑA Y SUS PLAGIOS




La alegría e hipocresía de las capas tradicionales dominantes

Cuando estaba celebrando su acenso en las encuestas, el señor Cesar Acuña ha sido denunciado como un plagiador.
Las crecientes evidencias que probarían esta denuncia, han colocado a su candidatura en una situación política y legal muy precaria, que puede alterar el curso de la actual lucha electoral.
No sólo habría obtenido de un modo fraudulento su grado de Doctor en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) sino también su Maestría en la Universidad de Lima.
Ante estos hechos, los medios vinculados a la gran burguesía tradicional -y casi todos los candidatos- presionan abierta o sutilmente para que Cesar Acuña sea expectorado de la contienda electoral.
Cesar Acuña, el nuevo candidato de la burguesía emergente, es un típico hombre de origen campesino que no llegó a la cima del poder encabezando alguna lucha emancipadora sino se trata de alguien que teniendo dicho origen, escaló hasta las alturas siguiendo el camino bandidesco de la mayoría de los burgueses emergentes.
Ante las recientes denuncias sobre sus grados académicos, desde el punto de vista ético se encuentra en una posición indefendible.
Los demócratas liberales tradicionales que le acompañan -como la señora Anel Townsend y otros- que lucharon contra la "mafia fujimorista", o personajes como el pastor Lay que intenta preservar su imagen "inmaculada", visiblemente están realizando muchos esfuerzos para defender a su candidato presidencial.
Naturalmente las denuncias han sido muy bien recibidas por la mayoría de los candidatos.
La burguesía tradicional, utilizando principalmente los grandes medios de comunicación, impulsa una intensa campaña en contra de Acuña, supuestamente defendiendo los valores de la democracia, la ética y el futuro de la estabilidad política del país.

El Señor Acuña evidentemente es un farsante

Puede entusiasmar a sectores populares importantes, pero su política no cuestiona el estatus neoliberal, él siempre estará dispuesto a negociar, a pactar con aquellos sectores que tienen la hegemonía del poder económico y político.
Pero es el nuevo advenedizo que las capas dominantes tradicionales no habían previsto que podía tener tanto protagonismo.
Ante sus avances, aprovechando sus vulnerabilidades congénitas de burgués rudimentario, las capas dominantes tradicionales movilizan los resortes de su poder con la intención de liquidarlo políticamente. Pretenden un resultado favorable antes del 10 de abril.
La burguesía tradicional apoya principalmente a los candidatos Keiko Fujimori, Alan García, y PPK. Y a todos aquellos que puedan servirles a sus planes hegemónicos, a sus propósitos de empequeñecer a las fuerzas de izquierda.
La inmoralidad, la prédica hipócrita de todos estos sectores llega a los niveles de cinismo descarado, que insulta la memoria del pueblo, al pretender ocultar las fechorías de estos tres candidatos.
De PPK, agente directo de las transnacionales, de Alan García, el candidato de los narcoindultos, en particular de Keiko, heredera directa del gobierno más corrupto de la historia del país, del gobierno de Alberto Fujimori que impuso el neoliberalismo violando la democracia parlamentaria mediante un golpe de Estado, imponiendo un régimen militarista encubierto.
La actual lucha electoral muy a pesar de su naturaleza impuesta por un sistema dominado por la fuerza del capital, nos revela de manera casi nítida el contenido de la lucha de clases que se realiza en la sociedad peruana.
La lucha política electoral es mayoritariamente entre los diversos representantes de la burguesía, la "lucha en las alturas" es principalmente entre la gran burguesía tradicional y la burguesía emergente y como nos enseña la vida todos los días, esta es una lucha entre pillos.
Los trabajadores están al margen, no tienen ninguna participación política directa, consciente, organizada.
Lo más próximo al pueblo, son las fuerzas de izquierda que están en la contienda.
Pero por una política también llena de actos reñidos con la ética, como organizar referentes electorales de un modo sectario, bloquear candidaturas, imponerse mediante democracias participativas artificiales, se ha desarmado políticamente al pueblo para esta lucha electoral.
La división de la izquierda, su precarización política, es un grave error político, es una gran inmoralidad, que sólo beneficia a las dos fracciones de la burguesía, en particular a sus capas tradicionales hegemónicas.

29 de enero del 2016
Movimiento por el Socialismo.

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