La foto de portada de La República de este domingo merecería una declaración inmediata tanto del Consejo de la Prensa Peruana como de YPIS. En esta se ve a Pier Figari, jefe de campaña de Keiko Fujimori, apoyar su cabeza contra la de un camarógrafo, en un gesto evidente –y lumpen– de intimidación. En ese mismo video se ve a Joaquín Ramírez, congresista y secretario general del movimiento fundado por Alberto Fujimori, insultando y persiguiendo a uno de los manifestantes con un rostro desencajado de furia que no deja lugar a dudas de sus intenciones. Pero si a alguien le subsistiera alguna: se le escucha claramente vociferar: "Ya, aléjate, mierda!".
Sucede que un grupo de manifestantes recibieron a Keiko y su comitiva en el aeropuerto de Arequipa mostrando su repudio con frases como "Arequipa se respeta", "Arequipa te repudia" o "¡Lárgate corrupta!".
Ante esto, los citados dirigentes, además de Ana Hertz, respondieron con estos actos de agresión de barra brava, intercalados con insultos como "¡Terroristas!" o "Terrorismo nunca más". Sin embargo, cuando más tarde Keiko intentó justificar la actitud de sus representantes, aseguró que los opositores eran integrantes del partido Nacionalista y que le parecía sospechoso que fuera Ana Solórzano, según ella, quien había difundido el video. Y que sus allegados se habían limitado a defenderse de la agresión. Lo cierto es que dicho material fílmico recorrió las redes sociales y la televisión lo difundió. Pero lo que se observa, más allá de los textos como "Investigado por lavado de activos", que claramente anuncian la postura crítica de quienes editaron el video, es a un grupo de manifestantes expresando democráticamente su oposición a la presencia de la candidata fujimorista, ante lo cual los altos representantes del fujimorismo reaccionan con intolerancia, violencia y agresión.
Este es el punto. El maquillaje con el que Keiko pretende que olvidemos los crímenes del fujimorismo, su sistemática demolición de la oposición y la minuciosa corrosión del precario tejido institucional del Perú, se descorre apenas se confronta con actos de resistencia como los de los arequipeños. ¿De qué sirve hacer a un lado a personajes emblemáticos de lo anterior como Chávez o Aguinaga si Figari, Martínez y Hertz son más de lo mismo? ¿De qué sirve Harvard si en su defensa de estos actos intimidatorios a la prensa y la oposición, donde Keiko niega lo evidente, aparecen los espíritus de Montesinos y Martha Chávez?
La expresión francesa "Expulsa lo natural y volverá al galope" nos recuerda que, hay cosas que pueden cambiarse pero hay otras, las naturales, que siempre retornarán por la sencilla razón de que nunca se fueron. Esto es lo que Lacan llama lo "real". Ese lecho de roca que se resiste a ser simbolizado. Eso que es inmune a los gestos o la decoración. La cabeza pegada de Figari contra la del camarógrafo, que remite a los rituales de macho alfa en el reino animal, no es un mero exabrupto. Es un aviso de lo que nos aguarda si bajamos la guardia y cedemos a la amnesia.
La foto de portada de La República de este domingo merecería una declaración inmediata tanto del Consejo de la Prensa Peruana como de YPIS. En esta se ve a Pier Figari, jefe de campaña de Keiko Fujimori, apoyar su cabeza contra la de un camarógrafo, en un gesto evidente –y lumpen– de intimidación. En ese mismo video se ve a Joaquín Ramírez, congresista y secretario general del movimiento fundado por Alberto Fujimori, insultando y persiguiendo a uno de los manifestantes con un rostro desencajado de furia que no deja lugar a dudas de sus intenciones. Pero si a alguien le subsistiera alguna: se le escucha claramente vociferar: "Ya, aléjate, mierda!".
Sucede que un grupo de manifestantes recibieron a Keiko y su comitiva en el aeropuerto de Arequipa mostrando su repudio con frases como "Arequipa se respeta", "Arequipa te repudia" o "¡Lárgate corrupta!".
Ante esto, los citados dirigentes, además de Ana Hertz, respondieron con estos actos de agresión de barra brava, intercalados con insultos como "¡Terroristas!" o "Terrorismo nunca más". Sin embargo, cuando más tarde Keiko intentó justificar la actitud de sus representantes, aseguró que los opositores eran integrantes del partido Nacionalista y que le parecía sospechoso que fuera Ana Solórzano, según ella, quien había difundido el video. Y que sus allegados se habían limitado a defenderse de la agresión. Lo cierto es que dicho material fílmico recorrió las redes sociales y la televisión lo difundió. Pero lo que se observa, más allá de los textos como "Investigado por lavado de activos", que claramente anuncian la postura crítica de quienes editaron el video, es a un grupo de manifestantes expresando democráticamente su oposición a la presencia de la candidata fujimorista, ante lo cual los altos representantes del fujimorismo reaccionan con intolerancia, violencia y agresión.
Este es el punto. El maquillaje con el que Keiko pretende que olvidemos los crímenes del fujimorismo, su sistemática demolición de la oposición y la minuciosa corrosión del precario tejido institucional del Perú, se descorre apenas se confronta con actos de resistencia como los de los arequipeños. ¿De qué sirve hacer a un lado a personajes emblemáticos de lo anterior como Chávez o Aguinaga si Figari, Martínez y Hertz son más de lo mismo? ¿De qué sirve Harvard si en su defensa de estos actos intimidatorios a la prensa y la oposición, donde Keiko niega lo evidente, aparecen los espíritus de Montesinos y Martha Chávez?
La expresión francesa "Expulsa lo natural y volverá al galope" nos recuerda que, hay cosas que pueden cambiarse pero hay otras, las naturales, que siempre retornarán por la sencilla razón de que nunca se fueron. Esto es lo que Lacan llama lo "real". Ese lecho de roca que se resiste a ser simbolizado. Eso que es inmune a los gestos o la decoración. La cabeza pegada de Figari contra la del camarógrafo, que remite a los rituales de macho alfa en el reino animal, no es un mero exabrupto. Es un aviso de lo que nos aguarda si bajamos la guardia y cedemos a la amnesia.
juan cristóbal: teléfono 461-2550. celular: 989-852-137
facebook: juan cristóbal
la esperanza nos espera al pie de un abismo (benedetti)
y cuando soy feliz, veo bailar alondras en el viento.
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