NUEVAMENTE SOBRE LA IMPORTANCIA DE
LAS ELECCIONES PRIMARIAS
(23 de enero de 2016)
Por Miguel Aragón
Resulta demasiado evidente, e inocultable, que en Perú estamos viviendo un periodo eminentemente electoral. Incluso los poquísimos que denigran la importancia de los procesos electorales, en esta oportunidad se ven obligados a pronunciarse sobre este hecho, no obstante que ellos unilateral y subjetivamente solo ven un aspecto, el hecho de ser "un engaño".
Sabido es que las condiciones económicas sociales y políticas del país no cambiaran con este proceso electoral. Solo un ingenuo podría pensar lo contrario, y "demandar que se promueva el cambio social" en el mes de abril, a partir de este proceso. Igualmente, sabido es que, el cambio social no será el resultado de este, ni de ningún otro proceso electoral, sino que será resultado de otras formas de lucha y de organización del pueblo. Nuevas formas de organización y de lucha que obedecerán a las necesidades del desarrollo de la realidad objetiva, o como se dice en el argot político "cuando cambien las condiciones objetivas y subjetivas de la lucha de clases en el país", es decir cuando exista situación revolucionaria.
Esta conclusión demasiado evidente, no significa que "los socialistas no debamos de participar en esta contienda". Todo lo contrario. Para la mayoría de socialistas, que tenemos conciencia de la situación real del país, que comprendemos a cabalidad cual es la actual correlación de fuerzas entre los dos bandos en lucha (el pueblo peruano y la clase dominante), lo más importante de esta confrontación electoral de abril de 2016 es ganar posiciones dentro del pueblo, para continuar luchando por mejores condiciones de trabajo y mejores condiciones de vida. Por eso mismo, no podemos renunciar a participar en ningún tipo de confrontación contra la clase dominante. La lucha por reformas dentro del viejo orden social, no se contrapone a la lucha por el cambio social.
Y para participar de manera efectiva –y no solamente de palabras—en la lucha social y política, los socialistas necesariamente tenemos que hacerlo en forma conjunta con otros sectores del pueblo, y tenemos que apoyar a los sectores del pueblo que estén mejor organizados y que están luchando por objetivos concretos (salud, educación y trabajo) similares a los nuestros.
El domingo 4 de octubre del año 2015 se realizaron las elecciones primarias convocadas por la coalición política Frente Amplio, y el domingo 29 de noviembre se realizaron las elecciones primarias convocadas por la coalición partidaria Unidad Democrática. Los resultados de ambos procesos electorales primarios ya son sumamente conocidos. Estos dos ensayos de democracia participativa, forman parte de la lucha por la nueva democracia en el país.
A la contienda electoral de abril de este año también concurrirán otras fuerzas políticas del pueblo, como son el partido Perú Libertario, el Partido Humanista Peruano y Progresando Perú. Todos ellos, son diferentes secciones del amplio y variado frente unido del pueblo peruano. A la fecha, no estoy informado de que manera fueron elegidos los candidatos de estos tres últimos movimientos políticos. Lo que sí es de amplio conocimiento público, es que en todas las agrupaciones directa y declaradamente representantes de la clase dominante (entre ellas el fujimorismo, alanismo, toledismo, y los ppk; así como los humalistas, castañistas, acuñistas, guzmanistas y otros), fueron unas cúpulas partidarias las que eligieron a sus respectivos candidatos, sin realizar ninguna consulta previa a sus propias bases, a las que ellos dicen representar. En todas esas organizaciones políticas, se mantiene en toda su potencia el caudillaje personalista, supérstite de la pesada herencia feudal.
Las elecciones primarias en el Frente Amplio y en Unidad Democrática, han dejado traslucir una serie de limitaciones, errores, y desviaciones, algunas de ellas muy graves, pero que en su conjunto son problemas de crecimiento de la embrionaria nueva democracia en formación.
Además, como causa principal de estos aspectos negativos, se ha dejado traslucir el viejo problema existente en las organizaciones del pueblo: la contienda entre la acción solidaria frente unitaria y los lastres heredados de las viejas organizaciones "partidaristas". En esta contradicción aflora en toda su potencia el viejo lastre del caudillaje personalista, herencia del pasado feudal que tercamente se resiste a los avances de la democracia en desarrollo.
A las elecciones primarias del 4 de octubre concurrimos más de 30 mil votantes, de los cuales estimo que menos del 5% eran militantes de las siete agrupaciones partidarias que en ese momento conformaban la coalición, mientras que el grueso de los participantes (conformado por más del 95% de votantes), o éramos activistas del frente unido no partidarizados, o electores provenientes de otras pequeñas organizaciones de izquierda que no conformaban la coalición del Frente Amplio.
Las recientes elecciones primarias realizadas por las organizaciones del pueblo más avanzadas, son un golpe mortal al caudillaje personalista todavía subsistente e imperante en las organizaciones políticas del pueblo. Por eso, la desesperación, tanto de algunos nacionalistas recalcitrantes, como de unos pocos nacionalistas solapados, que como enemigos jurados de la acción frente unitaria, ahora tratan de denigrar el real significado y minimizar la importancia de las recientes elecciones primarias, por eso reitero "Hoy como ayer, y durante todo el año 2016, el debate central en las filas del pueblo peruano, sigue siendo: frente unido solidario o partido sectario".
A continuación trascribo mi comentario divulgado el 04 de enero.
EL ACONTECIMIENTO POLÍTICO MÁS IMPORTANTE
DEL AÑO 2015
(04 de enero de 2016)
Por Miguel Aragón
En el año recién concluido (año 2015), ocurrieron una serie de hechos importantes que al dejar huella profunda, influirán de manera decisiva en el desarrollo de las luchas sociales, políticas, y teóricas en el transcurso del año que ya estamos iniciando.
I
La cuarta onda larga de crecimiento capitalista, iniciada el año 1993, continúa por más de veinte años, y está influyendo decisivamente en la evolución y composición de las clases sociales en el país.
Después de haber alcanzado un promedio de tasa de crecimiento de la producción social global de 6% anual durante varios años seguidos, hace dos años la economía peruana ingresó a una etapa de desaceleración temporal dentro del ciclo largo de crecimiento capitalista en que se continúa desenvolviendo.
El año 2015 cerrará con una tasa de crecimiento de la producción social global de aproximadamente 3% anual, una tasa de crecimiento relativo que, por un lado, es inferior al promedio de la década pasada, pero que, por otro lado, se ubica por encima del promedio anual de todos los países de América (la cual estará en menos del 2%), y a la vez, muy por encima del promedio anual de toda la economía capitalista mundial que seguirá deprimida (y que está en el orden del 1%). La ligera reanimación de las economías norteamericana y española durante el año 2015, no han logrado influir decisivamente en superar el estancamiento que caracteriza al conjunto de la economía de los países industrialmente más desarrollados.
Para el año 2016, las previsiones de crecimiento económico en el Perú todavía son inciertas. Para algunos analistas, atrapados en su subjetivismo, la actual desaceleración ya es el esperado síntoma del agotamiento del ciclo largo de crecimiento capitalista, y según ellos, es la señal del "inicio de un nuevo ciclo largo de crisis". Para otros analistas, más objetivos, la actual desaceleración será temporal, y prevén que en los próximos años se reanudará nuevamente el necesario, posible e inevitable crecimiento capitalista, el cual podría alcanzar tasas de aproximadamente 4% anual en los próximos años. Actualmente resulta ilusorio, por ser casi imposible, esperar un nuevo ciclo largo de crecimiento a tasas por encima del 6% anual.
Para entender la importancia, y la repercusión, de estas cifras macroeconómicas, debemos tener presente que la tasa del crecimiento de la población peruana en las últimas décadas se encuentra en el orden de 1,0 % anual. Si las nuevas necesidades de la población en su conjunto crecen a un ritmo de 1,0 % anual, y la producción social global crece a más del 3,0 % anual, resulta absurdo, por no decir una torpeza, hablar de "crisis", y una torpeza mayor hablar de "crisis general" o "crisis terminal".
El último ciclo largo de crecimiento capitalista (desde 1993 hasta el presente) se ha caracterizado, por un lado, por el incremento acelerado de las inversiones de capital constante (instalaciones productivas, maquinarias, equipos y materias primas); y por otro lado, por el crecimiento de las inversiones en capital variable (pago de sueldos y salarios), con el consecuente resultado del incremento de la plusvalía acumulada por la clase capitalista. Ese es un aspecto de este proceso de crecimiento.
Para nosotros los socialistas, el aspecto más importante del crecimiento capitalista ha sido el aumento, y a la vez renovación, de la cantidad de trabajadores asalariados, en especial en la industria minera, en la industria de la construcción, y en la agricultura de exportación. También se han incrementado las inversiones, y por lo tanto, la cantidad de trabajadores, en diferentes ramas de la industria ligera, que abastecen de equipos y materiales a la minería, la agricultura y la construcción, así como en las industrias dedicadas a la producción de bienes de consumo directo de la población (alimentos procesados, ropa, calzado, etc.) Otro sector que también se ha visto favorecido por el crecimiento económico ha sido el sector servicios.
No obstante la temporal desaceleración del conjunto de la economía, la economía peruana continúa creciendo en varias ramas productivas, pero a un ritmo inferior al mostrado en la década pasada. La disminución del desempleo, así como la disminución de los índices de pobreza, y pobreza extrema, que se observaron en la década pasada, actualmente se han estancado. Por el contrario, la temporal desaceleración está trayendo nuevamente un incremento del desempleo, y sobre todo del subempleo o empleo precario, ante la incapacidad del capitalismo periférico para garantizar trabajo relativamente estable para las mayorías.
II
En las relaciones políticas, durante el año 2015 ha continuado la crisis de la democracia burguesa en Perú. A diferencia de la crisis de la democracia, que se desarrolla desde comienzos del siglo XX en los países más industrializados, la cual es una crisis de agotamiento, como consecuencia de la agudización de la contradicción entre la producción social y la alta concentración de la propiedad privada, en el Perú la crisis de la democracia tiene otras características.
La crisis de la democracia en el país es una crisis de crecimiento. Lo que se está agotando es la vieja democracia feudal burguesa, impuesta desde fines del siglo XIX por la clase terrateniente obligada a asumir las funciones de clase capitalista. Durante más de cien años esta precaria democracia criolla no ha logrado desterrar ni superar la pesada herencia feudal. Y precisamente, esta vieja democracia está agotándose, está siendo cuestionada. El crecimiento de las nuevas fuerzas productivas reclama otras formas de relación política entre las clases sociales, reclama otra forma de democracia. Ese es el fondo del problema y esa es la causa principal que impulsa la lucha entre la nueva democracia en desarrollo y la vieja democracia en extinción.
Se le mire, por donde se le mire, el acontecimiento político más importante del año 2015 en el Perú, han sido las elecciones primarias del 4 de octubre, elecciones impulsadas por un sector del frente unido del pueblo peruano, por la coalición política denominada Frente Amplio.
Esta práctica de elecciones primarias, nueva entre nosotros, es una conquista irrenunciable, que año tras año continuará fortaleciéndose. Necesariamente tendrá que ser utilizada en las elecciones para los candidatos al Parlamento (a realizarse este 10 de enero), y con mayor razón para la selección de candidatos del pueblo en las próximas elecciones municipales de octubre de 2018, elecciones que si serán decisivas en la confrontación entre la nueva democracia participativa y la vieja democracia representativa.
III
En el aspecto teórico, el debate más importante del año 2015 ha sido el replanteamiento de la historia del frente unido del pueblo peruano, incluido el replanteamiento de la historia del movimiento socialista peruano. En especial el replanteamiento del capítulo correspondiente a la segunda mitad de la década de 1920, que abarca desde la publicación de la revista Amauta (setiembre de 1926) hasta el fallecimiento de Mariátegui (abril de 1930). Se incluye el deslinde en las filas del frente unido con la desviación nacionalista pequeñoburguesa y demagógica representada por el aprismo, el desarrollo de la trascendental Reunión de Barranco (octubre de 1928) en la cual se constituyó el grupo organizador del Partido Socialista del Perú, la publicación del libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (noviembre de 1928), y la constitución de la CGTP (mayo de 1929).
En nuestro país, el origen del frente unido del pueblo peruano se ubica en mayo de 1905, con el llamado a constituir el frente de trabajadores manuales y trabajadores intelectuales. Desde entonces, el frente unido ha pasado por varias etapas, ha participado en innumerables luchas, y constantemente cambia de formas y de alcances. Hasta el presente, en el desarrollo del frente unido han participado cinco generaciones. Actualmente se está renovando y fortaleciendo con el ingreso una nueva generación de luchadores sociales, generación que ya se hizo presente, al irrumpir en diciembre de 2014, en forma beligerante y combativa en las grandes movilizaciones por el derecho al trabajo digno (contra la "ley pulpín").
Por otro lado, el movimiento socialista peruano se inició a comienzos del año 1918, con la constitución del comité editor de la revista de combate Nuestra Época, comité que a los pocos meses se amplió y elevó a Comité de Propaganda y Concentración Socialista (noviembre de 1918).
Hoy como ayer, y durante todo el año 2016, el debate central en las filas del pueblo peruano, sigue siendo: frente unido solidario o partido sectario.
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