viernes, 17 de febrero de 2012

MANUEL VELASQUEZ RANGEL : LA GRAN MARCHA POR EL AGUA, ¡ORO NO, AGUA SI!


Un Tema de Actualidad
LA GRAN MARCHA POR EL AGUA
¡ORO NO, AGUA SÍ!

Decir que el hombre VIVE de la naturaleza significa que la naturaleza es su CUERPO, con el cual debe permanecer en continuo intercambio para no morir. La afirmación de que la vida física y mental del hombre y la naturaleza son interdependientes significa simplemente que la naturaleza es interdependiente consigo misma, puesto que el hombre es parte de la naturaleza.
Karl Marx.
Manuscritos Económico-Filosóficos. París, 1844.
A escasos 7 años de conmemorar el Bicentenario del Nacimiento de Karl Marx, el concepto fundamental que recorre toda su obra de principio a fin, la enajenación del ser humano, cobra cada vez más importancia, en un mundo dominado por el capitalismo globalizado que impone sus condiciones inhumanas, alienantes, a sangre y fuego.
Es la lucha final. Y eso el capitalismo lo sabe como nadie, y lo siente. La humanidad ya no aguanta más vivir o sobrevivir en función del dinero, del interés, de la renta, del negocio. Esta forma de vida está llevando a la destrucción de la especie y del planeta que nos cobija.
En diferentes foros internacionales se condena la emisión de gases contaminantes por parte de los países industrializados. Se hacen llamados enérgicos a detener la destrucción del medio ambiente, pero, precisamente, los países de más alto desarrollo capitalista, como EEUU, se niegan a firmar los tratados.
¿Por qué? Porque no pueden detenerse. Alguien dijo una vez que el capitalismo mundial es como un tren bala sin control; sólo se detendrá cuando se descarrile o lo descarrilen. Este es el gran dilema de la humanidad actual: desaparecer junto con el capitalismo o desaparecer al capitalismo.
¿Con qué sustituir al sistema que agoniza?
Es indispensable cambiar de eje a la actividad humana, hay que terminar, en primer lugar, con la enajenación del trabajo, y esto se hará, seguramente, con un gran costo social, y lenta pero inexorablemente. Está en juego la existencia misma de la especie y del planeta que es nuestro hábitat natural.
Tiene que hacerse país por país, región por región, continente por continente. Como los grandes desplazamientos de masas de agua que cambiaron la composición del globo terráqueo, o los terribles movimientos telúricos que originaron la cordillera de los Andes por ejemplo; así serán los grandes desplazamientos sociales que se vienen, y de los cuales son un pequeño anticipo las protestas en el Medio Oriente, o los movimientos de Indignados en Occidente.
El Perú, no está ni puede estar al margen de este drama. Después de la gran derrota del pueblo peruano en la década de los noventas a manos de la burguesía y de su Estado que la representa, en la cual aprovechó para imponer la receta neoliberal en toda su inhumana magnitud, conculcando la mayoría de derechos civiles, políticos, laborales, que habían sido conquistados en gloriosas jornadas de lucha y que se pueden remontar, para dar una fecha límite, a la lucha por las ocho horas de 1919.
En una matanza frenética que dejó el saldo de todo un Estadio de fútbol lleno de cadáveres y desaparecidos, además de los miles de huérfanos, de familiares afectados por esta barbarie, se desangró el pueblo peruano y perdió a sus mejores hijos que lucharon por un mundo mejor.
Nuevamente empieza a florecer el campo, el verdor de la juventud se mezcla con el dorado de la adultez, y la plata de la senectud. Hay que darnos la mano como hermanos, como esa mano ruda de rondero que estreché, y esa mirada sana de hombre de trabajo, que guarda en su ADN el tesoro de nuestra evolución.
La Gran Marcha por el Agua ha sido un éxito, y es el inicio, como un riachuelo que bajó de los Andes hasta convertirse en un río poderoso. Trescientos partieron de la laguna, en Lima llegamos a los diez mil. Como una anaconda, la cola de la marcha estaba aún en la avenida Grau y su cabeza de medusa ya estaba en el viejo Parque Universitario.
A ritmo de carnavalito cajamarquino, esta yacumama multicolor de deslizó hasta la Plaza San Martín. Banderas desplegadas al tope, rojas, verdes, azules, de todos los colores, demostrando que el frente único sí es posible, es viable, es imprescindible.
No se puede negar que el núcleo de la Gran Marcha por el Agua son las Comunidades, los comuneros. Y no se puede negar también que quienes lideran el movimiento son de orientación reformista, es decir, por ahora, la lucha es por mejorar el sistema. No se le puede pedir más a un ex-sacerdote católico que tiene aspiraciones de presidente, o a un Presidente Regional que milita en un partido que sobrevive a costillas del magisterio, o a caudillos populares sin definición ideológica que medran en interés personal, familiar o de grupo.
Esta es nuestra realidad y hay que partir de ella. Quien se sienta ofendido que demuestre lo contrario. Si estoy equivocado, entonces me alegro por el Perú y su Revolución. El triunfo está asegurado. El timón está en buenas manos.
Pero si no, entonces que sean los propios comuneros quienes dirijan su destino. Quien quiera ser primero que se ponga al medio. Adelante los comuneros, de ellos es el cielo y el suelo. Que sea la comuna el eje. El Nuevo Ayllu. El Cabildo Abierto,
Haced esto -como dijo Vallejo- por los explotados y los explotadores, por el nuevo hombre. Para que todo sea un hombre, hasta el cielo, un hombre.
Lima, 14 de febrero del 2012.
Manuel Velásquez Rangel
            Nota.- ¡Es la lucha final! Sí, esto es muy cierto por dos motivos. Porque en cada etapa el proletariado, el pueblo lucha como si fuera su lucha final, y por eso la actualidad y vigencia del ¡Agrupémonos todos en la lucha final! Y porque, efectivamente, el sistema que durante cinco siglos transformó el mundo como jamás lo hizo sistema anterior, está en su etapa terminal. No es que el sistema "ha fracasado", simplemente se ha agotado. Igual que sistemas anteriores, ha pasado de impulsar la producción a vivir de su renta parasitaria.
            El autor del artículo recuerda un concepto de Marx, lo emplea para aclarar nuestra realidad y el desarrollo de la Gran Marcha por el Agua con sus vicisitudes e interioridades. Y pone el acento en el Nuevo Ayllu, en el Cabildo Abierto, base y acción en la lucha por un Perú Integral. La lucha por las 8 horas es también reformista, pero reforma que mira hacia adelante (nuevo sistema) y no hacia atrás (viejo sistema) Y ahora más cuando se ha reiniciado la preparación de la organización del Socialismo Peruano.
Ragarro
17.02.12

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