lunes, 13 de febrero de 2012

A propósito de la relación Morales Bermudez- Operación Condor : "Caso Maguid: el eje Lima-Buenos Aires" de José Miguel Candia

Este es un relato acerca del secuestro y posterior asesinato del argentino
Carlos Alberto Maguid en 1977, propiciado por el ambiente de represión que
existía en la Lima de esos años.
Palabras clave: dictadura, Perú, Argentina, exilio, Operación Cóndor
Apenas tenía algunos indicios, pero desde hacía varios meses, Carlos
Alberto Maguid, un argentino refugiado en Lima, exmilitante político, era
puntualmente vigilado por agentes del Servicio de Inteligencia del Ejército
Peruano (SIEP). En marzo de 1977 hubo una señal que debió haberlo alertado,
pero o no entendió el transfondo de la misma, o lo ocurrido se perdió en un
juego de especulaciones políticas. Tal vez haya subestimado la decisión
del gobierno del general Francisco Morales Bermúdez de colaborar con la
dictadura argentina en las tareas de represión de los grupos políticos
opositores. A mediados de ese mes, Maguid fue detenido junto a un grupo de
militantes de la izquierda peruana, se trataba de un acto policial
destinado a desalentar cualquier manifestación pública de repudio a la
visita que el dictador argentino Jorge Rafael Videla, efectuaría a Perú
durante el mes de abril. Gustavo Espinoza, uno de los encarcelados en esa
jornada, se desempeñaba entonces como secretario sindical del Partido
Comunista Peruano y compartió celda con Maguid. Unos años después recordaba
esos hechos:"Nos detuvieron porque se había anunciado una visita de Videla
al Perú y el gobierno peruano quería evitar posibles protestas […] En
prisión me contó que la dictadura argentina lo
perseguía".[1]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_edn1>
Pero las preocupaciones de la dictadura peruana no respondían
exclusivamente a la visita cercana del general Videla, la situación social
y el clima de agitación política en Perú había ingresado, desde fines de
1976, en una espiral ascendente que puso en alerta roja al sistema de
seguridad y preocupó al régimen del general Morales Bermúdez. La muerte en
combate de algunos militantes de la izquierda peruana que cayeron en las
filas del ERP argentino, fortaleció la idea de una conspiración en marcha y
fue entendido – por las dictaduras de ambos países – como una evidencia de
que el peligro subversivo no estaba conjurado.
Francisco Morales Bermúdez
www.es.althistory.wikia.comEs posible que este clima político adverso haya
precipitado la decisión de secuestrar a Maguid, pese a que este ciudadano
argentino radicaba en Lima desde 1975, con pleno reconocimiento de las
autoridades migratorias peruanas, quienes le habían expedido el Carnet de
Extranjería No. 448003. Por respeto a su condición de asilado, Maguid no
desarrollaba actividades políticas de ningún tipo y su presencia era apenas
conocida por los exiliados argentinos que comenzaban a llegar a Lima desde
fines de ese año. Fuera de todo activismo partidario o sindical se
desempeñaba como director del Área de TV del Centro de Tele-educación de la
Universidad Católica y como colaborador eventual de la empresa pública
Perucine. En principio, el gobierno del general Morales Bermúdez no tenía
argumentos para cuestionar la presencia del refugiado argentino quien
guardó un discreto segundo plano cuando el activismo de chilenos,
bolivianos y argentinos solía provocar algún malestar en las esferas del
Ministerio del Interior peruano. ¿Cómo se explica entonces la decisión de
someterlo a estricta vigilancia primero y secuestrarlo poco después en
pleno cruce de las elegantes avenidas Petit Thouars y Javier Prado, en un
acto de flagrante violación del derecho de asilo político universalmente
reconocido?
Hay que recordar el pasado militante de Carlos Alberto Maguid para indagar
las causas que pueden explicar la saña de la dictadura argentina y la
actitud complaciente de sus colegas peruanos. Maguid cumplió con un
derrotero político similar al de muchos jóvenes argentinos que a mediados
de los sesentas despertaron a las cuestiones sociales en el marco de la
inestabilidad institucional, los golpes de Estado y la proscripción del
peronismo. Compartió, como la mayoría de los integrantes de su generación,
el descreimiento por los procesos electorales y la indiferencia hacia los
dispositivos tradicionales de la democracia representativa. Como católico
practicante buscó en las propuestas más contestatarias del pensamiento
progresista de la Iglesia, un espacio de militancia y compromiso con las
causas populares. Junto a su compañera Nélida Arrostito inició tareas
políticas en el grupo "Camilo Torres", embrión de uno de los núcleos que
darían origen, poco después, a la organización Montoneros. Tempranamente
vinculado al pensamiento social de la Iglesia fue uno de los discípulos del
grupo de sacerdotes que tomando el contenido progresista de las encíclicas
del Papa Juan XXIII, procuró poner al día la doctrina y práctica de la
Iglesia argentina en materia de políticas sociales. Temas vitales como la
pobreza, la marginalidad, la violencia, la exclusión política de las
mayorías, constituyeron el eje que reunió a un grupo de religiosos
nucleados bajo el nombre común de Movimiento de "Sacerdotes para el Tercer
Mundo".[2]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_edn2>
El discurso crítico de pastores de la Iglesia Católica como Carlos Mugica,
Miguel Mascialino y Alberto Carbone- la cara amable de una estructura
anquilosada- fue el horizonte teórico y político a partir del cual un grupo
importante de jóvenes pasó del espacio social-cristiano al nacionalismo y
en poco tiempo, a la revalorización del peronismo como experiencia
histórica y como la identidad política desde la cual se expresaban y
adquirían fuerza y sentido las demandas populares.
Carlos Maguid fue partícipe de este compromiso militante y en mayo de 1970
intervino en el acto de presentación ante la opinión pública, del grupo
Montoneros como una organización armada peronista: el secuestro y ejecución
del general golpista Pedro Eugenio Aramburu, expresidente de Argentina en
el período 1955-1958 y directo responsable del fusilamiento de numerosos
presos políticos en junio de 1956, durante la represión del levantamiento
que encabezó el general peronista Juan José Valle.
A principios de julio de 1970 un comando de la organización Montoneros
ocupó la localidad de La Calera en la Provincia de Córdoba, en el momento
en que sus militantes se retiraban del lugar fueron sorprendidos por la
policía, como resultado de las detenciones y decomiso de documentos, los
organismos de seguridad detectaron la identidad de varios integrantes de la
organización, entre otros la de Carlos Maguid. A partir esos datos
iniciales solo había un paso para conocer la presencia de cada uno de los
montoneros identificados en diversas acciones. Maguid fue acusado de
participar en el secuestro del general Aramburu, junto con su cuñada Norma
Arrostito (hermana de su esposa Nélida) y un grupo dirigido por Fernando
Abal Medina. Poco después la policía detuvo a Maguid quien permaneció en la
cárcel hasta la amnistía decretada por el presidente Héctor Campora el 25
de mayo de 1973.
Entre la fecha de su detención y el momento en que recupera su libertad
casi tres años después, Maguid compartió una valiosa experiencia de
reflexión y análisis del momento político argentino y acerca del futuro de
la propia organización Montoneros. De manera colectiva, junto con otros
integrantes de los grupos fundadores entre los cuales se encontraban Luis
Rodeiro, Ignacio Vélez y Luis Lozada, encabezaron una tarea de enorme
relevancia para los tiempos políticos que vivía la izquierda argentina. De
esa labor de análisis se derivó una de las primeras lecturas críticas sobre
algunos de los ejes teóricos que le daban sustento a las organizaciones
político-militares y que justificaban el accionar armado entendido como la
expresión de vanguardia de la lucha popular. Maguid se contó entre quienes
sostuvieron la necesidad de valorar el enorme significado que tenía la
etapa iniciada con el triunfo electoral peronista el 11 de marzo de 1973,
interpretado como el ingreso a uno de los pocos momentos de verdadera
vigencia de las instituciones democráticas después del golpe de Estado de
1955 y de reafirmación del liderazgo del general Perón. Desde esta
perspectiva rompió su vinculación con la estructura oficial de la
organización Montoneros y se incorporó a la corriente crítica que se agrupó
bajo el nombre común de "Juventud Peronista – Lealtad". Era una forma de
reafirmar públicamente, su reconocimiento a la jefatura de Perón en
momentos en los cuales la conducción oficial de Montoneros había entrado
en una disputa apenas disimulada con el legendario jefe y fundador del
movimiento peronista.
Jorge Rafael Videla
www.salvadorenosenelmundo.blogspot.comDurante esos años (1973-75) Maguid
renunció a todo tipo de exhibición pública, su figura se pierde de las
noticias políticas de la época y adopta un discreto segundo plano, casi no
hay registros de prensa que hagan referencia a uno de los participantes del
ya histórico "aramburazo" ni a su asistencia en algunos de los múltiples
foros y debates de una coyuntura donde los tiempos políticos y los acuerdos
o confrontaciones, podían medirse por horas.
Con el mismo perfil se produce su alejamiento del territorio argentino y la
solicitud de asilo a las autoridades migratorias peruanas. Su estancia en
Lima fue de escrupuloso respeto a las leyes migratorias y de un más que
prudente segundo plano en materia política. Sin embargo, aunque no lo
quisiera, Maguid arrastraba un "estigma" de origen, era de los pocos
participantes en el secuestro y ejecución del general Aramburu que estaba
al alcance del aparato de inteligencia de la dictadura argentina, los otros
integrantes del comando montonero que llevó a cabo esa acción habían caído
en combate (Abal Medina, Ramus) o se encontraban lejos de las redes de los
servicios de seguridad (Firmenich, Vélez). La telaraña que se tejió en Lima
bajo inspiración de la dictadura de Videla se fue haciendo más estrecha a
medida que el régimen necesitaba demostrar ante la opinión pública
internacional, que la lucha anti-subversiva había logrado cumplir con su
principal objetivo, descabezar a las organizaciones político-militares. En
julio de 1976 había muerto en combate el fundador y principal referente
público del ERP, Mario Roberto Santucho, sin embargo la dirección nacional
de Montoneros se mantenía casi sin bajas significativas después del
secuestro de Roberto Quieto en diciembre de 1975. Dentro de esta lógica la
posibilidad de detener a uno de los nombres históricos, integrante de los
grupos fundadores de esa organización, era una presa demasiado grande para
que la dictadura argentina la dejara escapar.
*Abril de 1977. El secuestro*
Las fuentes son escasas y se guardan en los sótanos de los servicios de
seguridad en Lima y Buenos Aires. Las versiones y trascendidos resultan
contradictorios, hasta donde ha logrado armarse el rompecabezas se sabe que
en el operativo de secuestro de Maguid, esa mañana del 12 de abril,
participaron los capitanes del ejército peruano Héctor Matta Rosingana y
David Bravo Castrillón y el comandante de policía Julio Vargas Martínez. Al
volante del vehículo al que fue subido Maguid se encontraba el oficial de
más alta graduación y jefe del operativo, el coronel José Vivero Arias. El
secuestrado habría sido alojado en las instalaciones del Ministerio de
Guerra y entregado a un grupo de oficiales de inteligencia del ejército
argentino, la versión está acreditada por un memorándum interno que
filtraron a la prensa algunos mandos peruanos en un acto que parece haber
sido un intento de deslinde del operativo. El procedimiento que se describe
y los nombres de los militares que intervinieron en el secuestro, se
encuentra confirmado por el excelente trabajo periodístico de Alicia
Pierini y Ernesto Jauretche, uno de los pocos intentos de reconstruir la
desaparición de Maguid, casi en el olvido y de algún modo tapada por la
magnitud de la tragedia que se descubrió en Argentina a medida que se
conocían las secuelas de la peor campaña de exterminio de opositores
políticos en la historia de ese
país.[3]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_edn3>
De los hechos que están fuera de toda duda, es la decidida colaboración que
prestó el entonces Ministro del Interior peruano, el general Luis Cisneros
Visquerra, amigo y camarada de la misma promoción del Colegio Militar del
general Videla, antecedente que le valió el apodo del *gaucho *en los
pasillos del régimen del presidente Morales Bermúdez.
Lo que no constituyen versiones ni trascendidos de "buena fuente" son los
documentos desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos, de
acuerdo a los cables e información enviada por el entonces embajador de ese
país en Perú, Harry S. Schlaudeman con fecha 11 de julio de 1977 y dirigido
al Secretario de Estado Cyrus Vance, se pone de manifiesto que el 12 de
abril de ese año fue secuestrado el ciudadano argentino Carlos Alberto
Maguid, asilado en Lima. En el mismo documento el diplomático Schlaudeman
informa a su superior que la señora Lone Hogan, funcionaria del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) le informó
que Maguid había sido apresado por militares peruanos en coordinación con
oficiales argentinos.
El vuelo del "Condor" sobre Lima no se detiene en el caso Maguid. En junio
de 1980, siguiendo procedimientos similares, son secuestrados en la capital
peruana tres integrantes de la organización Montoneros: Noemí E. Gianetti
de Molfino, María Inés Raverta y Julio César Ramírez, un cuarto militante
de esa organización – Federico Frías – había sido detenido en Argentina y
trasladado clandestinamente a Perú. El operativo iniciado por el Batallón
601 del Ejército argentino y apoyado en tareas de información y logística
por el Servicio de Inteligencia del Ejército de Perú, culminó poco después,
con la desaparición de tres de los secuestrados y con el abandono del
cuerpo de la señora Molfino en un departamento en la ciudad de Madrid.
El 25 de junio de 1980 las embajadas de Estados Unidos en Lima y Buenos
Aires elaboran un reporte conjunto en el cual, entre otras afirmaciones,
hay un párrafo por demás revelador. Al referirse a las acciones represivas
coordinadas en el marco de la "Operación Cóndor" y en particular a los
secuestros del mes de junio de ese año en la capital peruana, apuntan:"El
incidente nos es el único. En los años recientes, ha habido varios casos
similares que demuestran el alto grado de cooperación entre las agencias de
inteligencia y seguridad de los países de América del Sur y de su tendencia
a recurrir a medios ilegales en el tratamiento de sospechosos de ser
subversivos."[4]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_edn4>
La desaparición de los cuatro militantes opositores a la dictadura en la
"base Lima" de la organización Montoneros no ofrece demasiados secretos, el
régimen del general Videla procuraba por todos los medios, desarticular la
red organizativa que desde el exterior impulsaba la campaña de denuncia por
la sistemática violación de los derechos humanos y la desaparición de los
prisioneros políticos en los centros clandestinos de detención.
Por el contrario, el secuestro de Carlos Maguid, ofrece múltiples
interrogantes no resueltas hasta la fecha, hay al menos dos hipótesis que
parecen tener mayor consistencia: el operativo se llevó a cabo en
cumplimiento de un "juramento" secreto del área de inteligencia militar
mediante el cual se comprometían a eliminar a los participantes del
comando que llevó a cabo el secuestro y ejecución del general Aramburu. La
otra hipótesis sostiene que el secuestro de Maguid respondía al interés del
gobierno argentino de trasladar al prisionero a Buenos Aires para que
ofreciera una conferencia de prensa en calidad de "jefe subversivo
arrepentido", algunos secuestrados mencionan haberlo visto en los sótanos
de la ESMA a mediados de 1977. Su presentación ante los medios sería una
muestra de la derrota de la guerrilla y de la plena confirmación del éxito
de la estrategia de aniquilamiento de la oposición de izquierda. Sin
embargo, el texto de un memorando con una clave en tinta roja que
acreditaba su calidad de "secreto", ofrece nuevas pistas sobre lo ocurrido
en las 48 horas posteriores al secuestro. El documento confidencial está
dirigido al Comandante General del Ejército Peruano, general Guillermo
Arbulú Galliani y en el mismo se informa que. "Tiene por objeto dar cuenta
del operativo Maguid, siguiendo su orden escrita, el dia 14 fue entregado
el cadáver del sujeto Arg. Carlos Alberto Maguid, al personal de seguridad
del Ejercito Argentino que se encuentra en Lima desde los primeros días del
presente mes."[5]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_edn5>
¿Estaba prevista desde la misma planificación del secuestro la eliminación
física del prisionero o algo no cuadró en los planes de las fuerzas
represivas? No hay elementos suficientes para confirmar o desmentir esta
hipótesis, tal vez la muerte del secuestrado durante la tortura frustró los
planes de presentar a Maguid ante la prensa. De todas maneras, las pistas
se pierden en aquel mes de abril de 1977, inicio oficial de las acciones de
contra-insurgencia de la Operación Cóndor entre las dictaduras de Argentina
y Perú. El caso Maguid sigue siendo un expediente abierto, como el de miles
de argentinos detenidos ilegalmente y desaparecidos en los engranajes
represivos de la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983.

------------------------------
[1]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_ednref1>
Carlos
Noriega, "El Cóndor voló en la dictadura", Buenos Aires, *Página 12*, 18 de
enero de 2008
[2]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_ednref2>
Luis
M. Donatello, *Catolicismo y Montoneros*, Buenos Aires, Cuadernos
Manantial, 2010
[3]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_ednref3>
Alicia
Pierini y Ernesto Jauretche, "Guerra sucia en el Perú", Buenos Aires, *Página
12*, 7 de febrero de 1999
[4]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_ednref4>
Ángel
Páez, "Derechos humanos: Plan Cóndor; Washington sabe y no contesta",
www.ipsnoticias.net/print.as (Consulta, 27 de diciembre de 2010)
[5]<http://www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/242-caso-maguid-el-eje-lima-buenos-aires#_ednref5>
http://es.groups.yahoo.com/group/foro_centenario/messege/442, (Consulta,
10 de marzo de 2011)
--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

PLANETA PERU

PlanetaPeru: buscador del Perú

Seguidores

Archivo del Blog