miércoles, 25 de marzo de 2009

Rv: [foro_centenario] "Julio Antonio Mella y la Internacional Comunista" de Felipe de J. Pérez Cruz



--- El mié, 25/3/09, Gustavo Pérez Hinojosa <gperezhinojosa@gmail.com> escribió:

De: Gustavo Pérez Hinojosa <gperezhinojosa@gmail.com>
Asunto: [foro_centenario] "Julio Antonio Mella y la Internacional Comunista" de Felipe de J. Pérez Cruz
Para: foro_centenario@yahoogroups.com, "Generación Resurgimiento" <generacion_resurgimiento@yahoogrupos.com.mx>, "UNIVERSIDAD SOCIALISTA JOSE CARLOS MARIATEGUI" <uspjcm@gmail.com>, "Cátedra ERNESTO CHE GUEVARA" <catedracheperu@hotmail.com>
Fecha: miércoles, 25 marzo, 2009 12:20

Por Felipe de J. Pérez Cruz
<http://1.bp. blogspot. com/_35yRBfNshP8 /Scoz41MtSVI/ AAAAAAAADD4/ S9N2Vd8gX5A/ s1600-h/mella2. jpg>Marzo
siempre trae el recuerdo de Julio Antonio Mella. Un día 25 de 1903 nació
este paladín del movimiento comunista y la Revolución antimperialista. Mella
vivió en el vórtice de la tormenta revolucionaria, su vida y pensamiento una
y otra vez motivan debates y no pocas confrontaciones. Cada generación
revolucionaria precisa de dibujarse a sí misma "su" Mella. Cada momento
político nos recoloca a Mella. Y por supuesto una y otra vez nuestros
adversarios políticos e ideológicos intentan reconceptualizar su
pensamiento, desde los mitos que construyen a través de la historiografí a
que le es afín, y que casi siempre se nos presenta como seria, documentada y
propositiva.
Una de las joyas del anticomunismo contemporáneo es la lectura negativa que
se ha fabricado alrededor de la historia de la Internacional Comunista y la
actuación histórica de los partidos comunistas. Ha sido tan masiva y
constante esta campaña que ha logrado imponer más que argumentos, un enfoque
prejuicioso que ha penetrado amplias zonas de la intelectualidad de
izquierda y de los cientistas sociales. Hay enfoques que se centran tanto en
la suma de críticas y juicios negativos, sobre la Internacional Comunista,
que pierden la perspectiva histórica y nos dan una suerte de narración donde
se desdibuja por completo el balance brutal de las acciones imperialistas,
en tanto antagonista principal de los acontecimientos cubanos y
latinoamericanos.
Pienso que es oportuno recordar la efemérides de Mella acercándonos al tema
de la Internacional, desde la dimensión que le otorgó la propia praxis
revolucionaria del fundador del primer partido comunista cubano.
Mella y la Internacional
Julio Antonio Mella llegó a la militancia de la Internacional Comunista como
hecho de "meditación" tal como lo prueban las actas del Congreso donde nace
el primer Partido Comunista de Cuba, como Sección de la Internacional el 16
de agosto de 1925. Estaba consciente de la seriedad que tal incorporación
demandaba y de la responsabilidad que se adquiría (1).
Mella actuó como un convencido militante internacionalista y se vinculó al
sistema de organizaciones que orientaba la Internacional Comunista: La
Internacional Sindical Roja, Internacional Juvenil Comunista y Socorro Rojo
Internacional. Ardiente patriota, defendió con firmeza los principios
internacionalistas. "Internacionalismo –definía a finales de 1925, cuando
escribía sus "Glosas al pensamiento de José Martí"-- significa en primer
término, liberación nacional del yugo extranjero imperialista y,
conjuntamente, solidaridad, única, estrecha con los oprimidos de las demás
naciones" (2). "Ningún revolucionario del momento actual puede dejar de ser
internacionalista. Dejaría de ser revolucionario" , ratificaba ese mismo año
de 1925 al pronunciarse sobre la necesidad de crear una internacional
americana "capaz de aunar todas las fuerzas antimperialistas y
revolucionarias" (3).
En la escuela de la Internacional Comunista, Julio Antonio se forma como
militante del Partido de nuevo tipo. Comprende la necesidad de un "Partido
fuerte, de un solo bloque, irrompible en la lucha" (4). "La Tercera
Internacional y la URSS tienen para la América Latina un doble significado
-define en 1927- Primero: Son la Vanguardia y el baluarte del Movimiento
Socialista. Segundo: Son el pivote de todo movimiento de emancipación
nacional que sea sincero" (5).
Con Martí y Lenin
El sólido conocimiento que Mella poseía del legado martiano, se enriquece
con las lecturas de los clásicos del socialismo científico. De la mano de
Martí el joven revolucionario transita hacia una fértil articulación
dialéctica con el marxismo y el leninismo. Esta perspectiva lo inmuniza
definitivamente contra las frecuentes intoxicaciones izquierdistas de muchos
de sus contemporáneos empeñados en trasplantar, hasta las mismas consignas
que habían probado su eficacia en el escenario de la Revolución Bolchevique.
Ya desde meses antes de la fundación del Partido asombra la claridad teórica
del joven cubano. En "Los nuevos libertadores" definirá: "La causa del
socialismo en general… es la causa del momento, en Cuba, en Rusia, en la
India, en los Estados Unidos y en la China. En todas partes. El solo
obstáculo es saberlo adaptar a la realidad del medio" (6). Ningún otro
dirigente comunista europeo, asiático o latinoamericano vio tan
tempranamente este eje fundamental, determinante en toda la historia
posterior del movimiento comunista
El artículo "Hacia la Internacional americana" escrito en diciembre de 1925,
desde la cárcel de la Habana, vuelve a acotar. "La Europa y el Asia están
lejos. Ambas tienen en estos momentos grandes problemas que resolver, por lo
tanto es imprescindible concretar una formula precisa para nuestra zona"
"Aceptamos las experiencias de Europa en sus luchas y lancémonos a
conquistarlas de acuerdo con ellos y adaptando sus procedimientos
revolucionarios a nuestros ideales" (7). Lenin aportaría en esta tarea la
teoría sobre el imperialismo "de aplicación universal" (8). Sus Tesis sobre
la cuestión nacional y colonial aprobadas en el II Congreso de la
Internacional Comunista. La práctica de la etapa leninista de la
Internacional dotaría estas esencias con la realización política del Frente
Único y su expresión más acabada para nuestra región, la Liga
Antimperialista de las Américas.
Madurez del enfoque histórico
Sí a principios de 1925 Julio Antonio ve la Revolución Social como un "hecho
fatal e histórico, independiente de la voluntad de los visionarios
propagandistas" (9), en 1926 ya percibe que lo más importante es estar
"capacitados para aprovechar el momento histórico"(10) y en 1927 comprende
las alternativas que se avecinan, y rompe con esa visión "fatalista". Afirma
"que la liberación nacional y social no se nos concederá por misericordia"
(11).
Lejos del discurso triunfalista que proclamaba la crisis y el derrumbe del
sistema capitalista, Julio Antonio tiene una objetiva lectura del momento
histórico por el que transitaba la nación norteamericana. Aprecia que "la
estructura económica del capitalismo imperialista yanqui no presentaba aún
resquebraduras serías que indicara su próxima desaparición…Por ello "el
proletariado esta hipnotizado por los líderes amarillos y los altos
salarios" (12).
La ratificación de la necesidad de aplicar la doctrina comunista a cada uno
de los fenómenos sociales de América, impone a Mella replantearse la
historia del continente, comprender desde muy temprano el proceso que
protagonizaba, como una continuación de las gestas independentistas, y se
apresta a asumir las tareas inconclusas en las nuevas condiciones: "Luchar
por la realización del viejo ideal de Bolívar adaptado al momento" (13)
subrayaba en agosto de 1924.
La estrategia de la Revolución Latinoamericana
No obstante el poderío imperial Julio Antonio descubre las posibles brechas
para la acción revolucionaria en nuestras tierras. Desde esa perspectiva
Mella definirá la dirección principal:
La lucha activa contra el imperialismo de todas las clases y sectores que
proclamaran sus intereses por una auténtica independencia nacional. Exigir
de inmediato la retirada de las tropas yanquis de Nicaragua y de Haití, y la
revisión de los tratados injustos tipo Enmienda Platt. Establecer la más
activa solidaridad entre los obreros y campesinos del continente en su
enfrentamiento contra los imperialistas y sus agentes en cada país, pues las
masas de América Latina han de saber que solo a través de la lucha se podrá
vencer revolucionariamente al imperialismo. Así mismo plantea la solidaridad
antimperialista con los trabajadores y el pueblo estadounidense.
Mella funda en México una organización insurreccional para reeditar la tarea
nacional liberadora y antimperialista de José Martí. En honor a los
emigrados que junto a Martí y Carlos Baliño habían dado vida en 1892 al
Partido Revolucionario Cubano, nombrará al nuevo instrumento político
Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos (ANERC). Con la ANERC
trabajará para unir a todos los patriotas cubanos que estaban en el exilio
tanto en el país azteca, como en otras tierras latinoamericanas, en varias
ciudades de los Estados Unidos y París.
Desde la clara concepción que Julio Antonio ha elaborado, se entiende más
aún la ruptura con Víctor Raúl Haya de la Torre, la crítica a los apristas y
a su pretendido marxismo y revolucionarismo indoamericano, pues "no es una
defensa del dogma porque sus consignas sean antimarxistas, anticomunistas,
antileninistas, si no porque están contra la realidad americana, son
impracticables y reaccionarias, utópicas..." (14).
Frente al proyecto aprista Mella levanta la experiencia concreta de los
guerrilleros nicaragüenses: "Sandino ha enseñado mucho a los timoratos"
(15). A Mella no le importaba que Sandino no fuera un militante de la
Internacional Comunista: Lo decisivo era que el proyecto antimperialista y
la resistencia al invasor norteamericano del patriota nicaragüense,
constituía una respuesta ideológica y política al imperialismo. El General
guerrillero le reafirmaba que nuestras propias fuerzas debían ponerse en
juego en el sentido y el riesgo de la Revolución.
La sanción a Mella
La sanción de separación de las filas del partido cubano de que fue objeto
Mella, ha sido uno de los más recurrentes episodios manipulados por los
detractores del primer Partido Comunista de Cuba. Del Mella de 1926, no pudo
obtener el enemigo una sola diatriba para su siempre atenta campaña
divisionista. Tampoco de sus discrepancias en el seno del Partido Comunista
Mexicano. Sin embargo una y otra vez el anticomunismo ha tratado de recurrir
a una "defensa" que Mella nunca pidió ni necesitó. Sin excepción quienes
acentúan la crítica a los comunistas, enfatizan en la anécdota del conflicto
y dejan de atender su evolución posterior.
La sanción no solo motivó un álgido intercambio de Mella con sus críticos
dentro del Partido, sino también le creó a la organización comunista una
seria situación en el seno de la Universidad Popular "José Martí", la Liga
Antimperialista y en otras organizaciones y sindicatos revolucionarios, que
no compartían las apreciaciones negativas sobre Mella. A su vez el conflicto
continúo desde México, país donde Mella desempeñaba con toda energía sus
tareas revolucionarias. Allí los compañeros del Partido Comunista Mexicano
no podían entender la situación y pidieron explicación a sus camaradas
cubanos. A su vez todo este conflicto se evaluó en el Secretariado
latinoamericano y en la dirección de la Internacional en Moscú.
La situación creada ofrece un material valioso para entender, más allá de
las pasiones desatadas, las limitaciones del movimiento comunista, y también
los altísimos valores éticos, ideológicos y políticos que en sus filas
prevalecían. Precisamente sería la dirección de la Internacional en 1927, la
que le hizo justicia y resolvió a su favor la sanción. Mella fue
reincorporado al Partido cubano con todos sus derechos. La actuación de la
Internacional más que medida, sabia en el manejo y solución de este complejo
problema, merece destacarse.
Lionel Soto en su obra sobre "La Revolución del 33", subraya el hecho de que
en la ANERC, Mella logra nuclear dentro del amplio grupo de exiliados
cubanos, a los militantes comunistas que habían tenido que abandonar el país
por la represión de la dictadura machadista, algunos como Alejandro
Barreiro, miembro de Comité Central, que incluso había integrado el jurado
que propuso la controvertida sanción de 1926 (16). Ya en estos días de 1928
el Partido Comunista cubano compartía los criterios tácticos y estratégicos
de Mella, a contrapelo de la "orientación" de la Internacional Comunista.
Rubén Martínez Villena con el liderazgo efectivo del Partido, secundaba a
Mella en el archipiélago. Esta realidad vista desde los duros intercambios
realizados en los momentos de la sanción a Mella, dan la dimensión ética y
política de salida de aquel conflicto, y permiten con justicia considerarlo
como un hecho desafortunado y coyuntural. Explicitar esta verdad permite
trascender la anécdota y brindar el proceso de la tan publicitada sanción,
en su ineludible historicidad.
¿Mella trotskista?
La virtual guerra política entre Stalin y Trotski, y la obligada y
definitiva colocación de este último, en una posición de completa
beligerancia frente al Partido y al proyecto stalinista; selló el
debilitamiento del movimiento revolucionario de la época, y fue caldo de
cultivo para el oportunismo y la traición. En el seno de los partidos
comunistas se producirían lacerantes procesos internos cuyas secuelas aún
nos acompañan. Faltó en repetidas ocasiones la mesura y el respeto por
revolucionarios que, dentro de las posiciones marxistas y leninistas o fuera
de ellas, defendían otros puntos de vista.
Mella vive el inicio del clima de intolerancias, intrigas y oportunismos que
minó la Internacional. Como toda la obra y acción del joven líder cubano era
demostrativa de una concepción teórica y política completamente opuesta al
stalinismo, no faltaron entonces quienes tempranamente intentaron acusarlo
de trotskismo, y en consecuencia separarlo y expulsarlo deshonrosamente de
las filas comunistas.
A diferencia de quienes dentro de la Internacional trataban de calumniarlo,
los revolucionarios mexicanos que se alinearon a favor de Trotski, veían con
toda legitimidad a Mella como el iniciador de la corriente que más tarde
conformó la Oposición de Izquierda en el Partido Comunista Mexicano. Para
muchos de ellos Mella marcó el inicio de las diferencias que luego
desafortunadamente se harían irreconciliables.
Las apreciaciones sobre el trotskismo de Mella se refuerzan argumentando el
hecho evidente de que el joven revolucionario sintió admiración y respeto
por el brillante bolchevique. Conoce la censura a que han sido sometidas las
tesis de Trotski -por ser pública luego de la XIII Conferencia del Partido
Comunista soviético en enero de 1924-, y no le puede ser ajena la marcada
diferencia de este dirigente con Stalin, ya convertido tras la muerte de
Lenin, en el máximo jefe del Partido y el Estado soviéticos. No obstante el
martiano Mella, porque lo cree digno, alaba la precisión de Trotski sobre la
importancia de la contabilidad en la empresa socialista contenida en su
trabajo "¿Hacia dónde va Rusia?. Y esto lo hace públicamente en El Machete,
órgano central de los comunistas mexicanos, en junio de 1927 (17).
El que los trotskistas mexicanos crean y defiendan a Mella como uno de sus
"iniciadores", y que tal apreciación tenga legitimidad desde la perspectiva
de la historia de su movimiento político; no prueba sin embargo que
realmente Julio Antonio Mella haya sido trotskista. Mella, admiró el genio
de Trotski cuando este, decía: "supo matar hasta el último rescoldo de
individualismo" (18) y asumió la disciplina y la labor colectiva del Partido
de los bolcheviques, para criticarlo definitivamente cuando promovió la
división y la ruptura de la unidad. Todo acto de divisionismo encuentra en
Mella un rechazo tajante.
Los últimos combates
El estudio de las tesis leninistas llevaría a Mella a precisar las
limitaciones de la estrategia y la táctica de la Internacional Comunista en
el ámbito latinoamericano; matizadas en conjunto, por una apreciación
esquemática del proceso histórico y del movimiento revolucionario del área,
y crecientemente contaminada por una mal aplicada intensión de coordinación,
por los métodos de autoritarismo y sujeción de todo el movimiento comunista
internacional a los intereses de la política exterior soviética y a las
decisiones - convertidas automáticamente en orientaciones axiomáticas- de la
dirección partidista de ese país. Su credo de revolucionario práctico lo
lleva a definir la importancia de fertilizar la teoría en los propios
escenario y acontecimientos: "No debe creerse en una explicación mecánica de
las experiencias de otros lugares" (19) "Necesitamos experimentar para no
ser engañados y probar los postulados en la realidad" (20).
A pesar de que después del VI Congreso de la Internacional que concluyó en
Moscú en septiembre de 1928, la consigna sectaria de "clase contra clase"
-que colocaba a los comunistas en disputa con el más amplio espectro de
fuerzas políticas-, se generalizó entre los jóvenes partidos marxistas
latinoamericanos, Julio Antonio no cumple mecánicamente la orientación.
Considera que las tesis que se avienen a la realidad del movimiento de
liberación en Cuba y en Latinoamérica son las que hasta el IV Congreso había
defendido la propia Internacional Comunista: Frente Único y Liga
Antimperialista.
Mella valora la situación concreta y no suspende los contactos que a través
de Rubén Martínez Villena y el Partido Comunista cubano, sostiene con
sectores del Partido Unión Nacionalista para organizar la lucha armada en el
país. Tal como había aprendido con su maestro Alfredo López, Mella continúa
en México la política de tejer alianzas con todas las fuerzas interesadas en
crear una central amplia y unitaria del proletariado. Mantiene su apoyo a
Sandino, en momentos en que en el Partido Comunista Mexicano, comienzan a
acentuarse las acusaciones extremistas contra el inclaudicable patriota
nicaragüense. Y con la ANERC prepara la expedición que lo traería desde
México para incorporarse a la lucha armada, Este actuar lo coloca en fuerte
confrontación con quienes intentaban cumplir las "orientaciones de Moscú".
Se le abren a Mella discusiones intensas dentro del Partido mexicano con
entrañables compañeros. Mella resiste, da razones y discute con la pasión y
el ímpetu que lo caracterizaban, pero en él cuidar la unidad del Partido es
lo fundamental. Precisamente en apoyo y defensa de medidas tomadas por la
Internacional en Europa, con el objetivo de defender la cohesión ideológica
y política de la organización, escribe el 5 de enero de 1929 en el "El
Machete": "Los partidos comunistas no pueden ser un mosaico de colores y
tendencias" (21). Cinco días después, en la oscuridad de la noche,
pistoleros a sueldo del dictador Gerardo Machado, le infringen heridas
mortales.
Muere Julio Antonio Mella en el empeño que consideraba correcto, sin
renunciar a su condición de militante del Partido y de la Internacional
Comunista. Consciente de virtudes y errores. Batallando por la Revolución
dentro y fuera del Partido.
Notas
  1. Julio Antonio Mella: "Acta de la segunda sesión del Primer Congreso
  Nacional de Agrupaciones Comunistas de Cuba", en Instituto de Historia del
  Movimiento Obrero y la Revolución Socialista de Cuba, Julio Antonio Mella.
  Documentos y Artículos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p
  620
  2. "Glosas al pensamiento de José Martí", Ob. cit., 268.
  3. "Hacia la Internacional Americana". Ob. cit., p. 212.
  4. "Nuestras enfermedades infantiles", Ob.cit., p.428.
  5. "El triunfo revolucionario de la diplomacia roja", Ob.cit., p.340.
  6. "Los Nuevos Libertadores" , en Ob. cit., p 124.
  7. "Hacia la Internacional Americana", Ob.cit.p.213.
  8. "El triunfo revolucionario de la diplomacia roja", Ob. cit., p.340.
  9. "Cuba un pueblo que jamás ha sido libre". Ob. cit., p. 182.
  10. Carta a Sarah Pascual", Ob. cit., p.256.
  11. "Mensaje de Mella a los Estudiantes", Ob. cit., p. 279.
  12. Junto a Wall Street", Ob. cit., p.325.
  13. "Hacia la Internacional Americana". Ob. cit., p. 211.
  14. "La lucha revolucionaria contra el imperialismo…". Ob. cit., p. 386.
  15. "¿Hacia dónde va Cuba?", Ob. cit., p.408.
  16. Lionel Soto: La Revolución del 33, Editorial de Ciencias Sociales La
  Habana, 1977, Tomo I, p 497
  17. "Cuadros de al Unión Soviética", Ob. cit., p 29
  18. "Hacia dónde va Inglaterra". Un libro de Trotski, Boletín del
  Torcedor, La Habana, año X, no. 211, 31 de mayo de 1926.
  19. "¿Hacia dónde va Cuba?", Ob. cit., p.408.
  20. "Nueva ruta de los estudiantes", Ob. cit., p. 454.
  21. "La semana Internacional VIII", Ob.cit., p 506
__._,_.___
Actividad reciente
Visita tu grupo
Yahoo! Avatares

¿A qué esperas para

crear el tuyo?

Yahoo! Correo

Lee tu correo desde

cualquier lugar.

Mi Yahoo!

Tu correo, tus RSS

y mucho más...

.

__,_._,___

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

PLANETA PERU

PlanetaPeru: buscador del Perú

Seguidores

Archivo del Blog