De: José Eduardo B. Gutarra <pepagu@hotmail.com>
Asunto: [PERU_LIBRE] Horacio Zeballos... presente!!!
Para: "peru libre" <peru_libre@gruposyahoo.com>
Fecha: viernes, 6 marzo, 2009 1:09
Hace unos días se cumplió 20 años del cobarde asesinato (típica marca de la reacción y sus grupos paramilitares) del dirigente minero Saúl Cantoral, aquél quien dirigió exitosamente jornadas gloriosas e históricas del gremio minero y metalúrgico del país. El compañero Cantoral no es memoria sino Vida ancha y continua; no está muerto en el Pueblo, ya que seguimos sus pasos hacia la Libertad y la Justicia, tampoco está muerto ante los ojos de los explotadores de estas tierras ya que su nombre y su recuerdo les escarapela la piel y su ira intenta disimular su temor.
Dentro de unos días, el 7 de marzo de este año, se cumplen 25 años de la muerte de otro gran dirigente popular, me refiero al compañero Horacio Zeballos Gámez. Al igual que el primero él también escribió la historia de nuestro país con su sangre. Dirigente estudiantil, Primer Secretario General del SUTEP, candidato a la Presidencia del Perú y Diputado; algo de su trajinar por este mundo. Pero las actividades que más quiso, como hombre humilde e hijo del pueblo, fue su labor como educador, como Maestro y de Poeta, además de muchas otras cosas más. Así es, Horacio, el compañero Horacio, era un Maestro de la vida y un poeta que cantaba hacia el futuro.
Su vida, como la de un verdadero revolucionario, fue difícil (por decir algo sencillo) de transitar: esto estuvo evadida de cárceles ni persecuciones. Después de la Huelga magisterial del año 73, bajo el Gobierno "Revolucionario" de las Fuerzas Armadas y dirigida por Juan Velasco Alvarado, Zeballos fue perseguido y detenido siendo internado en El Sepa, aquel asentamiento del "criminales" en medio de la agreste selva, incomunicada con el "mundo". Todo el magisterio y el pueblo reclamaron por su libertad, la cual se produjo ocho meses después. Las secuelas de esta reclusión le llevarían a una temprana muerte que no era la suya y que a esta hora no sabrá qué hacer con tanta vida. Recordemos que la dictadura militar de los 70 persiguió cruelmente a los brotes rebeldes del pueblo peruano: persiguió a maestro y estudiantes, a obreros y campesinos, privatizó la educación (recordemos aquellas canción que en muchas oportunidades de seguro hemos cantado: Flor de retama), paralelizó a las centrales obreras entre otra joyitas más. Aún así no pudo doblegar a las fuerzas populares y los dirigentes del mismo, entre ellos Zeballos, supieron hacer frente a todos estos atropellos y recobrar muchas libertades. Histórico también es el Paro Nacional del 19 de Julio de 1977, el acto de unidad más grande y contundente que ha tenido nuestro pueblo en su historia en donde todos parecían por primera vez se habían puesto de acuerdo sobre algo, por el cual la dictadura militar llamó a elecciones para la Constituyente del 79.
En la corta vida, en cuanto a tiempo mas no en obras, que tuvo Zeballos supo conducir con valentía y consecuencia al gremio magisterial. No solamente se consolidó la unidad de los maestros (en la cual participaron muchos más grandes hombres de diferentes generaciones, entre ellos otro mártir de la Educación: Jaime Cerrón Palomino) sino la consolidación de una línea sindical Clasista y combativa. Pero además, como un verdadero comunista que fue, no se quedó en el plano gremial, en la política meramente reivindicacionista sino que buscó, luchó, por La Revolución: no mejoras que muchas veces son parches del momento y al mismo tiempo necesarias medidas para apalear las miserias del pueblo sino un cambio Radical (que viene de raíz no de alocado o irracional).
Hombre de comprobada honradez, de afecto sincero hacia el pueblo, indomable hacia los tiranos, de palabras que cobraban vida, alegrías y armas. Vivió perseguido por muchos hombres, de diferentes rostros pero su verdugo y enemigo fue sólo uno… Las constantes persecuciones, detenciones, el hambre y la miseria por las que pasó no impidieron que su corazón y sus manos hasta el final luchasen por los ideales más grandes de la Humanidad. Y aunque murió de un paro cardiaco sabemos que fue producto de la tenaz lucha que mantuvo contra el Imperialismo.
No digamos que es memoria o recuerdo, al contrario el compañero Horacio está vivo e intranquilo hasta que por fin se concluya con la Tarea en la que él trabajó. Justamente que su ejemplo sea guía de acción de los que compartimos con él los mismos ideales. Y, que a pesar de que militó en un partido es un mártir popular y por ende se le tiene que reconocer y valorar – de lado está por el momento una discusión sobre la praxis del que fuera su partido –.
Las palabras serán siempre pocas al hablar de hombres que hacen historia. Llevémoslo como ejemplo.
¡Compañero Horacio Zeballos!
¡Presente!
¡Cuando un revolucionario muere!
¡Nunca muere!
¡Mártires del Pueblo!
¡Presente!
Ahora
Y siempre
Hasta la Victoria Final
Venceremos
C. Eduardo B. Gutarra
Aquí envío un poema del Maestro Horacio, esperando que les guste.
Maestro
en tu libro de lucha
he aprendido
que no traicionar es un mandamiento
Me enseñaste a vencer montañas
y ciudades
a no retroceder como el agua constante
Vives en mi sangre
y el pueblo abraza tu esperanza
Eres el Huascarán que de puro hermoso causa espanto
En ti aprecio al Urubamba que baja vivando
y al amanecer pareces el Titicaca que se ahoga
en las orillas de mis ojos
Nada importan abrojos y enemigos
para vencer requiero tu ternura
la transparencia humana
tus brazos de cóndor
Quiero lealtad
como los niños que siembras con tus palabras
Un ideal color de lirio, un país como tú
donde el fusil hable y derrame cantos
Maestro
cuando te miro me acuerdo que estoy venciendo
y no tengo miedo a los descuartizadores
de la luz y el canto
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