Este libro de Malcom X está basado en la edición de la editorial Pathfinder, Copyrigh de 1992 con prefacio de Martin Koppel e introducción de Steve Clark, publicado en Cuba a cargo de la Editorial de Ciencias Sociales. Estoy convencido de que la publicación de Habla Malcolm X: discursos, entrevistas y declaraciones va a ser recibido con gran beneplácito y alegría por el lector cubano, siempre interesado en tener una apreciación acertada de los líderes políticos. Malcolm X es una de esas figuras muy ligadas a la historia de la Revolución Cubana tanto por su personalidad revolucionaria e inclaudicable solidaridad con Cuba, como por aparecer muy tempranamente vinculado a la figura de nuestro máximo líder Fidel Castro, en el Hotel Theresa del Barrio de Harlem en Nueva York, en septiembre de 1960. El 21 de febrero de este año 2009, se cumplen 44 años del asesinato de uno de los líderes revolucionarios más brillantes y consecuentes del siglo XX. Nació el 25 de mayo de 1925 y le pusieron el nombre de Malcom Little. Nacido en Omaha, estado de Nebraska, hijo de un pastor bautista, seguidor de los ideales de Marcus Garvey y de una ciudadana de la isla caribeña de Granada. Con posterioridad a su peregrinación a la Meca, adoptó el nombre musulmán de Hajj Malik El Shabazz, conociéndosele mundialmente como Malcolm X. Su lucha fue ardua y en extremo difícil; por caminos diferentes a los convencionales para la época, arribó a una concepción teórica y a una estrategia de la lucha del pueblo negro norteamericano, que lo hizo emerger como un líder en el combate mundial contra el imperialismo. Malcolm X vivió en Boston y en Nueva York, donde al involucrarse en robos, drogas, juego ilegal y otros delitos de menor cuantía, fue apresado, permaneciendo en prisión hasta 1952, en una cárcel del estado de Massachussets. Durante la estancia en prisión se incorporó a la organización musulmana Nación del Islam, siendo este el momento en que adoptó el nombre por el que ha sido universalmente conocido: Malcolm X. La estancia en la cárcel ejerció un impacto positivo sobre su joven personalidad, proceso en el cual recibió la ayuda de sus compañeros de militancia musulmana. Salido de prisión, apenas con 27 años, se había propuesto cambiar los erráticos derroteros de su vida anterior. Un año después de salir de la cárcel, es nombrado, convirtiéndose en uno de los Ministros de la organización Nación del Islam. Para entonces, la idea más clara de lo que significaba la religión para Malcolm X, en el contexto de sus ideas políticas, la expresó con toda elocuencia, cuando dijo: "si tengo que aceptar una religión que no me permita librar una batalla por mi pueblo, mando al diablo esa religión". (Ver: Habla Malcolm X, discursos, entrevistas y declaraciones. Editorial Pathfinder, United States, 2002, p. 114. Libro del cual han sido tomadas todas las referencias de esta presentación. Malcolm X atravesó por un período muy difícil de su vida política, cuando a partir de 1963, tuvo que adoptar la decisión de apartarse de la Nación del Islam, organización a la cual debía mucho y que había tenido una muy fuerte influencia en su formación inicial. Tal decisión tuvo lugar, cuando se percata, a partir de una conversación personal, que el máximo líder y padre espiritual de la Nación del Islam, Elijah Mammad, a quien había seguido fielmente, presentab a una conducta personal inadecuada política y moralmente, llegando a su vez a la profunda convicción de que dentro de esa organización, la función de sus cuadros, era solo la de cuidar los intereses, no pocas veces espurios, de su líder y además, al experimentar el prácticamente nulo interés de la organización, por la actividad política dentro del pueblo negro norteamericano. Es que la Nación del Islam, discurría de manera inconsecuente con los principios que predicaba, todo en medio del abuso de poder y de autoridad de su máxima dirigencia, lo que llevaba continuadamente a un involucramiento de la jerarquía de la organización hacia el encubrimiento de bochornosas acciones de beneficio económico, por medio de coordinaciones con el KK Klan y otras organizaciones racistas y facistoides. A partir de su salida de la organización, por causas tan comprometedoras, para Malcolm X, esto comenzó a representar un peligro tanto para el liderazgo de la Nación del Islam, como para la organización misma vista como un todo. Así como también para Malcom X personalmente. Es que la nación del Islam, con su tendencia nacionalista burguesa y un liderazgo continuamente empeñado y comprometido en lograr espacios dentro de la economía del sistema capitalista en EE.UU., resultaba todo lo opuesto a lo que Malcolm X pretendía para una organización que persiguiera luchar por la liberación del pueblo negro norteamericano. Tales deficiencias mencionadas, sobre la Nación del Islam, fueron las que Malcolm X se propuso superar, cuando poco después, fundara sus dos organizaciones: la Organización de la Unidad Afroamericana (OUAA), iniciada en Nueva York en 1964 y la llamada Mezquita del Islam. Pretendiendo con ambas cubrir las inquietudes religiosas y políticas a partir de las comunidades negras. Malcolm X ha sido no pocas veces tildado de racista y de violento. Muchos de los que no lo conocen, o algunos que lo conocen muy bien, sobre todo estos últimos, pretenden denigrarlo, comparándolo con Martin Luther King; a partir de considerar a Malcolm como el demonio "rojo" y a Luther King como el ángel "negro". Posición maniquea, que ha servido bastante para introducir mucha confusión en la comprensión del verdadero papel de ambas personalidades y el lugar de estos dos líderes en la lucha del pueblo negro norteamericano. Malcolm X no juzgaba a nadie por el color de la piel, incluso, cuando hablaba de los negros, más bien se estaba refiriendo muchas veces a los no-blancos (decía negros, morenos, amarillos, rojos, etc.), para dar un giro comprensivo del problema de la colonización europea blanca, contra todos aquellos pueblos, que de algún modo resultaban ser esclavos en su propia tierra; como el negro norteamericano, que según no se cansaba de repetir, no habían venido en el Mayflower. Conceptos que le servían, para encontrar al enemigo común y forjar la alianza y la solidaridad que debían existir entre todos los explotados del mundo, fueran afronorteamericanos , chinos, indios, latinoamericanos, etc. Esta concepción lo apartaba tanto del racismo blanco como del racismo negro, que para la época afectaba a muchas organizaciones, acercándolo entonces a una concepción verdadera de cómo debía ser la lucha contra el racismo y la discriminació n de todo tipo, incluida la de la mujer, asunto este último al que presto también su atención. Malcolm X no le rendía culto a la violencia, pero lo que no permitía era que el negro fuera llamado a ser pacífico, cuando contra él se ejercía continua y abiertamente la violencia más despiadada. Decía entonces al respecto: "Yo mismo aceptaría la no-violencia si fuera consecuente, si fuera inteligente, si todos fuéramos no violentos, siempre fuéramos no violentos. Pero nunca voy a aceptar... la no-violencia de ninguna clase a menos que todo el mundo sea no violento "(Ob. P. 142. Sin duda, habría que ser tontos, para en una sociedad plagada de violencia de todo tipo contra la población negra, como lo es incluso aún hoy la sociedad norteamericana, aceptar ser no violento, para tratar de inculcar una ética, que ni la policía ni los tribunales, respecto a la mayoría de los negros, practican en los EE.UU. de América. No era partidario de la violencia, pero comprendía profundamente que la violencia era inevitable, en la misma medida en que esta provenía de la marcada intención de mantener a toda costa la explotación del negro. Condenándolos permanentemente a la posición de ciudadanos de segunda y tercera clase en su propia tierra. Objetivo con el cual colaboraban todos los mecanismos, instancias y dispositivos del sistema político norteamericano. Luego Malcolm X no era ni racista ni violento, es la sociedad norteamericana la que era, en su época, cada día más racista y más violenta. A pesar de que no se puede decir que con la lucha por los derechos civiles no se adelantó nada al respecto. También, desde el principio de su formación como dirigente revolucionario, Malcolm estuvo ligado no solo al impacto que la lucha de los negros en EE.UU. provocaba sobre su persona, sino también a la observación atenta de la lucha de otros pueblos oprimidos dentro de EE.UU. y a nivel mundial, perspectiva que enriquecía continuamente con sus viajes por Asia y África fundamentalmente. Es decir, que desde sus orígenes como dirigente revolucionario Malcolm X presentó en su formación también el fuerte componente internacionalista que siempre le caracterizó. Por lo que tanto en su pensamiento, como en su accionar político, la lucha del pueblo negro en EE.UU. era solo una parte de todo el quehacer revolucionario de la lucha de liberación a nivel mundial. Malcolm X incluso no se consideraba norteamericano, sino víctima de lo que llamaba el norteamericanismo. En 1964, diría en Cleveland: "Yo hablo como víctima de este sistema norteamericano. Y veo a EE.UU. con los ojos de la víctima. No veo ningún sueño norteamericano, veo una pesadilla norteamericana" . Para Malcolm X el sistema norteamericano era un sistema podrido, corrupto, de explotación, que enrolaba a los negros dentro de los mecanismos económicos y políticos de la explotación, la discriminació n y la degradación moral Jamás utilizaba las expresiones "Nuestro Gobierno", ni hablaba de "Nuestras Fuerzas Armadas", expresándose, entonces, del modo siguiente: "No trates al Tío Sam como si fuera tu amigo... si fuera tu amigo no serías un ciudadano de segunda... no tenemos amigos en Washington". Tales puntos de partida, para calificar a la sociedad norteamericana, dejaban muy claro que el pueblo negro norteamericano es en realidad un pueblo explotado y discriminado dentro de la que debía ser su propia nación debido a que en su inmensa mayoría los blancos se la han apropiado dejando a la inmensa mayoría de los negros norteamericanos en una situación estructuralmente similar a la de los pueblos explotados del Tercer Mundo. También tales expresiones servían para convertirlo en una persona sumamente "peligrosa", perseguida continuamente por los Servicios Especiales Norteamericanos, hasta el día de su asesinato el 21 de febrero de 1965. Con la introducción del "Black Capitalism", un plan especialmente fraguado durante la administració n Jonhson, junto a las reivindicaciones logradas como resultado de lucha por los derechos civiles, harían cambiar la situación, vendrían mejoras en términos del reconocimiento de derechos económicos, sociales y políticos para los negros; la lucha por los derechos civiles no había sido en vano, pero los cambios acaecidos tenían sus límites, dentro de una sociedad esencialmente racista y capitalista, en la que se ejercía el espíritu imperial también hacia adentro. Enrolando a los negros en la dinámica capitalista y manejando la "Afirmative Action", emergió un contexto nuevo dentro del cual una clase media alta negra subalterna de la oligarquía blanca devenía paradigma para la inmensa mayoría de los negros. Los negros, en su mayoría, seguirían esa "zanahoria" y todo concluiría en que hoy, una masa de negros que no sobrepasa entre el 5 ó el 7 % de la población negra disfruta de una posición de clase subalterna, explotando a los propios negros y disfrutando también de las ventajas del sistema. Mientras que para más de un 90% de esa población, se mantienen las condiciones de explotación y discriminació n que no han variado sustancialmente hasta hoy. En los discursos, entrevistas y declaraciones de Malcolm X, queda muy claro que este no compartía la estrategia de la lucha por los derechos civiles. Consideraba que esta forma de lucha no era la correcta. ¿Pero quería decir ello que Martín Luther King no tenía la razón? En realidad se trata de una pregunta muy difícil de responder, por lo cual preferimos enfocarnos en términos de los inconvenientes que presentaban ambas formas de lucha y de los problemas provenientes del contexto tanto interno, como internacional en que tales batallas se debían librar. No hay dudas de que Malcolm X era un líder más radical y de más amplia visión que Luther King; pero, ¿es posible afirmar, solo por eso, que el primero tenía la razón? No siempre en política la radicalidad equivale al triunfo de la estrategia de lucha que se fundamenta en ella. Como tampoco el que una estrategia de lucha no triunfe, no quiere decir que haya sido incorrecta. Son muchas las circunstancias que convergen en un proceso de lucha política para poder llegar a conclusiones tan fácilmente. No obstante, lo cierto es que ambas estrategias de lucha presentaban sus inconvenientes. ¿Cuáles eran esas estrategias? Veámoslas muy sintéticamente: · Para Martín Luther King, la lucha de los negros debía concentrarse en reclamar de la sociedad norteamericana los derechos civiles que les correspondían por ser parte de la nación norteamericana. Entre estos derechos, como el fundamental: ser tratados como iguales. Esta lucha se entendía como algo estrictamente en los marcos del país, aunque no excluía la posibilidad de recibir la solidaridad internacional. El método de lucha debía ser totalmente pacífico. · Para Malcolm X, la lucha de los negros no excluía reclamar sus derechos civiles, pero debía fundamentalmente concentrarse en fortalecer sus comunidades, sus organizaciones políticas y religiosas para reclamar el lugar que le correspondía a los negros dentro de la sociedad norteamericana. Esa lucha era enfocada sobre la base de lo que Malcolm llamaba el "nacionalismo negro", es decir, se veía al pueblo negro como una nación sojuzgada dentro del país y al sistema capitalista existente como su enemigo. Por lo que su lucha formaba parte de la lucha de todos los explotados del mundo y para ello debía organizarse. La lucha debía ser pacífica, pero no excluía el uso de la violencia si los explotadores la imponían bajo el principio de responder a la violencia contrarrevolucionar ia con la violencia revolucionaria. Malcolm X consideraba que tanto EE.UU., como los negros tenían un problema muy serio: los negros no eran deseados y la tendencia era a tratarlos como ciudadanos de segunda y tercera clases. Lo anterior lo expresaba del modo siguiente: "...cada vez que te miras en el espejo, ya seas negro, moreno, rojo o amarillo, estás viendo a una persona que constituye un problema serio para EE.UU., porque no te quieren aquí". Todas esas personas debían entonces unirse. Pero no solo dentro de EE.UU., sino con todos sus similares del mundo y levantar un gran movimiento de reivindicació n que él llamaba "revolución negra". Esa revolución tenía un enemigo común. Ese enemigo era el blanco colonizador, siempre europeo: los españoles en América, los ingleses en África, los franceses, los belgas, los portugueses, los alemanes; blancos todos, que se habían movido por el mundo con sus empresas coloniales, explotando a todos los pueblos americanos, asiáticos y africanos. Los colonialistas imperialistas que habían hecho lo mismo a todos, incluidos a los negros norteamericanos, los que no habían venido en el Mayflowers, sino en los barcos negreros. Concibiendo al pueblo negro norteamericano como lo que realmente era, una masa que no había superado su condición de esclavitud, explotada en desigualdad de condiciones respecto al resto de toda la población blanca, discriminada en el contexto de la vida política y social, Malcolm X podía llegar a otra conclusión muy importante, a la realidad de que se trataba de un pueblo, cuya situación no se diferenciaba para nada de la situación de los explotados dentro del llamado Tercer Mundo, en Asia, África y América Latina, solo que para los negros norteamericanos ello discurría bochornosamente dentro de la sociedad más rica del sistema capitalista mundial. Al mismo tiempo, Malcolm X se encarga de destacar la fuerte conexión existente entre la situación de los negros en los EE.UU. y de los negros en África, continente de procedencia de los esclavos traídos a América del Norte, lo que marcaba una relación estrecha entre el trato que recibían los negros en África y en EE.UU, dentro de lo cual, desde la perspectiva de la autoestima de los negros, influía mucho sobre ellos como África era siempre presentada. Por eso para Malcolm X no eran los derechos civiles la plataforma adecuada ni verdadera de la lucha de los negros en EE.UU. para lograr sus reivindicaciones, pues esta última se circunscribía al plano nacional lo cual implicaba que los aliados naturales del pueblo negro norteamericano quedaran al margen, lo que resultaba muy conveniente para las elites explotadoras blancas de Norteamérica. Por eso, Malcolm X consideraba, que la lucha de los negros norteamericanos debía ser enfocada sobre la base de los derechos humanos, pues estos tenían un carácter más universal, además de la ventaja de conectar la lucha del pueblo negro de EE.UU. con la de todos los explotados a nivel mundial. Por lo que ello ofrecía también una plataforma que permitía proyectar las batallas internas hacia el escenario de los debates en los marcos de los organismos internacionales, como Naciones Unidas. Mientras que los derechos civiles, al enmarcar la lucha en el plano nacional, es decir, en los marcos de la soberanía norteamericana, reducía todo a un escenario interno, donde la oligarquía norteamericana podía liberarse del debate internacional sobre la explotación y la discriminació n, por demás controlarlo y subsumirlo dentro de una cuestión puramente nacional. Tal claridad política en el enfoque aportado por Malcom X, respecto al cual era el marco en que se debía desenvolver la lucha del pueblo negro norteamericano, llevaba el asunto al escenario de la lucha contra el imperialismo, pues se le vinculaba sólidamente a la lucha de todos los pueblos explotados del mundo; así como al complejo asunto de la comprensión de la existencia de un enemigo común, que lo único que lo diferencia son las "máscaras" nacionales que asume. Era también llevar la lucha al plano de la necesaria solidaridad internacional entre los explotados, directamente por sus oligarquías nativas, que no son más que clases subalternas de la oligarquía internacional- transnacional, dentro de la cual la clase burguesa-transnacio nal monopolista de EE.UU. es la más poderosa, mejor articulada y conectada a nivel mundial. Con lo cual la explotación y la discriminació n de que son objeto los negros en EE.UU., les viene también como de rebote, resultado de la acción imperialista de EE.UU. Tal enfoque ofrecía además los basamentos objetivos, prácticos y teóricos que permitían responder a la esencia de una lucha, que en definitiva debe de ser global, aunque se desenvuelva en la instancia nacional. Malcom X comprendía que no existía un mundo blanco ni negro y que si existía un estado capitalista que era el máximo responsable de la explotación de todos. Tales enfoques convierten a Malcolm X en una líder de la lucha contra el imperialismo a nivel mundial. Por lo que no puede ser calificado únicamente como un líder de la lucha del pueblo negro norteamericano. Es que Malcolm se percató muy tempranamente que mantener la lucha de los negros en el marco de los derechos civiles solo podía beneficiar a las elites blancas explotadoras norteamericanas, que tempranamente también habían diseñado y ponían en practica un modelo de asimilación de la lucha del pueblo negro norteamericano a la dinámica del capitalismo en los EE.UU. Tal como hacen ahora, para enfrentar la realidad de que los hispanos pasan a ser la minoría mayoritaria en Norteamérica. Razones que nos permiten además afirmar, que las reivindicaciones alcanzadas por los negros, resultado de su lucha por los derechos civiles, que no fueron pocas ni carentes de importancia, no pueden ser entendidas a profundidad, si no se ven también como el alto precio que la elite blanca norteamericana tuvo que pagar para "tranquilizar" a los negros y lograr envolverlos en la maquinaria económica y política del capitalismo en EE.UU. Una expresión clara de que la lucha por los derechos civiles no representó un cambio sustancial, esencial, en la situación del negro en EE.UU. la podemos obtener al analizar el asunto de la pobreza dentro de esa sociedad en la actualidad. EE.UU., es la sociedad más rica del mundo, aunque también aquella en la cual la riqueza se encuentra más concentrada y, por tanto, también peor distribuida. Veamos entonces algunas consideraciones más particulares y apegadas al asunto de la "raza". a) La pobreza en los EE.UU., más que en ninguna otra sociedad capitalista desarrollada, se identifica claramente con una estructura de poder que está sostenida por unos pilares de estratificació n social, cultural y racial que se conformaron desde la colonización hasta el establecimiento definitivo del capitalismo dentro de la sociedad norteamericana y que no han podido ser superados. b) En la sociedad norteamericana existe una estructura social en la que, en términos generales "raza", clase, status social y nivel de pobreza, se coaligan estructuralmente de manera muy fuerte, en los más de 200 años de vida de la nación. Así nos encontramos con una estructura social jerárquica, dentro de la sociedad norteamericana que es la siguiente: Teóricamente todos pueden ascender en la escala social, pero en la práctica la pertenencia al grupo étnico tiende a ser equivalente a la de clase. No hemos querido extendernos, pero más allá de los indicadores que pueden ser analizados, otros, que van desde los niveles de acceso a la educación, la salud, la tenencia de viviendas y la aplicación de la justicia, para mencionar solo algunos, desfavorecen totalmente a la masa fundamental de los negros norteamericanos. - El olvido total del programa de la raza, lanzado por William Clinton: "Una sola América para el siglo XXI.
- El huracán Katrina, que devastó principalmente a Nueva Orleans, ha dejado una huella que se hizo insuperable en medio de la desatención de la administració n Bush.
- El Informe sobre el Estado de la Nación de 2006, ni siquiera menciona la tragedia del Katrina, el acontecimiento más dramático vivido por la sociedad norteamericana en los últimos 60 años.
No es difícil percatarnos de la claridad política de Malcolm X cuando a principios de los años 60 trataba de forjar una estrategia de lucha verdadera, para sacar al pueblo negro norteamericano adelante. El hecho de que aquella estrategia fuera aplastada con el asesinato de Malcolm X, ha tenido consecuencias desastrosas para los negros en EE.UU. Se perdió la oportunidad y hoy no existen en ese país los líderes negros capaces de cambiar la situación. La población negra ha sido definitivamente absorbida por la dinámica del capitalismo norteamericano y existe muy poco o casi nada que permita retornar a la clara idea de Malcolm X, de que la población negra norteamericana pudiera fortalecerse como una comunidad integrada para luchar por su lugar dentro de la sociedad norteamericana, logrando algo más allá que ser absorbida e instrumentada por el "capitalismo negro" y atomizada por las migajas de participación social que los negros han alcanzado con la "Afirmative Action" fuertemente cuestionada en los últimos años bajo el ataque de un "racismo a la inversa". Los negros han perdido su fuerza como comunidad, han sido instrumentados como un sector más, que baila al compás de la música que interpreta y lidera la oligarquía blanca transnacional. Su única oportunidad ahora estaría en sumarse a un contexto de lucha, donde no pocos desconocen las especificidades de la situación de inferioridad estructural que se mantiene para los negros dentro de la sociedad capitalista en EE.UU. Dentro de una sociedad con un sistema político hegemónicamente dominado por dos partidos, sindicatos atomizados y partidos de izquierda sin posibilidad real de participar en el rejuego electoral; los negros como un sector social, en su inmensa mayoría, no tienen oportunidades de elevar su lugar dentro de la estructura social norteamericana, sino es como parte de toda la lucha de clases, de los obreros en particular y el resto de los grupos explotados. El asesinato de Malcolm X fue el resultado de un grupo de situaciones que actuaron en sistema, para eliminar de la vida pública de la sociedad norteamericana a una personalidad que se había convertido en un peligro para los intereses de la oligarquía blanca dominante. Las razones particulares que justificaban su eliminación física están vinculadas a los asuntos siguientes: - Con solo 42 años, cuando fue asesinado, había devenido líder indiscutible de los negros en EE.UU. y a nivel mundial.
- Su estrategia del "nacionalismo negro" en continuo proceso de perfeccionamiento, constituía una plataforma que movilizaba a la comunidad negra norteamericana de manera independiente, confiando en sus propias fuerzas, no dejándose arrastrar por la dinámica del capitalismo.
- El enfoque internacional y de solidaridad con el movimiento revolucionario en Asia, África y América Latina, que imprimía a su estrategia, convertía al pueblo negro norteamericano en una pieza funcional de la lucha contra el imperialismo a nivel mundial.
- Había roto con la Nación del Islam por discrepancias no solo políticas, sino también éticas, que afectaban seriamente el accionar y el liderazgo de esa organización, fundando entonces organizaciones que resultaban muy funcionales a los objetivos que se perseguían; la Mezquita Musulmana y la OAAV y representando una competencia que afectaba fuertemente a la Nación del Islam.
- Preconizaba una comprensión de EE.UU. como una sociedad corrupta, explotadora, inmoral, que mantenía un sistema económico y político que situaba siempre a los negros como ciudadanos de segunda y tercera clases, lo cual ponía en evidencia que en el trasfondo de la explotación del negro se ocultaba una sociedad profundamente clasista y racista. Al mismo tiempo, Malcolm X no quedaba atrapado en el rejuego partidista. Para él, tan traidor a la causa de los negros era el Partido Demócrata como el Republicano.
- La propiedad privada y la descomunal acumulación de riqueza, frente a la desventaja de los negros para ocupar un lugar que satisficiera sus necesidades, ponían claramente en evidencia que la necesidad política planteada era la de la lucha contra el capitalismo en EE.UU. y a nivel mundial.
- Se hacía evidente que en tendencia, el liderazgo de Malcolm X representaba un peligro para la supervivencia del sistema capitalista norteamericano, por lo cual, se hacía indispensable eliminarlo y en ello estaban interesados tanto los musulmanes de la Nación Islámica, como la elite blanca norteamericana.
Se trata de que Malcolm X resultaba ser un líder mucho más peligroso que Martin Luther King. Este último, a pesar de su honestidad, entrega a la causa de los derechos civiles y deseos de favorecer a los negros había quedado enrolado en la mecánica del sistema y en realidad había terminado siendo instrumentalizado para propósitos que no eran los que le habían animado desde el principio, aunque ello no le salvó la vida, porque también sus ideas comenzaban a topar seriamente contra los "límites de disidencia" que el sistema de poder norteamericano estaba en condiciones de admitir. Martín Luther King, era una persona demasiado honesta para traicionar su causa, era un luchador honesto e inclaudicable por los derechos de su pueblo, pero no era un líder revolucionario como tal. A diferencia del movimiento liderado por el Reverendo Luther King, el modo de superar el limbo de no estar en una organización política ni religiosa, Malcolm X lo superó fundando dos organizaciones al mismo tiempo, con dos objetivos diferentes, pero totalmente complementarios. La Conferencia de Bandung en 1954 y la Fundación de la OUA (Organización de la Unidad Africana), sin duda, esta última, la organización internacional más prestigiosa del continente africano, inspiraron fuertemente a Malcolm X. Al querer a su religión, lo primero que hizo fue reagruparse en una organización conocida como la Mezquita Musulmana, con sede en Nueva York, adoptando dentro de esa organización, la religión auténtica y ortodoxa del Islam. Pero como expresara Malcolm X: "...teníamos un problema que iba mucho más allá de la religión, y por esa razón establecimos la organización de la Unidad Afroamericana (OUAA), en la que cualquier miembro de la comunidad pudiera participar en un programa de acción diseñado para lograr el pleno reconocimiento y respeto del pueblo negro como parte del género humano" (p. 200). Pero lo más importante es que, como expresara Malcolm X: "... el lema de la organización de la Unidad Afroamericana es: por todos los medios que sean necesarios. No creemos en librar una batalla en la cual nuestros opresores van a dictar las reglas. No creemos que podemos ganar una batalla donde las reglas las dicten los que nos explotan. No creemos que podemos continuar una batalla tratando de ganarnos el afecto de aquellos que por tanto tiempo nos han oprimido y explotado". (p. 200). De casi no ciudadanos, pues los negros no podían votar, no eran admitidos en las universidades, no podían ingresar en el Ejército, apenas eran admitidos en las fábricas, pasaron a ciudadanos de segunda clase. Cuando finalmente comenzaban a ser admitidos, el capitalismo los absorbió y pasaron a quedar integrados en una dinámica, que hasta hoy continúa manteniendo a una masa de casi el 90% en la condición de ciudadanos de segunda o tercera clase. La profunda síntesis lograda por el pensamiento de Malcom X lo llevó a comprender que ese sentido de ser socialista o comunista, sin olvidar que se es negro, tiene una validez para la lucha por el verdadero socialismo, incluso diríamos para la sociedad cubana actual; donde a pesar de lo que se ha avanzado en términos de la justicia social, se deberá recorrer aún un largo camino para que desaparezcan la discriminació n racial y el racismo. Por tanto, el pensamiento de Malcom X está vigente, pues su comprensión de que hay que ser comunistas sin olvidar que se es negro está muy acorde con la lucha política dentro de un mundo y una sociedad, como la cubana, en que aún no han podido ser superadas las consecuencias de la esclavitud. Luego entonces, el pensamiento de Malcom X no solo para el pueblo norteamericano, sino incluso para los cubanos de hoy, tiene mucho que decirnos todavía. Sin embargo, no existe hoy en los EE.UU. un movimiento negro ni siquiera parecido al de los años 60. Como tampoco existe un liderazgo político negro, capaz de atraer nacionalmente a los negros a una amplia lucha por sus reivindicaciones. Casi todos los líderes negros hoy, constituyen piezas funcionales del sistema político norteamericano, siendo la principal aspiración de casi todos, arribar a las estructuras de poder, beneficiándose así de la opulencia del capitalismo norteamericano. No obstante, al margen de otras consideraciones, lo cierto es que Malcolm X tanto por su claridad política y su consecuencia teórica, como por la justeza de sus acciones y aspiraciones, más que como un líder de la lucha de los negros en EE.UU. ha sido reconocido como uno de los estrategas de la lucha revolucionaria contra el imperialismo a nivel mundial. Por lo que sus ideas y las batallas que libro, continúan siendo un apreciable caudal de experiencias para la lucha de los negros en EE.UU. y de todos los pueblos explotados del mundo. Palabras de presentación del libro Habla Malcolm X: discursos, entrevistas y declaraciones en la Universidad de La Habana, febrero 25 de 2009 |
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